Capítulo 18:

Mariana observó con interés lo que Candela sostenía entre las manos.

-¿Qué es? –Preguntó intentado ver con claridad el interior de la bolsa. Candela la observó con una ceja arqueada como si la culpara por ser una idiota que nunca se da cuenta de nada.

-Es el nuevo uniforme del instituto –Contestó entregándole la bolsa. ¿Uniforme? Mariana se sobresaltó. ¿Les tocaba usar uniforme a mitad del año escolar? ¿Se habían vuelto locos? –Quita esa cara, Lali… Aun no entiendo como no sabes si lo dijeron hace casi un mes…

Introdujo la mano y lo primero que palpo fue una especie de saco y al sacarlo descubrió que había estado en lo cierto. Era de color azul índigo y a la derecha llevaba el signo del instituto. Dentro del paquete también había unas medias del mismo tono del saco, una camisa blanca y una falda de cuadros escoceses también azul… Todo de su talla.

-¿Es mío?

-Si… Ayer te dije que iría a buscarlos… Pero como cosa rara no estabas escuchándome –Candela resopló. Entonces Mariana notó que cerca de ellas estaba Nacho, observando directamente a su amiga. Esto se volvía preocupante.

-¿Cande?

-¿Yep?

-¿Qué opinas de Nacho? –Preguntó sin preámbulos.

-¿De Nacho? –Repitió Candela alarmada, entonces lo busco con la mirada y frunció el ceño –Es un buen amigo.

-Sabes que no te lo pregunto en ese sentido –Mariana frunció el ceño y resopló con cierta fuerza logrando que su flequillo se elevara.

-Es lindo, Lali… -Suspiró –pero ya me gusta alguien.

Mariana por poco se va de bruces. ¿Cómo era que no se enteraba de nada?

-¿ah sí? –Preguntó con estupefacción -¿Quién?

Candela la miro de manera significativa antes de morderse el labio con expresión de sufrimiento. Al parecer, Candela no se sentía contenta con su pequeño amor.

-¿Recuerdas que soy una de las chicas que conforman la corte de debutantes? Que por cierto… Deberías decirle al señor Lanzani que te saque a los bailes de sociedad, ya que serás la heredera de la empresa de tu padre, sería mejor que te presentaras.

-Aja, ok. Si me acuerdo –Exclamó con fastidio… Odiaba cuando Candela comenzaba a fastidiarle el día de esa manera, con lo de ir a las fiestas de sociedad. Ella sabía perfectamente cuanto Cande odiaba esas fiestas… Y que solo lo decía para que Mariana terminara acompañándola.

-Bueno… Él es un joven empresario. Perooo…. Lo conocí de una manera un tanto idiota –Admitió mientras jugaba con el dobladillo de su blusón –Es que… Me lance de un árbol y caí en sus brazos.

-¡Cielos Candela! ¡Pero si eso suena tan romántico! –Ojala ella pudiera decir lo mismo de cómo se conoció con Juan Pedro. Suena tétrico decir “Nos conocimos en el funeral de mis padres…”

-¡Oh si! –Dijo con sarcasmo en su voz –Por lo menos hasta que él me dejo caer contra el suelo.

-¿Ah?

-Lo que oyes…

Ella soltó una carcajada simplemente porque no pudo contenerla, al imaginarse a Candela cayendo en los brazos de una especie de príncipe azul y que este la dejara golpearse contra el suelo.

-Bueno… ¿Pero cómo se llama?

La cara de su mejor amiga se puso de un tono rojo realmente gracioso.

-Victorio D`Alessandro.

victo… Mariana abrió los ojos sorprendida…

-¿Eh? ¿Cómo dices?

-Dije… Victorio D`Alessandro –Repitió Candela irritada.

¡Oh dios mío!

-¡Debes estar de broma! ¿Hablas enserio? –No podía ser el mismo… -Es un tipo robusto, alto, cabello castaño y ojos verdes… ¿Con una sonrisa matadora? –Al ver que Candela asentía, Mariana se encogió –Cande, ese hombre es el mejor amigo de Peter.

<< ¡Y un vampiro!>> ¿De qué se quejaba? Ella estaba liada ya con un vampiro. Pero extrañamente, le parecía que era más o menos diferente… Entre ella y Juan Pedro había una conexión especial. ¡Pero el señor D`Alessandro había dejado caer a Cande contra el suelo! ¡¿Qué clase de conexión era esa?!... Simplemente, no podía ser.

Victorio era muy atractivo, así que no le extrañaba que su amiga se sintiera atraída hacia él… Se veía a leguas que las mujeres le llovían a ese hombre –Tenia que recordar que Juan Pedro también se veía así- y como a él le llovían, las recogía y se las llevaba.

<< ¡Un vampiro mujeriego! Que peligroso suena eso…>>

-¡Definitivamente no, Candela! ¡No y no! –Casi gritó después de haberlo pensado durante un buen rato.

-¿Eh? ¿Pero quién diantres te ha pedido tu opinión? –Candela se levantó enojada de su asiento y ella se mordió el labio inferior. Es cierto, nadie había pedido su opinión… Repentinamente abrumada, concentró la vista en el reloj de muñeca que le habían regalado sus padres hace dos años.

-Me voy… Ya me están esperando afuera –Dijo levantándose.

-¡Eh, La!... ¡Espera!

Mariana se detuvo y la observó sorprendida.

-¿Cómo me llamaste? –Se mordió el labio inferior –Por favor, no me digas así, Candela… Solo una persona tiene derecho a decirme de esa manera –Suspiró con pesadez antes de darse vuelta de nuevo –Nos vemos mañana. Y gracias por el uniforme.

***

-Has vuelto… -Murmuró Juan Pedro cuando vio entrar a su compañera y atravesar la habitación.

-¡Qué va! Aun sigo en el instituto –Él se rió de su sarcasmo, aunque la arruga pronunciada en su frente hizo que parara de reír. Arqueó una ceja en cuanto ella dejo una bolsa sobre la madera del escritorio de su oficina y se sentaba tranquilamente en la silla.

-¿Paso algo malo, La?

Mariana suspiró con pesadez.

-…Mañana es mi cumpleaños –Dijo observándolo fijamente –Pero creo que seguiré sintiéndome como una niña a tu lado… ¡Dios! ¡Incluso ahora tengo que llevar un uniforme a mi colegio!

Juan Pedro observó fijamente la bolsa.

-¿Esto es? –Preguntó abriendo un poco la bolsa para mirar un poco en su interior -¿Por qué no te lo pruebas?

Ella lo observó con duda en su rostro, pero se levantó de la silla, tomó la bolsa y se dirigió al pequeño cuarto de baño de la habitación. Momentos después salió portando un bonito uniforme femenino de color azul oscuro… Aunque de una manera un tanto modificada. Se levantó de la silla para poder verla mejor.

Tenía que admitirlo, se veía realmente preciosa pero para nada inocente. Sus cabellos enmarcaban su rostro, sus mejillas se veían mas rosadas y sus labios adquirieron un tono frambuesa. La falda le llegaba sobre la mitad de los muslos, un poco más arriba, se notaba que la había subido a postas; y los calcetines apenas cubrían la mitad de la pantorrilla. El chaleco estaba totalmente abierto y la camisa blanca tenía los botones de arriba sueltos, dejando a la vista el encaje de su sostén color negro.

¿Era él o parecía más bien salida de una película porno a una estudiante de último año de bachillerato?

Continuara....

A pesar de que no llegaron a las firmas que pedí decidí subirles, aunque la mitad de lo que sería el cap real.
Si firman MUCHO, subo otro antes de irme a dormir :)
Besos
@amorxca    - Si están aburridas y tienen twitter hablenme :)