sábado, 30 de junio de 2012
Capítulo 78:
Mariana lo vio salir y sintió que su mundo se fragmentaba y se partía en pequeños pedazos. Estaba más enfadado que nunca. Enfadado con ella.
Miró la traición que surgía en los ojos de Juan y Peter. ¿La odian todos?
—Vayan con él —los pidió suavemente—. Los necesita.
—Te necesita a ti —señaló Juan.
Capítulo 77:
viernes, 29 de junio de 2012
Capítulo 76:
Las miradas que le lanzaron mostraban sentimientos heridos mezclados con ira, pero los tres finalmente se giraron, y salieron.
El fiscal se acercó y le lanzó una mirada especulativa.
—¿Le importa si tomo asiento? —preguntó.
El fiscal se acercó y le lanzó una mirada especulativa.
—¿Le importa si tomo asiento? —preguntó.
Capítulo 75:
Mariana miró fijamente el techo, sus pensamientos vueltos un
caos.Thiago, Juan y Peter estaban dormidos. Le parecía que estaban tan
incómodos como en el infierno, pero no quería hacer nada que pudiera
despertarlos.
La culpa pesaba como una tonelada en su pecho. Cada vez que cerraba los ojos, veía a Peter cayendo de nuevo. Su peor temor había sido el peligro que estaba atrayendo hacia los hermanos. Un miedo que ahora se justificó.
Era hora de tomar una decisión, para evitar que algo malo volviera a suceder a Thiago, Juan o Peter. Especialmente a Peter. ¡Los amaba tanto! La idea de perder a alguno de ellos, creaba un dolor insoportable en su corazón.
Lanzó una mirada a Thiago, a pocos pasos de distancia. Su móvil estaba en la mesita de noche cerca a su cama. Lo observó fijamente por un largo momento, y luego lo alcanzó sigilosamente.
Sabía que Maria había sido la última en llamar, por lo que su número debía estar guardado.Mariana abrió despacio el teléfono y presionó los botones para buscar la última llamada recibida. Y entonces llamó
Algunos segundos más tarde, oía la voz de Maria, filtrada por la línea.
—¿Maria? Soy… soy Mariana Martinez —dijo con voz más fuerte.
Hubo una pausa larga.
—¿Qué puedo hacer por usted, Sra. Martinez?
Mariana respiró profundamente y echó un vistazo para tener la certeza de que no había despertado a los hombres.
—Necesito que contacte con el fiscal de distrito de San Francisco —pidió en casi un murmullo.
Otra pausa larga.
—¿Thiago sabe que me está llamando? —preguntó Maria.
—No, y quiero mantenerlo así —Mariana declaró con firmeza—. Mire, Maria... Sé que no le gusto, pero también sé que le interesa Thiago. ¿Quiere que le suceda lo mismo que a Peter? Tengo que hacer lo que pueda para mantenerlo a salvo. Para mantener a todos a salvo.
—¿Qué quiere que le diga al fiscal?
—Dígale que tengo información sobre Pablo Martinez, que podría interesarle mucho. Dígale donde encontrarme. No voy a discutirlo por teléfono. Tiene que ser personalmente.
—¿Está segura de estar tomando una decisión correcta? —preguntó Maria.
Si Mariana no conociera los hechos, juraría que había preocupación real en la voz de la otra mujer.
—Es mi única opción. Yo no puedo dejar que ellos mueran por mi causa.
El silencio cayó sobre las dos mujeres. Finalmente, Maria dijo.
—Está bien, haré esa llamada.
—Gracias —le agradeció suavemente Mariana.
Cerró el teléfono y lo puso cuidadosamente en su lugar. Entonces se hundió en las almohadas, exhausta por el esfuerzo que había hecho.
***
Dos días más tarde, llegó el fiscal, con dos oficiales de patrulla, flanqueándolo. Entraron en el cuarto de Mariana, despertando la reacción inmediata de los hermanos.
El miedo apretó el pecho de Mariana, hasta obligarla a luchar por la respiración. Sabía quién era él y por qué estaba allí.
—¿Qué demonios está ocurriendo? —exigió Thiago, cuando el fiscal entró en el cuarto, irguiéndose en toda su estatura.
Juan y Peter también se levantaron. Una pesada tensión nubló el cuarto, tan espesa que podría ser cortada con cuchillo.
—Calma, hijo. Me llamo David Masterson. Soy el fiscal de distrito de San Francisco.
Thiago se cruzó de brazos y permaneció parado, con las piernas separadas, mirando fija y desafiantemente al fiscal.
—Eso no explica por qué está aquí.
—Le pedí que viniera —dijo Mariana con suavidad.
Todos los ojos se giraron hacia ella.Peter se acercó a la cama, cerniéndose protector sobre ella. Como mucho, eso se veía gracioso. Con el pecho y los hombros llenos de fajas, parecía una momia medio vestida.
—Quizás pueda estar un momento a solas con la Sra. Matinez —habló más fuerte el fiscal.
—Al infierno si lo permitiré —protestó Peter.
Mariana dejó que su mano sana descansara en el brazo de Peter.
—Estaré bien, Peter.
Thiago la contemplaba fijamente, sin desviar la mirada.
—¿Qué es lo que has hecho, Mariana?
—Por favor entiende,Thiago. No puedo permitir que alguno de ustedes vuelva a estar lastimado por mi causa.
Thiago soltó una larga blasfemia. Ella se estremeció por su ferocidad.
David Masterson señaló a los dos policías.
—Si me hacen el favor, escolten afuera a estos caballeros, así la Sra. Martinez y yo podemos conversar en privado.
—¡Al demonio con usted! —se apartó Juan.
—Juan, por favor —pidió Mariana —. Déjame hacer esto a mi manera. Te pido que salgas. Hazlo por mí.
Continuara....
Holaaa :)
Bueno cada vez estamos mas cerca del final :D :) =/ =S =(
¿Creen que esta bien lo que hizo Mariana?
Juli♥
@amorxca
La culpa pesaba como una tonelada en su pecho. Cada vez que cerraba los ojos, veía a Peter cayendo de nuevo. Su peor temor había sido el peligro que estaba atrayendo hacia los hermanos. Un miedo que ahora se justificó.
Era hora de tomar una decisión, para evitar que algo malo volviera a suceder a Thiago, Juan o Peter. Especialmente a Peter. ¡Los amaba tanto! La idea de perder a alguno de ellos, creaba un dolor insoportable en su corazón.
Lanzó una mirada a Thiago, a pocos pasos de distancia. Su móvil estaba en la mesita de noche cerca a su cama. Lo observó fijamente por un largo momento, y luego lo alcanzó sigilosamente.
Sabía que Maria había sido la última en llamar, por lo que su número debía estar guardado.Mariana abrió despacio el teléfono y presionó los botones para buscar la última llamada recibida. Y entonces llamó
Algunos segundos más tarde, oía la voz de Maria, filtrada por la línea.
—¿Maria? Soy… soy Mariana Martinez —dijo con voz más fuerte.
Hubo una pausa larga.
—¿Qué puedo hacer por usted, Sra. Martinez?
Mariana respiró profundamente y echó un vistazo para tener la certeza de que no había despertado a los hombres.
—Necesito que contacte con el fiscal de distrito de San Francisco —pidió en casi un murmullo.
Otra pausa larga.
—¿Thiago sabe que me está llamando? —preguntó Maria.
—No, y quiero mantenerlo así —Mariana declaró con firmeza—. Mire, Maria... Sé que no le gusto, pero también sé que le interesa Thiago. ¿Quiere que le suceda lo mismo que a Peter? Tengo que hacer lo que pueda para mantenerlo a salvo. Para mantener a todos a salvo.
—¿Qué quiere que le diga al fiscal?
—Dígale que tengo información sobre Pablo Martinez, que podría interesarle mucho. Dígale donde encontrarme. No voy a discutirlo por teléfono. Tiene que ser personalmente.
—¿Está segura de estar tomando una decisión correcta? —preguntó Maria.
Si Mariana no conociera los hechos, juraría que había preocupación real en la voz de la otra mujer.
—Es mi única opción. Yo no puedo dejar que ellos mueran por mi causa.
El silencio cayó sobre las dos mujeres. Finalmente, Maria dijo.
—Está bien, haré esa llamada.
—Gracias —le agradeció suavemente Mariana.
Cerró el teléfono y lo puso cuidadosamente en su lugar. Entonces se hundió en las almohadas, exhausta por el esfuerzo que había hecho.
***
Dos días más tarde, llegó el fiscal, con dos oficiales de patrulla, flanqueándolo. Entraron en el cuarto de Mariana, despertando la reacción inmediata de los hermanos.
El miedo apretó el pecho de Mariana, hasta obligarla a luchar por la respiración. Sabía quién era él y por qué estaba allí.
—¿Qué demonios está ocurriendo? —exigió Thiago, cuando el fiscal entró en el cuarto, irguiéndose en toda su estatura.
Juan y Peter también se levantaron. Una pesada tensión nubló el cuarto, tan espesa que podría ser cortada con cuchillo.
—Calma, hijo. Me llamo David Masterson. Soy el fiscal de distrito de San Francisco.
Thiago se cruzó de brazos y permaneció parado, con las piernas separadas, mirando fija y desafiantemente al fiscal.
—Eso no explica por qué está aquí.
—Le pedí que viniera —dijo Mariana con suavidad.
Todos los ojos se giraron hacia ella.Peter se acercó a la cama, cerniéndose protector sobre ella. Como mucho, eso se veía gracioso. Con el pecho y los hombros llenos de fajas, parecía una momia medio vestida.
—Quizás pueda estar un momento a solas con la Sra. Matinez —habló más fuerte el fiscal.
—Al infierno si lo permitiré —protestó Peter.
Mariana dejó que su mano sana descansara en el brazo de Peter.
—Estaré bien, Peter.
Thiago la contemplaba fijamente, sin desviar la mirada.
—¿Qué es lo que has hecho, Mariana?
—Por favor entiende,Thiago. No puedo permitir que alguno de ustedes vuelva a estar lastimado por mi causa.
Thiago soltó una larga blasfemia. Ella se estremeció por su ferocidad.
David Masterson señaló a los dos policías.
—Si me hacen el favor, escolten afuera a estos caballeros, así la Sra. Martinez y yo podemos conversar en privado.
—¡Al demonio con usted! —se apartó Juan.
—Juan, por favor —pidió Mariana —. Déjame hacer esto a mi manera. Te pido que salgas. Hazlo por mí.
Continuara....
Holaaa :)
Bueno cada vez estamos mas cerca del final :D :) =/ =S =(
¿Creen que esta bien lo que hizo Mariana?
Firmen mucho y subo otro ;)
BesoJuli♥
@amorxca
jueves, 28 de junio de 2012
Capítulo 74:
En los días siguientes, Mariana durmió la mayor parte del tiempo.Peter
se puso más y más irritado, hasta que la enfermera finalmente desistió
de intentar mantenerlo en la cama. El cuarto día, le dieron el alta
oficialmente.
El mismo día, movieron a Mariana a una habitación normal.Thiago se relajó finalmente.Peter y Mariana estaban fuera de peligro. Pronto los tendría en casa, donde pertenecían.
Se sentó en la silla, al lado de la cama de Mariana mientras ella dormía y estiró el cuello. Friccionó los ojos cansados y se preguntó como volvería a dormir otra noche, antes de estar seguro de que la amenaza del esposo de Mariana desaparecía.
El mismo día, movieron a Mariana a una habitación normal.Thiago se relajó finalmente.Peter y Mariana estaban fuera de peligro. Pronto los tendría en casa, donde pertenecían.
Se sentó en la silla, al lado de la cama de Mariana mientras ella dormía y estiró el cuello. Friccionó los ojos cansados y se preguntó como volvería a dormir otra noche, antes de estar seguro de que la amenaza del esposo de Mariana desaparecía.
miércoles, 27 de junio de 2012
Capítulo 73:
Peter.
martes, 26 de junio de 2012
Capítulo 72:
—Te amo, cariño —susurró—. Lamento tanto no habértelo dicho nunca.
Mientras él y Juan mantenían la vigilia, Mariana se durmió finalmente. Su respiración se volvió más estable, y el flujo de lágrimas por fin se paró. La cabeza caía abatida contra la almohada, el rostro pálido tenía manchas rojas causadas por el llanto.
Algunos minutos más tarde, la misma enfermera a quien Thiago había acorralado entró bulliciosamente, echándole una mirada de contrariedad.
Mientras él y Juan mantenían la vigilia, Mariana se durmió finalmente. Su respiración se volvió más estable, y el flujo de lágrimas por fin se paró. La cabeza caía abatida contra la almohada, el rostro pálido tenía manchas rojas causadas por el llanto.
Algunos minutos más tarde, la misma enfermera a quien Thiago había acorralado entró bulliciosamente, echándole una mirada de contrariedad.
Capítulo 71:
Una vez en el pasillo, los miró con ojos preocupados.
—Sacamos a la Sra. Martinez de la recuperación, pero está bastante agitada. Ha estado preguntando por ustedes. No queremos darle sedantes tan pronto después de la anestesia. Quizás la presencia de ustedes la calme.
—Vamos —pidió Thiago.
—Sacamos a la Sra. Martinez de la recuperación, pero está bastante agitada. Ha estado preguntando por ustedes. No queremos darle sedantes tan pronto después de la anestesia. Quizás la presencia de ustedes la calme.
—Vamos —pidió Thiago.
Capítulo 70:
Thiago no se había dado cuenta de lo asustado que había estado. No,
hasta ahora. Su respiración salía entrecortada, mientras luchaba por
calmar sus violentas emociones. Apretaba los dedos en puños y luego los
aflojaba.
Pasaron varios minutos y los hermanos permanecieron sentados en silencio. Entonces se abrió la puerta y entró un hombre mayor vestido de verde. Les lanzó una mirada y se ajustó las gafas.
—¿Están aquí por la Sra. Martinez?
Pasaron varios minutos y los hermanos permanecieron sentados en silencio. Entonces se abrió la puerta y entró un hombre mayor vestido de verde. Les lanzó una mirada y se ajustó las gafas.
—¿Están aquí por la Sra. Martinez?
Capítulo 69:
Thiago consiguió sacar de quicio por lo menos a seis personas, antes de
descubrir dónde estaban Peter y Mariana. Dio vueltas por Emergencias,
hasta que lo amenazaron con ser detenido si no se calmaba.
Mariana había sido llevada a cirugía, pero Peter estaba aún en Emergencias, recibiendo una transfusión de sangre.
Mariana había sido llevada a cirugía, pero Peter estaba aún en Emergencias, recibiendo una transfusión de sangre.
Capítulo 68:
—Peter—clamó—. Oh Dios, Peter—ella luchaba débilmente contra Thiago, y lágrimas se deslizaban por su cara.
—Shhh, cariño.Peter está bien. Te lo juro.
Ella no pareció escucharlo.
—Nunca les dije que… nunca les dije que los amo —susurró.
—Shhh, cariño.Peter está bien. Te lo juro.
Ella no pareció escucharlo.
—Nunca les dije que… nunca les dije que los amo —susurró.
lunes, 25 de junio de 2012
Capítulo 67:
Se dirigió a los árboles, intentando perderse en el área boscosa. Una
risa histérica broto de su garganta. ¿Cómo podía perder a alguien, con
tres pies de nieve?
Sintió la cabeza tirada hacia atrás. La tiró la mano que agarraba su pelo con firmeza. No se intimidó, luchando con uñas y dientes. Sentía que la supervivencia era posible.
El metal brilló en el inicio del sol matutino. Entonces sintió el dolor estallando en el pecho. Cayó en la nieve, vagamente consiente del hombre agarrando un cuchillo arriba de ella. El brazo sano se hundió en el hielo.
La mano palpó, hasta encontrar una piedra. La agarró firmemente, y se dispuso para hacer su última tentativa.
Sintió la cabeza tirada hacia atrás. La tiró la mano que agarraba su pelo con firmeza. No se intimidó, luchando con uñas y dientes. Sentía que la supervivencia era posible.
El metal brilló en el inicio del sol matutino. Entonces sintió el dolor estallando en el pecho. Cayó en la nieve, vagamente consiente del hombre agarrando un cuchillo arriba de ella. El brazo sano se hundió en el hielo.
La mano palpó, hasta encontrar una piedra. La agarró firmemente, y se dispuso para hacer su última tentativa.
Capítulo 66:
Mariana abrió los ojos lentamente, sorprendida por el esfuerzo que
necesitaba hacer. El aire era helado a su alrededor, y le dolía la
mandíbula. No reconoció el entorno. Estaba en un cuarto de una cabaña,
acostada en el suelo. Movió los brazos y descubrió que ya no tenía las
esposas que tenía antes.
Capítulo 65:
El bastardo les atrajo, secuestrando un niño, y ahora tenía a Mariana. Su sangre se enfrió. Más que la nieve que envolvía sus piernas.Mariana moriría si no la encontraban y rápido.
Adelante, el brillo de las luces de la ciudad resplandecía contra la nieve.Thiago aumentó la velocidad, decidido a llegar al jeep tan rápido como era posible.Juan se mantenía detrás de él, absteniéndose de expresar los miedos que merodeaban en sus pensamientos.
domingo, 24 de junio de 2012
Capítulo 64:
El frío cortante atravesó el pesado abrigo de Thiago. Finalmente fueron
capaces de encontrar una ligera huella en la nieve, a casi una milla
fuera de la ciudad. Él y Juan alumbraron el terreno con las linternas,
moviéndose tan rápido como podían a través de la ventisca.
Capítulo 63:
Entonces oyó pasos. Pasos lentos, cautelosos. Más cerca, hasta que se
detuvieron del lado exterior de la puerta. Contuvo la respiración y
luchó contra el pánico que amenazaba adueñarse de ella.
—Mariana, soy yo. Abre la puerta.
—Mariana, soy yo. Abre la puerta.
Capítulo 62:
—¿Ya no estamos tan gallitos, eh?
—Esta me la vas a pagar —susurró Mariana.
Peter elevó la pelvis retirándose y detuvo sus movimientos.Mariana levantó las caderas, intentando recibirlo completamente otra vez.
—Jódeme —imploró ella, nuevamente.
Gimió y se deslizó dentro de ella.
—Me encanta una mujer boca sucia.
Ella se rió.
—Esta me la vas a pagar —susurró Mariana.
Peter elevó la pelvis retirándose y detuvo sus movimientos.Mariana levantó las caderas, intentando recibirlo completamente otra vez.
—Jódeme —imploró ella, nuevamente.
Gimió y se deslizó dentro de ella.
—Me encanta una mujer boca sucia.
Ella se rió.
Capítulo 61:
Deprisa se deshizo de los tejanos y la camisa. Salió del vestidor
haciendo equilibrio sobre un pie, intentando meter el otro en el mínimo
short de seda del conjunto. Se despeinó el pelo con los dedos y corrió
al baño para echar un vistazo rápido a los resultados.
La sonriente y risueña chica en el espejo no se parecía en nada al conejo desarrapado y asustado de algunas semanas atrás.
Se pasó el cepillo por el pelo ahora negro. Sólo tenía más o menos un minuto antes de que Peter echara la puerta abajo.
Soltó el cepillo y corrió hacia la cama.
Para su sorpresa,Peter estaba allí esperando por ella. Desnudo.
La sonriente y risueña chica en el espejo no se parecía en nada al conejo desarrapado y asustado de algunas semanas atrás.
Se pasó el cepillo por el pelo ahora negro. Sólo tenía más o menos un minuto antes de que Peter echara la puerta abajo.
Soltó el cepillo y corrió hacia la cama.
Para su sorpresa,Peter estaba allí esperando por ella. Desnudo.
Capítulo 60:
Parecía una noche perfecta. La nieve cesó finalmente, dejando el paisaje
cubierto por una sábana blanca. El fuego ardía en la chimenea, y
Mariana estaba sentada en el suelo jugando Monopoly con Juan y
Peter.Thiago apagó el ordenador y deambuló perezosamente hasta sentarse
detrás de Mariana.
Acarició su pelo, disfrutando de verla entretenida con sus hermanos. Sí, era una noche perfecta. Por lo tanto no debería haberse sorprendido cuando el teléfono sonó.
Acarició su pelo, disfrutando de verla entretenida con sus hermanos. Sí, era una noche perfecta. Por lo tanto no debería haberse sorprendido cuando el teléfono sonó.
sábado, 23 de junio de 2012
Capítulo 59:
Juan se rió.
—Es el modo de Peter decir que va a verificar la propiedad, asegurándose que nada ha sido alterado y probablemente, poner unas trampas.
—¿Trampas? —repitió ella.
—Era del ejército, muñeca. Piensa como un soldado.
—¿Cree qué me va a buscar aquí?
—Es el modo de Peter decir que va a verificar la propiedad, asegurándose que nada ha sido alterado y probablemente, poner unas trampas.
—¿Trampas? —repitió ella.
—Era del ejército, muñeca. Piensa como un soldado.
—¿Cree qué me va a buscar aquí?
Capítulo 58:
Llegaron a Clyde a mediodía y Thiago paró en el pequeño aparcamiento de
la oficina del sheriff. Mariana parecía menos contenta, cuando se dio
cuenta en dónde pararon.
—Necesitamos decirle a Maria que está pasando, para que busque a Pablo—explicó él—. Si lo ve, nos puede avisar. Protección adicional.
—¿Pero lo hará? —preguntó Mariana suavemente, mirándole—. ¿Nos lo va a decir?
—Necesitamos decirle a Maria que está pasando, para que busque a Pablo—explicó él—. Si lo ve, nos puede avisar. Protección adicional.
—¿Pero lo hará? —preguntó Mariana suavemente, mirándole—. ¿Nos lo va a decir?
Capítulo 57:
—Pensé que te había escuchado. ¿Cómo te sientes? —le preguntó.
Ella sonrió.
—Tiesa y adolorida, pero considerando las circunstancias, podía ser peor, así que estoy agradecida.
Emociones opuestas atravesaron los ojos de Peter. Ira, preocupación, y algo de miedo. Dejó el cepillo y caminó en silencio hacia sus brazos. Se ajusto a él, abrazándolo firmemente.
—Estoy bien,Peter. De verdad.
Sus fuertes brazos la apretaron. Contra su pecho, sentía el corazón acelerado.
—No sé lo que haría si algo te pasara —dijo angustiado.
Ella sonrió.
—Tiesa y adolorida, pero considerando las circunstancias, podía ser peor, así que estoy agradecida.
Emociones opuestas atravesaron los ojos de Peter. Ira, preocupación, y algo de miedo. Dejó el cepillo y caminó en silencio hacia sus brazos. Se ajusto a él, abrazándolo firmemente.
—Estoy bien,Peter. De verdad.
Sus fuertes brazos la apretaron. Contra su pecho, sentía el corazón acelerado.
—No sé lo que haría si algo te pasara —dijo angustiado.
viernes, 22 de junio de 2012
Capítulo 56:
—Pudimos haberla perdido hoy —dijo Thiago. La ira aún ardía por sus venas. Quería matar alguien. Con sus propias manos.
Se volvió, para mirar fijamente a sus hermanos.
—No podemos quedarnos aquí. No podemos protegerla aquí en la ciudad. Hay demasiado espacio abierto.
—Estoy de acuerdo —declaró Peter con voz acerada—. Debemos volver a casa.
Se volvió, para mirar fijamente a sus hermanos.
—No podemos quedarnos aquí. No podemos protegerla aquí en la ciudad. Hay demasiado espacio abierto.
—Estoy de acuerdo —declaró Peter con voz acerada—. Debemos volver a casa.
jueves, 21 de junio de 2012
Capítulo 55:
—Cariño —dijo suavemente.
Ella abrió los ojos, sus pestañas aletearon delicadamente contra su suave piel. Se le veía tan desmesuradamente vulnerable.
—¿Estás herida en alguna otra parte?
Ella abrió los ojos, sus pestañas aletearon delicadamente contra su suave piel. Se le veía tan desmesuradamente vulnerable.
—¿Estás herida en alguna otra parte?
miércoles, 20 de junio de 2012
Capítulo 54:
Thiago miró con horror, cuando el coche golpeo a Mariana y la tiró
volando sobre el asfalto. Mientras corría hacía ella, volvió a gritar su
nombre. Peter y Juan se encontraban arrodillados junto a Mariana,
cuando se introdujo a empujones. Su aliento se quebró cuando vio sus
preciosos ojos de par en par, mirándole fijamente.
Capítulo 53:
Mariana parpadeó mientras la mujer la rodeó, hablando todo el tiempo.
Giró la cabeza hacia los hombres que tomaron asiento en la pequeña sala
de espera. Thiago le sonrió y parpadeó.
Capítulo 52:
Una lágrima se deslizó por su cara. Ella la secó impaciente, sin saber
por qué estaba llorando. Estaba emocionada. Estaba aligerada.
—Gracias —dijo de nuevo.
—Gracias —dijo de nuevo.
lunes, 18 de junio de 2012
Capítulo 51:
Mariana secó las palmas de las manos en los vaqueros, mientras esperaban en el área de la recepción de la oficina del abogado. Estaba nerviosa por lo qué les diría el amigo de los chicos.
Lógicamente, sabía que no había nada que Pablo pudiera hacer para evitar el divorcio. ¿Hacer las cosas difíciles? Sí. Pero no podía evitar que pasara. Esperaba que su amenaza fuera suficiente para convencerlo de no impugnar.
sábado, 16 de junio de 2012
Capítulo 50:
Juan continuó su sensual ataque entre sus piernas, hasta que su entero
cuerpo se quedó bañado de sudor. Ella se arqueó hacia él, cuando estaba
cerca de volver a correrse.
Entonces él alejó su cabeza. Las manos de Peter cayeron sobre el sofá. Su cuerpo se movió con esfuerzo. Ella empezó a protestar, pero Thiago estaba allí, empujándola.
Entonces él alejó su cabeza. Las manos de Peter cayeron sobre el sofá. Su cuerpo se movió con esfuerzo. Ella empezó a protestar, pero Thiago estaba allí, empujándola.
Capítulo 49
Mariana cerró los ojos mientras Thiago lavaba suavemente su cuerpo bajo
el agua caliente de la ducha. Él la besó y chupó entre un masaje y otro
hasta que ella casi enloqueció de placer.
martes, 12 de junio de 2012
Capítulo 48:
Ella le dirigió una mirada sórdida, entonces se agachó, apoyó los senos
contra su brazo, sumergió su mano hacia abajo y la deslizó por su muslo,
entre las piernas, hasta sentir la protuberancia en la mano. Presiono
suavemente, amasando y mimando.
—Nada —dijo ella dulcemente.
—Nada —dijo ella dulcemente.
domingo, 10 de junio de 2012
Capítulo 47:
—Mi turno, hermano.
—Más tarde, muñeca —prometió Peter, con fuego en los ojos.
Thiago la abrazó, con una sonrisa malvada en el rostro.
—¿Estaban haciéndolo en una pista publica de baile?
Ella parpadeó ingenuamente.
—Oh, vi tus manos en sus pantalones, cariño.
—¿Celoso?
—Más tarde, muñeca —prometió Peter, con fuego en los ojos.
Thiago la abrazó, con una sonrisa malvada en el rostro.
—¿Estaban haciéndolo en una pista publica de baile?
Ella parpadeó ingenuamente.
—Oh, vi tus manos en sus pantalones, cariño.
—¿Celoso?
Capítulo 46:
Peter se rió.
-No nos tenemos que preocupar por si se integrará.
Salieron, y Mariana tembló por el frio que había. Peter la abrazó con un brazo y la acercó, mientras se apresuraban hacia la entrada.
-No nos tenemos que preocupar por si se integrará.
Salieron, y Mariana tembló por el frio que había. Peter la abrazó con un brazo y la acercó, mientras se apresuraban hacia la entrada.
Capítulo 45:
Thiago entró caminando en la sala de estar, buscando a los otros. Por la
primera vez en un más tiempo que él podía recordar, había dormido hasta
después del amanecer. Había bromeado diciendo que Mariana lo extenuaba,
pero era la verdad. Sonrió abiertamente y flexionó sus músculos
cansados. Un hombre solo podía soñar con aquella clase de fatiga.
Capítulo 44:
Ella lo sostuvo más cerca, besando su pecho, intentando mantener sus propias lágrimas bajo control.
—Después de que murió, volvieron su atención hacia mí y otro soldado americano cautivo allí. Mi pierna estaba infectada. Tenía fiebre y estaba medio inconsciente, pero jamás olvidaré el dolor.
Capítulo 43:
Lean lo que puse abajo :)
—Relájate, cariño. Les gustarás.
Juan entró sin prisas en la cocina.Thiago levantó los ojos de la cerveza.
—¿Terminaste de hablar con mamá y papá?
—Sí,Peter está hablando con mamá ahora. Espero que esté recibiendo un buen regaño. Está bastante preocupada por él.
Capítulo 42:
Mariana se hundió más profundamente bajo el edredón, sin querer
abandonar el cálido nido. Estaba cansada, deliciosamente exhausta, y
necesitaba tanta motivación para levantarse y moverse como para hacer
una visita al dentista.
Cerró los ojos y revivió el éxtasis que experimentó cuando los tres hombres le hicieron el amor. Solos, constituían una fuerza digna de ser tomada en cuenta, pero juntos eran imbatibles.
Cerró los ojos y revivió el éxtasis que experimentó cuando los tres hombres le hicieron el amor. Solos, constituían una fuerza digna de ser tomada en cuenta, pero juntos eran imbatibles.
sábado, 9 de junio de 2012
Capítulo 41:
Thiago espió dentro del cuarto y observó a Mariana durmiendo
profundamente. Sonrió. Parecía un gatito, con los brazos enredados
alrededor de la almohada. Era sorprendente que en tan poco tiempo ya no
pudiera imaginar la vida sin ella.
Capítulo 40:
Nada que pudiera haber dicho habría evaporado sus miedos tan rápidamente como aquella simple declaración. De repente,Maria salió de su mente y de sus preocupaciones. Pasó los brazos por la cintura de Thiago y cerró los ojos. Por primera vez, realmente creyó que podría sostener los corazones de tres hombres, y que ellos podrían sostener el suyo.
Capítulo 39:
Continuó saboreándola, amando los sonidos de su respiración, como
escapaban a través de sus labios. Pero quería aquellos labios alrededor
su polla, no podía pensar en otra cosa.
Capítulo 38:
Él comprobó su impaciencia y agarró las mejillas de Mariana entre las manos.
Holaaa :)
Holaaa :)
¿Cómo andan? ¿como empezaron el día? yo mas o menos, no ando con mucho humor pero bue...
Les dejo un ratito mas para las que todavia no votaron en la encuesta de la maratón....
Media hora mas o menos, ahora son las 15:25 en Argentina asique tipo 16:00 miro que onda... :)
Por ahora van
¿Cómo andan? ¿como empezaron el día? yo mas o menos, no ando con mucho humor pero bue...
Les dejo un ratito mas para las que todavia no votaron en la encuesta de la maratón....
Media hora mas o menos, ahora son las 15:25 en Argentina asique tipo 16:00 miro que onda... :)
Por ahora van
Si, el sábado. |
17
(54%)
|
Si, el domingo.
|
14
(45%) besos! Juli♥ @amorxca
|
viernes, 8 de junio de 2012
Capítulo 37:
Thiago entró en la cabaña y colgó su Stetson y su abrigo en el gancho de
la puerta. Miró alrededor, pero solo vio las ascuas agonizantes del
fuego. Todo el mundo debía haberse ido ya a la cama.
Su ingle estaba apretada. ¿Hallaría a Mariana en la cama con sus hermanos? Sabía que Juan y Peter se acostaron con ella separadamente, y la verdad era, que esperaba ansiosamente hacer lo mismo.
Caminó en silencio por el pasillo y se paró cuando vio su puerta cerrada. Ninguno de ellos dormía con la puerta cerrada. Probó la perilla y la encontró bloqueada. ¿Qué demonio? ¿Dejarlo fuera de su propio cuarto?
Su ingle estaba apretada. ¿Hallaría a Mariana en la cama con sus hermanos? Sabía que Juan y Peter se acostaron con ella separadamente, y la verdad era, que esperaba ansiosamente hacer lo mismo.
Caminó en silencio por el pasillo y se paró cuando vio su puerta cerrada. Ninguno de ellos dormía con la puerta cerrada. Probó la perilla y la encontró bloqueada. ¿Qué demonio? ¿Dejarlo fuera de su propio cuarto?
jueves, 7 de junio de 2012
Perdón
Hola, bueno se que algunas ya habian para el dia de la maratón pero me acordé que mañana tengo seción de fotos para el cumple de 15 de una amiga y a la noche el cumple de mi abuelo, seria una maratón cortita asique puse de nuevo las opciones para elegir entre sabado y domingo...
Perdon pero me RE colgué =/
beso
Juli♥
Perdon pero me RE colgué =/
beso
Juli♥
Capítulo 36:
Mariana apretó los dientes. No necesitaba ser cuidada, maldita sea, y no
quería a Thiago con la mujer que se veía claramente que lo quería.
¿Celosa? Oh, sí, estaba celosa. Y esto la sacaba de quicio. No pensaba que se sentía más miserable que antes, pero se equivocaba.
—¿No hay nadie más a quien podía haber llamado? preguntó Mariana.
Thiago la miró extrañado por un momento.
¿Celosa? Oh, sí, estaba celosa. Y esto la sacaba de quicio. No pensaba que se sentía más miserable que antes, pero se equivocaba.
—¿No hay nadie más a quien podía haber llamado? preguntó Mariana.
Thiago la miró extrañado por un momento.
Capítulo 35:
—¿Aproximadamente? —preguntó.
—¿Cincuenta? ¿Sesenta millones?
—¡Jesús! —murmuró Juan.
—¿Qué sabes realmente sobre la situación financiera de Pablo? —preguntó Thiago, bajito.
Abrió la boca, pero la respuesta no salió. Sintió un zumbido en la cabeza, y se sintió increíblemente estúpida. Sus mejillas ardían y se le formó un nudo en la garganta.
Sin una palabra, se levantó y abandonó la cocina.
—¡Mariana!
miércoles, 6 de junio de 2012
Sin firmas, no hay capítulo.....
Hay MUCHAS visitas y pocas firmas....
No hay firmas, no hay cap!
Perdon pero yo me tomo el tiempo de subir y viendo que hay tanta gente que vio el cap y solo unas pocas firmaron no me da ganas de subir.... si mas tarde llegan a las firmas pedidas subo, sino vere.....
No hay firmas, no hay cap!
Perdon pero yo me tomo el tiempo de subir y viendo que hay tanta gente que vio el cap y solo unas pocas firmaron no me da ganas de subir.... si mas tarde llegan a las firmas pedidas subo, sino vere.....
martes, 5 de junio de 2012
Capítulo 34:
Mariana se sentía deliciosamente dolorida y somnolienta cuando abandonó
el baño con Juan. Lo amaba. No parecía posible, aunque le dijeron que
iba a ocurrir.
Se unieron a los otros en la cocina, donde Thiago estaba junto a la estufa. Peter se sentó en la mesa, bebiendo una cerveza.
Se acercó a Thiago y lo abrazó, descansando la mejilla en su espalda. Se tensó —¿sorprendido?— por un breve momento antes de volverse para abrazarla.
Le sonrió y besó su cabeza.
—Pareces feliz —dijo él.
Se unieron a los otros en la cocina, donde Thiago estaba junto a la estufa. Peter se sentó en la mesa, bebiendo una cerveza.
Se acercó a Thiago y lo abrazó, descansando la mejilla en su espalda. Se tensó —¿sorprendido?— por un breve momento antes de volverse para abrazarla.
Le sonrió y besó su cabeza.
—Pareces feliz —dijo él.
lunes, 4 de junio de 2012
Capítulo 33:
Entró en el baño y abrió la ducha. Se alejó, se quitó los pantalones y
se acercó al lavabo para dejar su camisa, mientras esperaba que se
calentara el agua.
Se miró en el espejo y estremeció a causa del horrible color de su pelo. Cuando fueran a Denver, iría a una peluquería para arreglar aquel tinte.
Descubriendo qué el vapor empezaba a ascender en la ducha, empezó a desabotonar la camisa, cuando se abrió la puerta y vio entrar a Juan.
Se miró en el espejo y estremeció a causa del horrible color de su pelo. Cuando fueran a Denver, iría a una peluquería para arreglar aquel tinte.
Descubriendo qué el vapor empezaba a ascender en la ducha, empezó a desabotonar la camisa, cuando se abrió la puerta y vio entrar a Juan.
domingo, 3 de junio de 2012
Capítulo 32:
—Relájate —susurró él contra su oído.
Antes de que pudiera reaccionar, sintió que él empujaba un dedo en su interior. Resistió, y el dolor casi la hizo alcanzar el orgasmo.
Entonces, otro dedo se juntó al primero. Su pene bombeaba su vagina, sus dedos penetraban su ano. Era más de lo que podía aguantar. Él se retiró y empujó de nuevo, mientras continuaba penetrándola con sus dedos en su culo. Ella estalló:
—¡Oh, Dios! ¡No pares! —gimió.
Antes de que pudiera reaccionar, sintió que él empujaba un dedo en su interior. Resistió, y el dolor casi la hizo alcanzar el orgasmo.
Entonces, otro dedo se juntó al primero. Su pene bombeaba su vagina, sus dedos penetraban su ano. Era más de lo que podía aguantar. Él se retiró y empujó de nuevo, mientras continuaba penetrándola con sus dedos en su culo. Ella estalló:
—¡Oh, Dios! ¡No pares! —gimió.
sábado, 2 de junio de 2012
Capítulo 31:
A Mariana la abandonó todo el coraje, mientras se acercaba a Peter. Como
si la sintiera acercándose, se volvió, después de cerrar la puerta y la
estudió durante un momento.
—¿Quieres algo?
¡Qué pregunta! Ella tragó una vez, y otra vez.
—Te deseo —dijo rápidamente.
—¿Quieres algo?
¡Qué pregunta! Ella tragó una vez, y otra vez.
—Te deseo —dijo rápidamente.
Capítulo 30:
¡Idiota!
No era justo para ellos. Querían una mujer que los pudiera amar a los tres, no a una mujer que no podía pensar por sí misma, que era un desastre, una que tomaba malas decisiones.
—Si frunces más el rostro, tu bonita cara va a quedar arrugada para siempre —dijo Peter.
No era justo para ellos. Querían una mujer que los pudiera amar a los tres, no a una mujer que no podía pensar por sí misma, que era un desastre, una que tomaba malas decisiones.
—Si frunces más el rostro, tu bonita cara va a quedar arrugada para siempre —dijo Peter.
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