domingo, 10 de junio de 2012

Capítulo 46:

Peter se rió.
-No nos tenemos que preocupar por si se integrará.
Salieron, y Mariana tembló por el frio que había. Peter la abrazó con un brazo y la acercó, mientras se apresuraban hacia la entrada.

Entraron en el ascensor y Thiago presionó el botón del último piso. Salieron y fueron hasta el fin del pasillo. Thiago abrió la puerta y Mariana entró en el cuarto.
Ella suspiró apreciando la gran suite. A la derecha, un baño con Jacuzzi y ducha, a la izquierda, dos habitaciones.
Había una confortable sala con un sofá y dos sillas, una televisión de pantalla grande y bar de cóctel.
—¿Quieres que te prepare un baño? —le preguntó Juan.
Ella negó, y entró en una habitación.
—Me daré solo una ducha rápida. Me estoy muriendo de hambre.
Ella entró rápidamente en el grande baño y encendió la ducha. Sacó de su maleta un par de vaqueros, una camisa y ropa íntima. Sonrió, tanto sus bragas como el sujetador eran blancos. Cuando se iría de compras, la lencería era una de las primeras cosas que compraría.
Treinta minutos más tarde, salió del baño y les encontró mirando la TV.
—¿Listo? —preguntó ella.
Se levantaron y salieron. Abajo, se acercaron al Land Rover, y entraron.
—Cerca, hay un buen restaurante —dijo Thiago—. Tiene una buena atmósfera.
—Suena bien—dijo entusiasmada.
La verdad era que no le importaba donde iban. El pensamiento de un jugoso filete la hacía salivar. Si no tendría cuidado, tendría que secarse la baba de la barbilla.
Entraron en un atestado aparcamiento. Era una construcción antigua, adaptada de una cabaña de madera de cedro y un porche delantero con sillas mecedoras desiguales.
Mariana caminó hacia la entrada, con los brazos en torno de las cinturas de Peter y Juan. Ésa era su primera excursión con los tres, y se sentía cohibida, pero al mismo tiempo, deliciosamente feliz. ¿Qué mujer no se pondría verde de envidia? Estaba con tres hombres maravillosos y atractivos.
Thiago dio su nombre a la mujer de la reserva y en pocos segundos, fueron llevados a una mesa, en la otra extremidad del restaurante.
Peter empujó una silla hacia ella, y Mariana se sentó cerca de Thiago. La camarera se acercó y ellos pidieron la bebida, mientras miraban el menú.
Thiago se volvió y acarició suavemente la mano de Mariana. Ella amaba su toque. Amaba que él la tocase frecuentemente. Todos ellos la tocaban. Esto la confortaba de un modo que las palabras jamás podrían.
Ella se apoyó en la silla y observó el ambiente. En medio de la sala, un grupo tocaba canciones bonitas, las sonrientes parejas se deslizaban por la pista de baile.
—¿Quieres bailar? —preguntó Peter con un lento y sensual movimiento.
Ella arqueó una ceja con sorpresa.
—¿Tu bailas?
Él le dio una mirada herida.
—Mi madre me enseñó, decía que era necesario para agradar a una dama.
Mariana se rió y se levantó.
—Claro, quiero bailar. Yo no sé casi nada, pero si tu madre te enseñó, me puedes enseñar.
Peter la llevó hacia la pista, sus manos se encorvaron posesivas alrededor de sus caderas. Los dedos descendiendo para la curva de su culo. Él la acercó más cerca a él, hasta que ella se ajustó perfectamente en su ingle.
—¿No estamos demasiado cerca para bailar? —murmuró ella.
—¿A quién le importa? —gruño él en la oreja—. Solo quiero agarrarte así.
Sintió el pene hinchado contra su barriga, y un disparo de excitación corrió por su sistema. Sus rodillas se derritiendo. Tembló contra él y abrazó su cintura.
Anidó el rostro en su pelo y sopló suavemente en su oreja.
—Eres malo —susurró ella—. No pienses que no me vengaré.
—Eso espero.
Ella se rió. Sintiéndose intrépida, deslizó una mano entre sus cuerpos, pasando los dedos por el cinturón de sus vaqueros, hasta el duro pene.
—Jesús, mujer.
Acercó más sus cuerpos, y ella se volvió a reír.
—¿Tienes miedo de que alguien va a vernos?
En respuesta, hizo fundir ardientemente los labios a los suyos. Le faltaba el aire cuando Peter se dio un festín hambriento de su boca. Cuando se alejó, sus ojos relucían con deseo, lava derretida preparada para estallar.
—¿Eso contesta a tu pregunta?
Un tirón a su cintura, la impidió responder. Giró y vio a Thiago, con una expresión arrogante en el rostro.

Continuara.....

Jajajaja estan en un restaurante y aun asi estan hot! son terribles! No saben las cosas que se vienen! bueno las que la leyeron antes si jajajajaja
pido ahora 40 porque sino no adelanto casi anda del trabajo! me esta re sacando ¬¬ jajaja
Espero les guste!
Un beso
Juli♥
@amorxca

38 comentarios:

  1. son fantasticos me encanta la nove sube massss

    ResponderEliminar
  2. mas ma sm ams mas mas mas

    ResponderEliminar
  3. Q zarpados ni en un restaurante pueden parar jajajaaj
    Me encanto el cap
    MASSSS
    @Lali_fan_4ever

    ResponderEliminar
  4. ahhh buenooo le encanta los expertadores!!! jajajajaja me encanta la novelaaaaaa quiero massss capp besos

    ResponderEliminar
  5. Zarpados en publico! Jajajajaja me encanta!
    Majo

    ResponderEliminar
  6. Te juro que siento ganas de matar a las lectoras, a todas les gusta leer pero firmar no! Lo siento si molesta el comentario pero es asi!

    ResponderEliminar
  7. Q osados!Les gusta hacerlo en público y ella no es intimida!DINAMITA PURA estos 4!

    ResponderEliminar
  8. Alli no los conoce nadie ,asi k xk no aprovechar?

    ResponderEliminar
  9. Aaawwww AMO a ese Peter!! :) hasta en el restaurante están On fire!! Jajajaj buenisimo el cap @LuciaVega14

    ResponderEliminar

Gracias por leer. Espero tu comentario :)