jueves, 13 de diciembre de 2012

Capítulo 7:

Perdón por no subir antes pasa que me colgue buscando una novela que tarde mas de dos horas hasta que la encontre y aun asi no la puedo descargar ¬¬ Pero bue.
BIENVENIDAS a las nuevas lectoras :D Me alegra que se valla copando más gente con la nove!
Ya veremos que pasa con Nico, les aviso que este es el primer libro de una saga asique si se copan después subo el proximo que ya cuando termine les digo cual es :)
Bueno, ahora si firmen y subo otro, esta vez mas rapido!








Juan Pedro arqueó una ceja al ver a Victorio sentado del otro lado de la sala con una mano sosteniendo su cabeza y la otra traqueteando la mesa con los dedos. No estaba en medio de tomarse una taza de té ni de leer una revista como normalmente hacía los días que lo visitaba.

-¿Pasa algo? –Preguntó bajando los archivos que sostenía hacia el escritorio.

Victorio soltó un sonoro suspiro y dejo de mover los dedos. Su mirada estaba perdida hacía la nada, como si su mente estuviera en algún lugar muy lejos del despacho donde se encontraba.

-No lo entiendo… Yo no quería que sucediera, pero ocurrió…

-¿El que, Vico? –Juan Pedro observó como Victorio se removía incomodo en el asiento.

-Ella ha aparecido…

¿Ella? Juan Pedro soltó una carcajada…

-¿Con Ella te refieres a tu compañera?

Victorio gruño y asintió levemente.

-No sé quién es. Cayo desde un árbol, la atrape y luego la lance al suelo –Juan Pedro soltó otra carcajada más sonora -¿Quién no lo haría? Me he encontrado cara a cara con el diablo.

Juan Pedro agudizo la vista al parar de reír. Su habilidad de leer mentes, le permitía el acceso absoluto a la memoria de Victorio.

-Dices eso, pero estás luchando contra tu instinto de ir a por ella.

Victorio desvió la mirada hacia la ventana.

-No me iré a arrastrar a sus pies; El instinto es algo contra lo que se puede luchar –Victorio apoyó las manos en las rodillas y se levantó ágilmente de la silla frente al escritorio –Por favor, espero que respetes la intimidad de mi mente de ahora en adelante.

-Por lo de la mente, no te preocupes. Pero… Vico… -Juan Pedro sonrió cansinamente -¿Enserio crees que puedes contra tu instinto?



Mariana se levantó a media noche sudando y sollozando. Había soñado con la muerte de sus padres; El cuarto lleno de sangre y los cuerpos descuartizados y despedazados. La respiración se le trancó. ¡Dios mió! ¿Dónde había dejado su inhalador?

Se levantó con brusquedad tirando las mantas al suelo y dejando caer algunos cojines de su lujosa cama. Tosió un par de veces al sentir su pecho trancado. Mariana había vivido siempre con ataques de asma, pero ya llevaba algún tiempo sin que se apoderaran de ella, así que opto por librarse del inhalador.

Rebusco entre todas sus cosas e incluso tiro los cajones intentando encontrarlo. ¡No podía respirar!

Salió corriendo de la habitación. El pasillo estaba vacío, es que los sirvientes no trabajaban hasta tan tarde en la noche… Pero Mariana no sabía qué hacer… No tenía ni idea de cómo reaccionar a la falta de respiración que le había invadido. Siempre cuando el pecho se le trancaba era acompañado por una nube que cubría su mente y la cabeza que parecía y le fuera a explotar de un momento a otro.

Se puso una mano en la frente como si así lograra calmar el dolor y otra en el pecho comenzando a respirar con profundidad y calma mientras caminaba por el pasillo. Las lagrimas entraron en sus ojos y comenzó a rezar, pidiendo ayuda mentalmente.

Como por arte de magia, Juan Pedro Lanzani salió de atrás de la puerta de roble que estaba al final del pasillo –Vestido solo con un mono de dormir – y corrió hacia ella apresurado.

-¿Mariana? ¿Mariana? ¿Qué sucede? Dime por favor…

Tosió un poco aun completamente asustada y poso una mano en el brazo de él.

-No puedo… No puedo respirar… -Las lagrimas por fin desfilaron una a una por sus mejillas alcanzando el punto en su barbilla y goteando hasta tocar el suelo –Me he dejado el inhalador… No puedo respirar.

Juan Pedro masculló algo y la levantó en brazos llevándola a la habitación de él y depositándola en la cama. Mariana respiró calmada y profundamente intentando no sollozar porque sabía perfectamente que si lo hacía, la situación sería peor.

Juan Pedro gritó el nombre de Nicolás y de algunos otros sirvientes. ¿Escucharían? Su respuesta llegó cuando Nicolás en pijama entró por la puerta a los pocos segundos. Al momento dos de las mujeres del servicio también entraron.

-¿Qué ha sucedido? –Preguntó Nicolás completamente alarmado.

-Busca el nebulizador y las soluciones dentro del armario de la habitación de invitados. ¡Rápido! Ustedes, vayan a la cocina y preparen un té caliente con las hierbas que hay en la alacena.

En un dos por tres todos desaparecieron. Mariana tosió y sostuvo con fuerza la mano de Juan Pedro.

-Está bien, La –Él le acarició los cabellos y le hablaba en un tono cariñoso para darle algo de fuerzas. Ella se dio cuenta de que lo estaba logrando –Todo saldrá bien. Solo respira pausadamente y de manera profunda… No te alarmes si duele mientras lo haces.

En efecto, sintió una horrorosa presión en la parte del corazón, como si se lo estuvieran apretando con fuerza para despedazarlo. Pero aun así siguió las instrucciones de Juan Pedro con calma y paz. Un par de minutos después entró Nicolás con un aparato conectado a un tubo y una máscara de oxigeno, junto con unos frascos en su mano libre.

Nicolás puso el aparato al lado de la cama y abrió una especie de manguera conectada a la mascarilla. Abrió los frascos y comenzó a colocar varias gotas de diferentes líquidos en el. Luego le puso la máscara ajustada sobre la nariz y la boca y le dio un pequeño clic al botón de encendido después de que Nicolás lo conectara a un toma corriente al lado de la mesa de noche.

-Respira profundamente ¿De acuerdo? –Mariana asintió ante las palabras de Juan Pedro y sin soltar su mano, siguió la recomendación al pie de la letra.



-¿Está mejor, señorita?

Mariana levantó la vista y asintió a la chica del servicio quien le tendía una taza de té caliente. Tomo la taza y luego se la llevó a la boca para poder tragar un sorbo. Juan Pedro estuvo con ella hasta que acabo la nebulización y ella pudo respirar tranquilamente.

No había soltado su mano en ningún momento y aun Mariana estaba descansando en su cama en compañía de varias de las mucamas. Qué vergüenza, ahora que podía pensar con claridad se daba cuenta de que había hecho algo estúpido. ¿Qué clase de asmático no lleva siempre en su bolsillo un inhalador?

Era ridículo… Sencillamente ridículo.

Y encima salió corriendo de su habitación como una idiota. Algo que obviamente no debería de haber hecho… Las carreras solo empeoraron su dificultad respiratoria.

Suspiró pesadamente. Juan Pedro había ido a llevar el aparato de nuevo a su lugar y Nicolás se había ido con él. No era como si deseara compañía, porque en ese momento necesitaba estar sola al recordar como su madre y su padre habían estado con ella en esa clase de momentos. Su madre acariciaba su espalda y su padre sostenía su mano.

Era dolorosamente cruel que ya no pudiera vivir esa clase de momentos y que una mínima acción se lo recordara.

Las muchachas del servicio salieron de la habitación y Mariana se cubrió la cara con el cobertor al dejar la taza de té sobre la mesita de noche.

-¿Cómo estás?

Se sobresalto al oír la profunda y masculina voz perteneciente a Juan Pedro y de golpé se quitó el cobertor. Se sentó en la cama y lo miro. Estaba recargado en el marco de la puerta mientras la observaba fijamente.

-Si, Gracias por todo y espero disculpe las molestias que le he estado causando. Señor Lanzani.

-Juan Pedro.

Mariana suspiró.

-Juan Pedro –Dijo asintiendo débilmente y sonriendo un poco cohibida bajo su mirada de color azul eléctrico. Cualquiera diría que ese tipo de color en los ojos era para gente buena y amable; pero había algo extraño en los ojos de él que lo hacían lucir aterrador y atemorizante.

-No me habían dicho tus padres que fueras asmática.

Mariana se encogió de hombros.

-No era algo de lo que preocuparse. Hace años que no me dan ataques respiratorios; Por eso pensé que podía vivir sin el inhalador sobre mí. Pero ahora mire lo que paso por mi absurdo pensamiento –Mariana sonrió irónicamente mientras apretaba el cobertor sobre su regazo –Jamás pensé que está enfermedad me causara tantos inconvenientes. Solo tendrá que soportarme durante una semana siendo mi tutor; le prometo que me iré en cuanto se cumpla el plazo.

Juan Pedro sonrió.

-No tienes que preocuparte por eso, La –Él se sentó en una silla al lado de la cama y apoyo sus codos sobre los muslos –Quiero que sepas que está es tu casa ahora; siéntete libre de vivir aquí cuanto gustes. Puedes quedarte hasta que acabes el instituto, si gustas… Claro es, que sí no me soportas puedo conseguirte un departamento donde puedas vivir…

-¡No! –Mariana se alarmó –No quiero que usted piense que le tengo manía… Todo lo contrario; es usted muy amable, Señor Lanzani…

-Juan Pedro.

-Juan Pedro… Lo que sucede es que no quiero ser una carga para nada; a decir verdad me alegro… -La se mordió el labio inferior –Me alegro que sea usted precisamente, la persona que mi padre decidió que fuera mi tutor.

La fila de los dientes blancos de él, se asomaron entre sus labios. Mariana no quería… Enserio que no quería… Pero era imposible para ella, no sentirse atraída por él. Le entraba miedo y escalofríos de pensar que podía quedar enamorada de una persona como Juan Pedro Lanzani.

-Yo también me alegro, pequeña Mariana. No tienes ni idea de cuánto.

Quizás era un pecado… No había moral en una relación así. Después de todo, además de ser su tutor… Era el mejor amigo de sus padres.




+ 30 y otro!

Besos

Juli♥

@amorxca

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29 comentarios:

  1. Me encanto como la cuido, es un tierno!

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  2. Como decirlooo... ME ENCANTOOOOOOOOOOOO muchas gracias por hacer maraton Julii!! @LuciaVega14

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  3. Me mori de amor como cuida Peter a Lali ♥

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  4. hay pobre de lali :( pero tambien me pregunto is peter la checaba desde los 5 anos como no pudo saber que era asmatica ?? o si lo sabia?? por algo tenia el nebulizados no?? massss

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  5. pobrecita todo lo que tuvo que pasar :(

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  6. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

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  7. Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  8. Aaay subiii más porfas me encanta la nove :) . Soy Marchu

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)