jueves, 28 de marzo de 2013

Capítulo 4:




— Nunca debí haberte dejado que me convencieras para venir aquí, —
Lali suspiró y le dio a Candela una mirada de frustración. — Sólo los solteros
más desesperados llegan a este antro para encontrarse a alguien. — Y ella no se
clasificaba como muy desesperada... todavía no, de todos modos.


Su amiga tomó un sorbo de su bebida adornada con un paraguas. — No lo
arruines. Tuve mis últimas cinco citas aquí.

— Ese es mi punto. — Lali levantó su bolso de la mesa.

Sin interrumpir el estudio de los hombres en la sala oscura, Candela puso
su mano en el brazo de Lali, deteniéndola de levantarse. — Ni siquiera pienses
en irte. ¿Qué vas a hacer en casa? ¿Trabajar hasta medianoche? No. Tú necesitas
una noche de diversión para desconectarte, dejar de pensar en las cosas.

¡Me atrapó! ¿Cómo era que Candela siempre sabía cuáles eran sus planes?

¿Era ella psíquica, o qué?

— No tengo tiempo para desconectarme. La apertura está a sólo siete
semanas, y ni siquiera estamos a mitad del camino con las remodelaciones. Y el
banco está presionándome permanentemente. — Había días en que apenas sabía
por dónde empezar con todas las cosas que tenía que hacer. El ejecutar un proyecto
de remodelación, resultó llevar más tiempo y ser más frustrante de lo que nunca
había imaginado. Menos mal que era muy buena en hacer múltiples tareas, de lo
contrario habría tirado la toalla hace mucho tiempo.

— Convertir la casa en un hostal tipo Bed & Breakfast no es una tarea para
una persona. Te lo dije antes que empezaras, — reprendió Candela, frunciendo el
ceño.

— No había nadie a quien pedirle ayuda, ¿o sí? ¿O prefieres que se lo
hubiera pedido a Michael?— Lali no quería una respuesta a su pregunta retórica,
pero sabía que iba a recibir una de todas maneras. Podía contar con eso, tres, dos...

— Lo necesitas como un agujero en la cabeza. Ese hombre es tóxico. Es una
pena que no se pueda elegir a la familia. — Su amiga frunció los labios y negó con
la cabeza.

— Tal vez tóxico es una palabra un poco demasiado dura. No es tan malo
como lo hacen parecer, — Lali lo defendió. Sus palabras eran un mero reflejo.

No le gustaba hablar mal de las personas que no estaban presentes para defenderse,
aunque se lo merecieran. Pensándolo bien, tal vez un buen chisme con su mejor
amiga, echaría fuera toda la frustración acumulada en sus huesos cansados y le
ayudaría a relajarse.

— ¿En serio? ¿Y qué parte de tu querido primo es sano? ¿La parte en la que
él le robó a su tía ciega cuando ella aún estaba viva, o cuando trató de abrir líneas
de crédito en tu nombre? O, espera, ¿será tal vez la parte donde él vendió tu coche
delante de tus narices y tuviste que tomar el autobús a la escuela? — Candela puso
su dedo debajo de la barbilla, en un gesto pensativo fingido.

Bueno, sería un chisme. ¿Por qué lucharlo, cuando sabía que aún estaba
conmocionada por la última maniobra de Michael en la lectura del testamento de
Eleni, donde había amenazado con demandar por lo que él pensaba que era suyo?

— Eso me trae recuerdos, — reconoció Lali. Lamentablemente, no muy buenos.

Haber crecido con su primo Michael después de que sus padres habían muerto
juntos en un accidente de barco, no había sido fácil. —La tía Eleni estaba tan
enojada con él cuando se dio cuenta de que le estaba robando. Fue entonces
cuando cambió su testamento. Dijo que no recibiría un centavo de ella.

— Y no lo hizo. Ahora la casa es toda tuya...

Interrumpió a Candela — En realidad del banco… los impuestos de
herencia me están matando. Con esa enorme hipoteca que tuve que sacar sólo para
pagar los impuestos, no tengo más remedio que hacer del lugar un Bed and
Breakfast. ¿Qué otra cosa se supone que haga? ¿Venderlo?

— Esa es una idea.

— No, Candela, no es una opción. No voy a renunciar a la casa. Eso es
todo lo que tengo. — Era su casa y lo único que le hacía recordar a sus padres.

— Realmente he pensado en esto. He hecho todos los cálculos, y cuentas. El plan
de negocio es sólido. Si no lo fuera, el banco nunca me habría dado el préstamo
para remodelar. Te estoy diciendo que va a funcionar.

— Bueno, al menos de esa manera Michael nunca pondrá sus manos sobre
él. — Candela se tomó el último sorbo de su ostentosa bebida.

— En realidad, podría. — Lali todavía recordaba su sorpresa al escuchar
las cláusulas del testamento de Eleni.

— ¿Cómo es eso? — Su amiga le dio una mirada confusa. — Tú lo
heredaste. De seguro espero que no lo estés por poner a él en tu testamento.

Claro, Lali podría ser acusada de ser demasiado bondadosa, ¿pero
estúpida? No, nunca nadie la llamaría así. Ella podía fácilmente analizar un
contrato de negocios, al igual que un estudiante de décimo grado podía diseccionar
una rana: con la suficiente curiosidad como para asegurarse de que nada se le
escapara. A pesar de que sólo había tomado unas pocas clases de leyes y de
contratos en la universidad, había aprendido una o dos cosas. Lo suficiente como
para saber cuándo debía contratar a un abogado y cuándo debía manejar las cosas
por sí misma.

— Bueno, no es realmente algo que pueda controlar. El testamento de Eleni
tenía una cláusula de contingencia. Es una cosa de familia. — Lali cortó la
protesta de su amiga. — Si algo me pasa a mí sin que yo tenga hijos, él será el
heredero contingente.

Candela dejó escapar un grito ahogado. — ¿Ella puede hacer eso?

Lali asintió con la cabeza. A ella no le había gustado escuchar la cláusula
cuando se había leído el testamento ante ella y Michael, una semana después de la
muerte de Eleni. Sin embargo, después de discutirlo con su propio abogado, se dio
cuenta de que luchar en contra de su voluntad le costaría todo el dinero que había
heredado.

— Ella puede hacerlo y de hecho lo hizo. Supongo que la familia significaba
más para ella de lo que todos asumimos. Incluso si eso significara que mi podrido
primo podría poner sus manos en su dinero después de todo. Porque para mí el
tener hijos, como ambas sabemos, no ocurrirá en un futuro cercano.

Por mucho que quisiera tener una familia, tenía que ser capaz de mantener
una primero. Y eso significaba iniciar un negocio viable y poner toda su energía en
ello para hacer que funcionara. Incluso si eso significaba esperar para tener hijos
durante unos pocos años. Todavía tenía suficiente tiempo para procrear. A los
veintiocho años de edad, ella no estaba completamente fuera de juego.

Candela rodó los ojos. — Sería de gran ayuda si fueses a una cita de vez en
cuando.

Lali no tenía ninguna objeción a tener citas, sólo con el material
disponible. Y entrar en una relación sólo por el hecho de no estar sola, ya era
demasiado patético. Ella estaba buscando al hombre perfecto, no al primer hombre
que se le presente. Bueno, tal vez buscando era una palabra demasiado fuerte. Ella
no estaba buscando activamente. En realidad, ¿dónde encontraría el tiempo en esos
momentos con todas las cosas que tenía que hacer?

— No necesito otro sermón. Ya te lo he dicho, tan pronto como el hostal
esté abierto, empezaré un nuevo capítulo en mi vida. Buscaré un hombre decente…
un material digno para el matrimonio. Te lo aseguro. Hasta entonces, no tengo
tiempo de perder en citas con la clase de individuos que probablemente me
encuentre aquí. — Por más que se sintiera solitaria al llegar a una casa vacía,
prefería hacer eso a tener una cita con un mal hombre de nuevo. Ya había
aprendido la lección.

— No puedes dejar que tus malas experiencias te detengan para el resto de
tu vida. Pensé que ibas a comenzar un nuevo capítulo. — Candela dio un giro
provocativo de su muñeca.

— Lo estoy. Y ni Ralph, ni Eric tienen nada que ver con esto.

— ¿Tampoco Simon, Mark o Justin?, — preguntó Candela en tono de
burla. — Claro, si tú lo dices.

Lali dio un gran trago a su bebida. — ¿Qué quieres, Candela?

Su amiga se inclinó sobre la mesa. — Quiero que reconozcas que no puedes
juzgar a todos los hombres con la misma medida, simplemente porque algunos
idiotas te hicieron daño. No es justo.

Lali quería interrumpir, pero Candela levantó la mano. —No, tengo
que decir esto. Debí haberlo dicho hace años. Es tiempo de hacer borrón y cuenta
nueva. Tienes que darle a alguien una oportunidad. Hazte un favor y olvídate de
esos idiotas. Ellos no se lo merecen.

Del dicho al hecho…. — Yo no soy como tú, Candela.

— Cariño, le sucede a todas. ¿Tú crees que nadie me ha engañado a mí?

Lali se encogió de hombros. — Yo sé que es un hecho que ninguno de tus
novios te cambió por una mejor cita para la fiesta de graduación, sólo porque te
salieron granos.

— Ralph era un sinvergüenza, te concedo eso, pero esos granos se veían
horribles. —Candela trató de reprimir su risa.

Lali no pudo evitar reírse de sí misma. Todo había sido ridículo. Y
cuando sus granos habían desaparecido de nuevo un par de semanas más tarde,
Ralph pronto había vuelto arrastrándose.

Pero para ese entonces ya se había dado cuenta de lo poco que valía él. Lo
que había sido importante para él, eran las apariencias y la de ella no había
encajado en su mundo perfecto. Dios no lo permita que su foto de graduación
mostrara a su novia con acné. Así que Lali había decidido que nunca más saldría
con otro muchacho guapo como Ralph.

Unos meses más tarde volvió a lo mismo... y la flechó otro tipo que era
demasiado guapo para su propio bien. El hecho de que Eric constantemente se
regocijara en el resplandor de la admiración de otras mujeres y estuviera tan
pendiente de los cumplidos, ni siquiera era lo peor. El problema era que sentía que
todas las mujeres igualmente bellas, debían de tener un pedazo de su perfecto
cuerpo. Para cuando Lali se dio cuenta de lo mujeriego que era, su novio se
había acostumbrado tanto a sus acciones que sentía que no había absolutamente
nada de malo en lo que estaba haciendo.

Después de un tiempo un patrón había comenzado a emerger… mientras
mejor se veía un hombre, más desastrosa terminaría la relación. ¿Podía evitar el
hecho de que le gustara un hombre con un gran físico y una cara bonita? Por
primera vez, Lali se preguntaba si eso la hacía a ella superficial. ¿Estaba
mintiendo a Candela y a sí misma cuando dijo que le gustaba un hombre con
cerebro y que valiera la pena? Oh diablos, ella probablemente no era mejor que esos
tipos. Nada había cambiado en realidad desde la escuela secundaria. Ella todavía se
enamoraba de un rostro hermoso y lamía sus heridas de batalla unas semanas más
tarde. ¡Estúpida!

— Confía en mí, nunca caeré con otro chico bonito, — prometió Lali,
una promesa que hizo más para sí misma que para Candela.

Mientras miraba a su amiga, de repente notó un cambio en su rostro. Un
destello de interés cruzaba sus hermosos rasgos. — Bien, tenemos una apuesta. Por
lo tanto, probaremos tu resistencia con el siguiente tipo caliente que entre, —los
ojos de Candela estaban pegados en la puerta.

Lali levantó la barbilla. — Está bien. Te demostraré que ya no soy
susceptible a una cara bonita. He cambiado.

— Oh, delicioso, — murmuró Candela. — Aquí viene Sexo con piernas.
Lali se sentó de espaldas a la puerta y no podía ver a quién se estaba
refiriendo Candela, pero no estaba preocupada. — Para ti, cualquier hombre que
respira es Sexo con piernas. No es un gran obstáculo para pasar.

Candela resopló y se abanicó. — Para nada cierto, y éste está buenísimo.

No mires ahora, pero creo que se dirige hacia acá. — Se pasó la mano por el
pelo.—Bueno, este es el plan. Voy a llamar su atención y luego te lo entregaré.

¿Cómo me veo?

Lali sonrió. Como siempre, su mejor y vieja amiga, lucía perfecta. Su
cabello pelirrojo era ligeramente ondulado, y su rostro estaba mejorado con sutil
maquillaje. Se veía perfectamente natural y perfectamente hermosa. — Preciosa,
como siempre.

Lali no tenía ni celos ni envidia de los atractivos de su amiga. Ser la
mejor amiga de una de las muchachas más populares de la escuela secundaria y
luego de la universidad, le había traído muchos beneficios. Pero eso no era ni
siquiera lo mejor. Candela era tan cercana de Lali como cualquier hermana lo
sería. 

— Me está mirando, — continuó comentando Candela. —Definitivamente
viene hacia acá. Lali, prepárate.

Nunca había visto a su amiga tan nerviosa. Cuando se trataba de hombres,
Candela tenía mucha experiencia y siempre parecía calmada. Sin embargo, el
rubor rosa en las mejillas de su amiga, le decía que estaba cualquier cosa menos
calmada. La curiosidad de Lali, le ganó. Si alguien podía hacer sonrojar a su
amiga, tenía que tener algo muy especial.

Lali giró en el taburete y se congeló.


Continuara.....


20 comentarios:

  1. uuuuy quien abra llegado que la sorprendio?

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  2. Creo qe esto no xoordina cn el cap anterior....

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  3. A la chica de arriba... Si coordina el cap, solo q este es desde lali y el anterior de peter

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  4. mas Juli subi otro dale por finde largo!! :D @lypsiempre

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  5. Jajaja mala apuesta,pierde sin remedio.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Hola!!! tengo una adaptacion en mi blog si quieres pasa y leerla
    besoss!!

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  8. mas mas mas quiero saber que pasa massssssss

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  9. Ah no eh! no nos dejes asi... quien es ahora que la dejo congelada? quiero sabeeeer jajaj!espero mas, esta muy buena!Giu

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  10. Intuyo que ambos se van a casar por conveniencia y en el proceso se van a enamorar claro que desde un inicio habrá atracción.
    @Masi_ruth

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  11. Es Peteeeeewr? Puede ser no? Porque quería ir a tomar un trago e.e
    No nos dejes asiiii, sube prontitoooooo :3 ñya me puse al día con tus novelaaaaas :)
    @AlwaysWithLaliE

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  12. Mas mas mas. Volvi a aparecer por tu blog Juli jajaja. Besos.

    @Camhii__Infante

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  13. http://mymemoriesold.blogspot.com/ <----adaptación

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  14. SON TAN BUENAS TUS NOVES ME ENCANTAN
    Soy nueva en esto del blog, voy a subir novela
    por si quieres pasar!
    http://amorporcasiangeless.blogspot.mx/

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  15. Aaaaaaahhhhhhhh hgfdxsfghj me muro no podes dejar ahí la noveeeee te lo ruegoooo!!! Ya quiero ver lo que piensa o dice Lali cuando lo vea jgfjhgfd massss noveee por fas Juliii @LuciaVega14

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  16. es peter... es obvio jajaja

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)