Sabiendo que la vinería de Lali
cerraba los domingos, Peter había hecho arreglos para hacer un picnic con ella.
Quería escapar de su pequeño apartamento y disfrutar del sol con ella. Después
de darse cuenta de que era un completo inútil a la hora de armar una canasta de
picnic, tuvo que ir a una tienda de delicatessen local y pedir que le hicieran
una canasta para él. Media hora más tarde, Lali se había encontrado con él en
su apartamento y habían tomado un taxi que los llevaría a Hampton Park, cerca
de la Citadel.
—Esta fue una buena idea de tu parte—,
ahora lo elogiaba mientras descansaban sobre una manta que había extendido.
Ellos descansaban bajo la sombra de un árbol de roble.
A varios metros de distancia, otras
personas estaban haciendo lo mismo, y los niños pateaban un balón de fútbol,
mientras que otros jugaban a tirar la pelota de béisbol.
Peter se frotó el estómago y se echó a
reír. —La comida es siempre una buena idea.
—Te gusta la comida—, ella estuvo de
acuerdo y se sacudió algunas migas de sus pantalones cortos, atrayendo los ojos
de Peter hacia sus piernas largas y bien formadas.
Se echó a reír. —No estabas picando en
la tuya tampoco—. A él le gustaba que ella no comiera como un pajarito, sino
que se había comido su almuerzo de la misma manera que él.
—Nunca te quejaste antes.
—Y no me quejo ahora tampoco—, rápidamente
anuló cualquier duda que pudiera haber tenido. —Tienes una fabulosa figura.
Un rubor subió por su cara, y apartó
la mirada rápidamente de él.
—Es cierto—, le aseguró. Tomó su mano
y apretó su mejilla en la palma de su mano. —Cuéntame un poco más sobre ti.
—No hay mucho que decir. Has visto mi
tienda. No sé qué más te puedo decir.
Peter rodó sobre su costado y apoyó la
cabeza sobre el codo. —¿Tienes hermanos o hermanas?
Lali negó con la cabeza. —Soy hija
única. Mis padres siempre quisieron más hijos, pero mi madre tuvo una
histerectomía un par de años después de que yo nací. Cáncer.
—Lo siento. ¿Está bien ahora?
—Está bien. Va a chequeos regulares.
Ella ha superado el cáncer—. Hubo una pequeña sonrisa en su rostro.
Peter rozó los nudillos en la mejilla.
—Así que provienes de raíces fuertes.
Ella se echó a reír. —Creo que se
puede decir eso.
— ¿Dónde viven?
—En Idaho. Ahí es de donde soy.
—Eso te hace una chica de campo.
— ¿Te refieres a crédula?
— ¡No!— Él no había querido decir nada
por el estilo. Por el contrario, sus pensamientos iban en una dirección
diferente: ella parecía tan pura e inocente, de buen corazón. —Lo que quise
decir es que tienes valores, sabes, un fuerte sentido de lo correcto e incorrecto,
un buen corazón.
— ¿Es así como me ves?— Hubo una
curiosa expresión en su rostro.
No del todo. También la veía sexy y
atractiva, pero mantuvo esos pensamientos para sí mismo. Después de su interludio
de pasión en la despensa de su tienda, pensó que debía ser un poco más sutil sobre
lo mucho que la deseaba. — Te veo de muchas maneras diferentes—. Y en este
momento, su mente la veía desnuda y retorciéndose debajo de él con éxtasis.
Peter limpió una perla de sudor de la
frente.
—Eres un hombre interesante, Peter—,
dijo ella de pronto.
— ¡Gracias a los dioses por eso! De lo
contrario, probablemente habrías elegido a algún otro en vez de a mí.
— ¿Elegido?
—De todas las otras ofertas que hayas
tenido. Estoy seguro de que no fui el único tipo que hizo una jugada contigo—.
Con su belleza y su exuberante figura, se sorprendía de no tener que luchar con
otros contendientes con un palo.
Ella apartó la vista. —Yo no había
tenido muchas citas antes de que nos conociéramos.
Si bien la idea le gustaba, también le
daba curiosidad. Entonces se acordó de algo.
—¿Porque eres religiosa?
Se dio cuenta de que se estremeció de
manera casi imperceptible. Luego se encogió de hombros. —No conocí a ningún hombre
que yo pensara que valía la pena.
Sus palabras le hicieron sonreír. Así
que pensaba que él valía la pena. Su mirada se desvió más allá de ella mientras
dejaba que las palabras penetraran en él.
Un movimiento le llamó la atención,
mientras un crujido llegaba a sus oídos.
—¡Ah, mierda!— Maldijo él y se levantó
en la misma instancia.
***
Lali sacudió la cabeza en dirección
hacia donde Peter corría y de inmediato vio lo que le hizo actuar con tal
pánico. Un niño, probablemente no más de seis o siete años, estaba colgando de
la rama de un árbol de roble macizo. La rama se había partido ya donde se
conectaba al tronco más grande y ahora se mantenía por una tira de corteza, al
igual que el niño.
—¡Mamá!—, gritaba. Sus pies estaban
pataleando mientras trataba de llegar a otra rama, pero era demasiado pequeño y
no lo suficientemente fuerte como para tirar de su peso.
Lali calculó la distancia al suelo
mientras corría detrás de Peter. El muchacho estaba por lo menos a cuatro
metros y medio, si no era más lejos del suelo. Cómo había subido a ese árbol en
primer lugar, nadie lo sabía.
Otro crujido hizo que su corazón casi
se detuviera. La rama se rompió por completo, estrellándose junto con el niño.
El cuerpo de Peter se vio borroso
mientras se lanzaba por debajo y tomaba al niño con sus brazos extendidos,
luego se rodó lejos de la rama que se estrelló en el mismo espacio que acababa
de ocupar.
Sin aliento, Lali llegó al lugar donde
había aterrizado Peter con el niño en el mismo
instante en que un par de otras personas lo
hacían.
— ¡Mamá!— Gimió. Gracias a Dios, si
podía gritar, tenía que estar bien.
— ¿Estás bien?— Ella escuchó que Peter
le preguntaba al niño, su voz desesperada. — ¿Te lastimaste en alguna parte?
Ella vio como Peter suavemente bajaba
al niño en el suelo junto a él.
—¿Sammy?— La
estridente voz de una mujer hacía evidente el pánico en su voz, mientras
empujaba a través de los espectadores.
—Él está bien—, tranquilizó Peter a la
mujer en el mismo momento en que pasaba la mano por la cabeza del muchacho,
alisando su pelo despeinado. — ¿Verdad, Sammy?
El corazón de Lali se derritió con el
gesto de ternura.
—Él podría haberse roto el cuello—,
dijo un espectador masculino.
Peter le lanzó una mirada de fastidio.—Por
suerte, llegué a tiempo.
La madre tomó a su hijo en un abrazo,
apretándolo fuertemente contra su pecho. —Oh, Sammy, ¿cuántas veces te he dicho
que no subas a esos árboles?—Habían lágrimas ahora en sus ojos.
Sammy bajó la mirada. —Lo siento,
mamá—. Luego se volvió a Peter, señalándolo con el dedo. —Pero él me salvó.
Lali pudo escuchar bien la admiración
en su voz y su corazón se llenó de orgullo.
Peter había salvado al niño.
La madre de Sammy bajó a su hijo, pero
lo mantuvo cerca mientras estiraba la mano hacia Peter que se había puesto de
pie y se sacudía las hojas y la suciedad de sus pantalones cortos y camisa.
—No sé cómo darle las gracias.
Peter sólo le tomó la mano y sacudió
la cabeza. —Cualquiera hubiera hecho lo mismo. Yo fui más rápido.
¿Más rápido? Lali no había visto nunca
a nadie correr tan rápido como Peter.
Y la forma en que había agarrado al
muchacho con tal precisión y todavía ser capaz de evitar que lo golpeara la
rama de un árbol, era un movimiento digno de un atleta.
Lali puso su brazo alrededor de su
cintura y lo acercó de un abrazo.
— ¿A qué se debe eso, amor?— Él se rio
y tiró de ella en contra de él.
— ¡Eso fue increíble!
Puso su dedo bajo la barbilla y le
levantó la cara. —Sólo practicaba para cuando tengamos el nuestro. Estoy seguro
de que los chicos se meterán en un montón de problemas de los cuales
necesitarán ser rescatados.
Lali sintió que las lágrimas le
brotaban. — ¿Quieres niños?
Hubo una sacudida en su cuerpo
mientras se hacía un paso hacia atrás. — ¿Tú no?
—No, los quiero. Estoy ansiosa de
tener hijos—, se apresuró a corregirle. —Nunca pensé que realmente quisieras
alguno—. El tema nunca había aparecido durante sus dos semanas de haber salido,
pero de alguna manera siempre había asumido que él no estaba interesado en
niños.
—Me encantan los niños. Son como pequeñas
maravillas. Quiero una familia grande—. Le sonrió a ella, luego le hizo un
guiño de buen humor. —Ahora, ¿qué tal un besito para tu héroe?
No podía discutir eso, y miró en lo
profundo de sus ojos azules como el océano. Este era el Peter del que se había
enamorado, el que la hacía reír, el que ella deseaba. — ¿Qué tal un besote para
mi héroe?
Cuando sus labios se encontraron con
los suyos, se olvidó de todo a su alrededor. Ahora sólo tenía un deseo: que
todo esto fuera real y no un engaño. Y que ella nunca le hubiera mentido.
Continuara....
Si firman subo otro!, Seguro me acuesto tarde asique aprovechen ;)
Juli ♥
@amorxca
M
ResponderEliminarA
S
N
O
V
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Mas noveeeee!!
ResponderEliminarMAS!
ResponderEliminarmasss plisss masss
ResponderEliminarme encanta
mas me encata
ResponderEliminarplis MASSS
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Me encanta más!!
ResponderEliminarme encanta me encanta me encanta
ResponderEliminarSUBE MAS PLISSSS!!!!!
MAS MAAS mas mas mas mas mas mas mas !!!!!!!!!!
ResponderEliminarpor favor subi mas nove mas mas mas!!!!
ResponderEliminarhay mas como el porque yo quiero uno
ResponderEliminarAwwwwwwwwwwwww mori de amorrrrrrrrr owofewofwoejfoeñw ♥ MI HEROE :$ @LuciaVega14
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