domingo, 30 de diciembre de 2012

Capítulo 20:

Voy aclarar sus dudas: 1- Cuando Peter le chupa la sangre a Lali no la convierte en vampiro ;)
                                   2- Lo del rock and roll de Nacho y Lali era un CHISTE chicas por favor! Lo aclare enseguida! Jajaja
                                   3- Pensaba subir la historia de Cande y Vico pero la autora aun no la terminó :/
                                   4- fio ni idea que se sentira que te muerda un vampiro :/ Igual a mi me daria cosita, tengo un cuello muy sensible. -.- jajajaja
                                  5- Nacho no esta enamora de Cande. En el cap aclara que tambien él espera a su compañera.
                                  6- No se si me falta algo mas por aclarar :/
                                  7- ¿Hay gente por acá? Quiero terminar esta novela YA!





Juan Pedro apreció enseguida como el color desaparecía de la cara de Nacho. El pobre parecía a punto de darle un ataque al corazón.

-Una cosa es que no quiera unirme a ella –Habló Vico –Pero algo muy distinto es que otro hombre se atreva a posar siquiera sus ojos en algo que me pertenece por derecho.


Las cejas de Victorio se juntaban en lo alto de su frente, y su rostro representaba una arrebatadora furia que Juan Pedro nunca había visto en su vida. Intentó imaginarse que sentiría si algún hombre hablara de esa manera de Mariana, y descubrió que sería capaz de matar a cualquier bastardo que se atreviera.

-Oye… Yo… Yo no lo sabía.

-Es cierto, Vico. Nacho no es un adivino, es solo una criatura que controla la magia y es capaz de cambiar de forma –Dijo encogiéndose de hombros –Ah, y lee el futuro de vez en cuando.

Los brazos de Vico se tensaron.

-Muchas gracias por la ayuda, Peter –Ignacio observó al alrededor con nerviosismo destilando de sus poros –Oye, Vico… No te preocupes por eso. Yo de todas maneras no podría haber tocado a Candela, sería como acabar y pisotear nuestra amistad… Y no puedo amarla realmente, porque tengo que esperar una compañera también.

Esas palabras parecieron relajarlo. La tensión desapareció del ambiente y enseguida Juan Pedro volvió la vista al rinconcito donde estaba sentada Mariana. Ella tenía la mirada alzada intentando comprenderlo todo.

-¿Al señor D`Alessandro le gusta Candela? –Todos se volvieron para ver a Mariana, quien se pasaba una mano por el rostro –Lo siento. Es que no entiendo nada… ¿Y qué diablos es una compañera?

Victorio cerró los ojos en una mueca, comprendiendo que se había ido de bocazas. Nacho desvió la vista y enseguida monto una escusa para largarse. Peter recordó que ese era el pequeño detalle que había evitado hablar con Mariana la noche anterior.

Con la mirada rogó a Vico  que les diera algo de privacidad, gracias al cielo el hombre entendió y con un asentimiento se trasladó hacia la puerta por donde desapareció minutos después. Peter se sentó al lado de Mariana y se concentró en mirarla detenidamente.

-¿La?

-¿Vas a explicármelo todo?

Él se removió incomodo. Provocando que ella se sintiera aun mas intimidada… Extrañamente, pensó un poco en sus padres. Sin entender por qué, recordó que ellos se la pasaban horas y horas investigando cuestiones que no tenían la intención de compartir con ella.

A ella también le apetecía investigar e investigar. Indagar sobre el mundo paranormal donde había sido enterrada y arrastrada con cruel lentitud.

-Hay cosas… Cosas que no te he contado, que realmente deseaba guardármelas hasta que estuvieras lo suficientemente tranquila como para tocar el tema.

-Estoy tranquila, Juan Pedro –Dijo abrazándose a sí misma y devolviéndole la mirada. Él se mordía el labio, parecía indispuesto a decir algo.

-Nosotros los vampiros, fuimos creados solitarios y tristemente tenemos que vagar de esa manera… Por lo menos así pensábamos. Realmente tenemos una oportunidad de vivir acompañados. En nuestra larga existencia aparece una mujer entre todas las demás a las que nosotros llamamos compañeras –Hizo una pausa para tomar aire –Ellas son completamente diferentes y especiales. No creo que me comprendas, pero para nosotros ellas son únicas. Las reconocemos al mirar sus ojos y sentir todo tipo de sensaciones recorrer nuestra sangre… Aunque muy pocos vampiros realmente se enamoran de sus compañeras no pueden siquiera ver a ninguna otra; siempre terminan uniéndose a ellas, por medio de un intercambio de sangre para que ellas logren ser inmortales.

Mariana temblaba ante la explicación de él. Su corazón se encogía lentamente.

-Eso significa… Que te separaras de mí en cuanto encuentres a tu compañera –Las lágrimas le picaban detrás de los ojos –Significa, que ya no querrás estar mas conmigo.

-Yo no he dicho nada de eso, La –Su voz tan dulce provocó que las gotas saladas se escaparan de sus ojos y descendieran por su mejilla. Él las limpio con los dedos de una manera cariñosa y amable.

-Pero dices que los vampiros no pueden ver a ninguna otra cuando encuentran a su compañera.

-Eso es cierto…

-¿Entonces? –Preguntó en un sollozo cuando sintió los brazos de él envolverla. Juan Pedro acariciaba su cabello y podía sentirlo mientras aspiraba su aroma -¿Qué sucederá?

-…Esperaremos a que crezcas un poco más para unirme a ti –Se separó de ella y apoyo su frente sobre la suya, mientras con el dedo índice acariciaba su mejilla izquierda –Después de todo, yo soy tuyo y tu eres mía… Sera así para siempre, Mariana. Lo prometo.

***

Simphony levantó el diamante rojo que había sido enviado por Odín. Ser un demonio no era algo fácil, por suerte la belleza había nacido de su lado y eso fue lo que despertó el interés del Dios de los cielos en ella… Sim había ganado mucho, entre riquezas y enormes lujos, además de un amante que con una sola caricia la hacia tocar el mismísimo cielo o Asgard el mundo de los dioses.

-¿Mi señora?

Simphony levantó la vista y la clavó en la vampiresa que le hablaba. Wendy tenía la mirada cegada por el miedo… Sim había logrado engañar a la pobre chiquilla hacia un par de milenios atrás, y manipulándola mentalmente le hizo creer que un pueblo lleno de humanos, habían matado a su compañero…

La muy estúpida, a pesar de su dolor se había negado a matar a un solo humano… Por lo que ella misma los mató a todos y la obligó a estar a sus servicios en contra de su voluntad.

-¿Qué?

-Hay alguien que desea hablar con usted.

Simphony gruñó.

-Échenlo, no quiero que nadie me interrumpa.

-¿Ni siquiera yo? –Por la puerta enseguida apareció el dios Odín. Sus perfectos cabellos negros estaban sujetos por una cola de caballo, sus ojos de un tono olivo le devolvían la mirada. Era alto, más o menos cerca de los dos metros y su cuerpo perfectamente esculpido, estaba enfundado por una camiseta negra y unos vaqueros oscuros. Sus rasgos eran debidamente cincelados y una sombra oscura se extendía por su barbilla.

-Mi señor… -Dijo fríamente –No sabía que vendría de visita, de haberlo sabido habría limpiado todo este desastre.

Odín observó el lugar, Simphony notó enseguida como su mirada recayó directamente sobre Wendy y sus ojos descendían con lujuria sobre el cuerpo envuelto en un vestido de seda negra. La vampiresa se removió asustada por el escrutinio y Sim apretó la mandíbula con odio, en cuanto Odín se fuera se encargaría de darle una paliza a la perra por atreverse siquiera a tentarlo.

-No importa. De todas formas no planeó quedarme mucho tiempo –Dijo volviendo a verla a ella –Francois me ha mencionado que ha venido a verte. Sentí curiosidad por saber qué tal se había comportado contigo… Si fue muy descortés dímelo y no dudare en azotarla.

Simphony se estremeció ante la idea. Sentía cierta simpatía por la bruja, ya que se había enterado que de todas las amantes de Odín ella era la que usaba como chivo expiatorio.

-No deberías tratarla así tampoco, mi señor… Ella es bastante agradable y educada, y en mi opinión creo que es una de las mujeres más hermosas que hayan pisado Midgard y también Asgard. Comienzo a pensar que rivaliza con la mismísima Freyja. Mi señor debe de sentirse contento de tenerla como amante.

El dios rió.

-¿Amante dices? No es por nada… Pero yo nunca caería tan bajo –Dijo con crueldad oculta en su voz. Sim parpadeó con confusión.

-¿No es su amante? ¿Qué es ella entonces?

-Lo siento, mi querida. Pero eso es algo de lo que está prohibido mencionar siquiera –Él se acercó y la beso, demasiado brutal para sus gustos y terminó por romperle el labio inferior –Nos vemos entonces.

Odín le hecho una última mirada lujuriosa a Wendy, antes de sonreír como si estuviera marcando su próximo asalto y desaparecer en un dos por tres. Simphony se limpió la boca con el dorso de la mano, había veces en las que prefería llenar con veneno la copa de Odín y acabar con él de una vez por todas.

Se volvió hacia Wendy.

-Mañana es el día, Vampiresa. Advierte a todos que se preparen… Hay que celebrar el cumpleaños de cierta humana.

***

El día de su cumpleaños número dieciocho, a Mariana le dolía absolutamente todo, los músculos de su espalda, se había quedado dormida en el mueble de la oficina de Juan Pedro y a pesar de que él le había advertido un par de veces de que era mejor que se retirara a su habitación para dormir mejor.

-Es que tengo que ser tan terca y mira lo que pasa –Logró salir del abrazo de Peter y lo recostó de manera que quedara él acostado sobre el mueble. Se veía tan hermoso mientras dormía, acarició su rostro con la yema de los dedos.

Depositó un beso en su frente y se levantó por completo estirando sus brazos y masajeando ligeramente sus hombros.

-Feliz cumpleaños, Mariana Esposito

El tiempo pasó con completa rapidez, Juan Pedro aun dormía cuando ella ya estaba lista para ir al instituto. Se había arreglado el uniforme a la perfección e intentó no hacer alguna mueca de disgusto al verse obligada a usarlo. El carro que la llevaba diariamente al instituto aparcó sus ruedas justo al frente de las puertas del colegio.

Tomó aire mientras caminaba a paso lento y observaba a todos los alumnos llevar el mismo uniforme –claro que los hombres usaban un pantalón en lugar de una falda, eso no se discutía- y todos se veían conformes… Ella quería matarse, se sentía tan niña…

-¡¡Lali!! –Cuando se volvió por el sonido de una voz, se encontró directamente con Nacho en su forma de adolescente con cabellos cobrizos. Una sonrisa pintada en sus labios y sus brazos se encargaron de envolverla con fuerza – ¡Felices dieciocho!

-Aja… -Dijo algo enfurruñada por lo sucedido la noche anterior –Aun no te perdono.

-Oh, vamos, princesa… Sabes que nuestra amistad es sumamente real –Él se separoo de ella y le sonrió cálidamente. Mariana lo sabía, y eso era lo que más le estresaba.

Enseguida vio a lo lejos como Candela se acercaba a ella con lentitud, un paquete reposaba en sus frágiles manos y se abalanzó sobre ella con un sinfín de felicitaciones. Como era de esperarse, el día continuó sin problema alguno y las horas pasaron rápidamente.

Nacho y Cande estuvieron todo el rato con ella… Extrañamente, no hubo ni una sola señal de Annette. A la hora de la salida, ya no había siquiera señal de Nacho y para el horror de Mariana el automóvil estaba completamente retrasado.

-¿Estarás bien sola?

Mariana había evitado pensar mucho, pero en ese momento –y eso que había transcurrido todo el día- se le vino a la cabeza lo de que su amiga era la compañera de Victorio D`Alessandro… ¿Cómo debería reaccionar a eso? Se pregunto en ese momento si algún día podía contarle a Candela todo sobre el mundo paranormal… Que incluso Nacho, estaba dentro.

Asintió rápidamente, en respuesta a la pregunta de Candela.

-Ve tranquila, que yo estaré bien, lo prometo.

Al momento que Candela se fue, Mariana notó que ya prácticamente todos los estudiantes se habían ido a sus casas… La soledad del aparcamiento la incomodo, pero mas que todo fue que lentamente comenzaba a oscurecer… ¿Por qué tardaban tanto en venir a recogerla?

Pensó en Juan Pedro. Le gustaría pasar el resto de la noche a su lado para celebrar su cumpleaños… Y no precisamente para comer pastel de cumpleaños. Tenía ligeras ideas de lo que quería probar en el masculino cuerpo de él…

¿Se estaba volviendo muy lasciva? No se había percatado como de un momento a otro, todos sus pensamientos inocentes se volvían más y más oscuros… Pero se sentía ciertamente delicioso en algunas ocasiones.

<<Me pregunto… Que dirá la gente si supieran que me la monto con mi tutor>> Bueno… Pero ya él había dejado de ser oficialmente su tutor, a primera hora de la mañana…

¿Importaría mucho la diferencia de edades si salieran en público? Mariana aun era clasificada como una niña, y Juan Pedro aparentaba unos buenos veintiséis años, quizás conociera a una mujer más madura y hermosa y acabara con esa mujer.

<<Deja de darle vueltas a las edades, Mariana. No haces más que dañarte a ti misma como la propia idiota>>

El sonido del bote de basura tras ella logró captar su atención. Detrás del pequeño lugar apareció Annette, envuelta en una camiseta de mangas largas y unos pantalones negros ajustados. Sus cabellos que siempre llevaba en una coleta, ahora estaban desplegados sobre sus hombros y espalda; y sus ojos ya no se veían ocultos por las gafas con montura. Una sonrisa surcaba su rostro.

Mariana se levantó enseguida. De esa manera, Annette se veía más maléfica pero al mismo tiempo muy hermosa… Extrañamente, notó que sus rasgos parecían algo más maduros que el día anterior, e incluso era capaz de decir que tendría unos veintitantos en lugar de sus bien merecidos dieciocho.

-Hola, Mariana.

-Annette, ¿Por qué has faltado hoy? Realmente estaba muy preocupada –Se acercó a ella con lentitud pero se detuvo a mitad de camino, cuando las palabras de Nacho  invadieron su mente. “Es un demonio”.

La otra chica soltó una risa que logró hacerla estremecer.

-¿Preocupada? Por lo que veo has sido advertida… -Dijo recostándose de la pared –Por lo tanto deberías estar más preocupada por ti que por mí.

-¿Por… Por qué? –Preguntó temblorosamente.

Annette chasqueó los dedos y un par de hombres corpulentos aparecieron de la nada, junto con una chica de cabellos cobrizos y mirada triste, cuyo rostro reflejaba aflicción por lo que se supone que estaba haciendo.

-Los presentare. Mariana, ellos son mis sirvientes, Will, Ian y Wendy… Y él –Dijo chasqueando sus dedos por segunda vez… Y esta vez apareció Nacho en su forma original e inconsciente, siendo sostenido por los brazos por las manos de Ian y Will -… Es mi rehén –Una daga apareció en la mano de Annette –Y créeme que no te gustara saber que hago con mis rehenes.

***

Juan Pedro camino inquieto de un lado a otro. ¿Dónde estaba Mariana? ¿Por qué tardaba tanto?

Había dormido todo el resto del día debido al cansancio de no haber dormido por completo en toda una semana, por eso se perdió de ser el primero en felicitar a Mariana. Luego, cuando se había despertado al medio día, llamo a la floristería y encargo un racimo de rosas blancas. Sé que sonara tonto, teniendo un rosal completo a su disposición, pero él tenía planeado muchas cosas…

Volvió a caminar en círculos. Vico, como cosa rara, estaba sentado en uno de los muebles de su oficina mientras tomaba una taza de té. Eleanor, que casi nunca lo visitaba, estaba de rodillas en el suelo jugando con el perro de Mariana… Hacía mucho que no la veía tan feliz y sintió una extraña curiosidad por la causa de su felicidad.

-¿Mi señor? –Le preguntó mientras rascaba la barriga del perro que estaba muy feliz por las atenciones proporcionadas. Desde que había llegado, Brownie había engordado exageradamente y se pasaba todo el día durmiendo en cualquier lugar que tuviera alfombra en lugar de andar corriendo y jugando como un cachorro normal.

<<Es un cachorro mimado>>

-Dime, Ellie.

-¿Puede dejar de caminar en círculos? Realmente comienza a asustarme y a marearme.

Vico tomó un sorbo e su té antes de hablar.

-Cálmate por un instante… ¿No te da como escusa que quizás su coche se atraso? Siéntate un rato y toma algo de té.

Juan Pedro frunció el ceño.

-Te recuerdo que esta es mi casa, espero que no vallas por allí ofreciéndole té a cualquiera en la casa de otro.

Victorio se encogió de hombros antes de coger una de las galletas de mantequillas, puestas sobre el plato al lado de la jarra con té y las tazas.

-Pero es que es tan extraño –Suspiró con cansancio antes de deslizar su mano entre los cabellos –Ni siquiera Ignacio me contesta… Y eso que él es muy atento a la hora de cuidar de Mariana.

-Pues deberías dejarlo tomarse un respiro. No siempre estará de aquí para allá, detrás de ella.

-Eso es lo que me preocupa, precisamente –Hablo pausadamente y en un tono realmente bajo muy poco audible. La puerta de su oficina se abrió dejando ver a Ethan con el ceño fruncido, seguido por Nicolás con el teléfono en sus manos.

-¿Peter?

-Dispara que te escucho atentamente.

-La limosina que enviaste a buscar a la hija de Charles, se ha volcado a medio camino… Pude sentirlo y oírlo todo. Y no creo que haya sido simple coincidencia.

-Yo he llamado y he confirmado lo que Ethan dicen. El chofer tuvo un accidente y no sabe cómo se volcó el automóvil –Aseguró Nicolás.

Así de rápido como se había sentado, Juan Pedro se levantó. Estaba seguro que su expresión estaba llena de agónica preocupación en cuanto intentó volver a contactar con Ignacio mentalmente.

-Si no me respondes, jodido cabrón, te juro que te mato –Le envió mentalmente, pero el silencio que recibió a cambio no hizo nada por apaciguar su ansiedad.

Eleanor dejo a Brownie en el suelo y se levantó para observarlo con fijeza.

-¿Quieres que intente localizarla?

Ellie tenía esa capacidad que le fue cedida en cuanto se convirtió en una cazadora. Además de sus poderes de telequinesis, podía localizar a cualquier persona sosteniendo un objeto perteneciente a quien quería encontrar. Pero Juan Pedro no quería arriesgarla, ella aun no se había recuperado del ataque recibido y tenía mucho miedo de exponerla.

Pero…

-¿Harías eso, Ellie?

Ella sonrió.

-Sabes que haría lo que fuera por ti…

Juan Pedro tenía –gracias al cielo- uno de los libros de Mariana en su oficina y en un dos por tres se lo pasó a Ellie quien cerró los ojos para intentar concentrarse.

Al principio siempre se veía oscuridad, a Eleanor no le gustaba para nada poseer las habilidades de localización ya que casi siempre lograban marearla después de usarlas por un simple momento.

Eleanor no podía localizar a Mariana… No estaba en el instituto donde se suponía que estudiaba y extrañamente su presencia se sentía opacada por un aura oscura que la expulsaba como una barrera cada vez que intentaba acceder a ella. Abrió los ojos y observó a Juan Pedro con tristeza y sintiéndose culpable por su completa inutilidad.

Cuando Juan Pedro comprendió que los poderes psíquicos de Ellie eran completamente inútiles, algo en su interior le dijo que exactamente todo estaba mal. Muy, pero muy mal.



Continuara......

¿Y ahora qué pasara? :/ 

33 comentarios:

  1. ahhhh me dio mieditooo jajajaja quierooo mass no quiero qe le pase nada a lali ojala peter la rescate a tiempo

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  2. si aqui estamosss maaaaaaaaaaaas porfaaas jajaj

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  3. el proximooooooo pooooooor fsvooooooooor

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  4. quiero ver que pasa porfi maaaaaaaaaaas


    @22lulii

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  5. nooooooooooooo que llegue la otra bruja que no me acuerdo el nombre xD

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  6. me encanta la novela,seguila!

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  7. ¬¬ YA MISMO ME SUBIS OTRO CAPITULO, PERO YA!
    MAAAS
    BESO,ANTO
    PD: Me causaron gracia tus aclaraciones nose por quienes las abras dicho u.u ok una era por mi GRACIAS

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  8. mmmmmmasssssssssssssssssss

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  9. subi otrooo
    PORFAA
    @22lulii

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  10. subiiii otrooooooooo jajaj buenisimo pobre lali que peter activeee

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  11. haay pobre lali que sera de ella :O
    maaas

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  12. que pasara con laliii :/

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  13. Me encantoooooo!!!!!! Subi maaas
    saludoss
    @Fio_JPL

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  14. En estos instantes paso a confiar siegamente en el brazalete!!

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  15. AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH NONOOOOOOOOOOOO, me vas a decir que Lali no entendia que ella es la compañera de Peter -.- JAJAJAJA encima el otro que no le explico TODO bien :/ lewiflewifew QUE LE PASO!?!?!?!?! @LuciaVega14

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)