Capítulo 65:

El bastardo les atrajo, secuestrando un niño, y ahora tenía a Mariana. Su sangre se enfrió. Más que la nieve que envolvía sus piernas.Mariana moriría si no la encontraban y rápido.
Adelante, el brillo de las luces de la ciudad resplandecía contra la nieve.Thiago aumentó la velocidad, decidido a llegar al jeep tan rápido como era posible.Juan se mantenía detrás de él, absteniéndose de expresar los miedos que merodeaban en sus pensamientos.
Llegaron a la parte de atrás de la tienda de Riley y continuaron corriendo alrededor del aparcamiento, cruzando la calle, donde estaba aparcado el Land Rover. Varias personas, incluso los padres de Sean gritaron preguntas, pero Thiago ignoró todo, menos al coche.
Se lanzó en el asiento del conductor, encendió el motor y le dio marcha atrás.Juan apenas entró, antes de que Thiago se disparara calle abajo.
El camino hasta en la cima de la montaña parecía eterno y a cada minuto,Thiago rezaba.
—Dios, no te los lleves.
Agarró el volante, tomando las curvas más rápido que nunca.
—Que estén bien. No te lleves a Peter.
Tomaron el camino de entrada, y los dos saltaron hacia la puerta. La casa estaba oscura.Thiago entró bruscamente, gritando el nombre de Peter.Juan pasó por su lado, alcanzando el interruptor.
Maldijo cuando las luces no se encendieron y volvió a gritar el nombre de Peter.
Thiago paró en seco cuando escuchó un bajo gemido. Saltó por encima del sofá, hacia el pasillo, en dirección a las habitaciones de huéspedes.
—¡Consígueme luz! —le gritó a Juan.
—¡Peter!¡Peter! — Thiago se lanzó al suelo, al lado de su hermano herido.
Juan apareció con una linterna y alumbró el cuerpo de Peter. Su pecho estaba cubierto de sangre, pero sus párpados temblaron cuando la luz le dio en la cara.
—Peter, soy yo, Thiago. ¿Puedes oírme?
—¿Cómo no podría, cuándo me estás gritando en el maldito oído? —se quejó Peter.
Thiago suspiró de alivio, y se relajó.
—Bastardo, me quitaste diez años de vida.
—Mariana —empezó Peter, y su voz se rompió—. Tiene a Mariana.
—¿Dónde te disparó? —exigió Thiago, sin centrarse en Mariana por solo un momento. Tenía que tomarlo de uno a uno, y en este minuto, necesitaba estar seguro que Peter estaba bien.
—En el hombro —contestó Peter, jadeando.
—¿Puedes levantarte?
Peter se movió y gimió de dolor.
—¡Thiago! —llamó Maria desde la puerta—.¿Estás aquí?
—Aquí —contestó Juan, moviendo la linterna hacia ella—. ¿Cómo llegaste tan rápido?
—He dejado al niño en la ciudad y vine tan rápido como pude. ¿Jesus Cristo, qué demonios pasó aquí? —preguntó mientras se arrodillaba al lado de Peter.
—Ayúdame a ponerme de pie, maldita sea —dijo Peter desesperado—. Tiene a Mariana.
—¿Quién la tiene,Peter? —exigió Thiago.
Él y Juan levantaron a Peter, y Thiago le pasó un brazo alrededor para que no se cayera. Guiaron a Peter hacia el sofá y lo sentaron.
—Tenemos que llevarte al hospital —dijo Juan.
—No.
—Peter, no estás en forma para ir a ninguna parte, solo al hospital.
—Atravesó la carne —jadeó—. No me voy a ninguna parte, mientras que Mariana sigue fuera con ese bastardo —se rompió—. Le hizo daño. Lo oí pegándole.
Thiago apretó los dedos en puños. Él también oyó al bastando pegandole a Mariana.
—¿Qué más oíste,Peter? ¿Dijo algo? Tenemos que encontrarla.
—Hizo una llamada. Dijo algo sobre una lejana cabaña y cabos sueltos.
—¡Cristo! —cabaña lejana. Cual si hubieran bastantes esparcidas por los Rocosos.
—Actuó cual si fuera cerca —dijo Peter, mientras puso una mano en el hombro. Sangre roja brillante escapaba a través de sus dedos.
—Necesitas ir al hospital.Maria, ¿puedes asegurarte de que llegará allí? —preguntó Thiago.
—No iré —dijo Peter mordaz.
—Solo nos retrasarías —dijo Thiago—. No podemos perder ni un minuto. La matará.
Peter miró desoladamente a Thiago.
—Le he fallado.
—Cree que estás muerto —dijo Thiago—. Lo mejor que puedes hacer es ir al hospital, para evitar que suceda lo que piensa ella.
Peter se levantó.
—¿Cómo sabes lo que piensa ella?
Thiago le explicó rápidamente la llamada y dispuso con Maria que lleve a Peter al hospital. Su mente trabajaba furiosamente, intentando formar un plan de acción.
—Vamos,Juan.
Se paró suficientemente para coger más munición para los rifles y salió corriendo de la casa hasta el jeep.Juan saltó a su lado.
—Cerca, cabaña lejana. ¿Cree qué podía haberla llevado a Blythe Meadow? —preguntó Juan mientras Thiago conducía.
—Es un buen lugar —asintió Thiago—. Encaja. Si no allí, quizá en la vieja cabaña del minero. Comprobaremos a las dos.
Juan miró la ventana en silencio. Entonces, se volvió hacia Thiago con ojos llenos de angustia.
—¿Y si lleguemos demasiado tarde?
Thiago agitó la cabeza y apretó el pie en el acelerador.
—No podemos llegar demasiado tarde,Juan. No podemos.

Continuara....

Hola!
Bueno che! No se murió.... por ahora :) jajajaja
No puedo creer que gente que no comenta NUNCA lo haga solo para insultarme, que feo eso eh!
Bienvenidas a las nuevas lectoras :) 
Bue, veremos que pasa ¿Ustedes creen que la encontrara?
Miren si esta novela es una tragedia.... yo no les dije de que genero era eh ;)
Bueno firmen mucho y si puedo a la noche subo mas!
BUENA SEMANA :)
besos
Juli♥
@amorxca
Pregunta: ¿Un amor imposible? 

Arii: Si, me había colgado pero ahora volvere a subirla :)