jueves, 14 de marzo de 2013

Capítulo 40:




Sally y Simon me llevaron a casa en los primeros días de Diciembre. Algunos
adelantados ya habían colgado sus luces de Navidad.
La casa de la sra. Hoffman
era una explosión de color, suficientes como para ser dignas de un desvío de
autopista. Nuestra casa estaba oscura, sin una vela ni chucherías a la vista.
Simon abrió la puerta. “Ahora que estás de regreso, Lali, podemos ponernos a
decorar.”
“Entonces, nos inclinamos por el viejo buen gusto Inglés o el temerario del
Nuevo Mundo?” preguntó Sally demasiado alegre.
Les seguí la corriente, sabiendo que ellos querían creer que me encontraba
mejor de lo que en realidad estaba. “Si lo hacemos, puedo tener a un santa
inflable colgando de mi ventana?”
“Por supuesto, siempre y cuando pueda tener a un reno de luces que
parpadean sobre el techo.”
Luces que parpadean – una palmera, montañas rusas.
“Qué sucede, amor?” Simon puso sus brazos alrededor mío.
Esto me estaba sucediendo todo el tiempo ahora: veía destellos de cosas –
una silla, un jet, una cama – ninguna de las cuales lograba entender.
“Nada. Sólo estoy teniendo uno de mis momentos.”
Tiré la caja sobre mi cama y me senté, mirando fijamente a las paredes.
Turquesa. Casi había olvidado practicar lo del escudo. Debí haber estado
filtrando todo el tiempo pensamientos y sentimientos hacia Peter pero él había
sido tan amable en no decírmelo. En cierta forma, no tenía la energía para
retomar donde lo había dejado. Él me había contado que lo contacté mientras
estaba siendo retenida por mis misteriosos captores. Aduje estar en Las Vegas,
lo que le pareció difícil de creer hasta que aparecí en el almacén. Pensaba que
intenté decirle exactamente dónde me encontraba pero no había captado la
mayor parte de mi mensaje. Los Lanzani habían actuado sobre lo que llegué
a decir y viajaron a Las Vegas porque la ciudad era el centro de operaciones de
Daniel Kelly – la coincidencia era demasiado grande como para ser ignorada.
Ellos todavía pensaban que había una conexión: Gator, el hombre que había
muerto en el almacén, había sido empleado de la Corporación de Kelly, pero la
policía no había sido capaz de conectar el secuestro con el empresario.
Víctor se estaba sintiendo bastante ofuscado por todo el asunto. Para
colmo de males, los dos Kelly que los Lanzani habían ayudado a encerrar, se
escaparon de prisión un par de semanas atrás; nadie sabe bien cómo es que lo
hicieron.
“Lali, la cena está servida!” llamó Sally.
Bajé y fingí tener más apetito del que en realidad tenía. Sally había cocinado
mi pasta favorita y compró un pote de helado especial. Todos estábamos
haciendo el esfuerzo para logar que la noche sea un éxito.
Jugué con mis espaguetis. “Creen que debería regresar a la escuela?”
Simon le llenó la copa de vino de Sally y luego se sirvió a sí mismo. “Todavía
no, amor. En realidad, me...em...me he estado preguntando.”
“Hmm?” Sally alzó la vista, al escuchar el tono precavido en su voz.
“Tuve noticias de esta señora en Las Vegas hoy – la Sra. Toscana. Ella dirige
uno de esos hoteles casino. Resulta ser que ella estaba detrás de las donaciones
secretas que pagaron por la clínica de reposo.”
“Oh, que amable de su parte.”
“Eso fue lo que le dije. Como sea, escuchó acerca del secuestro y ha estado
viendo nuestro porfolio en la web; se preguntaba si consideraríamos un nuevo
contrato como consejeros en las adquisiciones de arte que haga la cadena
hotelera. Tienen hoteles por todos lados – Roma, Milán, Madrid, Tokio,
Londres, así como a lo largo de todo Estados Unidos. Duraría más que un año
y le permitiría a Lali finalizar su colegiatura en un solo lugar. Ella mencionó
que había algunas secundarias excelentes en Vegas. Incluso recomendó unas
cuantas.”
Sally revolvió su vino en la copa. “No lo sé, Simon. Si nos mudamos a alguna
parte, preferiría regresar a Inglaterra. No creo que nuestra aventura Americana
haya tenido mucho éxito. Y Las Vegas, bueno, los recuerdos no son muy
placenteros que digamos.”
Simon enroscó expertamente un espagueti alrededor de su tenedor. “No nos
comprometí a ello. Ella sugirió que lo habláramos un poco, y exploráramos la
posibilidad antes de rechazar la idea. Nos invitó a ir por un fin de semana –
incluida Lali.” Tomó un bocado. “debo decir que el salario que mencionó excedía
por mucho mis expectativas.”
“Lali? Qué piensas?” preguntó Sally. 
“Eh? Oh, no estaba escuchando realmente.”
“Necesitas un cambio de Wrickenridge?”
“No creo que quiera mudarme otra vez justo en este momento.”
“Puedes hacerle frente a la escuela aquí, sabiendo que todos están al tanto
de lo que te sucedió? No te culparíamos si quisieras un nuevo comienzo en otra
parte.”
“Puedes dejarme pensar acerca de esto?”
Simon asintió. “Por supuesto. Podemos ir, y echar un vistazo sin hacer
ninguna clase de compromiso. Te ayudará a decidir. Después de todo, no
llegaste a conocer Las Vegas, sólo el hospital y ese…ese almacén. Puede que
disfrutes de la ciudad.”
“Tal vez.” Dejé eso de lado por un momento, mi mente demasiado enfrascada
en hacerme a la idea de estar nuevamente en casa como para pensar en
mudarme.
Karla y Saul vinieron el sábado en la mañana. No me había sentido a gusto
con la madre de Peter desde nuestro primer encuentro, pero hoy estaba en su
mejor comportamiento, sin dar ninguna señal de que me estuviera leyendo.
Irónicamente, no me hubiera importado que alguien me dijera qué es lo que
estaba sucediendo en mi cabeza dado que yo no tenía la menor idea. Recordé
la conversación que tuve con Saul acerca de mi relación con su hijo; seguirían
estando tan ávidos de tenerme en la familia ahora que sabían que había
enloquecido en Vegas?
Sally y Simon se sentaron conmigo mientras entreteníamos a los Lanzani en
la cocina. No había nada de lo chiflado divertido que había tenido en casa de los
Lanzani cuando fui. Intercambiaron un par de cortesías, hablando acerca de
los conciertos que estaban planeados para Navidad y la ajetreada temporada en
las pistas. Me sentí muy triste de no formar parte en lo de la música como tenía
planeado. Ya estarían con los ensayos en la escuela, sin mí. Finalmente, Saul se
volteó hacia mí, llegado un punto de su visita.
“Lali, es bueno verte de regreso en Wrickenridge.”
“Gracias, Sr. Lanzani.”
“Peter nos contó lo que le dijiste acerca de tener falsos recuerdos.”
Bajé la vista hacia mis manos.
“Creemos que podemos ayudarte.”
Simon se aclaró la garganta. “Ahora, sr. Lanzani, apreciamos que venga
hasta aquí, pero le conseguimos un excelente doctor a Lali. Ella la está viendo
para su tratamiento. No pensamos que sea bueno interferir con eso.”
“Eso estaría muy bien en el curso normal de las cosas,” dijo Karla, su tono
traicionando un dejo de impaciencia, “pero pensamos que el problema de Lali
pueda estar fuera de los límites de la medicina ordinaria.”
La mirada que Sally y Simon intercambiaron fue clara. Estaban hostiles a
cualquier sugerencia fuera de su control; los Lanzani no eran la única familia
que sabía cómo cerrar filas.
“Puede que así sea, pero ella es nuestra hija y nosotros decidiremos con ella
qué es lo mejor.” Simon se puso de pie, señalizando que hasta a donde a él le
concernía, esta amistosa visita había concluído.
Saul mantuvo sus ojos sobre mí. “Nos gustaría que pasaras algún tiempo con
nuestra familia, Lali. Cuando estamos juntos, hay cosas que podemos hacer para
ayudar a las personas que están en tu situación.”
La perspectiva me aterrorizaba – pero también sabía que no estaba yendo a
ninguna parte con los métodos del doctor pese a todo el optimismo de Sally y
Simon.
“Es el pasar tiempo con tu familia lo que metió a Lali en el embrollo en que
está ahora!” Simon ya no se molestó en ocultar su enojo. “Mire, sr. Lanzani --”
“Por favor, llámeme Saul. Hemos atravesado demasiadas cosas juntos como
para continuar siendo tan formales.”
Simon suspiró, abatido. “Saul, Peter nos cae bien – es un buen muchacho –
pero no es probable que Lali vaya a pasar mucho tiempo más por aquí como
para pasar ese rato del que está hablando. Por favor, sólo déjenos solos ahora.
Lali tuvo que soportar suficiente para su corta vida; no añadamos a ese estrés
bajo el que ella se encuentra ahora haciendo alegaciones sobre ella.”
Sally juntó sus dedos, apretándolos con fuerza. “Siempre hemos sabido,
desde que era pequeña, que la salud mental de Lali es delicada. No es su culpa,
pero ha resultado que la asociación con su familia y este excepcional problema
la han alterado de su balance. Por favor, déjela tranquila.”
La discusión se estaba llevando a cabo sobre mi cabeza. Era casi como si yo
no estuviera allí.
“Sally, por favor.”
“Está todo bien, Lali. No hay nada de lo que avergonzarse.”
“Su hija nos necesita,” dijo la sra. Lanzani.
“Lo siento, pero estoy en desacuerdo.” Sally se unió a Simon junto a la puerta,
el lenguaje corporal claro como el cristal. “Sabemos lo que es lo mejor para Lali.
Ha sido nuestra desde los seis años y creo que la conocemos mejor que ustedes.”
“Paren, todos ustedes, por favor.” Me sentía como un hueso que estaba
siendo disputado por una manada de perros. Todos estaban tan ocupados
diciéndome que sabían qué era lo mejor, cuando yo no podía decirdir qué podría
llegar a serlo por mí misma.
Saul se levantó de la mesa. “Karla, estamos angustiando a Lali. Será mejor
que nos vayamos.” Me lanzó una mirada. “La oferta se mantiene en pie, Lali.
Sólo piensa en ello. Por el bienestar de Peter, así como por el tuyo.”
Los Lanzani partieron con un portazo sobre su auto y tensos saludos en la
entrada. Permanecí detrás, en la sala, deslizando mis dedos por el teclado del
piano. Era mi impresión, o también sonaba fuera de tono?
“Bueno, realmente,” dijo Sally, retornando a la casa en un arranque
emotivo. “No hay nadie en Wrickenridge que no crea que sabe más que
nosotros?”
“Lamento que hayas tenido que aguantar eso, amor.” Simon despeinó mi
cabello. “Pienso que sus intenciones eran buenas.”
“En estos momentos Las Vegas luce muy tentador,” añadió Sally.
Los ojos de Simon destellaron, como un conductor viendo un espacio en el
tráfico de la hora pico, sabiendo que podía sacar una ventaja de eso. “Entonces
le llamaré a la sra. Toscana, y ver si puede hacer los arreglos.”
No quería esta actitud de a todo vapor hacia una nueva vida; quería tiempo
para adaptarme a la que había estado formando por mi cuenta aquí. Quería
tiempo para descubrir qué había entre Peter y yo. Y para todo esto necesitaba mi
cabeza otra vez en el lugar correcto.
Cerré la tapa del piano. “No podríamos pensar sólo por un minuto en lo que
el sr y la sra. Lanzani dijeron? Tal vez puedan ayudar.”
“Lo siento, Lali, pero una vez mordido, dos veces reticente.” Simon siguió
pasando tarjetas ejecutivas hasta que halló la del hotel en Las Vegas. “Enredarse
en los asuntos de esa familia ha sido un desastre. No nos importa que veas a
Peter aquí, pero no irás para su casa. Estás progresando, no queremos ninguna
recaída. Voy a hacer esta llamada.”
Tenía poca energía para una discusión de momento de modo que no hice
ninguna promesa, simplemente me paré, excusándome que iba a la cama.
Podía escuchar a Simon hablando animadamente con su nuevo contacto,
mencionando qué fines de semana teníamos libres y cuánto nos gustaría ir de
visita. No tenía ningún deseo de regresar a Las Vegas; por qué querría? Todo lo
que quería se encontraba aquí.
Me senté en la punta de mi cama a mirar por la ventana hasta mucho más
tarde que mis padres se hayan retirado a dormir. El cielo estaba despejado, las
sombras de la luna manchando la nieve de azul. El invierno se había instalado,
la nieve se amontonaba, lista para quedarse hasta la primavera. El termómetro
estaba bien por debajo de los cero grados, las estalactitas colgaban de los aleros,
elongándose diariamente. Me froté los brazos. No podía soportar esto. Quería
gritar, golpear mi cabeza hasta volverla a poner en forma. Estaba haciendo todo
lo posible para fingir que estaba mejorando pero de hecho sentía que estaba
empeorando. Me aferraba a la cordura, pisando delicadamente sobre el fino
hielo que protegía mi mente, pero temía que esto fuera una ilusión: que ya
hubiera caído en las grietas.
Me levanté abruptamente y caminé hacia la ventana, con los puños
apretados. Tenía que hacer algo. Se me ocurrió un sólo lugar al que podría
acudir para prevenir que el daño se expandiera. Tomando mi bata, abrí la
ventana. Sabía que lo que estaba considerando era una locura, pero de nuevo
pensé; yo estoy loca, así que al demonio con todo. Lamentando que mis botas
de nieve estuvieran abajo – no quería arriesgarme a alertar a mis padres de mi
plan – me subí al techo del pórtico, me deslicé hacia abajo hasta el borde y caí al
suelo. Mis blandas zapatillas se empaparon inmediatamente pero de momento
me sentía demasiado impulsada con el alivio de saber que ésta era mi última
esperanza como para que me importara.
Comencé a correr por el camino, los pies crujiendo sobre la nieve. Transité
de los escalosfríos de puro frío a no sentir nada. Pasé de largo a nuestro auto
aparcado en el garaje, deseé haber tomado la oportunidad de la legislación de
Colorado de permitir a los chicos de dieciséis años estar al volante. Peter una vez
dijo que me daría lecciones pero nunca llegó a hacerlo. No importa, eran sólo un
par de millas a travesando el pueblo. Podía lograrlo.
Estaba caminando para la hora en que alcancé el empinado camino tras las
posadas de esquí hacia el teleférico. La nieve aquí estaba estampada contra
el piso, congelándose en crestas de hielo. Cuando miré hacia mis pies, me dí
cuenta que las suelas de mis zapatos estaban hechas trizas y estaba sangrando.
Curiosamente, no pude hacer que me importara demasiado. Me acerqué a
la casa de los Lanzani con cautela, preguntándome qué clase de seguridad
habrían instalado. Habían estado esperando un ataque y todavía no habrían
bajado su guardia. A unas cien yardas de distancia, sentí una barrera – no
una física sino una sensación de poca predisposición y miedo forzándome a
retroceder. Alcé mi escudo y me abrí paso, mi determinación de alcanzar a Peter
era muchísimo más poderosa que este instinto de escape. Cuando me libré, sentí
que había activado alguna clase de alarma. Las luces se encendieron en la casa,
primero las de arriba en las habitaciones, luego las del porche.
En qué estaba pensando? Planeaba ir a golpear a su puerta en medio de la
noche? Esta era la América pistolera, no Inglaterra: probablemente terminara
con un disparo antes de que cayeran en la cuenta de quién era. Mi certeza de
que esto era una buena idea se evaporó. Me quedé parada sin saber qué hacer
en medio del camino, analizando si tendría la energía como para voltearme y
regresar a casa.
“Deténgase ahí. Levanta tus manos donde pueda verlas.” La voz de un
hombre – uno que no reconocía.
Estaba congelada en mi lugar – demasiado congelada como para moverme,
siquiera como para pensar.
Llegó el inconfundible sonido del seguro de un rifle siendo deslizado – algo
que sólo había oído en las películas. Las imágenes pasaron: el sal con las manos
arriba de Bugsy Malone. Ahogué una histérica bocanada de risa.
“Ve hacia la luz para que pueda verte.”
Me obligué a moverme.
“Y dije con las manos arriba!!”
Alcé temblorosa mis manos.
“Trace, es Lali!” Peter salió disparado de la casa sólo para ser retenido del
brazo. Su hermano mayor, Trace, el policía de Denver, no lo soltaba.
“Puede ser una trampa,” advirtió Trace.
Víctor salió de entre la oscuridad que había atrás mío. Me rodeó para
bloquearme, con el arma pegada a mi espalda.
“Suéltame!” Peter forcejeó, pero Saul se unió al bloqueo.
“Por qué no estás usando la telepatía, Lali?” Saul habló calmadamente,
como si fuera lo más natural del mundo que una chica aparecíera en su ropa de
dormir a las tres de la madrugada.
Tragué. Ya había demasiadas voces en mi cabeza. “Puedo pasar? Usted dijo
que podía venir.”

Continuara....


Los Lanzani la ayudaran? Se vienen cosas interesantes e importantes!


18 comentarios:

  1. Odio a Simon y Sally dejense de inchar a su hija la secuestraron y la llevaron a las Vegas y ustedes la quieren llevar a vivir ahi? osea u.u Espero que los lanzani la ayuden a aclarar todo!
    Maaas
    Beso,Anto

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  2. hgewbnjkjeghvhsjefiugy Maaaaaaaaaaaaaaaaaaas

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  3. maaasss por favor
    maraton maraton maraton maraton maraton

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  4. dale quieremos ver ya esas cosas interesantes y importantes

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  5. me gusta mucho ay pobre lali

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  6. Peter esta ansioso x estar con ella y protegerla.

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  7. Tienen k ayudarla , son lis unicos k pueden.y quieren hacerlo.

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  8. Espero el próximo.!

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  9. Subís otro hoy??
    Más noveee!
    Flor..

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  10. Más más más más más más!

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  11. los lanzani pueden ayudarla recordar que paso ?
    mas noveeeeee hoy

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  12. Maaaaaaaaaaaaas!!!!! subi mas nove porfis

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  13. que no se vaya a las vegas!

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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  14. FWUOFIJOGTILFWFILÑFKWOÑKFWÑE LO FUE A BUSCAR!!!!! ME MUERO DE AMORRR ¬¬ NO quiero que hagan la idea de Simon de irse hasta Las Vegas porque se va lejossss muy lejoss de Peter :'| @LuciaVega14

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)