Capítulo 70:

Thiago no se había dado cuenta de lo asustado que había estado. No, hasta ahora. Su respiración salía entrecortada, mientras luchaba por calmar sus violentas emociones. Apretaba los dedos en puños y luego los aflojaba.
Pasaron varios minutos y los hermanos permanecieron sentados en silencio. Entonces se abrió la puerta y entró un hombre mayor vestido de verde. Les lanzó una mirada y se ajustó las gafas.
—¿Están aquí por la Sra. Martinez?
—No la llame así —gruñó Peter—. Su nombre es Mariana.
El doctor parpadeó sorprendido.
—Tomaré eso como un sí.
Thiago se levantó y extendió la mano.
—Thiago. Y sí, estamos aquí por Mariana. ¿Cómo está?
El médico estrechó la mano de Thiago.
—Dr. Phillips. Hice la cirugía de la Sra.… Mariana —se autocorrigió.
—¿Está bien? —preguntó Juan ansioso.
—Está bien, considerando la condición en la que llegó. Perdió una gran cantidad de sangre. Sufrió una fractura compuesta en el radio. También sufrió una laceración de seis pulgadas en el hombro izquierdo, además de una severa herida de cuchillo en el tórax. Pude reparar algo del tejido dañado y cerrar el corte. Afortunadamente, la hoja del cuchillo no alcanzó órganos vitales. Dos centímetros más a la derecha y habría perforado un pulmón.
Thiago se dejó caer pesadamente otra vez en la silla.
—¿Cuándo podremos verla?
—Está en recuperación. La trasladaremos a un nivel más bajo de cuidados, menor que UTI y un poco mayor que la sala normal de internación. Quiero monitorizar su progreso por algunos días. No veo razón para que ustedes no puedan entrar a verla en cuanto salga de la recuperación.
—¿Usted nos puede avisar cuando la trasladen? —preguntó Juan.
—Pediré a la enfermera que venga a buscarlos —prometió el Dr. Phillips.
—Gracias —dijo Thiago—. Se lo agradecemos.
El doctor asintió y caminó fuera de la sala, cerrando la puerta al salir.
Thiago se volvió hacia Peter.
—¿Cuándo te van a llevar a una habitación?
—No tengo ni una maldita idea —refunfuñó Peter—. Han estado palpándome y pinchándome con agujas todo el tiempo.
Thiago vio el dolor en los ojos de Peter. Lanzó un vistazo a Juan, para ver si él también lo había notado.Juan apretó los labios, convertirlos en una fina línea.
—¿Has tomado algo para el dolor, amigo? —preguntó.
Peter le dirigió una mirada enojada.
—No, Maldición. Quería permanecer despierto y consciente hasta estar seguro que Mariana estaba a salvo.
—De acuerdo, ahora que sabes que está bien, voy a llamar a la enfermera para que te dé algo.
—No lo necesito —dijo Peter entre dientes.
—Peter, te dispararon. No puedes sentirte tan genial —Juan levantó la voz—. Deja de ser un idiota obstinado y toma la medicina.
—Puedes tomarla por las buenas o juro que te sujetaré mientras la enfermera clava una aguja en tu trasero —dijo Thiago.
—Que te curtan —gruñó Peter.
Pero se dejó caer pesadamente en la cama, los ojos cansados y llenos de dolor.Thiago buscó el botón de llamada y lo pulsó. Pocos minutos más tarde, una enfermera entró rápidamente, con una jeringa en la mano.
—Ya era hora de que me permitiera medicarlo, jovencito —dijo, lanzando una mirada severa en dirección a Peter.
Se inclinó para sujetar la vía en la muñeca de Peter y rápidamente inyectó el medicamento contra el dolor. Palmeó suavemente su brazo.
—Ahora intente descansar un poquito.
Thiago dio vuelta la silla para enfrentar a Peter, y se volvió a sentar.
Juan atrapó la única silla que quedaba libre y la colocó al pie de la cama.
—Díganle a Mariana… díganle que la amo —Peter pidió con la voz desvaneciéndose.
—Lo haré —prometió Thiago bajito—. Ahora intenta descansar para poder decírselo tú mismo.
La cabeza del Peter se hundió en la almohada y sus ojos se cerraron.
Thiago se recostó en la silla y enlazó las manos atrás de la cabeza.
Miró fijamente al techo, los diseños del cielorraso danzaban ante su vista. Estaba tan cansado. Había envejecido una década durante aquella noche. ¿Había sido solamente la noche anterior cuando había estado sentado en la sala, reflexionando sobre lo buena que era la vida?
Las cosas habían cambiado de un momento a otro.
Juan y él continuaron sentados en silencio, mientras los minutos pasaban.Juan se veía tan cansado como se sentía Thiago. Pero ninguno descansaría hasta que no vieran a Mariana.
Debió adormilarse momentáneamente, porque lo sobresaltó la puerta abriéndose.
—¿Son ustedes Thiago y Juan? —preguntó una enfermera.
Thiago se incorporó.
—Sí señora, somos nosotros.
Hizo un ademán para que la siguieran.

Continuara......

Hola de nuevo :)
Gracias x las firmas!

Si llegan a 40 subo mas!

Preguntas de lectoras: - ¿Qué es lo que hizo que tu ídolo sea tu ídolo?
                                   - ¿Mejor cualidad de Peter y Lali?  
                                  - ¿Tabano, Thiago,German,Eliseo o Fede?
                                   - ¿Pensas que el Rex es mas Nicochi,Gastochi,Lalico,Rochiter,Gasli o Laliter?
                                   - Una frase que explique lo que sentis por tu ídolo
Se coparon con las preguntas :) Me encantaaaaaaa!

Mary: No se si la subiré porque no tengo los caps guardados en word, los copio de una página y edito directamente en el blog antes de subir =/