Capítulo 54:

Thiago miró con horror, cuando el coche golpeo a Mariana y la tiró volando sobre el asfalto. Mientras corría hacía ella, volvió a gritar su nombre. Peter y Juan se encontraban arrodillados junto a Mariana, cuando se introdujo a empujones. Su aliento se quebró cuando vio sus preciosos ojos de par en par, mirándole fijamente.

Su cara se contorsionó en agonía e intentó levantarse.
—¡No! —gritó él—. No —dijo en voz más baja, cuando se dio cuenta que su tono la sobresaltó—. Quédate quieta, cariño. Oh, Díos mío ¿te encuentras bien?
Sacó de un tirón el móvil de su bolsillo y marcó 911.
—No, Thiago, no lo hagas —protestó ella, levantando la mano—. Estoy bien, de verdad. Es sólo mi cadera. El coche me erró en la mayor parte.
En la mayor parte. Jesús. ¿Estaba intentando provocarle un ataque al corazón?
—¿Qué demonios estaba haciendo ese idiota? —exigió Peter, su voz temblaba mientras acariciaba el pelo de Mariana.
Thiago le dirigió a Peter una mirada para hacerle callar. El haberla golpeado y luego darse a la fuga, no fue un accidente, y no quería que Mariana sintiera más miedo de lo que ya sentía.
—Mariana, necesitamos llamar a una ambulancia —dijo Juan suavemente—. Podrías estar herida.
Para entonces, una pequeño multitud se había congregado a lo largo de la calle.Thiago escuchó el sonido de la sirena.
—No quiero ir al hospital —dijo Mariana, sus ojos suplicaban a Thiago—. Deja que me levante. Sólo estoy un poco maltrecha.
Titubeo durante un momento, su preocupación por ella prevalecía por encima de todo. Ella se acercó a la mano de Peter, intentando levantarse.
—Despacio, cariño —le previno.
Thiago se agachó y la alzó cómodamente entre sus brazos.
—¿Puedes mantenerte de pié? —peguntó él, todavía reacio de soltarla.
—Estoy bien, de verdad. Sólo un poco conmocionada.
Con mucho cuidado, la puso de pié sobre el suelo. Las manos de Juan se dispararon hacia adelante para estabilizarla, ya que se tambaleaba un poco. Ella se frotó la cadera, sus dedos sujetaban la tela desagarrada que recorría su pierna.
—Eran mis vaqueros preferidos —dijo ella con pesar.
Incapaz de aguantarlo más,Thiago la apretó contra él, sus brazos la abrazaron fuertemente. Inspiró varias veces para estabilizar su respiración, intentando apaciguar la adrenalina que zumbaba por sus venas.
Algún hijo de puta acaba de intentar matarla. Apostaría su entero rancho que fue su -dentro de poco- ex marido. Miró hacía sus hermanos y vio una respuesta de ira en sus ojos. Puso un dedo sobre sus labios y ellos asintieron, entendiéndolo.
Unos segundos más tarde, llegó un coche de policía, seguido rápidamente por una ambulancia. La muchedumbre se arremolinó alrededor, mientras que los paramédicos examinaban a Mariana y los policías tomaron declaración a todo el mundo.
Un hora más tarde, Mariana no firmó ninguna documentación de traslado, y la muchedumbre empezó a deshacerse. Los agentes encargados tomaron la última declaración y se montaron en su coche.
Los ojos de Mariana estaban impregnados de dolor y fatiga.Thiago sabía que ella no fue totalmente sincera sobre la gravedad de sus lesiones y planeaba remediar la situación inmediatamente.
Lanzó las llaves a Juan.
—Tú conduces.
Se agachó y levantó a Mariana en sus brazos y la recostó suavemente contra su pecho. Ella no protestó, sólo exhaló un fatigado suspiro, mientras apoyaba la cabeza contra su hombro. El caminó hacía el Land Rover y se acomodó con ella en el asiento trasero.
Peter se giró en el asiento delantero, sus ojos brillantes con preocupación.
—¿Estás bien Mariana?
Se removió entre los brazos de Thiago y extendió su mano para tocar el brazo de Peter.
—Estoy bien. Te lo prometo. Ahora que ya ha pasado todo, me encuentro sólo un poco temblorosa.
Aunque quiso tranquilizar a Peter,Thiago pudo sentir la tensión en su cuerpo, ver el dolor en sus ojos. Sabía que Peter también podía verlo.
En el hotel,Thiago llevó a Mariana a su suite y la depositó sobre la cama. Quería ver sus heridas, asegurarse que se encontraba bien de verdad.
Juan y Peter se acercaron, mientras que Thiago le quitó lentamente sus vaqueros hechos jirones. Sus manos temblaban con ira, al ver el enorme moratón que ya se estaba formando sobre su cadera y su muslo. La sangre de un corte de tres pulgadas manchaba su pálida piel.
Mariana se quedó quieta sobre la cama, sus ojos cerrados, mientras que Thiago evaluó sus heridas. Odiaba molestarla, pero necesitaba saber si estaba herida en alguna otra parte.

Continuara.....

Bueno ustedes cumplieron y yo tambien :)
No voy a esperar que les guste mucho el cap porque no es nada lindo lo que paso...
Ojala hayan tenido un lindo dia :)
Como me gusta saber cosas nuevas de ustedes, aca va otra Pregunta: ¿Qué carrera quisieras estudiar de grande/que carrera estudias/ de que trabajas ?  
Yo quiero ser psicóloga :) pero todavia puede cambiar, aunque es algo que me gusta mucho....
Firmen!
Besos