martes, 30 de abril de 2013

Capítulo 28:




Sintió el calor aumentar en sus mejillas.


—Toma, ten cuidado, está en una cuchara, así que no muerdas demasiado
fuerte.

Tomó la cuchara que estaba llena de una sustancia cremosa, y estaba a
punto de cerrar la boca cuando un fuerte golpe de arriba la hizo sacudirse. Peter
tuvo que haberse sacudido también, porque la cuchara se movió y parte de la
sustancia cremosa cayó sobre su barbilla.

—¿Qué fue eso?,— preguntó.

—No tengo idea.

Lali quería levantarse para investigar, pero él la detuvo. —Espera, tienes
el yogur por toda la barbilla.

Antes de que pudiera usar sus propios dedos para limpiarlo, ella sintió que
pasaba su dedo por encima y la limpiaba. —Abre,— le ordenó y llevó su dedo
cubierto de yogur a sus labios. Ella cumplió de forma automática y atrajo su dedo
hacia su boca, lamiéndolo para limpiarlo, antes de que ella se diera cuenta de lo que
estaba haciendo.

Peter no hizo nada para detenerla, en lugar de eso arremolinó el dedo en su
boca jugando con su lengua. Su cabeza se acercó, y ella dejó su dedo. Sus manos se
fueron a sus hombros, y en ese momento ella sabía que iba a besarla.

El corazón de Lali se aceleró como el de un velocista, y sus manos
temblaban con la anticipación. Con su siguiente respiración, inhaló su aroma y
cerró los ojos. Su olor, y la manera en que esas manos se sentían en su cuerpo, le
recordaban algo. Su mente evocaba imágenes de música, baile, un cuerpo duro
presionándose contra el suyo. Tan familiar, y sin embargo tan emocionante.

Sus labios se cernían sobre ella, su aliento se mezclaba con el de ella.

— ¡Señorita Esposito! ¡Señorita Esposito!

La brusca interrupción provino de Greg, uno de los trabajadores. Peter se
echó hacia atrás y se apartó al instante.

—Tenemos un problema arriba,— insistió Greg.

Peter cambió de posición a su lado y se levantó. —¿Qué pasa? ¿Qué fue ese
ruido?

—Tuvimos un pequeño colapso. El conducto de la chimenea era inestable.

Será mejor que eche un vistazo. Quiero decir... venga arriba.

—¿Hay alguien herido?,— preguntó.

—No, no. Todo el mundo está bien. Es un verdadero desastre.

Lali dio un suspiro de alivio. Por lo menos nadie resultó herido. No es
que estuviera de humor para hacer frente a una chimenea derrumbada en estos
momentos. Ella se resistía a levantarse, pero tenía responsabilidades. Ella no
debería estar sentada dejándose encantar por Peter, cuando sabía que nada podría
resultar de eso, y el trabajo se estaba acumulando.

—Estaremos ahí arriba en un minuto,— dijo Peter al trabajador.

Escuchó de nuevo a Greg pisando las escaleras.

—Acerca de lo que sucedió…

Lali lo interrumpió. —Lo siento. Nos dejamos llevar. No volverá a
suceder. — No podía permitirlo. Confiaba en él, y perder su ayuda ahora, haría las
cosas aún peores.

Peter se metió en la ducha y dejó escapar un suspiro de frustración. Dejó
que el chorro tibio de agua corriera sobre su piel y alcanzó el jabón. Todo el día,
Lali lo había ignorado. Si no hubiese sido interrumpido por ese maldito fiasco de
chimenea, ella habría estado jadeando en sus brazos esa noche. Pero no, la
interrupción había estropeado su estado de ánimo y, obviamente, había cambiado
de parecer. Había estado tan cerca.

Por supuesto había jugado a ser el perfecto caballero, pretendiendo que nada
había sucedido, y que no le molestaba en lo más mínimo que ella estuviera
evadiendo su toque, cuando en realidad quería presionarla contra la superficie
plana más cercana y cogerla hasta más no poder.

¡Ah, mierda! Se miró a sí mismo. Su erección había crecido hasta el tamaño
de un garrote, duro y lo suficientemente grueso como para noquear a un toro. Y no
se podría bajar, si no dejaba de pensar en Lali. Lali, quien estaba durmiendo
en la habitación de al lado, a tan sólo unos pasos de distancia.

Tendría que hacerse cargo él mismo, de lo contrario, sabía lo que vendría
sobre él en medio de la noche. Se sentía como un arma cargada, susceptible de
dispararse a la menor provocación.

Con las manos enjabonadas, Peter se apoderó de su erección y sus bolas y
bombeó sus caderas. Con la ayuda de la lubricación, su pene se deslizó suavemente
en la palma de su mano, la cual mantuvo firmemente sujeta a su alrededor,
imitando la sensación que la apretada concha de Lali le daría.

Cerró los ojos, y con un ritmo constante se empujó hacia atrás y hacia
adelante, acariciando sus testículos como él quería que ella lo hiciera. Apretó con
más fuerza, imaginando su concha mojada apretándose en torno a él mientras ella
terminaba. Y él seguiría a través de su orgasmo, a través de los jugos que ella
liberaba, hasta que estuviera lista una vez más, hasta que él la llevara a otro
orgasmo antes de que él se lo permitiera a sí mismo…

—Por los dioses, Peter ¿has llegado a eso? 


Continuara.....


+ 15 y subo otro!

19 comentarios:

  1. MAS!! ME ENCANTA!! HAY ESE PETER xD

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  2. MAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!! MUGRE GREG LE ARUINO LAS COSAS A PETER JAJAJA

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  3. Ayyyy por Dios!! posta, como llego a eso? ajajajajja me mata lo que piensaaa jajjajajaj ME ENCANTAAA, MAAAAS PORFAAA :) Breen

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  4. Como llego a eso peter?!?!?!?!?jajajjajaaajajajJajajajajajaaja

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  5. masssssssss!!!!! x favor

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  6. quien sera el que le pregunto a peter ???

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  7. MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSS!!! :D

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  8. SUBI MAS POR FIS!! :)

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  9. Mas nove! Ya.hay mas de 15

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  10. jajajajjaja pobre el muriendose en semejante situación jajajjaja

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  11. que asco jejeje

    novelas laliters: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)