Lali se secó las lágrimas y le dio una
mirada de agradecimiento a Gabrielle. —Gracias. No soy normalmente una
regadera, pero esto me golpeó de la nada—. Después de haber sido confrontada
fríamente por Peter, había sido demasiado para su frágil psique el soportarlo.
Gabrielle le acarició la mano. —Confía
en mí, me hubiera pegado de la misma manera. Si te hace sentir mejor, le voy a
prohibir entrar en mi bar.
—No tienes que hacerlo. Apuesto a que
es uno de tus mejores clientes.
Gabrielle se encogió de hombros. —No
importa. Eres mi mejor proveedor. A veces sólo tienes que tomar una decisión.
Lali asintió con la cabeza. Gabrielle
había sido compradora de vino desde que ella había abierto su tienda, y su
relación profesional siempre había sido amistosa. Sin embargo, le sorprendió de
que Gabrielle se ofreciera a no dejar entrar a Peter al bar, sólo porque le
había hecho daño. A veces, la gente todavía le sorprendía. —Mejor me voy.
—Ven, te acompañaré afuera. Vamos por
la parte trasera. No es necesario que él vea que has llorado.
Lali le apretó la mano, agradecida por
su comprensión. Volver a la barra y, posiblemente, ver de nuevo como Peter seguía
coqueteando con esas dos chicas, no era algo que podía soportar en esos
momentos. —Te voy a enviar una caja de cortesía del nuevo envío de Dry Creek.
—No hay necesidad de eso. Estoy
encantada de ayudarte. Animales como él no deberían ser capaces de salirse con
la suya—. Gabrielle la guió a través de un pasillo más allá de una sala de
suministros, antes de que surgiera en un hall de entrada con varias puertas.
Dos eran los baños, el otro conducía al exterior.
—Gracias—, dijo Lali.
—Voy a salir afuera contigo. De paso
me fumaré un cigarrillo rápidamente mientras lo hago. Ya no se puede fumar en
el bar.
Mientras salían afuera hacia el oscuro
estacionamiento, Lali sintió un escalofrío sobre su piel a pesar del aire
cálido de la noche. Ella se estremeció al instante y se frotó los brazos.
—¿Qué demonios?— Dijo Gabrielle.
Lali siguió su mirada y vio a una
persona tendida en el suelo a unos tres metros de la puerta, la parte superior
de su cuerpo obstruido por Gabrielle que le bloqueaba su visión.
—Dios, odio cuando los borrachos no
pueden ni siquiera llegar a casa por su propia cuenta. ¡Y apenas acabamos la
Happy Hour!— Despotricó ella. —Veamos si podemos despertarlo.
Lali la siguió a medida que se
acercaba al hombre. El momento en que su mirada se lanzó más allá de Gabrielle
y captó la forma del borracho, lo primero que se dio cuenta fue que estaba
ensangrentado y que evidentemente había sido golpeado. La segunda cosa de la
que se dio cuenta fue que ella conocía al hombre tendido en el suelo.
—Oh Dios, ¡no!— Lali cayó de rodillas
junto a él.
—Eso es lo que yo llamaría karma—,
murmuró Gabrielle a su lado.
Ella ignoró el comentario de Gabrielle
a pesar del hecho de que una pequeña parte de ella, tenía que estar de acuerdo.
La otra parte, más compasiva que formaba parte de ella, no pudo evitar una
mueca de dolor: el rostro de Peter parecía que había sido aplastado con un ariete.
Había moretones alrededor de sus ojos, su nariz parecía estar rota, sus labios
partidos. La sangre emanaba abundantemente por la nariz y los cortes en la
cara. Sus nudillos también estaban manchados de sangre, lo que confirmaba que
aquel que hubiese luchado contra él, también había sufrido algunas lesiones.
—Tenemos que ayudarlo. Llama a una
ambulancia.
Gabrielle puso la mano sobre su brazo.
—No se ve tan mal. Creo que podemos prescindir de ella.
Lali le lanzó una mirada de
incredulidad. ¿Cómo iba a decir tal cosa? —Se ve horrible. Él necesita un
médico—. Buscó el teléfono celular de su bolso de mano y lo sacó.
Un momento después, Gabrielle apretó
la mano sobre él. —Si llamas a una ambulancia, la policía va a venir también.
No puedo permitirme ese lujo en estos momentos.
—¿De qué estás hablando?
—Después de la gran pelea de la semana
pasada, la Comisión de Entretenimiento se involucró y emitió una citación.
Estoy sobre aviso. Si no puedo mantener el orden en el lugar, van a revocar mi
licencia.
La frente de Lali se surcó. —No puedes
estar hablando en serio.
—Estoy hablando muy en serio. Y oye,
estará bien. Mira, ya se está moviendo. Parece que está volviendo en sí—.
Gabrielle señaló de nuevo a Peter. —Además, se lo merece por la forma en que te
ha tratado. No tienes obligación alguna de hacerte cargo de él—.Ella se levantó
y se sacudió los pantalones.
—No podemos dejarlo aquí.
—Siéntete libre de atenderlo si eres caritativa,
pero si yo fuera tú, sabría lo que haría. ¡Que sufra!— Luego le dio una sonrisa
tensa. —Los hombres se meten en peleas todo el tiempo. He visto mucho peores,
confía en mí. Él estará bien por la mañana. Todo lo que necesita, son varias
curitas. Y tal vez un poco de hielo.
Ella se volvió y desapareció de nuevo
en el bar.
Lali exhaló bruscamente. Ella no
quería ser la razón para que ella perdiera su licencia de venta de bebidas
alcohólicas. No le haría eso a nadie. ¿Gabrielle había exagerado sobre la
amenaza de la Comisión de Entretenimiento? ¿Podría ser realmente tan malo?
Sin querer ir contra los deseos de
Gabrielle, ella miró de vuelta a Peter, quien ahora se estaba moviendo y un profundo
gemido salía de sus labios. Sacó un pañuelo de su bolso y secó la herida de sus
labios. El pañuelo se empapó de sangre al instante, y sacudió la cabeza hacia
un lado para evitar su contacto.
—¡Ay!— Sus ojos se abrieron, su azul
intenso en fuerte contraste con su rostro ensangrentado. Él la miró.
—No te muevas, o te dolerá aún más—,
le aconsejó, molesta por su descontento.
¡Bastardo
desagradecido! ¡Debería
estar contento de que ella le estuviera ayudando!
Agarrando su mano y deteniéndola de
seguir aplicando el pañuelo de papel una vez más, él se sentó, aunque con una
expresión de dolor en su rostro. El entrecejo estaba fruncido en la cara
normalmente lisa. Cuando por fin habló, pareció hacerlo con un gran esfuerzo.
—¿Qué pasó?
—Parece que te dieron una paliza. Es
probable que te hayas peleado con alguien—, murmuró.
Peter le soltó la mano y se pasó la
suya por su rostro, una mueca de dolor mientras inspeccionaba las heridas una
en una. —¡Ah, mierda!— Luego se pasó la mano por el pelo revuelto antes de
mirarla fijamente. Sus ojos la miraron detenidamente como si estuviera viéndola
por primera vez. Se fijó en su rostro, bajó hasta su torso y sus piernas, luego
miró hacia arriba otra vez.
—¿Estabas allí cuando sucedió?— Su voz
apenas se escuchaba, su labio ensangrentado hacía que le fuera difícil formar
palabras claras.
Lali negó con la cabeza. —Nosotros...
te encontré después.
Él asintió con la cabeza, y luego se
quedó mirando el pañuelo de papel con sangre que todavía sujetaba en su mano.
—¿Y a quién debo de dar las gracias por mi rescate?
Sintió que su frente se arrugaba,
mientras ella trataba de darle sentido a sus extrañas palabras. —¿Qué quieres
decir?
Peter intentó sonreír, pero lo
abandonó por un gemido. —Tu nombre. Quiero saber tu nombre para que yo pueda
darle las gracias adecuadamente por ayudar a un extraño.
Un estado de shock congeló su habla
durante varios segundos. ¿Cómo podía ser tan cruel y fingir que ni siquiera la
conocía? Ella le dio una mirada fulminante, pero una mirada de sorpresa fue su
única respuesta. ¿Cómo podía mirarla boquiabierto como si ni siquiera la
conociera?
Con un movimiento brusco, se puso de
pie. —No puedo creer que estés haciendo esto—. Y ella que había tratado de ser
amable, ayudándolo.
— ¿Haciendo qué?— Él se levantó a sí mismo
de pie, haciendo una mueca mientras lo hacía.
— ¡Fingir que no me conoces!
—Pero yo no te conozco—. Luego sonrió,
con los labios curvados desatando una de sus sonrisas más devastadoras. —Pero
no me importaría conocerte.
— ¡Peter! Tú... tú...
Le tomó la mano. — ¿Quién es Peter?
El próximo aliento se atrapó en su
pecho. ¿Podría ser posible? No, esas cosas no pasaban, ¿verdad? Ella lo miró a
la cara otra vez, a las lesiones que había sufrido.
Entonces ella levantó la mano y la
llevó hacia la cabeza de él, pasándola por la parte posterior de la misma y
pasando los dedos por encima de su cráneo.
Él le dirigió una mirada totalmente
confundida. —¿Qué está haciendo?
—Comprobando si hay un chichón—. Si le
habían golpeado la cabeza durante la pelea, entonces tal vez no estaba haciéndose
el tonto. Tal vez tenía una conmoción cerebral y estaba confundido.
— ¿Por qué?
—Para ver si te golpearon la cabeza.
Él le tomó la mano con la suya y se la
quitó de la cabeza. —Estoy bien. No has respondido a mi pregunta. ¿Quién es Peter?
—Eres tú.
Él negó con la cabeza. —Confía en mí,
sabría si mi nombre fuera Peter. ¡Qué nombre tan estúpido!
—En eso por lo menos estamos de
acuerdo—, se quejó, a continuación, levantó la barbilla en desafío. —Así que si
tu nombre no es Peter, ¿cuál es entonces?
Abrió la boca, luego la cerró
inmediatamente. Una mirada de confusión se deslizó sobre sus rasgos faciales, a
continuación, las líneas de confusión se hicieron más profundas en la frente.
—Eh...— Él inspeccionó el cielo como si estuviera buscando algo allá arriba
antes de buscar sus ojos. —No sé cuál es mi nombre.
Una vez más, pasó la mano por el pelo,
un aire de impaciencia en torno a él ahora. —No tengo idea de quién soy y cómo
llegué aquí.
Con sus palabras, el cerebro de Lali
comenzó a dar vueltas. ¿Habría perdido la memoria en la lucha? No había sentido
ningún chichón en la cabeza, pero tal vez no se necesitaba tener un chichón. Cualquier
tipo de trauma podría haber provocado una pérdida de la memoria. Tal vez su
agresor había golpeado a Peter con tal fuerza, que algo en su cerebro se había
sacudido. De seguro, las heridas externas eran lo suficientemente sangrientas
para asumir que tal golpe había sido dado.
Mientras buscaba en su rostro una
respuesta, no podía detener que otros pensamientos invadieran su mente. ¿Y si
esta era su oportunidad de comenzar con un borrón y cuenta nueva? Tal vez
tenían una segunda oportunidad. ¿Podrían empezar todo de nuevo y arreglar lo
que había salido mal entre ellos? Si tan sólo ella supiera por qué Peter había
querido que las cosas terminaran. ¿Había sido demasiado fácil para él? Después
de todo, él la había dejado tan pronto como ella se había acostado con él. Tal
vez debería haberlo hecho esperar más tiempo para que él supiera que valía la
pena. Eso tenía que ser.
¿O tal vez sólo
podrías enseñarle a que te trate con respeto?
¿De dónde había venido el pensamiento?
Tal vez del mismo lugar que ahora sugería que esta era la oportunidad perfecta
para darle que pruebe de su propia medicina, para enseñarle una lección y hacer
que se enamorara de ella, mientras ella esta vez se hacía la fría.
A pesar de que trató de hacer caso
omiso de las ideas que se deslizaban en su mente, y se dijo que ella no era una
persona vengativa, los pensamientos seguían llegando, del exterior, como si no
fueran suyos. Si él no sabía quién era, y si no la reconocía, no sabría lo que
le había hecho, cómo le había hecho daño. ¿No sería injusto jugar con sus sentimientos,
si él no sabía cómo le había hecho daño?
¿Injusto? La voz en su cabeza
se burló. ¿Fue justo contigo?
Lali se mordió el labio. ¡Era cierto,
había sido un idiota!
¡Dale una lección!
¡Doblégalo a tu voluntad! ¡Haz con él lo que quieras! ¡Tú tienes el poder!
Ella no pudo resistirse a la
insistente voz en su cabeza y abrió la boca antes de que ella supiera lo que
iba a decir. —Tu nombre es Peter. Y yo soy tu prometida, Lali.
¿Prometida? ¿Por qué había dicho eso?
Cuando las palabras salieron, ella
trató de retirarlas, pero entonces vio la mirada agradecida hacia ella. —Por
los dioses, soy un afortunado hijo de puta.
***
Hera sonreía con nostalgia en el
charco de agua que reflejaba la imagen de Peter y Lali en el estacionamiento,
donde lo había dejado menos de una hora antes.
—¿Suerte? Ni siquiera sabes la mitad
de ella, mi querido Peter—, murmuró para sus adentros.
Si pensaba que podía jugar con esta
mortal de la misma manera que lo había hecho antes, no estaba contando con la
imaginación de Hera. Esta vez, Lali no se convertiría en la víctima indefensa
de sus aventuras amorosas, ella se aseguraría de eso. Ya había plantado
sugerencias en la mente de la joven en cuanto a lo que tenía que hacer, para
darle al dios del vino una lección que necesitaba desesperadamente.
Por desgracia, Lali tenía un buen
corazón... hacerle que le mienta a Peter y decirle que ella era su prometida le
había costado a Hera una enorme energía.
Siempre era difícil influir en los más
honorables y puros. Se aferraban fuertemente a sus escrúpulos.
Había sido mucho más fácil influir en
esos dos clientes de Lali y tentarlos a atacar a Peter. Lo único que le había
llevado fue colocar en sus mentes el tipo de rabia que sentirían, si fueran
hermanos de Lali.
Ella todavía tenía que hacer de Lali
una creyente: pronto la joven jugaría con los sentimientos de Peter de la misma
forma en que él había jugado con ella. Entonces, su malvado hijastro finalmente
sería el que tuviera un corazón roto. Y todas las mujeres que había lastimado
antes, serían vengadas.
Lali saldría de ello en una sola
pieza, de hecho, se convertiría en una mujer más fuerte, una que no dejaría que
un hombre hiciera de ella lo que quisiera.
Y mientras Hera lograra suprimir la
bondad de Lali y sus insufribles escrúpulos sembrando sus propios pensamientos y
sugerencias en la mente de la joven, las cosas saldrían bien. ¿En cuánto a la
segunda oportunidad con Peter en la que Lali parecía creer? Todo dependía de si
el amor podía florecer en un terreno de mentira y engaño y enterrar sus raíces
lo suficientemente profundo, hasta llegar al lugar donde estaba enterrada la
pureza. Hera dudaba de que tal hazaña fuera posible.
Continuara.....
Holaaa! Ando medio colgada y con muchas cosas por eso por ahí no subo pero ustedes firmen mucho y si puedo a la noche subo otro!
besos y buena semana :)
Sonrían solo por el simple placer de hacerlo :)
Juli ♥
@amorxca
Me encantaaaa
ResponderEliminarmaaaas
Me encanta más!
ResponderEliminarotroo
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarCada vez mejor la novela. Me encanta
ResponderEliminaraaaay nooo pobrecito mi petercin... pero se lo merece... ya quiero saber como seguira esta historia!!
ResponderEliminarAMO A ESTA LALI PERO MAS AMO A HERAA, dios jaja lo mejor q le pudo haber dicho al pelotdo olvidadizo
ResponderEliminarMAAS
Beso,Anto
mas novee
ResponderEliminarjajajajjjaja por los dioses soy un afortunado hijo de puta jajajaajaj solo espero que no se le vaya la mano
ResponderEliminarbuenisiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimo! espero x mas
ResponderEliminarsaludos
wilow
Me encantaaaaaaaaaaa !
ResponderEliminarUfaaa quiero mas ajjaaj! me mata la nove, tranqui sube cuando puedas!Giu
ResponderEliminaruh se viene! jajajajaj Pobre PEter :(
ResponderEliminarEspero mas
Besos
Pobre Peter esta a merced d Hera,k hara todo lo posible para conseguir sus fines,y me encanta xk los dedica a k Lali y Peter e enamoren.Hera va a terminar agotada,con la pureza d corazon d Lali,se va a quedar sin energias.
ResponderEliminarhttp://casijuegosca.blogspot.com.ar/ pasate!! novela yo leere la tuya desde el principio :)
ResponderEliminarMe encantoooo! ♥ @LuciaVega14
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