martes, 30 de abril de 2013

Capítulo 26:




Peter seguía acariciando su brazo y celebrando su suerte. Lali se
encontraba en un estado tan agitado por el contratista, que probablemente ni se
había dado cuenta que la seguía tocando. Sabía que debía poner fin a su acción
clandestina, pero la recompensa era demasiado dulce.


Desde el paseo por la playa, se sintió atraído hacia ella, incluso más que
antes y había usado cada ocasión que se le presentaba para acercarse a ella. Él no se
detendría ahora.

Si quería que él hiciera de héroe para ella, no podría hacerlo. Podía resolver
esos pequeños problemas que la catapultaban hacia un desastre estresante. Y
entonces él recogería los frutos. Pronto, la mujer agradecida se derretiría en sus
brazos y jadearía por él.

¡Toma eso, Zeus!

Los pasos pesados del contratista que se acercaban desde el pasillo lo hizo
salir de sus sueños. ¿Soñaba despierto? ¿Qué en Hades le estaba pasando? Él no era
un soñador.

— Aquí tiene, — anunció Charlie, metiendo un trozo de papel en las manos
de Peter. — Esa es la orden que pedimos.

Peter miró la hoja y la revisó. No era lo que había esperado, y no le gustaba
la idea de que él fuera el que le diera la noticia a Lali. Se aclaró la voz. — Los
azulejos que se ordenaron se llaman Baño Romano.

El estado de shock de Lali fue evidente. — Eso no puede ser. No se trata
de Baño Romano. Esos no son los azulejos que pedí.

— Lo son, — dijo Charlie exasperado. Se pasó la mano por su pelo
despeinado. — No sé qué otra cosa mostrarle.

— ¡No estoy loca!, — protestó Lali.

— No estoy diciendo que usted lo esté, — le contestó Charlie.

— Esos no son mis azulejos.

Peter volvió a mirar el pedazo de papel, vio una mancha junto a la
descripción de la pieza. Lo levantó en contra de la luz. Algo había sido borrado. Él
atrapó a Charlie mirándolo. — ¿Ha usado todas los azulejos ya?

Charlie negó con la cabeza. — No, hay muchos más para los otros cuartos
de baño.

— Tráeme uno, — ordenó Peter.

— ¿Para qué? — La renuencia de Charlie para cumplir con su solicitud,
avivó más las sospechas de Peter.

— Porque yo lo digo.

—Tú no eres el jefe.

La voz severa de Lali los interrumpió. — No, pero yo sí. Tráeme uno de
los azulejos.

— Bien, — se quejó Charlie y giró hacia el pasillo, sólo para volver unos
segundos más tarde. Le entregó a Lali el azulejo. Ella lo sintió, pasando las
manos sobre un lado. Peter imaginó esos dedos tocando su piel con el mismo
deseo con el que tocaba la baldosa.

— Son los mismos que están en la pared. No son de la calidad que ordené.

Antes que Charlie pudiera abrir la boca, Peter levantó la mano.

— ¿Puedo? — Tomó el azulejo de las manos de Lali y lo giró para mirar la parte
de atrás.

Luego sonrió. — Muy bien, dice Baño Romano, pero ¿te importaría leer este
sello para mí? — Peter sostuvo el azulejo para que Charlie pudiera verlo.

La cara del contratista al instante se puso roja, y apretó los labios.

— Lo leeré yo mismo entonces, — contestó Peter. — Dice: segunda mano.

Lali suspiró con alivio. — Lo sabía. Podía sentirlo.

— Sí, tenías razón, — dijo Peter y volvió a mirar a Charlie. — ¿Tiene algo
que decir, Charlie?

— ¿Me está acusando de hacer esto? Es obvio que la empresa nos envió
productos de inferior calidad. Eso no es culpa mía. Yo pedí el material adecuado.

Peter puso el formulario de pedido nuevamente en las manos de Charlie y
señaló la mancha en él. No había necesidad de hacer que Lali supiera que
Charlie había intentado engañarla. Ya tenía suficiente estrés como estaba. — Creo
que usted sabe qué hacer. Quite los azulejos equivocados y consiga los correctos. Y
será mejor que no le cobre a la señorita Esposito la mano de obra adicional. ¿Nos
entendemos?

Peter puso el dedo sobre la mancha para hacer que su posición quede clara.

Si Charlie se negaba, haría que el hombre no pudiera trabajar en ningún lugar
nunca más.

— Sí, — dijo Charlie con la mandíbula apretada y salió de la habitación.

— Vaya, gracias, — dijo Lali. — Estaba esperando que hiciera un gran
alboroto al respecto, ya que fue la culpa del proveedor.

Peter consideró por un breve instante la posibilidad de decirle la verdad,
pero decidió no hacerlo. No había necesidad de que se preocupara más. A partir de
ahora, mantendría vigilado al hombre. Si trataba de salirse con la suya
remplazando los materiales originales con unos más baratos, no era de fiar.

— Él debería haber comprobado que recibió los azulejos adecuados en
primer lugar. Es su responsabilidad, ¿no?

— Tienes razón. Bueno, al menos eso está resuelto. Será mejor que eche un
vistazo al resto.

Mientras ella hacía el intento de salir del estrecho cuarto de baño, bloqueó
su salida. — ¿Por qué no te tomas un descanso, y te prepararé algo de comer?
Debes tener hambre después de nuestro paseo por la playa.

Con sus palabras, las mejillas se colorearon de un hermoso color rosa. Él se
abstuvo de besar las mejillas de color rosa todo el camino hasta su elegante cuello.

Por supuesto, él no se detendría allí… continuaría hasta los tentadores pechos y
esos pequeños pezones duros que se dio cuenta que se presionaban a través de su
camiseta.

Lali se había cambiado a unos jeans y una camiseta, después de haber
regresado a casa. Y ella no había solicitado su ayuda, lo que era una gran decepción
para Peter.

— ¿Comida?, — preguntó. — En realidad, eso sería genial.

Diez minutos más tarde, Peter había preparado algo de lo poco que había
podido encontrar en la refrigeradora casi vacía y unos estantes aún más vacíos de la
cocina. Tendría que hacer algunas compras más tarde. Qué fácil sería si pudiese
usar sus poderes y hacer que todo fuera entregado por los sirvientes de los dioses.

Peter equilibraba la bandeja, con cuidado de no derramar el vino tinto que
había servido. Ninguna comida estaba completa sin una copa de vino decente. Al
menos no para él. Si bien muchos de los dioses preferían la dulce esencia de la
ambrosía, Peter prefería la acidez del vino tinto que los mortales cultivaban. Tal
vez porque pasaba tanto tiempo en compañía de Dioniso, quien no podía pasar una
hora del día sin un buen trago, Peter estaba acostumbrado al vino en lugar de la
ambrosía para complementar sus comidas.

El comedor estaba todavía sin muebles, por lo que le había pedido a Lali
que lo esperara en la sala de estar. Cuando entró en la gran sala, ella estaba sentada
en el sofá de gran tamaño, sus piernas dobladas bajo el cuerpo, los ojos cerrados.

Peter se detuvo un momento para mirarla. Nunca había visto nada más hermoso
en toda su vida.


Continuara....

Consejo: Presten atención a los detalles, que nada se les pase por alto ;) 

+ 15 y otro!

18 comentarios:

  1. seguila me encanta la nove!!!!!!

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  2. holiiis
    me encanta la novee
    subi maaaas
    Besooooooooooooos

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  3. Peter se esta enamorando de lali,sube masss

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  4. Me encanto de qur peter se este enamorando de lali sin que se de cuenta

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  5. Peter esta sontiendo cosas por lali

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  6. Más lindo Peter y ambos arden en deseo jaja
    @Masi_ruth

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  7. como me vas a decir esas cosas, creo que preste atencion a todo! :) muchas gracias por el cap Juliiii masss novee por fass @LuciaVega14

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  8. Ya lo marco cupido?? Más!! Me encanta!

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  9. awww ya esta mas metido con ella jajaajaajaj y no se lo imagina

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)