martes, 14 de agosto de 2012

Capítulo 46:



Lali  se encogió de espanto ante el mundo que Peter describía. Intentaba imaginarse cómo debía haber sido vivir así. Peor aún, recordó el berrinche que pilló a los trece años porque se encaprichó de unos zapatos de ochenta dólares que, según su madre, eran demasiado para ella; y a la misma edad, Peter habría estado buscando harapos. La injusticia de aquello la hacía pedazos.

— Sólo erais niños.
— Jamás fui un niño —le contestó con sencillez—. Pero eso no era todo, lo peor era que apenas nos daban de comer. Estábamos obligados a robar o a morir de hambre.
— ¿Y los padres lo permitían?
Él la miró por encima del hombro; sus ojos tenían una expresión irónica.
— Lo consideraban un deber cívico. Y, puesto que mi padre era el stratgoi de Esparta, la mayoría de los profesores y de los chicos me despreciaron desde el primer momento. Me daban mucha menos comida que al resto.
— ¿Qué era tu padre? —le preguntó, no acababa de comprender el término griego que Peter había empleado.
— El general supremo, si lo prefieres —inspiró profundamente y continuó—. A causa de su posición, y de su reputación de hombre cruel, yo era un paria para mi grupo. Mientras ellos se unían para poder robar comida, a mí me dejaban de lado, y tenía que ingeniármelas para sobrevivir. Un día, pescaron a Jasón robando comida. Cuando regresaron a los barracones iban a castigarlo. Así es que di un paso al frente y me eché toda la culpa.
— ¿Por qué?
Peter se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.
— Estaba tan débil por la paliza anterior que pensé que no viviría si le daban otra.
— ¿Y por qué le habían golpeado antes?
— Era el modo de empezar el día. Tan pronto como nos sacaban a rastras de las camas, nos daban una buena tunda.
Lali hizo una mueca de dolor.
— Entonces, ¿por qué dejaste que te pegaran en su lugar, si tú también estabas herido?
— Siendo el hijo de una diosa, aguantaba las palizas más duras.
Ella cerró los ojos mientras recordaba las palabras que Candela había dicho esa misma tarde. Esta vez, no pudo resistir el impulso de acercarse a él. Le puso la mano sobre el bíceps. Peter no se apartó. Al contrario, le cubrió la mano con la suya y le dio un ligero apretón.
— Desde ese día en adelante, Jasón me consideró su hermano, e hizo que los demás me aceptaran. Aunque mi madre y mi padre tenían otros hijos, nunca había tenido un hermano antes.
Ella sonrió.
— ¿Qué ocurrió después?
El bíceps se contrajo bajo su mano.
— Decidimos aunar fuerzas para conseguir lo que necesitábamos. Él distraía a la gente y yo robaba; así, si nos pillaban, yo me llevaba los golpes.
¿Por qué? Tenía Lali en la punta de la lengua, pero se la mordió. En el fondo, conocía la respuesta: Peter estaba protegiendo a su hermano.
— El tiempo fue pasando —continuó él—, y noté que su padre salía furtivamente del pueblo para observarlo de lejos. El amor y el orgullo en su rostro eran algo indescriptible. Su madre hacía lo mismo. Se suponía que debíamos apañárnoslas para conseguir comida, pero algunos días, Jasón encontraba cosas que sus padres le habían dejado. Pan fresco, langosta asada, una jarra de leche… y a veces, dinero.
— Qué tierno.
— Sí, lo era; pero cada vez que me daba cuenta de lo que hacían por él, la realidad me destrozaba. Quería que mis padres sintieran lo mismo por mí. Habría dado gustoso mi vida porque mi padre me mirara una sola vez sin odio; o porque mi madre se preocupara por mí lo justo para venir a verme. Lo más cerca que he estado nunca de ella fue en su templo de Thimaria. Solía pasar horas contemplando su estatua, y preguntándome si era así realmente. Preguntándome si pensaba alguna vez en mí.
Lali  se sentó tras él, lo abrazó por la cintura y puso la barbilla sobre su hombro.
— ¿Nunca viste a tu madre cuando eras pequeño?
Él le rodeó los brazos con los suyos y echó la cabeza hacia atrás, hasta dejarla reposar sobre el hombro de Lali. Ella sonrió ante el gesto. Aunque estuviese tenso y nervioso, le estaba confiando cosas que jamás había compartido con otra persona.
Y saberlo le proporcionaba una sensación de increíble intimidad.
— No la he visto nunca —confesó en voz baja—. Me enviaba a otros, pero ella jamás se ha presentado ante mí. Sin importar lo mucho que le implorara, siempre se negaba. Después de un tiempo, dejé de pedírselo. Y al final, también dejé de entrar en sus templos.
Lali le plantó un beso tierno en el hombro. ¿Cómo podía su madre haberlo ignorado? ¿Cómo podía ser capaz una madre de no atender el ruego de un hijo?
Pensaba en sus propios padres. En el amor y la ternura que le habían prodigado. Y, por primera vez, después de tantos años, se dijo que sus sentimientos con respecto a su trágica muerte estaban totalmente equivocados. Siempre había pensado que habría sido mucho mejor no conocer su cariño para no perderlo de modo tan cruel.
Pero no era así. Aunque los recuerdos de su infancia y de sus padres eran agridulces, la reconfortaban.
Peter  no había conocido nunca la ternura de un abrazo. La seguridad de saber que, hiciese lo que hiciese, sus padres siempre estarían allí.
No podía imaginar cómo habría sido crecer del modo que él lo hizo.
— Pero tenías a Jasón —le susurró, preguntándose si habría sido suficiente para él.
— Sí. Tras la muerte de mi padre, cuando yo tenía catorce años, Jasón fue lo bastante amable como para dejarme ir a su casa cuando nos daban permiso. Fue en una de esas visitas cuando vi por primera vez a Penélope.
Lali  sintió una pequeña punzada de celos al escuchar el nombre de su esposa.
— Era tan hermosa… —murmuró él— y estaba prometida a Jasón.
Lali se quedó paralizada ante sus palabras.
¡Oh! La cosa no iba bien.
— Peor aún —le dijo acariciándole el brazo con suavidad—, estaba enamorada de él. Cada vez que íbamos de permiso, se arrojaba en brazos de Jasón para besarlo. Le decía lo mucho que significaba para ella. Cuando nos marchábamos, le pedía en voz baja que tuviese cuidado, y le dejaba comida para que la encontrase.
Peter  se detuvo mientras recordaba la imagen de Jasón cuando volvía a los barracones con los regalos de Penélope.
«Algún día te casarás, Peter» decía su amigo mientras hacía gala de los obsequios «pero jamás tendrás una esposa como la mía para calentarte la cama.»
Aunque su amigo no lo dijese, Peter conocía el motivo de que hablara así. Ningún padre responsable entregaría a su hija en matrimonio a un hombre desheredado, sin familia que lo reconociese.
Cada vez que su amigo pronunciaba esas palabras, su alma se hacía pedazos. Había ocasiones en las que sospechaba que Jasón echaba sal en sus heridas debido a los celos. Penélope lo miraba más de la cuenta cuando pensaba que su prometido no lo notaba. Puede que él tuviese su corazón, pero al igual que el resto de las mujeres, ella se lo comía con los ojos cada vez que estaba cerca.
Por ese motivo Jasón dejó de invitarlo a su casa. Y que le prohibieran regresar al único hogar que había conocido, acabó por destrozarlo.
— Debería haber dejado que se casaran —siguió Peter, mientras pasaba el brazo por la cabeza de Lali y enterraba el rostro en su cuello para inhalar el dulce aroma de su piel—. Entonces lo sabía, pero no podía soportarlo. Año tras año, vería cómo ella lo amaba. Vería cómo su familia lo adoraba, mientras yo no tenía un hogar donde acudir.
— ¿Por qué? —preguntó Lali—. Has dicho que tenías hermanos, ¿no te habrían dejado quedarte con ellos?
Él negó con la cabeza.
— Los hijos de mi padre me odiaban a muerte. Su madre me habría permitido quedarme con ellos, pero me negaba a pagar el precio que pedía a cambio. No tenía nada en aquellos días, excepto mi dignidad.
— Ahora también la tienes —murmuró ella, abrazándolo con más fuerza por la cintura—. He sido testigo de ella.
Soltándola, dejó pasar sus palabras y tensó la mandíbula.
— ¿Qué le ocurrió a Jasón? —siguió Lali. Quería que siguiera hablando mientras estuviese de humor—. ¿Murió en combate?
Él soltó una amarga carcajada.
— No. Cuando fuimos lo suficientemente mayores para unirnos al ejército, lo mantuve a salvo en el campo de batalla. Había prometido a Penélope y a su familia que no permitiría que le ocurriese nada.
Lali sintió el corazón de Peter latiendo con rapidez bajo sus brazos.
— Según pasaban los años, pronunciaban mi nombre con temor y respeto. Mis victorias se convertían en leyenda, y se contaban una y otra vez. Cuando regresaba a Thimaria, acababa durmiendo en la calle, o en la cama de cualquier mujer que me abriese la puerta para pasar la noche. De ese modo pasaba el tiempo hasta que regresaba a la batalla.
A Lali le escocían los ojos por las lágrimas; la voz de Peter estaba cargada de dolor. ¿Cómo podían haberlo tratado así?
— ¿Qué pasó para que cambiaran las cosas? —le preguntó.
Él suspiró.

Continuara....

Hola que conste que hoy no iba a subir xq tengo q estudiar y hacer mucha tarea pero como es el cumple de cierta personita decidí subir :) 

Lucia FELIZ CUMPLE LOCA! Ojala que hayas pasado un hermoso día  y lo hayas disfrutado! Te lo re mereces :) 

cero tiempo, me voy besitos :)
Juli♥
@amorxca

17 comentarios:

  1. ooooo pobre de peter me da mucha tristeza pobre el no habia hecho nada para que le hicieran eso

    ResponderEliminar
  2. Aaaa me mori, Peter confia en Lali :)
    espero maas,
    Besitooo


    Arii
    @AriadnaAyelen

    ResponderEliminar
  3. Pobrecito peter . Me encanto cuando dijo lali que sentia celos . MAS NOVE!!!!! . Espero que te encuentres mejor. Y lucia como creo que no tengo tu twitter te lo pongo aqui FELICIDADES!!! PASATELO GENIAL!!!!

    ResponderEliminar
  4. Uuuuu quería mas :) espero mañana mas ... Obre peter sufrió mucho:( mas mas mas

    ResponderEliminar
  5. Pobre Peter,q vida ha tenido!

    ResponderEliminar
  6. AAAAAAAAAWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW NAH SI SOS MAS TIERNA, MUCHISIMAS GRACIAS JULI!!!!!!!! ME RE ENCANTOOOOOOOOO TE QUIERO MUCHISISIISISISMOOOOOOOO @LuciaVega14

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola ya te lo e puesto aqui pero te lo pongo otra vez FELICIDADES!!!!

      Eliminar
  7. Te juro que me morí de amor cn la dedicatoria muchisisisimasssssssss gracias!! Pobrecitoo Peter re triste la historia, a y muchas gracias por hacerte un tiempito y publicar nove :') me morí de amor <3

    ResponderEliminar
  8. Es HORRIBLE la historia de Peter, que fea q qera esa epoca, yo creo q no duraba ni medio dia!!
    MAAAAAAS!!
    Beso,Anto
    Pd: Que feo q tengas q estudiar que te vaya bien y te sea leve!

    ResponderEliminar
  9. mori con la historia de Peter..
    me dio mucha pena
    quiero mas!!
    besos
    Fachi*

    ResponderEliminar
  10. lo peor de la historia de Peter, es que de verdad asi trataban los espartanos a sus hijos, y segun la mitologia no todos los semi-dioses eran reconocidos por sus padres, sino se daban un nombre propio como guerreos, tipo Preseo.
    si me encanta la mitologia griga por eso lo se!
    otro capi!
    @angelaliter

    ResponderEliminar
  11. Pobre Peter todo lo que vivió, me gusta que lali sea su confidente.
    Masi_ruth

    ResponderEliminar
  12. Me MoriPobre Peter Todo Lo Que Tuvo Que Vivir Un Horror Que Liinda Lali Como Lo Escucha, Que Tiernos'
    @DaniiVasqueez

    ResponderEliminar
  13. Ningún privilegio x ser hijo d dioses ,sino todo lo contrario.Peter se las tuvo k ingeniar durante toda su vida ,desde su más tierna infancia.

    ResponderEliminar

Gracias por leer. Espero tu comentario :)