Capítulo 89:

 Se le cortó el aliento mientras que su barriga se apretó otra vez, esta vez mucho más doloroso que antes.
—¡Oh!
Peter la miró rápidamente, la preocupación arrugaba su frente.
—¿Qué te pasa?
Un repentino chorro de humedad bajó por sus piernas. Seguido de otro espasmo en su vientre. Oh Dios, era tan estúpida. Estaba de parto. ¿No se suponía que dolía más que esto? Todo lo que había sentido fue una suave incomodidad. Menos dolor, pero el problema era que lo sintió todo el día. ¿Llevaba de parto tanto tiempo?
—Peter, creo que acabo de romper las aguas
—trató de quitar la ansiedad de su voz, pero sabía que falló miserablemente—. Y duele. Creo que estoy de parto.
Peter se puso pálido.
—¿Cuánto tiempo?
—Creo que todo el día.
Él maldijo.
—¿Por qué no dijiste nada? —exigió él—.¿Por qué saliste fuera?
Las lágrimas llenaron sus ojos, mientras que otra contracción la dejó sin aliento.
—No lo sabía —gritó ella mientras que caían lágrimas por sus mejillas— no me di cuenta. Lo siento.
Él la abrazó y la meció.
—Lo siento, bebé. Me asusté tanto. Dios mío, no te podíamos encontrar por ninguna parte. Estaba tan asustado de perderte. —levantó la cabeza y miró alrededor—. Dios mío ¿Maldita sea, dónde están?
Ella se agarró de sus brazos y gimió suavemente, mientras tenía otra contracción. La mano de Peter temblaba, mientras comprobaba su reloj.
—Menos de dos minutos desde la última.
—¡Peter!
Mariana y Peter miraron hacia arriba y vieron a Thiago.
—¡Aquí abajo! Voy a necesitar ayuda para subirla —le llamó Peter. Él miró a Mariana y apretó su mano—. No te preocupes, mi amor. Cuidaremos de ti.
Ella asintió.
—Sé que lo harán.
Thiago se deslizado unos segundos más tarde y se arrodilló al lado de Mariana, terriblemente preocupado.
—¿Estás bien, bebé?
Ella asintió.
—Está de parto, Thiago.
Thiago se acercó a Peter.
—¿Estás segura?
—Estoy segura —dijo Mariana secamente.
—Mierda —juró Thiago—. Tenemos que bajarla de la montaña.
Ella levantó una mano y acarició afectuosamente su mejilla.
—No hay tiempo.
—¿Cómo que no hay tiempo? —exigió Thiago.
—Sus contracciones son demasiado seguidas —dijo Peter gravemente—. Creo que está cerca.
La cara de Thiago se drenó de color y el pánico llameó en sus ojos. Escucharon a Juan gritar de lo alto, y Thiago elevó su cabeza.
—No bajes —gritó él—. La subiremos.
Thiago se agachó y levantó gentilmente a Mariana en los brazos. Inclinó la cabeza hacia Peter.
—Sube, tendremos que trasladarla. No quiero que me caiga con ella. —Peter subió la cuesta, parándose a pocos pasos. Aseguró sus pies y agarro a Mariana.Thiago se movió cuidadosamente, alcanzándola a Peter. Luego la aflojó en los brazos de su hermano, quién la subía poco a poco.
Cuando alcanzaron la cima,Juan la recogió, abrazándola apretadamente contra su pecho. Su aliento eran desigual y su corazón golpeaba con fuerza contra su mejilla.
—Gracias a Dios que estás bien —murmurado Juan, besándole en la frente.
—Está de parto —dijo Thiago mientras que él y Peter subían a su lado.
El abrazo de Juan se apretó alrededor de ella.
—Ve por sus cosas. La tomaré al Rover.
—No hay tiempo.
—¿Cómo que no hay tiempo? —exigió Juan.
—Tendrá que estar aquí —dijo Thiago quedamente—. Sus contracciones son demasiado cercanas. No tenemos tiempo para llevarla al pueblo.
Mariana gimió, teniendo otra contracción, esta vez mucho más fuerte que la última.Juan juró y salió corriendo.Thiago y Peter se apresuraron hacia la cabaña.
—Juan, estoy bien —dijo jadeando—. No tenes que preocuparte.
Él besó su frente otra vez, mientras se acercaba a la cabaña.
—Siempre me preocuparé por ti, muñeca.
Cuando entraron la casa,Thiago y Peter se apresuraron hacia el dormitorio.
—Ponela aca—indicó Thiago, señalando la cama—. Necesitamos evaluar la situación. Peter,agarra el teléfono y fijate si la comadrona puede subir ahora.
Juan la dejo en la cama, mientras tenía otra contracción. Ella cerró los ojos, apretando los dientes. Para algo que no había sido doloroso durante todo el día, ahora compensaba el tiempo perdido.
Thiago acarició su cara con las manos preocupado, quitándole el pelo de los ojos.
—Voy a desnudarte, cariño. Necesito ver qué pasa.
Ella inclinó la cabeza y se le volvió a cortar el aliento, mientras que otra contracción seguía estrechamente a la última.
Thiago arrancó su ropa, teniendo cuidado con sus heridas.Juan permaneció inmóvil al lado de la cama, su cara llena de pánico.
—¡Oh, Dios,Thiago, siento como si necesitará empujar!
Thiago le quitó los pantalones y echó un vistazo a los ojos asustados que lo miraban fijamente. Su tripa se apretó tanto, que no podía pensar correctamente. Pero sabía que tenía que tranquilizarse e intentar hacer que para Mariana sea lo más fácil posible.
—Escúcheme, cariño. Necesito que intentes calmarte y respirar profundo. No empuje si te puedes abstener.
Peter volvió, caminando rápidamente.
 —Está en el camino, pero va a tardar un rato.
—No tenemos un rato —musitó Thiago.
—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Juan mientras se unía a sus hermanos—. ¡No sé como traer un bebé al mundo!
Thiago se encogió, tratando de quitar el pánico de su voz.
—Nosotros hemos traído potros al mundo. No puede ser muy distinto.
Mariana levantó su cabeza de la cama y lo miró malhumorada.
—No me acabas de comparar con un caballo.
Él sonrió abiertamente, sintiendo que el agarre de su pecho se retiraba un poco. Podrían hacer esto. Lo harían. Mariana dependía de ellos.
—Peter, ve por detrás de ella y haz lo mejor que puedes para que mantenga la calma —él dijo en voz bajo—.Juan, vos y yo necesitamos lavarnos y después me tenes que traer algunos suministros. Necesito algo que sujete el cordón umbilical y necesito una de esas jeringas que tenemos en la caja de primeros auxilios. Trae cualquier otra cosa que piensas que necesitamos porque no puedo pensar bien, ni para salvar mi vida. Y rápidamente.

Continuara....

Algunas se dieron cuenta de que estaba de parto ;) Muy bien eh! ¿Cómo creen que saldrá todo? ¿Habra complicaciones? :S
Firmen mucho y subo mas...
Solo quedan dos capítulos...