La cara de Lali se
volvió blanca, en estado de shock. Le temblaba la
mano. — Señor
Morton, mi solicitud fue sólida. Presenté un plan de negocios…
— Me fijé en su
plan de negocio, señorita Esposito, y francamente, no me
gusta. Incluso
antes de haber empezado, ya está retrasada. Está por su cuenta y
emprendió un
proyecto del cual no tiene posibilidad de manejar y quiere…
Peter saltó de su
asiento. Había escuchado suficiente. Nadie tenía derecho
de hablarle a Lali
de esa forma. — Señor Morton, la señorita Esposito no está por
sí sola. Ella
tiene mi apoyo en esta empresa.
— No veo su nombre
en ninguno de los papeles, Sr. Lanzani.
— Puede ser, pero
no quiere decir que no tenga mi total apoyo en el
proyecto. Ahora
que estoy aquí, se lo aseguro, la renovación se terminará sin
problemas.
Morton asintió con
frialdad. — Estoy contando con ello, de lo contrario no
tendré más remedio
que ejecutar la hipoteca en el préstamo. — Se volvió hacia
Lali. — No habrá
prórroga en el préstamo. Espero su primer pago, en la fecha
ya establecida.
Lali se levantó y
al instante Peter la tomó del brazo. Hasta ese
momento, Morton
aparentemente no había notado que ella estaba prácticamente
ciega, y Peter
quería que permaneciera de esa manera. Si supiera la verdad, lo más
probable era que
retiraría el préstamo en este mismo instante.
— Recibirá lo que
se le debe, se lo aseguro, — dijo, levantando la cabeza
con dignidad.
— Gracias por su
tiempo, señor Morton, — dijo Peter en tono seco y tomó
a Lali para salir
de la habitación. El hombre era un idiota, y un segundo más en
su compañía era un
segundo demasiado largo.
En el ascensor, Peter
vio que los labios de Lali temblaban. Ella estaba al
borde de las
lágrimas. Sabía que si ponía sus brazos alrededor de ella, lloraría.
Tenía que sacarla
de ahí sin lágrimas, por lo que se abstuvo de tocarla más de lo
necesario. El
contenerse casi lo desgarró.
— Espera sólo unos
minutos, — le instó a antes de guiarla a través del
vestíbulo lleno de
gente y por la puerta.
Al momento en que
la subió al coche, Peter golpeó el pedal del acelerador
y manejó rápido
fuera de la ciudad. Vio un cartel para ir a la playa y lo siguió. Sólo
cuando el olor del
mar penetró en su nariz y se detuvo para estacionarse junto a las
dunas, Lali habló.
— ¿Dónde estamos?
Peter apagó el
motor y salió del coche. — En la playa. — Se fue alrededor
del vehículo y la
ayudó a salir de él. Sus rodillas se doblaron bajo de ella. Sin
dudarlo, él la
levantó en sus brazos y la llevó a la playa, donde se agachó hacia la
arena.
Él la mantuvo en
su abrazo. — Ahora puedes llorar, — le susurró.
Un segundo
después, el primer sollozo salió de su pecho, y luego se abrieron
las compuertas. A Peter
nunca le había gustado la necesidad de una mujer de
llorar, cuando él sabía
que no cambiaría nada. Pero por alguna razón, sentía que
era lo que Lali
necesitaba, llorar sin que nadie la juzgara.
Con sus dos brazos
alrededor de ella como un capullo, la meció suavemente,
como un bebé. Él
sintió que sus lágrimas mojaban su camisa y como sus manos
presionaban contra
su pecho. Se sentía bien abrazarla. Le hubiera gustado poder
quitar todos los
obstáculos que le causaban tanto dolor en su camino, pero sin sus
poderes divinos,
se sentía inútil. Todo lo que podía ofrecerle era un hombro para
llorar.
***
Lali sintió la
caricia de la suave brisa del océano en su espalda y los
brazos de Peter
abrazándola firmemente en su regazo. Ambas acciones la
tranquilizaron y,
finalmente, dejó de llorar. La conmoción de saber que su único
aliado en el
banco, Clive Henderson, ya no trabajaba allí, y por como lo dijo, había
sido despedido,
era demasiado para su mente tensa. No se había preparado para
manejar al más
estricto Morton. Cómo abriría el Bed & Breakfast en las siguientes
dos semanas no se
lo podía explicar.
Peter había sido
increíble, apoyándola a pasar por toda la situación y luego
salir del edificio
sin causar una escena. Tenía que darle las gracias. Esto sin duda
iba más allá de su
descripción de trabajo. Lali levantó la cabeza de su pecho y
se enderezó frente
a él. — Acerca de lo que pasó en el banco…
Peter puso un dedo
en sus labios. — Lo siento. No sé qué me pasó, pero…
— Lo siento, ¿por
qué? — Ella estaba confundida. ¿Por qué lamentaría
haber conseguido
sacarla de esa situación con tanta gracia como fuera
humanamente
posible?
— No debería haber
mentido acerca de quién era yo, pero, francamente, no
tuve un buen
presentimiento acerca de ese hombre desde el momento en que lo vi.
— ¿Mentiste?
¿Quieres decir que tu nombre no es Peter Lanzani? — Una
punzada de pánico
corrió por ella, y de repente se dio cuenta que seguía sentada en
su regazo. Con
toda la gracia que pudo mostrar, se alejó de él. ¿Le había mentido
acerca de quién
era?
— No, no, por
supuesto, mi nombre es Peter Lanzani, — dijo rápidamente,
pero su voz no
sonaba tan segura como ella hubiera querido escucharla. ¿Estaba
ocultando algo?
—Pero, la otra cosa.
Hubo una breve
pausa durante la cual Lali contuvo el aliento. — ¿Qué
otra cosa?
— La mentira
acerca de ser tu prometido.
¿Cómo podía haber
olvidado lo que le había dicho a Morton? Dejó escapar
una risa nerviosa.
— Oh, eso. Sí. — Ella tragó saliva, incapaz de formar una frase
coherente. En el
momento en que le había mentido al banquero, sintió una extraña
sensación de
calidez en su cuerpo, una calma que se había extendido ante la idea de
que había alguien
a su lado, alguien que la estaba apoyando. Ahora se sentía tonta
al respecto.
— Sólo lo dije
porque no quería que él pensara que no tenías a nadie que te
ayudara. Espero
que no te importe. Y no creo que se haya dado cuenta de que estás
parcialmente
ciega, — añadió Peter.
Lali se
estremeció. No le gustaba que le recordaran su discapacidad, pero
ella pensó que era
bueno que Morton no supiera. — Gracias por ayudarme.
— Para eso estoy aquí.
Cierto, lo había
contratado para ayudarla. Él no era su amigo, era su
empleado y debía
tener cuidado de recordarlo en el futuro. Dejarse llevar y llorar
en su hombro como
lo había hecho unos minutos antes, no funcionaría. Peter
probablemente se
sentía avergonzado por ello.
— Lo siento.
— No lo sientas.
Me gusta hacer lo que hago. — Su voz era tan suave como
la brisa del mar.
— Creo que un paseo por la playa te hará bien. Te ves pálida.
Lali apostaba a
que lo estaba. Cuatro semanas en un hospital, sin sus
regulares viajes a
la costa, podrían acabar con cualquier color de la cara de una
muchacha.
Continuara.....
+ 15!
MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!!
ResponderEliminarQUIERO OTROOOOOOOOOOOOOOO!!!!!
ResponderEliminarholiis
ResponderEliminarme encanto la novee
me dio ternura como peter cuido a lali
subiiiii maaaaas
besooooos
Me encanta! Mas porfa!
ResponderEliminarquiero sexo laliter
ResponderEliminarN O V E !
ResponderEliminarmas posteo @laliterpasion
ResponderEliminarMaaaas!!! Me encantaaa pero tengo una duda
ResponderEliminarEl uso el mismo Nombre Peter lanzani que le habia dicho antes en el bar?
Me en.can.ta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1
ResponderEliminarMAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
ResponderEliminarsubi otro!!
ResponderEliminarCada capitulo se pone mejor.. MAAAAAAAAAAAAAAAAAS
ResponderEliminaraww que tierno que es pitt, subi maaaaass!!!
ResponderEliminarMAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarasdfghjklñ maaaaaaaaaaas!
ResponderEliminarME ENCANTA PETER, ES DIVINO
ResponderEliminarmas noveeeeeee
ResponderEliminarMAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
ResponderEliminarAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
ResponderEliminarME LO MORFOOOOO YO QUIERO UNO ASIIII ♥
ResponderEliminarME ENCANTOOOOO ♥
ResponderEliminarM
ResponderEliminarA
S
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ayyy me encanto el cap. subi otro
ResponderEliminarN
ResponderEliminarO
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ResponderEliminar4
masssssss
ResponderEliminarMás me encanta!
ResponderEliminarMAS NOVEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarMAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS
ResponderEliminarTOTALMENTE ENAMORADA DE PETEEEEEEEEEEEER
ResponderEliminarMmmAaasd
ResponderEliminarque tierno s peter :3
ResponderEliminarnovela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/
K dulce Peter
ResponderEliminarawww beso beso beso jajajja
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