Simulemos que son Michael y Orión |
En el momento en
que Orión había visto que Peter besaba a la mujer,
Lali, había tomado
una decisión.
Usaría cualquier método necesario para
asegurarse de que
su frágil relación, no sobreviviera. No estaba convencido que el
plan de Eros, de
hacer que Peter cayera como un cachorro enfermo de amor, fuese
a funcionar.
Cuando el hombre al que ellos habían llamado Michael había
aparecido, un plan
se había formado rápidamente en la cabeza de Orión.
Orión se apoyó en
uno de los árboles que bordeaban la calle, esperando que
el hombre saliera
de la casa. No tuvo que esperar mucho tiempo… la pelea había
sido muy corta, y
las palabras se habían escuchado desde la terraza del segundo
piso. La posición
de Peter ya se estaba desmoronando. Todo lo que necesitaba
ahora eran unos
cuantos empujones bien colocados, y la precaria casa de naipes de
Peter, se vendría
abajo. ¿Y quién mejor para ofrecer los empujones que un mortal,
al que Orión
podría manipular fácilmente?
Cuando cerró la
puerta de entrada, Orión siguió a Michael por la acera. Dos
cuadras más
adelante, pensó que sería seguro acercarse a él sin que Peter se diera
cuenta de lo que
estaba pasando.
Con un golpecito
en el hombro de Michael, Orión anunció su presencia, por
lo que el hombre
se dio la vuelta sobre sus talones al instante. Michael
inmediatamente lo
miró furioso.
—Qué mier…
—Vaya, vaya. Qué
manera de saludar a un nuevo amigo.— Sonrió Orión y
puso su brazo
sobre el hombro del hombre. —Y sé que vamos a ser grandes amigos
en verdad.
Michael trató de
salir de su control. —Hey, ese no es mi estilo, amigo, así
que vete a buscar
a otra parte.
Orión lo apretó.
—Créeme, si ese fuera mi estilo, tendría mejor gusto que
elegir a alguien
como tú, como mi compañero de cama.— Él soltó un bufido. —Sin
embargo, como
están las cosas, no estoy aquí para una pequeña desviación carnal. No, tú y yo
tenemos un interés común.
—¿Qué quieres de
mí?— Había una evidente sospecha en la voz de Michael,
pero era igualmente
fuerte la curiosidad que Orión descubrió en él. Bueno, el
pequeño cachorro
iba a seguir el juego. Los mortales eran tan fáciles de manipular.
Una de las razones
por la que él los odiaba y también los amaba, según lo que
quisiera de ellos.
—No es lo que
quiero de ti, es lo que podemos hacer el uno por el otro,—
Orión aludió a su
plan. —Y cuán rentable podría ser para nosotros dos.
Podía oler con
facilidad la codicia en el mortal, ya que se filtraba por todos
los poros de su
cuerpo, envenenando el aire que lo rodeaba. Orión se tragó su
disgusto. Odiaba
la codicia… no conducía a nada. Ahora, la lujuria, eso era un
asunto
completamente diferente. Y la lujuria era lo que lo estaba impulsando. No
podía permitir que
Peter regresara y continuara su búsqueda de los mejores
bocados en el
Olimpo, las hermosas diosas que Orión quería reclamar para sí
mismo, sobre todo,
la más hermosa de ellas, Artemisa. Nada sería demasiado bajo
para evitar que Peter
regresara a casa. Y si unos pocos mortales sufrían en el
proceso, que así
fuera.
—¿Rentable?— Orión
escuchó a Michael balbucear. Tal como lo había
imaginado,
avaricia pura era lo que movía al hombre. Esto sería fácil.
—Tengo la
sensación de que no deseas que ese extraño termine en la cama
con tu linda
mujercita,— Orión dedujo.
—Ella no es mi
mujercita, ella es mi prima, y está loca,— ladró Michael.
—Bueno, bien. Pero
todavía no quieres que la lleve a la cama con él,
¿verdad? ¿O es que
he malinterpretado tu pequeña pelea que acabas de tener con
ellos?— Sonrió
Orión.
—No dejaré que un
gigoló entre y se lleve lo que es mío. Yo debería haber
recibido la casa,
no esa perra tramposa. Y si se engancha con un hombre y tiene
hijos, estaré
fuera de ella para siempre.
—Te ayudaré a
devolver la casa a tus manos, siempre y cuando me ayudes
asegurándote de
que no se enamore de él.
—¿Qué hay en todo
esto para ti?— Una vez más, la sospecha se había
deslizado en la
voz de Michael.
—Digamos que tengo
una vieja cuenta por cobrar. Él no se merece el amor
de una mujer, y tú
y yo nos aseguraremos de que no lo tenga. Y una vez que lo
hayamos expulsado
de su vida, puedes seguir haciendo lo que estás haciendo, y yo
volveré a lo que
mejor hago— Seducir a diosas.
—¿Y la parte de la
ganancia?,— insistió Michael.
—Serás debidamente
recompensado.
—¿Cómo?
El mortal se
estaba volviendo molesto, pero ¿y qué si Orión tenía que mentir
un poco para
llevarlo a hacer lo que él quería que hiciera? No le afectaba en lo más
mínimo. —¿Cómo te
suena la módica cantidad de cincuenta mil dólares?— A la
hora de las horas,
Orión siempre podía hacer aparecer el dinero de la caja fuerte de
un banco en la
ciudad y dárselo a Michael. ¿Qué le importaba a Orión de dónde
viniera?
Una sonrisa
satisfecha, apareció en el rostro de Michael. —Ahora estás
hablando mi
idioma. ¿Qué necesitas que haga?
La boca de Orión
se torció, mitad por diversión, mitad de asco. —Y ahora,
estamos hablando
el mío.
***
Le llevó una hora
a Michael darse cuenta que habían tres agencias en
Charleston que
contrataban a profesionales de cuidado de salud a domicilio. Eso
complicaba las
cosas un poco. Una llamada telefónica a la primera en su lista,
confirmó su
sospecha de que la política de privacidad de la agencia, les impedía dar
información sobre
sus clientes o empleados. Tenía que idear un plan.
Cuando entró en el
área de recepción de Cuidado Profesional de Salud,
Michael fingió una
agradable sonrisa en su rostro y se acercó a la mujer negra de
mediana edad que
estaba escribiendo en una computadora. Ella levantó la vista de
su trabajo, cuando
él se detuvo enfrente.
—¿Puedo ayudarle?
—Oh, eso espero,
señora. Fred Harlow es mi nombre. — Fingió un
pronunciado acento
sureño, pensando que entre más ‘sureño’ sonara, más lástima
tendría la mujer
de él. —Estoy aquí porque mi abuela necesita a alguien que cuide
de ella, sabe. Lo
haría yo mismo, pero tengo dos trabajos, y ella realmente necesita
ayuda durante todo
el día.— Las mentiras le resultaban fáciles.
La mujer asintió
con la cabeza y buscó un formulario, sujetándolo en un
tablero. —Usted ha
venido al lugar correcto.
—Estoy tan
aliviado al escuchar eso. Porque, usted sabe, mi vecina, la
señorita Esposito,
Lali Esposito, acaba de contratar a alguien de su agencia, y está
tocando el cielo
con las manos. No se puede detener de elogiarlos. Sabe, ella es
ciega, y usted le
envió ese trabajador joven excelente...
Buscó en su rostro
en busca de signos, para ver cuánto más tenía que seguir
mintiendo, y se
dio cuenta de cómo sus cejas se unían. —Usted conoce a la señorita
Esposito, ¿verdad?
—Señor Harlow, no
estoy segura de conocer a esa Señorita Esposito, pero le
puedo asegurar,
nuestra agencia es el mejor en la ciudad, y estaríamos encantados
de ayudar a su
abuela.
—Oh, ¿está
diciendo que la señorita Esposito no los contrató?— Se rascó la
cabeza, poniendo
una mirada confusa en su rostro.
—No, pero no se
preocupe, tenemos muchas referencias de otros clientes
satisfechos.
Bueno, eso lo
confirmaba. Lali no había contratado a Cuidado
Profesional de
salud. Era hora de hacer su salida.
—¡Oh! Mejor me iré
de nuevo donde está ella y le preguntaré el nombre de
la otra agencia.
Lo debí haber escrito en primer lugar. No es nada personal, señora,
es sólo que ella
insistió en que consiguiera la mejor para la abuela.
—Pero, señor
Harlow…
Michael giró y
salió por la puerta, haciendo caso omiso de las protestas de la
mujer. Era hora de
pasar a la siguiente compañía.
Pero en
Profesionales de Cuidado de Salud en el Hogar, se topó con un
problema:
reconoció a la mujer sentada en la recepción. ¡Mierda! Antes de que
pudiera verlo, se
regresó a la puerta y echó una maldición.
Él había salido
con Carol durante un período de tiempo muy breve, y su
asociación previa
con ella arrojó dos cuestiones: sabía que él no tenía familiares que
vivieran aparte de
Lali, y estaba plenamente consciente de qué clase de canalla
era. Había “pedido
prestado” parte de su dinero y nunca lo había devuelto, y si lo
veía ahora, sólo
lanzaría insultos contra él. De ninguna manera iba a darle la
información que
necesitaba. Sólo le cabía esperar que el último lugar, Cuidado de
Salud a Domicilio,
fuera el que Lali había contratado, o tendría que idear otra
cosa.
Continuara....
Capítulo dedicado a Cele, por firmar tanto y estar tan ansiosa con la nove :)
+ 15 y otro!
GRACIAS!!!!!!! por dedicarme en cap! =)
ResponderEliminaransiosa es poco! en un rato me tengo que ir a estudiar!! y quiero leer lo mas que pueda! =)
ResponderEliminarpor eso quiero mas nove!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarodio a Orion y Michel! ¬¬ son dos HDP!!!!
ResponderEliminarque habra pasado con los otros dos! Lali y Peter!
ResponderEliminarQUIERO QUE ESTEN JUNTOS!! yayayayayayaya
ResponderEliminarQue yeguooos Orión y Michael!! Ahhahahaahaha estaa Lali que lo corto y el chabon este forro que interrumpió!!!! Que broncaaaaa! MAAAS PORFAAAA! Breeb :)
ResponderEliminarMAS!!!!!!!!!
ResponderEliminarMAS!!!!!!!!!
ResponderEliminarmas!
ResponderEliminarMAS!!!!!!!!!
ResponderEliminarMAS!!!!!!!!!
ResponderEliminarni codisioso michel
ResponderEliminarMAS!!!!!!!!!
ResponderEliminarN O V E!
ResponderEliminarquiero rock laliter ah re paja
ResponderEliminarme encanto
ResponderEliminarnovelas laliters: http://morithalaliter.blogspot.mx/
nooo como puede ser q tengan tantas cosas en contra por Dios ahora todo tiene color de hormiga jajajajjaaj
ResponderEliminarNOOOOOOOOOOOOOOOOOOO se enterooo!!! estamos al horno OODIO a Orion, Eros y a Michael ¬¬ @LuciaVega14
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