jueves, 2 de mayo de 2013

Capítulo 33:

Simulemos que son Michael y Orión



En el momento en que Orión había visto que Peter besaba a la mujer,
Lali, había tomado una decisión.
Usaría cualquier método necesario para
asegurarse de que su frágil relación, no sobreviviera. No estaba convencido que el
plan de Eros, de hacer que Peter cayera como un cachorro enfermo de amor, fuese
a funcionar. Cuando el hombre al que ellos habían llamado Michael había
aparecido, un plan se había formado rápidamente en la cabeza de Orión.

Orión se apoyó en uno de los árboles que bordeaban la calle, esperando que
el hombre saliera de la casa. No tuvo que esperar mucho tiempo… la pelea había
sido muy corta, y las palabras se habían escuchado desde la terraza del segundo
piso. La posición de Peter ya se estaba desmoronando. Todo lo que necesitaba
ahora eran unos cuantos empujones bien colocados, y la precaria casa de naipes de
Peter, se vendría abajo. ¿Y quién mejor para ofrecer los empujones que un mortal,
al que Orión podría manipular fácilmente? 

Cuando cerró la puerta de entrada, Orión siguió a Michael por la acera. Dos
cuadras más adelante, pensó que sería seguro acercarse a él sin que Peter se diera
cuenta de lo que estaba pasando.

Con un golpecito en el hombro de Michael, Orión anunció su presencia, por
lo que el hombre se dio la vuelta sobre sus talones al instante. Michael
inmediatamente lo miró furioso.

—Qué mier…

—Vaya, vaya. Qué manera de saludar a un nuevo amigo.— Sonrió Orión y
puso su brazo sobre el hombro del hombre. —Y sé que vamos a ser grandes amigos
en verdad.

Michael trató de salir de su control. —Hey, ese no es mi estilo, amigo, así
que vete a buscar a otra parte.

Orión lo apretó. —Créeme, si ese fuera mi estilo, tendría mejor gusto que
elegir a alguien como tú, como mi compañero de cama.— Él soltó un bufido. —Sin
embargo, como están las cosas, no estoy aquí para una pequeña desviación carnal. No, tú y yo tenemos un interés común.

—¿Qué quieres de mí?— Había una evidente sospecha en la voz de Michael,
pero era igualmente fuerte la curiosidad que Orión descubrió en él. Bueno, el
pequeño cachorro iba a seguir el juego. Los mortales eran tan fáciles de manipular.

Una de las razones por la que él los odiaba y también los amaba, según lo que
quisiera de ellos.

—No es lo que quiero de ti, es lo que podemos hacer el uno por el otro,—
Orión aludió a su plan. —Y cuán rentable podría ser para nosotros dos.

Podía oler con facilidad la codicia en el mortal, ya que se filtraba por todos
los poros de su cuerpo, envenenando el aire que lo rodeaba. Orión se tragó su
disgusto. Odiaba la codicia… no conducía a nada. Ahora, la lujuria, eso era un
asunto completamente diferente. Y la lujuria era lo que lo estaba impulsando. No
podía permitir que Peter regresara y continuara su búsqueda de los mejores
bocados en el Olimpo, las hermosas diosas que Orión quería reclamar para sí
mismo, sobre todo, la más hermosa de ellas, Artemisa. Nada sería demasiado bajo
para evitar que Peter regresara a casa. Y si unos pocos mortales sufrían en el
proceso, que así fuera.

—¿Rentable?— Orión escuchó a Michael balbucear. Tal como lo había
imaginado, avaricia pura era lo que movía al hombre. Esto sería fácil.

—Tengo la sensación de que no deseas que ese extraño termine en la cama
con tu linda mujercita,— Orión dedujo.

—Ella no es mi mujercita, ella es mi prima, y está loca,— ladró Michael.

—Bueno, bien. Pero todavía no quieres que la lleve a la cama con él,
¿verdad? ¿O es que he malinterpretado tu pequeña pelea que acabas de tener con
ellos?— Sonrió Orión.

—No dejaré que un gigoló entre y se lleve lo que es mío. Yo debería haber
recibido la casa, no esa perra tramposa. Y si se engancha con un hombre y tiene
hijos, estaré fuera de ella para siempre.

—Te ayudaré a devolver la casa a tus manos, siempre y cuando me ayudes
asegurándote de que no se enamore de él.

—¿Qué hay en todo esto para ti?— Una vez más, la sospecha se había
deslizado en la voz de Michael.

—Digamos que tengo una vieja cuenta por cobrar. Él no se merece el amor
de una mujer, y tú y yo nos aseguraremos de que no lo tenga. Y una vez que lo
hayamos expulsado de su vida, puedes seguir haciendo lo que estás haciendo, y yo
volveré a lo que mejor hago— Seducir a diosas.

—¿Y la parte de la ganancia?,— insistió Michael.

—Serás debidamente recompensado.

—¿Cómo?

El mortal se estaba volviendo molesto, pero ¿y qué si Orión tenía que mentir
un poco para llevarlo a hacer lo que él quería que hiciera? No le afectaba en lo más
mínimo. —¿Cómo te suena la módica cantidad de cincuenta mil dólares?— A la
hora de las horas, Orión siempre podía hacer aparecer el dinero de la caja fuerte de
un banco en la ciudad y dárselo a Michael. ¿Qué le importaba a Orión de dónde
viniera?

Una sonrisa satisfecha, apareció en el rostro de Michael. —Ahora estás
hablando mi idioma. ¿Qué necesitas que haga?

La boca de Orión se torció, mitad por diversión, mitad de asco. —Y ahora,
estamos hablando el mío.

***
Le llevó una hora a Michael darse cuenta que habían tres agencias en
Charleston que contrataban a profesionales de cuidado de salud a domicilio. Eso
complicaba las cosas un poco. Una llamada telefónica a la primera en su lista,
confirmó su sospecha de que la política de privacidad de la agencia, les impedía dar
información sobre sus clientes o empleados. Tenía que idear un plan.
Cuando entró en el área de recepción de Cuidado Profesional de Salud,
Michael fingió una agradable sonrisa en su rostro y se acercó a la mujer negra de
mediana edad que estaba escribiendo en una computadora. Ella levantó la vista de
su trabajo, cuando él se detuvo enfrente.

—¿Puedo ayudarle?

—Oh, eso espero, señora. Fred Harlow es mi nombre. — Fingió un
pronunciado acento sureño, pensando que entre más ‘sureño’ sonara, más lástima
tendría la mujer de él. —Estoy aquí porque mi abuela necesita a alguien que cuide
de ella, sabe. Lo haría yo mismo, pero tengo dos trabajos, y ella realmente necesita
ayuda durante todo el día.— Las mentiras le resultaban fáciles.

La mujer asintió con la cabeza y buscó un formulario, sujetándolo en un
tablero. —Usted ha venido al lugar correcto.

—Estoy tan aliviado al escuchar eso. Porque, usted sabe, mi vecina, la
señorita Esposito, Lali Esposito, acaba de contratar a alguien de su agencia, y está
tocando el cielo con las manos. No se puede detener de elogiarlos. Sabe, ella es
ciega, y usted le envió ese trabajador joven excelente...

Buscó en su rostro en busca de signos, para ver cuánto más tenía que seguir
mintiendo, y se dio cuenta de cómo sus cejas se unían. —Usted conoce a la señorita
Esposito, ¿verdad?

—Señor Harlow, no estoy segura de conocer a esa Señorita Esposito, pero le
puedo asegurar, nuestra agencia es el mejor en la ciudad, y estaríamos encantados
de ayudar a su abuela.

—Oh, ¿está diciendo que la señorita Esposito no los contrató?— Se rascó la
cabeza, poniendo una mirada confusa en su rostro.

—No, pero no se preocupe, tenemos muchas referencias de otros clientes
satisfechos.

Bueno, eso lo confirmaba. Lali no había contratado a Cuidado
Profesional de salud. Era hora de hacer su salida.

—¡Oh! Mejor me iré de nuevo donde está ella y le preguntaré el nombre de
la otra agencia. Lo debí haber escrito en primer lugar. No es nada personal, señora,
es sólo que ella insistió en que consiguiera la mejor para la abuela.

—Pero, señor Harlow…

Michael giró y salió por la puerta, haciendo caso omiso de las protestas de la
mujer. Era hora de pasar a la siguiente compañía.

Pero en Profesionales de Cuidado de Salud en el Hogar, se topó con un
problema: reconoció a la mujer sentada en la recepción. ¡Mierda! Antes de que
pudiera verlo, se regresó a la puerta y echó una maldición.

Él había salido con Carol durante un período de tiempo muy breve, y su
asociación previa con ella arrojó dos cuestiones: sabía que él no tenía familiares que
vivieran aparte de Lali, y estaba plenamente consciente de qué clase de canalla
era. Había “pedido prestado” parte de su dinero y nunca lo había devuelto, y si lo
veía ahora, sólo lanzaría insultos contra él. De ninguna manera iba a darle la
información que necesitaba. Sólo le cabía esperar que el último lugar, Cuidado de
Salud a Domicilio, fuera el que Lali había contratado, o tendría que idear otra
cosa.

 Continuara....

Capítulo dedicado a Cele, por firmar tanto y estar tan ansiosa con la nove :)

+ 15 y otro!

19 comentarios:

  1. GRACIAS!!!!!!! por dedicarme en cap! =)

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  2. ansiosa es poco! en un rato me tengo que ir a estudiar!! y quiero leer lo mas que pueda! =)

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  3. por eso quiero mas nove!!!!!!!!!!!!

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  4. odio a Orion y Michel! ¬¬ son dos HDP!!!!

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  5. que habra pasado con los otros dos! Lali y Peter!

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  6. QUIERO QUE ESTEN JUNTOS!! yayayayayayaya

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  7. Que yeguooos Orión y Michael!! Ahhahahaahaha estaa Lali que lo corto y el chabon este forro que interrumpió!!!! Que broncaaaaa! MAAAS PORFAAAA! Breeb :)

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  8. quiero rock laliter ah re paja

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  9. me encanto

    novelas laliters: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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  10. nooo como puede ser q tengan tantas cosas en contra por Dios ahora todo tiene color de hormiga jajajajjaaj

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  11. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO se enterooo!!! estamos al horno OODIO a Orion, Eros y a Michael ¬¬ @LuciaVega14

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)