Capítulo 12:

Eleanor Barrett arqueó una ceja al ver entrar a Juan Pedro Lanzani por la puerta trasera. No es que lo discriminara porque después de todo, esta era su casa. Pero Juan Pedro Nunca -NUNCA- entraba por la puerta trasera, y menos con una señorita en brazos. Enseguida, Eleanor, olisqueo los problemas.

-Buenas noches, amo Juan Pedro

Juan Pedro la observó atentamente.

-Ve al cuarto de arriba y busca el nebulizador.

Eleanor observó a la mujer en brazos de Juan Pedro.

-Mi señor, he ido a comprar el inhalador que me ha pedido -Ellie se movió con rapidez hacia la estantería de la cocina. En la mañana, el amo Juan Pedro le había pedido que consiguiera un inhalador y la sustancia preferible para las personas asmáticas... No es que Ellie supiera de eso, no, que va. Así que tuvo que preguntar al farmacéutico -que por cierto, no paraba de mirarla de arriba a abajo- que tipo de solución debería llevar para una persona con esa enfermedad.

Lo observó sentar a la muchacha con delicadeza en la silla y volverse hacia ella. Ellie le tendió el inhalado y luego observo a la chica con curiosidad. Entonces comprendió.

A causa de una terrible enfermedad, Ellie no pudo llegar a presentarse a la señorita Mariana Esposito, compañera de su amo vampiro, y apenas hoy se había incorporado. Se suponía que la función de Ellie, desde la llegada de Mariana, seria de hacerle compañía... Pero gracias a que su cuerpo se le ocurrió enfermarse, Nicolas Riera tuvo que tomar su lugar.

-Ten, La –Juan Pedro llevó el inhalador a la boca de Mariana y la hizo respirar. Ella estaba muy mal y su cara se veía llena de sangre... Lo que le hizo preguntarse que era lo que había ocurrido afuera. Se recostó de la mesa y observó la escena... La manera en que Juan Pedro miraba a su compañera era tan hermosa que le hacía flaquear las piernas...

-¿Es ella, mi señor?

-Te he dicho, Ellie, que dejes de llamarme así -Dijo en un suspiro.

-Pero es usted mi amo...

-No lo soy.

Ellie se removió incomoda. Llevaba doscientos años sirviendo a Juan Pedro como una manera de saldar la deuda que había adquirido con él, cuando salvo su vida de una muerte segura a manos de los suyos.

Ellie aun lo recordaba. Casi como si fuera ayer. Cuando todas las cazadoras -un conjunto de mujeres que se dedican a la masacre y caza de vampiros de todas clases. Eran como las amazonas. Y con poderes psíquicos... Las cazadoras nacían, nunca se hacían.- se unieron en su contra cuando ella era la líder.

Recordaba el dolor de los latigazos y las miradas de odio y rencor. Los gritos y como la torturaban.... También recordaba como Juan Pedro Lanzani la había salvado. Ella apenas tenía dieciséis años. Era una niña, y aun no había madurado para obtener la inmortalidad...

Lo había abrazado, llorado y en su corazón le había jurado eterna lealtad a su persona, sobre su propia vida. Y si tenía que dar su vida para proteger a Mariana, que era lo más importante para Juan Pedro, lo haría con toda la dicha del mundo.

<<Mi deber está para contigo y tu compañera,  Juan Pedro Lanzani>>

-Juan Pedro, ¿Necesita algo? -Ellie pensó un poco -Supongo que querrá hablar a solas con su com... er... La señorita Esposito.

Se dispuso a salir, cuando la mano de Juan Pedro la detuvo. Ella lo observó.

-Ten cuidado. Hay convertidos por toda el área -Ellie se tensó y se sobresalto -Han matado a dos del servicio.

Ellie tragó saliva.

-Tendré mucho cuidado, señor Juan Pedro.

-y... -Hablo el nuevamente con expresión preocupada en el rostro. A ella se le encogió el corazón con fuerza -... Connor Brown está por aquí.

Ellie se sintió empalidecer y como las rodillas se le volvieron gelatina. Observó angustiada a Juan Pedro  y estuvo tentada a llorar en sus brazos. Para ella ese hombre que tenía en frente, era lo más importante, sin contar que había sido él quien había terminado de criarla.

A ella le aterraba con fuerza Connor, a pesar de ser amigo de Juan Pedro... No podía evitar tenerle miedo a aquel hombre que cada vez que la miraba su cara reflejaba odio y repugnancia sin contar todas las veces que había intentado matarla o estrangularla. Le dio un pequeño apretón a la mano de su señor y sonrió falsamente,

-Tendré cuidado de no estar sola en una habitación con él -Soltó su mano -Gracias por advertirme, Juan Pedro.

Y al decir esto, salió por la puerta.

***

Mariana  no podía concentrarse. Estaba completamente sola en la cocina con Juan Pedro, que intentaba no mirarla... No podía dejar de preguntarse quién era esa mujer que estaba allí hace solo unos segundos y que lo único que hacía era mirarla con seria curiosidad.

Observó al hombre frente a ella.

-Háblame, Juan Pedro -rogó ella. Quería saberlo todo. Quería tener una razón lógica para no pensar que de un momento a otro se había vuelto completamente loca y desquiciada. Juan Pedro concentró su azul mirada en ella y su rostro reflejaba una angustia casi papable.

-Salgamos a caminar...

Mariana se estremeció y apretando el borde de su camiseta entre sus manos, negó con la cabeza.

-Voy a protegerte de cualquier cosa que te haga daño, lo prometo... -Dijo Juan Pedro. Mariana lo observó fijamente, se veía ciertamente culpable... Quizás por haberla dejado sola en el jardín. Estuvo tentada a decirle que no era su culpa, que no se preocupara, pero enseguida cerro la boca y se levanto de la silla introduciendo el inhalador en el bolsillo.

Él le tendió la mano y ella la tomo sin dudarlo.

Caminaron largos minutos en silencio, hasta llegar a un banco en el jardín donde las manos masculinas la ayudaron a sentarse.

-¡Vas a decírmelo? -Preguntó cuando lo vio allí parado y sin intenciones de sentarse.

-¡No quiero que te alejes de mi! -Dijo angustiado -Me niego a perderte...

Mariana abrió los ojos ante tamaña declaración. ¿Que había sido eso?

-No me iré a ningún sitio, Juan Pedro -Dijo cuidadosamente, tomando su mano y haciéndolo sentar a su lado -Por favor dímelo... Necesito que me respondas...Necesito saber que no estoy loca y que no he soñado todo eso...

-¿Por qué no quisieras estar loca? Cualquiera desearía estarlo mientras este en tu lugar.

Mariana sintió las lágrimas en su garganta y lo observó fijamente, perdiéndose en esos enormes posos de agua que representaban sus ojos.

-Nadie querría a una loca -Y era la verdad. Si estuviera loca, nadie la amaría jamás...

Juan Pedro ablando su mirada y tomando un mechón de su cabello castaño se lo llevo a los labios y lo beso cuidadosamente, mientras seguía con los ojos clavados en los suyos. Ella sentía las mejillas arder y como la garganta se le cerraba.

-Yo si... -Dijo mientras soltaba los mechones y acariciaba su mejilla con la yema de los dedos -Aún si estuvieras loca, no creo que dejara de amarte.

A Mariana se le perdió la respiración. ¿Que nunca dejaría de amarla?... Acaso... ¿Acaso Juan Pedro la amaba?

Ignoro la felicidad de su corazón, al recordarse que quizás no lo decía enserio. Porque después de todo ella estaba haciendo, una pregunta retorica ¿No?

-¿Vas a contestarme? -Se fue por el lado fácil. No quería analizar en este momento, el duro golpeteo en su pecho al oír a Juan Pedro decir esas palabras.

A él se le oscureció la mirada con decepción, mientas se levantaba del banco y miraba fijamente a la luna... Mariana sintió el deseo encenderle la piel mientras el calor le llenaba entre las piernas. Se veía tan hermoso, oscuro... Inalcanzable. ¿Cómo podía desearlo en un momento así? Al parecer Juan Pedro Lanzani tenía ese efecto en ella... No importaba en donde ni en que lugar se encontraba, tampoco la situación que se presentaba. Tenía la desdicha de desearlo a cada momento.

Él camino a paso lento hacia los rosales blancos que estaban iluminados por la luna e igual que un par de noches atrás, corto una de las rosas y se la tendió. Mariana la tomó de sus manos con mucho cuidado y al observarla no pudo evita acariciar los pétalos con los labios.

-Siempre he intentado mantenerme oculto a mí y a los míos en las sombras –Juan Pedro  la observó atentamente -Por lo menos hasta que estuvieras lista para oírlo. Pero no me di cuenta de que esos monstruos andaban sueltos... Normalmente no hay más de dos, y que nosotros nos cuidamos para no convertirnos en esas cosas.

Abrió los ojos completamente conmocionada y sorprendida.

-¿Que quiere decir ese nosotros?

Juan Pedro cerró los ojos y apretó los labios con fuerza.

-En este universo hay un sin fin de criaturas. Todas ellas se dividen en ramas, están los lobos... Ustedes los humanos los conocen como hombres lobos. En cambio nosotros los conocemos como los guerreros de la luna o simplemente lobos. Son creaciones del dios Odín de la mitología nórdica y la diosa Freyja, se dividen en tres clanes diferentes: Los Wulf, que son los lobos en general y el líder de todos ellos es el hombre que te salvó está noche. Los Black, que son una pequeña comunidad que se mantiene pacifica y no se involucra en disputas ni en peleas, el hombre rubio es el jefe. Y los Knight con un significado de caballeros son los que protegen la raza humana de amenazas como las que has visto el día de hoy...

-¿El de cabello negro es...?

-Si... Es quien los lidera a todos.

Mariana se sentó y tomando la mano de Juan Pedro lo sentó junto a ella.

-Cuéntame más...

Juan Pedro estaba sorprendido, ella parecía más curiosa que con miedo. Bueno... No podía culparla después de todo lo que había pasado el día de hoy.

-Están los transformistas... Son criaturas realmente poderosas, con la capacidad de cambiar la estructura de su cuerpo y su apariencia. Normalmente se mantienen ocultos de los humanos.

Mariana asintió.

-También hay cuervos. Son criaturas del inframundo que buscan las almas de las personas. Se ven como gente normal y solo las criaturas sobrenaturales pueden ver las alas negras sobresaliendo de su espalda. Los únicos humanos capaces de ver las alas son los que están a punto de morir o los conocidos como mediums -Hizo una pausa para tomar aire -Las Cazadoras es un clan de mujeres dispersado por todo el mundo. Se dedican a la caza de estás criaturas... En especial a las de losvampiros. Son Inmortales, solo obtienen está inmortalidad a los veinticuatro años y de allí no envejecen ni mueren a menos que se suiciden o que las mate una persona importante para ellas... Y para colmo, tiene poderes psíquicos.

-¿Que son lo que he visto hoy? -Mariana ya lo sabía, lo había oído de uno de los hombres lobo... Pero deseaba oírlo de Juan Pedro.

-Son... Vampiros Condenados o Convertidos... Una vez fueron vampiros normales, con habilidades de todo tipo. Pero debieron ingerir un exceso de sangre, y esto hace que se conviertan en criaturas que pierden la conciencia, el habla y su piel. Se vuelven criaturas que solo viven para matar.

Mariana tragó saliva asustada. ¿Cómo era posible que todo ese tipo de criaturas existiera y nadie se diera cuenta antes? Observó a Juan Pedro de nuevo.

-¿Que eres tú, Juan Pedro Lanzani?

Él desvió la vista con un suspiro.

-Soy un vampiro.

***

-¿Que es eso? -Ellie arqueó una ceja al ver claramente como Nicolas le tendía una bola negra que sacaba la lengua y la miraba con adoración.

-Se llama Brownie, es el perro de Mariana -Sonrió mientras se lo dejaba en sus brazos -Como no habías venido en todos estos días yo tuve que hacerme cargo.

Ellie observó al poddle que lamia su antebrazo y restregaba su cabeza contra su mano. Parpadeó un par de veces y estuvo a punto de decir algo pero Nicolas Riera ya había desaparecido. Tenía el presentimiento que sería la nueva esclava de Mariana Esposito.

-Bueno... Todo sea por mi querido amo -Dijo mientras rascaba detrás de las orejas del perro.

Lentamente abrió la puerta que conducía al pasillo y se encaminó por el, planeando que darle de comer al pequeño cachorro. Lo bajo al suelo y como era de esperarse, Brownie la siguió. Deslizó su mano por la espalda he intento amarrarse con más fuerza el delantal blanco que iba con su uniforme de servidumbre. Era un vestido negro hasta las pantorrillas con unos zapatos planos... Le encantaba ese uniforme, se parecía a de las películas románticas históricas... Soltó una risita.

A Juan Pedro le molestaba que ella usara ese traje, pero a ella no le importaba.

Abrió los ojos asustada, al percatarse de lo oscuro que estaba el pasillo. Le recordaba a muchas cosas que no eran para nada placenteras.

Caminó a paso lento observando a ver si localizaba el interruptor para las luces, cuando sintió un antebrazo en su cintura que la arrastraba y como repentinamente siendo empujada, se estampaba seguida de un sonoro golpe, contra la pared.

Chilló adolorida.

-Te he encontrado, Zorra -El gruñido era obvio mientras las manos de él se cerraban alrededor de su garganta y comenzaban a estrangularla. Ellie intentó zafarse pero ella sabía que era imposible...

Connor Brown era más fuerte. Decididamente muchísimo más. Y a pesar de que las cazadoras no podían ser asesinadas de la nada... Ella podía morir a manos de él.

Después de todo... Ella tenía que quererle.

Los ojos de él brillaban de un tono rojizo en la oscuridad, revelando su furia y hostilidad. Ellie comenzó a toser con rudeza, entonces divisó el jarrón en una esquina del pasillo y concentró toda la fuerza psíquica que le quedaba.

Con toda su fuerza -que el estrangulamiento le permitía- arrojó con su mente el jarrón a la espalda de Connor. Oyó como el perro ladraba descontrolado, y en cuanto él la soltó, lo tomó en brazos y hecho a correr.

Continuara....

No se pueden quejar, es un capítulo larguito, al menos lo parece en word, si por la hora. perdón me sentia re mal y me tenia que acostar! :/ 

Bueno, firmen mucho asi mañana les subo otro! Porque la gran mayoria solo firman cuando les digo que subo otro, NO SE HAGAN LAS VIVAS CHE!

Bueno, nos leemos mas tarde o mas temprano :/ No se como le decimos jajaja

Ojala tengan un hermoso dia!

Un beso

Juli♥

@amorxca

Face: Amor X Casi Angeles

PD: Cualquier duda me preguntan :)