Lali giró frente a un espejo de cuerpo
entero en su sala de estar.
—¡Se ve muy bien!
Ella notó los ojos de Eugenia en su
reflexión en el espejo e hizo una mueca ante el cumplido despreocupado de su
amiga. —¿Estás segura?— Lali echó otra mirada crítica sobre su atuendo. Su
vestido de verano con flores de colores azules y verdes pastel colgaba de finos
breteles en los hombros. El vestido de corte imperio creaba un buen punto focal
para sus pechos de tamaño medio y se aseguraba que el material blando fluyera
sin esfuerzo hacia las rodillas, sacando énfasis de sus caderas redondas. Para
el embarazo, era como su madre siempre se refería a sus caderas. Lali las veía simplemente
demasiado amplias.
—¿O debería usar el rojo?— Las dudas
bullían en ella.
La mano de Eugenia en su brazo, hizo a
Lali mirar hacia atrás, a su amiga. — El rojo grita “Zorra”. Y pensé que
querías asegurarte de que supiera que eras una buena chica.
Ella asintió con la cabeza. —Tienes
razón.
—Además, una vez que ustedes dos hayan
estado juntos por un tiempo, siempre puedes sorprenderlo con ese vestido, y
créeme, estará completamente perdido por ti. Y para ese entonces, él sabrá que
eres alguien con quien quedarse, y no le darás una impresión equivocada.
Lali abrazó a su amiga. ¿Qué haría
ella sin Eugenia? Su amiga la había acompañado en los peores momentos, y ahora
estaba allí para lo que esperaba se convirtiera en el mejor de los momentos.
— ¿Estás segura que le gustará a Peter?
Eugenia le guiñó un ojo. —Estará
perdido por ti. ¿Y no es eso lo que quieres esta noche?
Ella asintió con la cabeza, pero el
nerviosismo que se había extendido durante todo el día en expectativa de esa
tarde, no estaba disminuyendo. —Tal vez debería esperar un poco. Es demasiado
pronto. Sólo hemos estado saliendo durante dos semanas.
Eugenia chasqueó la lengua. —Espera más
tiempo y perderá el interés Tienes que demostrarle que lo deseas, o simplemente
creerá que no te importa él. Los hombres quieren una pequeña muestra de afecto.
Y si no se lo demuestras, irá hacia otro lugar. Me has dicho tú misma lo viril
que es. ¿De verdad crees que un hombre como ese, estará sin sexo durante más de
un par de semanas?
La reprendedora mirada de Eugenia le
hizo a Lali tragar su miedo. No todos los hombres eran como su ex-prometido. Peter
tenía que ser diferente. En las últimas dos semanas, había sido el hombre más
atento, colmándola de flores y cenas costosas. La había llevado a paseos
románticos por la ribera y habían bailado lento con la música de Burt Bacharach.
Ella sabía que en el fondo Peter era un romántico, y era natural que él
quisiera acostarse con ella. Y era natural que ella quisiera lo mismo.
—Conozco ese ceño fruncido.
Ante las palabras de Eugenia, Lali levantó
la cabeza. —Lo siento, sólo estoy asustada. ¿Y si hace lo que Jeff...
—¡Olvídate de ese maldito idiota ahora!—
El tono agudo en la voz de Eugenia, la sacudió. —No quiero escuchar el nombre
de ese tipo nunca más. ¿Lo entiendes? Lo que Jeff hizo fue despreciable. Se acabó.
Es hora de seguir adelante. Peter es un buen hombre. Ahora, prepárate—. Ella miró
su reloj. —Por Dios, mejor me voy corriendo, o el chef se enojará. Tenemos toneladas
de reservas para esta noche.
Lali asintió con la cabeza. —Lo siento,
no debí haberte entretenido tanto tiempo. Tienes que volver al trabajo. Gracias
por todo. Eugenia sonrió. —¿Para qué son los amigos?— Luego la tomó en otro abrazo.
—Ahora ve por él, Lali. Y me contarás todo… y quiero decir, todo… mañana.
Lali se sintió sonrojarse ante la idea
de poner su vida sexual al descubierto frente a su mejor amiga. Si todo salía
bien esa noche, y ella y Peter realmente pasaban la noche juntos en la cama, entonces
ella no estaba segura de querer compartir nada de eso con nadie, ni siquiera
con su mejor amiga. Si se dejaba guiar por los besos de Peter, ellos quemarían
las sábanas juntos una vez que se desnudaran.
Cuando la puerta se cerró detrás de Eugenia,
Lali comprobó su imagen en el espejo una vez más. Su cabello rubio oscuro se
elevaba sobre sus hombros, y sus ojos verdes se veían realzados por el
maquillaje más sutil. Sus labios estaban cubiertos con el más suave color de
labios, sólo un toque de rojo transparente. No se había molestado con más, a
sabiendas de que Peter la besaría y se limpiaría el lápiz labial de forma instantánea.
Esa noche, ella daría el primer paso
hacia la restauración de su fe en los hombres. Peter le había dado todas las
indicaciones que él estaba interesado en ella por algo más que una aventura. La
forma en que sus ojos recorrían su figura cada vez que estaban juntos, y sobre
todo cuando él pensaba que ella no lo estaba viendo, enviaba una calidez a
través de su cuerpo. Había tanto afecto y deseo en su mirada, que simplemente
sabía que él era el hombre para ella, un hombre que la apreciaría. Un hombre
que la amaría.
Esta noche, ella se ofrecería a él
para demostrarle que estaba dispuesta a dar a su relación una oportunidad
justa. Ella haría que el pasado se desvaneciera para siempre.
Al momento que el timbre sonó
anunciando la llegada de Peter, las mariposas en su estómago se habían
instalado de forma permanente. Tal vez Peter podría desalojar a los pequeños
bichos con su toque.
Lali pulsó el timbre para abrir la
puerta de la calle e inspiró un par de veces para estabilizarse, antes de que
ella abriera la puerta de su departamento.
Peter se veía increíble. Su vestimenta era informal:
jeans gastados abrazaban sus piernas mostrando cada músculo de su cuerpo
tonificado, una camisa blanca cuyos dos botones superiores estaban abiertos,
dejaban al descubierto sólo una fina capa de pelo oscuro en el pecho. Si algún
hombre podía hacer lucir la ropa informal como un millón de dólares, ese era Peter.
Su pelo oscuro era más largo que el que estaba de moda, pero lo llevaba con un
aire de robustez.
—Te ves impresionante—. Las palabras
salieron de él, con un sonido tan ronco en su voz esa noche, como nunca lo
había oído. Le tomó la mano y la guió a su boca, presionando un beso en su
palma. —Estaba ansioso de verte—. Sus ojos azules se conectaron con los de
ella, la evidente promesa oculta en ellos.
—Peter—. ¿Era su voz realmente ese eco
que oía en su cabeza? ¿Había perdido ya todos sus sentidos con solo ver el
deseo en los ojos de él?
De repente ella estaba al ras de su
cuerpo, sin haber registrado que la había atraído hacia él. ¿O es que se había
arrojado en sus brazos? Se quedó sin aliento en el pecho, mientras sus labios
se cernían a unos centímetros por encima de los suyos.
—Algo está diferente esta noche.
¿Estás usando un perfume nuevo?
Lali negó con la cabeza. —Yo no estoy
usando nada—. Ella captó la llamarada en sus ojos y sintió una llama responder
desde su vientre, dándose cuenta sólo en ese momento de lo que había dicho.
—Quiero decir...
—Sí, la tela de tu vestido es tan
delicado, puedo sentir cada contorno de tu cuerpo, cada curva. ¿Puedes sentirme
tú a mí?— Deslizó una mano por la curva de su trasero y suavemente la apretó
contra él.
Su respiración se detuvo al sentir que
el contorno duro de su erección presionaba su estómago. En un intento de
evitarse el gemir, mordió su labio inferior entre los dientes.
—Lo tomo como un sí—, Peter le
susurró al oído y bajó sus labios a su cuello, plantándole besos con la boca
abierta sobre su piel caliente. —Mi dulce Lali, tú eres mi mayor tentación,
¿sabes? Cuando estoy cerca de ti, no puedo pensar en otra cosa.
Ella trató de recobrar el equilibrio,
poniendo sus manos sobre sus hombros, pero el calor bajo sus palmas la hacía
sentirse mareada. ¿Ya estaba jadeando?
—Peter—. Este hombre la reducía a oraciones de
una sola palabra.
No levantó la cabeza, sino simplemente
gruñó y siguió besándole el cuello y acariciando su espalda con la mano.
—Tenemos que... la reservación… el restaurante...—,
acertó a decir, tratando de recuperar el control que había perdido en el
momento en que la apretó contra él.
Finalmente, levantó la cabeza y la
miró con sus ojos oscuros de pasión. — Lo siento. Tienes razón. Tenemos que
irnos—. Se aclaró la voz, como si él también estuviera tratando de luchar por
recuperar el control. —Pido disculpas por atacarte de esta manera.
No lo había sentido como un ataque.
Lejos de serlo. Había sido un asalto sensual, con el cual ella no creía que
pudiese luchar la próxima vez que pasara, uno que no creía que quisiera
evitarlo. —No te disculpes.
La honró con una amplia sonrisa y la
tomó del brazo para llevarla afuera.
—¿A dónde vamos esta noche?
—A un pequeño bistró en el barrio.
Nada ostentoso, pero es tranquilo e íntimo—, enfatizó la última palabra y le dio
una mirada de reojo. Luego meneó la cabeza. —Por los dioses, estás hermosa.
Ella se rió nerviosamente. Aunque Peter
nunca era tímido con los elogios, la forma en que los prodigaba en ella esa
noche, era diferente. Casi como si se acabara de dar cuenta de que los únicos
elogios alegres que le servía normalmente, se habían convertido en verdades
absolutas. —Estás diferente esta noche—, dijo. ¿Sabía que había tomado la
decisión de dormir con él esa noche, si él hacía algún intento de intimidad?
¿Estaba escrito en su cara?
—Diferente, ¿cómo?
—Más intenso.
— ¿Eso es bueno?— Él llevó su mano
hacia los labios y la besó.
—Sí.
De repente se detuvo y se volvió,
apretándola contra la pared de un edificio.
—Amor, no estoy seguro de que pueda
aguantar la cena esta noche.
Su pecho se hinchó mientras trataba de
obtener suficiente aire para hablar.
— ¿No tienes hambre?
—Oh, tengo hambre—. Sus ojos le
hablaron de su hambre, el deseo en ellos era más intenso del que nunca había
visto. —Pero no por la comida. Tengo hambre de ti. Y tengo miedo de asustarte
por lo mucho que te deseo en este momento.
Su corazón dio un salto entusiasmado
por su admisión. Tomó todo su coraje y le acarició la mano en la mejilla. — ¿Un
beso te bastaría?
—Podríamos intentarlo.
Y luego su boca estaba sobre la de
ella, empujando sus labios contra ella, su lengua lamía sobre los pliegues de
ellos demandando entrar. Sin reservas, los abrió para él y le permitió su
invasión. El calor la inundó, y estelas de fuego lamían su cuerpo. Sus manos
parecían tocarla por todas partes, mientras la lengua se batía en duelo con la
de ella y la acariciaba con ritmo más tentador, suave y fuerte al mismo tiempo.
Tanto la ternura como la pasión se
combinaban en su beso, para hacer un cóctel irresistible de emociones. Su
cabeza le daba vueltas con imágenes de ellos haciendo el amor, de una relación,
de un futuro juntos. Y su cuerpo ardía de deseo por él, con una lujuria que
nunca había sentido antes. Como si él hubiera hecho aparecer estos sentimientos
en ella por la magia de su lengua explorándola, sus labios mordisqueando los de
ella, y su cuerpo contra el suyo frotándose en una danza tan antigua como el
tiempo.
Si ella podía estar tan excitada con
la ropa puesta, sólo podía imaginarse lo que sucedería una vez que estuviera
sola con él en su apartamento en donde se podrían despojar del resto de la ropa
el uno del otro. Apenas podía respirar ahora, su corazón latía tan rápido, que
tenía miedo de que saltara de su pecho y cayera en su mano... la mano que
acababa de deslizarse sobre su pecho para amasarlo suavemente, pero con un
propósito. Cuando el pulgar acarició su pezón, se volvió rígido en un instante,
ella apartó la boca de la suya.
—Tenemos que detenernos—, susurró
ella, recuperando el aliento.
Peter respiraba tan fuerte como ella
lo hacía. Apoyó la frente contra la de ella, su aliento cerniéndose sobre su
piel, mientras hablaba. —Lo sé. Pero después. Prométemelo... Te necesito, Lali.
Ella asintió de manera casi
imperceptible. Él la necesitaba... cuánta calidez le daba esas palabras. —Sí—.
Su corazón aún tronaba en su mano, la mano que no había retirado aún de su
seno. Mientras se enderezaba, pareció darse cuenta de ello y lo soltó.
—Tú me robas mi cordura.
Ella levantó la cabeza para estudiarlo
y vio la desesperación en sus ojos.
Continuara.....
Avísenme si les gusta o no la nove, como comentan tan poco no se.
Si no les gusta la cambio y subo otra.
Besos y buen comienzo de semana!
Juli ♥
@amorxca
A anto le gusta siente q va a putearun poco a Petersin cuadno se mande alguna de las suyas con Lali OJO PEDRO LA HACES SUFRIR Y TE MANDO AL TARTARO o como mierda sellame
ResponderEliminarMaaas
Beso,Anto
PD:Anto comenta popco porq le da fiaca
Me gustaaaa
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarsisis sube mas caps porfa
ResponderEliminaray pobre lali ella si quiere algo serio con el
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarDefinitivamente más nove por fa. Ya la empezaste, seria espantoso no saber como y que tan enamorado termina peter.
ResponderEliminarAtt: Sol
me gusta... ya quiero leer mas... =D
ResponderEliminarAngy... =)
mmmm a ver.. la nove me re gusta pero como que se que peter se va a mandar una de las suyas jajaja!Espero mas nove, y si...ME GUSTA!besos!Giu
ResponderEliminarPERFECTOOOO subi mááás YA YAAA YA
ResponderEliminarMe encanta Juliiii
ResponderEliminarSubi mas pronto!! Quiero maraton!
Beso enorme!!!
PD: avisame por tw por favor! @IEMSGM
holiiiiiis oh por favoooor estan bastante calientes los dos jajajaj....aguantaran la cena?? :P.....por cierto elcapitulo anterior me confundio un ppoco mucho pero bueenooo iguaaaal subee mas andaaa a mi me gustaaa quiero saber que mas pasaa jajaja....maaaaaaaaaaaaas :D
ResponderEliminarOTROOOOOOOOOOOOOOOO
ResponderEliminaraaaay perdon que lo diga pero es un Hijo De Puta!! como va a hacerle eso!??
ResponderEliminarse lo va a tener bn merecido cuando lali se quiera vengar de el!!
a mi en lo personal me gusta mucho la nove!!
Mas
ResponderEliminarpeter esta ardiendo y no me refiero a fuego
ResponderEliminarRstan ardiendo.
ResponderEliminarAhhhhhhhg esta genial lastima q el solo quiera un noche de pasion sigo leyendo
ResponderEliminarNo se te ocurra dejar de subir esta nove porque voy a buscarte ¬¬ jajajajaja era la re mafia! muchas gracias Juliii @LuciaVega14
ResponderEliminar