Capítulo 25:

— Vaya —comentó—, se me ocurre que podíais poner unas velas, una música tranquila y…
— Candela—la interrumpió Lali—, te agradezco mucho lo que intentas hacer, pero en lugar de hablar de mí, ¿podemos ocuparnos de Peter?

Cande lo miró de reojo.
— Claro, ¿le pasa algo?
— ¿Sabes cómo sacarlo del libro? De forma permanente, quiero decir.
— Ni idea —contestó y se dirigió a Peter—. ¿Tú sabes algo al respecto?
— No he dejado de repetírselo: es imposible.
Candela  asintió con la cabeza.
— Es muy testaruda. Nunca presta atención a lo que se le dice, a menos que sea lo que ella quiere oír.
— Testaruda o no —añadió Lali dirigiéndose a Peter—, no puedo imaginar una sola razón por la cual querrías permanecer encerrado en un libro.
Peter apartó la mirada.
— Lali, no lo agobies.
— Eso es lo que intento, librarlo del agobio de su confinamiento.
— De acuerdo —dijo Candela, cediendo finalmente—. Muy bien, Peter, ¿qué horrible pecado cometiste para acabar metido en un libro?
— Hubris .
— ¡Ooooh! —exclamó Candela con tono fúnebre—, eso no es nada bueno. Lali, puede que tenga razón. Solían hacer cosas como despedazar a la gente por eso. Deberías haber prestado atención durante las clases de cultura clásica. Los dioses griegos son realmente despiadados en lo referente a los castigos.
Lali  entrecerró los ojos para mirarlos.
— Me niego a creer que no exista ningún modo de liberarlo. ¿No podemos destruir el libro, o convocar a uno de tus espíritus, o hacer algo para ayudarlo?
— ¡Vaya!, ¿ahora crees en mi magia vudú?
— No mucho, la verdad. Pero te las arreglaste para traerle hasta aquí. ¿Es que no puedes pensar en algo que sirva de ayuda?
Candela  se mordisqueó el pulgar en un gesto pensativo.
— Peter, ¿qué dios estaba a tu favor?
Él inspiró hondo, como si estuviese realmente cansado de sus preguntas.
— En realidad, ninguno de ellos me apreciaba mucho. Como era un soldado, normalmente dedicaba sacrificios a Atenea, pero tenía más contacto con Eros.
Candela le dedicó una sonrisa traviesa.
— El dios del amor y el deseo; lo comprendo perfectamente.
— No es por lo que crees —le contestó él agriamente.
Candela le ignoró.
— ¿Has intentado alguna vez recurrir a Eros?
— No nos hablamos.
Lali  puso los ojos en blanco ante el despreocupado sarcasmo de Peter.
— ¿Por qué no intentas convocarlo? —le sugirió Candela.
Lali  le lanzó una furiosa mirada.
— Candela, ¿podrías hacer el esfuerzo de ser un poco más seria? Sé que me he burlado de tus creencias durante todos estos años, pero ahora estamos hablando de la vida de Peter.
— Estoy hablando totalmente en serio —le contestó con énfasis—. Lo mejor para Peter sería invocar a Eros y pedirle ayuda.
¿Qué demonios? —pensó Lali. La noche anterior, no creía que pudieran invocar a Peter. Quizás Candela tuviese razón.
— ¿Lo intentarás? —le preguntó Lali.
Peter suspiró resignado, pero daba la impresión de que estaba más que dispuesto a zarandearlas a las dos. Con aspecto ofendido, echó la cabeza hacia atrás y mirando al techo dijo:
— Cupido, bastardo inútil, invoco tu presencia.
Lali  alzó las manos.
— ¡Joder!, no entiendo cómo no se aparece después de llamarlo de ese modo.
Candela se rió.
— Muy bien —dijo Lali—. De todas formas no me creo nada de este abracadabra. Vamos a dejar las bolsas en mi coche y a buscar un sitio donde comer; allí podremos pensar algo más productivo que invocar al tal «Cupido, bastardo inútil». ¿Estáis de acuerdo?
— Por mí bien —contestó Candela.
Lali  le dio la bolsa con la ropa de su marido.
— Aquí están las cosas de Victorio.
Candela  miró en el interior y frunció el ceño.
— ¿Dónde está la camiseta de tirantes?
— Luego te la doy.
Candela se rió de nuevo.
Peter caminaba tras ellas, escuchando sus bromas mientras salían de la tienda.
Afortunadamente, Lali había encontrado aparcamiento justo en el estacionamiento del centro comercial.
Peter  las observó dejar las bolsas en el coche. Si lo pensaba un poco, tenía que admitir que le gustaba el hecho de que Lali estuviese tan interesada en ayudarlo.
Nadie lo había estado antes.
Había recorrido el camino de su existencia en solitario, apoyándose en su inteligencia y en su fuerza. Incluso antes de ser maldecido estaba cansado de todo. Cansado de la soledad, de no contar con nadie en este mundo y, lo más importante, de no tener a nadie que se preocupara por él.
Era una pena que no hubiese conocido a Lali antes de la maldición. Ella habría sido un bálsamo para su inquietud. Pero de todos modos, las mujeres de su época no se parecían a las actuales; esas mujeres lo trataban como a una leyenda a la que temer o aplacar, pero Lali lo miraba como a un igual.
¿Qué tenía Lali que la hacía parecer única? ¿Qué había en ella que le permitía llegar a lo más hondo de su alma, cuando su propia familia le había dado la espalda?

No estaba muy seguro. Pero era una mujer muy especial. Un corazón puro en un mundo plagado de egoísmo. Nunca había creído posible encontrar a alguien como ella.

Continuara....

Holaaa! Paso rapidito a dejarles cap que tengo que terminar un trabajo practico ¬¬ ¿Cómo empezaron la semana? espero que bien :)

Firmen mucho y mas tarde subo mas!

Gracias x todo!

Beso

Juli♥

@amorxca

Esta foto es muy alkjsdlszhfosizhgsljkdskgj ¿Ustedes que creen? ;) 

PD: Les recomiendo que lean la intro de la Nove de Jose :) ( Apreten en Nove y sale el link pero esta del mismo color y no se nota ¬¬  )