— Nunca debí
haberte dejado que me convencieras para venir aquí, —
Lali suspiró y le
dio a Candela una mirada de frustración. — Sólo los solteros
más desesperados llegan
a este antro para encontrarse a alguien. — Y ella no se
clasificaba como
muy desesperada... todavía no, de todos modos.