martes, 2 de abril de 2013

Capítulo 9:




Un chirrido llegó a ser percibido por Lali la sacó de sus sueños. Se sentó en la cama, envuelta en la oscuridad. El reloj digital en la mesita de noche indicaba tres y diecisiete de la madrugada.  Apenas había dormido un par de horas.


Ahí estaba el ruido de nuevo. Ahora que estaba despierta, no habría manera de que ella fuera capaz de dormirse nuevamente, a menos que pudiera detener el maldito sonido… si se enteraba de lo que era.

Con un frustrado jadeo, ella estiró las piernas fuera de la cama. Sin molestarse en buscar sus zapatos, caminó descalza por la habitación y espió por la puerta hacia el pasillo. El sonido se hizo más fuerte.

Presionó el interruptor de la luz, pero no pasó nada. Había estado funcionando muy bien antes de que ella se hubiera ido a la cama. Lali  maldijo al contratista en voz baja. No sería la primera vez que alguna de las nuevas instalaciones eléctricas hiciera un cortocircuito, debido a que el subcontratista no
se había molestado en actualizar los amperios suficientes en la caja de fusibles.

Bueno, había una factura que no iba a pagar hasta que el muchacho remediara la situación. Por lo menos tenía cierta influencia. El dinero hablaba. El entarimado de madera se sentía áspero debajo de sus pies mientras avanzaba hacia el sonido. La luz de la luna entraba por una de las puertas abiertas
de los dormitorios y proporcionaba un poco de orientación. El polvo parecía danzar en la tenue luz con los movimientos de remolino que ella causaba. Se preguntó si alguna vez se iría a deshacer de la suciedad en la casa. Parecía haberse deslizado en cada grieta, en cada habitación.

Con el siguiente paso, Lali golpeó un obstáculo y se dio en el dedo gordo del pie.

— ¡Ay! ¡Malditos idiotas! — Sus maldiciones hacían eco a través de la casa vacía. El extraño sonido la hizo estremecer con su camiseta puesta. No se había molestado en ponerse el pantalón de pijama, porque el termómetro estaba en los treinta grados centígrados y el ventilador instalado encima de su cama no funcionaba. Ella ya le había dicho al contratista que lo arreglara pronto, de lo contrario no podría sobrevivir el calor del verano.

Se agachó para recoger el objeto, un martillo, antes de que continuara en su búsqueda del inquietante sonido. Y allí estaba otra vez: un sonido como si alguien estuviera rasguñando contra una superficie dura, un chirrido que ponía de punta los vellos de su cuello.

Con más cautela que antes, se movió hacia adelante, hacia la zona donde se encontraba su estudio privado. Ya se había construido un nuevo muro, dando una clara separación entre las habitaciones privadas de la casa y las habitaciones de los huéspedes en el tercer piso. La puerta del estudio estaba abierta. Podría haber jurado que la había cerrado cuando se había ido a dormir horas antes.

Apretando el martillo con más fuerza en su mano, Lali abrió la puerta por completo y se asomó a la oscuridad. El sonido claramente provenía del nuevo vestidor.

Algo estaba allí. O alguien.

El corazón le martillaba en su pecho y su respiración se volvió más errática.

La adrenalina se disparó por sus venas. ¿Habría entrado alguien a esconderse, mientras los contratistas estaban haciendo su trabajo durante el día? ¿O es que los contratistas habían dejado una puerta o una ventana abierta por la cual un ladrón podría haber entrado?

La casa estaba llena de valiosas reliquias, y cualquier ladrón se sacaría la lotería si se escapaba con ellas. Ella había guardado todo en grandes baúles antes de que comenzara la renovación, de modo que ninguno de los trabajadores pudiera verse tentado a robar objetos de valor, o peor, romper alguno de ellos. Pero en lugar de almacenarlos fuera del sitio, todos los objetos de valor estaban encerrados en la casa.

Lali levantó el martillo sobre su cabeza mientras se acercaba al armario. Vacilante, extendió el brazo y tomó el picaporte de la puerta.

— Estoy armada. ¡Será mejor que salga, o disparo! — Bueno, unas cuantas mentiras la llevarían bien lejos. Ella sólo podía esperar que fuera algún muchacho que huiría en cuanto la viera.

No hubo respuesta, pero el rasguño continuaba.

Conteniendo la respiración, lista para golpear con su martillo, dio la vuelta a la perilla y abrió la puerta en un movimiento brusco. Una fracción de segundo más tarde, algo chocó contra sus piernas, haciéndola dar un grito y caer hacia atrás.

Miauu.

Lali se sostuvo contra la pared antes de que pudiera caerse y exhaló bruscamente.

La suave piel de un gato se agitaba entre sus tobillos, haciendo cosquillas en su piel desnuda.

Aliviada, se agachó. — Eh, gatito, gatito. Me has dado un susto.

El gato ronroneaba contento.  Lali puso el martillo en el suelo.

— ¿Cómo llegaste aquí?

A pesar de la tenue luz, Lali reconoció al gato como el de su vecino.

— ¿Los niños te han jugado una broma de nuevo y te encerraron aquí?— Los tres pequeños bribones que vivían al lado, le habían jugado un montón de bromas al pobre gato en su corta vida.

Ella tomó al animal y lo apretó contra su pecho. — Vamos a llevarte a casa, ¿eh?

Con una respiración más estable, Lali volvió a entrar en el pasillo. Cerró la puerta del estudio detrás de ella y bostezó. Podía dejar al gato a través de la entrada de la cocina y estar de regreso en su cama en menos de dos minutos.

Dormir sonaba maravilloso en ese momento.

Sosteniendo al gato con un solo brazo, llegó a la barandilla de la escalera.

Un crujido le advirtió demasiado tarde. Bajo su mano, la madera se astilló.

Lali perdió el equilibrio y se resbaló. Las garras del gato de inmediato se hundieron en su otro brazo.

Ella se sacudió por el dolor, liberando el gato al caer hacia adelante.

Con las dos manos, trató de suavizar su caída, pero nada pudo detener su descenso por las escaleras.

Ella se desplomó, las piernas y los brazos golpeaban los escalones, la barandilla y la pared en una sucesión rápida, sin disminuir la velocidad de su caída.

Su grito nunca abandonó su garganta, pues cayó de cabeza hacia el suelo de
mármol. La oscuridad se apoderó de ella al instante.




Continuara....

Anónimo: si esa novela la subí yo también  se llama un Amante de Ensueño y esta para descargar si queres :) 

Bel: si, después subo Ciegamente Enamorados me falta terminarlo de escribir ;) 

Me fui a comer por eso tarde, + 15 y otro!

25 comentarios:

  1. MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS

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  2. NOOOOOOOOOOOOOVEEEEEEEEEE

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  3. Y sigue la MARATON TON TON

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  4. masssss no nos dejes con la intriga si dalee :)

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  5. pobre lali le paso de todoo!! gracias por contestar mi duda genia!

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  6. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas! exijo nove:c jajajaj

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  7. pobre lali, primero se asusta un monton y desp se cae y se pega por todos ladoooos! maaaas!!

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  8. MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS

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  9. NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE NOVE

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  10. más me encanta!!!! Que lali no salga tan lastimada del accidente!!

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  11. me encanta la nove soy nueva jajajaaj y recien me puse aldi con las noves jaja por que no tengo mucho tiempo pero me entanta como escribis.

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  12. la de un amante de ensueño fue una de las mejores novelas que lei en mi vida soa una grosa,me encanta las novelas de mitologia griega y laliter

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  13. estoy tratando de comentar hace 30 min y no me deja.. ojala no le haya pasado nada a lali.. estare esperando ciegamente enamorados, muchas gracias por contestar genia!! besos bel

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  14. Lali se queda ciega??? Dime que no le paa nada
    Otroooooooooooooooooooooooooooo
    Besitos!!!

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  15. ay... ojala este bien

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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  16. :( bueno si nos lo ponemos a ver bien... Peter tendria que estar agradecido pero pobrecitaaaaaa u.u @LuciaVega14

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)