Peter se rió.
-No nos tenemos que preocupar por si se integrará.
Salieron,
y Mariana tembló por el frio que había. Peter la abrazó con un brazo y
la acercó, mientras se apresuraban hacia la entrada.
Entraron en el
ascensor y Thiago presionó el botón del último piso. Salieron y fueron
hasta el fin del pasillo. Thiago abrió la puerta y Mariana entró en el
cuarto.
Ella suspiró apreciando la gran suite. A la derecha, un baño con Jacuzzi y ducha, a la izquierda, dos habitaciones.
Había una confortable sala con un sofá y dos sillas, una televisión de pantalla grande y bar de cóctel.
—¿Quieres que te prepare un baño? —le preguntó Juan.
Ella negó, y entró en una habitación.
—Me daré solo una ducha rápida. Me estoy muriendo de hambre.
Ella
entró rápidamente en el grande baño y encendió la ducha. Sacó de su
maleta un par de vaqueros, una camisa y ropa íntima. Sonrió, tanto sus
bragas como el sujetador eran blancos. Cuando se iría de compras, la
lencería era una de las primeras cosas que compraría.
Treinta minutos más tarde, salió del baño y les encontró mirando la TV.
—¿Listo? —preguntó ella.
Se levantaron y salieron. Abajo, se acercaron al Land Rover, y entraron.
—Cerca, hay un buen restaurante —dijo Thiago—. Tiene una buena atmósfera.
—Suena bien—dijo entusiasmada.
La
verdad era que no le importaba donde iban. El pensamiento de un jugoso
filete la hacía salivar. Si no tendría cuidado, tendría que secarse la
baba de la barbilla.
Entraron en un atestado aparcamiento. Era una
construcción antigua, adaptada de una cabaña de madera de cedro y un
porche delantero con sillas mecedoras desiguales.
Mariana caminó
hacia la entrada, con los brazos en torno de las cinturas de Peter y
Juan. Ésa era su primera excursión con los tres, y se sentía cohibida,
pero al mismo tiempo, deliciosamente feliz. ¿Qué mujer no se pondría
verde de envidia? Estaba con tres hombres maravillosos y atractivos.
Thiago
dio su nombre a la mujer de la reserva y en pocos segundos, fueron
llevados a una mesa, en la otra extremidad del restaurante.
Peter
empujó una silla hacia ella, y Mariana se sentó cerca de Thiago. La
camarera se acercó y ellos pidieron la bebida, mientras miraban el menú.
Thiago
se volvió y acarició suavemente la mano de Mariana. Ella amaba su
toque. Amaba que él la tocase frecuentemente. Todos ellos la tocaban.
Esto la confortaba de un modo que las palabras jamás podrían.
Ella se
apoyó en la silla y observó el ambiente. En medio de la sala, un grupo
tocaba canciones bonitas, las sonrientes parejas se deslizaban por la
pista de baile.
—¿Quieres bailar? —preguntó Peter con un lento y sensual movimiento.
Ella arqueó una ceja con sorpresa.
—¿Tu bailas?
Él le dio una mirada herida.
—Mi madre me enseñó, decía que era necesario para agradar a una dama.
Mariana se rió y se levantó.
—Claro, quiero bailar. Yo no sé casi nada, pero si tu madre te enseñó, me puedes enseñar.
Peter
la llevó hacia la pista, sus manos se encorvaron posesivas alrededor de
sus caderas. Los dedos descendiendo para la curva de su culo. Él la
acercó más cerca a él, hasta que ella se ajustó perfectamente en su
ingle.
—¿No estamos demasiado cerca para bailar? —murmuró ella.
—¿A quién le importa? —gruño él en la oreja—. Solo quiero agarrarte así.
Sintió
el pene hinchado contra su barriga, y un disparo de excitación corrió
por su sistema. Sus rodillas se derritiendo. Tembló contra él y abrazó
su cintura.
Anidó el rostro en su pelo y sopló suavemente en su oreja.
—Eres malo —susurró ella—. No pienses que no me vengaré.
—Eso espero.
Ella
se rió. Sintiéndose intrépida, deslizó una mano entre sus cuerpos,
pasando los dedos por el cinturón de sus vaqueros, hasta el duro pene.
—Jesús, mujer.
Acercó más sus cuerpos, y ella se volvió a reír.
—¿Tienes miedo de que alguien va a vernos?
En
respuesta, hizo fundir ardientemente los labios a los suyos. Le faltaba el aire cuando Peter se dio un festín hambriento de su boca. Cuando se
alejó, sus ojos relucían con deseo, lava derretida preparada para
estallar.
—¿Eso contesta a tu pregunta?
Un tirón a su cintura, la impidió responder. Giró y vio a Thiago, con una expresión arrogante en el rostro.
Continuara.....
Jajajaja estan en un restaurante y aun asi estan hot! son terribles! No saben las cosas que se vienen! bueno las que la leyeron antes si jajajajaja
pido ahora 40 porque sino no adelanto casi anda del trabajo! me esta re sacando ¬¬ jajaja
Espero les guste!
Un beso
Juli♥
@amorxca
son fantasticos me encanta la nove sube massss
ResponderEliminaruhhhh como estan estos jajajja
ResponderEliminarme encanta Peter jajaja
ResponderEliminary ahora que le pasara a Thiago?
ResponderEliminarespero mas! :)
ResponderEliminarM
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ResponderEliminarmas ma sm ams mas mas mas
ResponderEliminarQ zarpados ni en un restaurante pueden parar jajajaaj
ResponderEliminarMe encanto el cap
MASSSS
@Lali_fan_4ever
ahhh buenooo le encanta los expertadores!!! jajajajaja me encanta la novelaaaaaa quiero massss capp besos
ResponderEliminarZarpados en publico! Jajajajaja me encanta!
ResponderEliminarMajo
Q
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ResponderEliminarT
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ResponderEliminarTe juro que siento ganas de matar a las lectoras, a todas les gusta leer pero firmar no! Lo siento si molesta el comentario pero es asi!
ResponderEliminarespero otro cap! :)
ResponderEliminarQ osados!Les gusta hacerlo en público y ella no es intimida!DINAMITA PURA estos 4!
ResponderEliminarAlli no los conoce nadie ,asi k xk no aprovechar?
ResponderEliminarAaawwww AMO a ese Peter!! :) hasta en el restaurante están On fire!! Jajajaj buenisimo el cap @LuciaVega14
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