sábado, 20 de abril de 2013

Capítulo 18:




Peter miró a su alrededor donde Lali lo había llevado.
Era un lugar cómodamente equipado, aunque no tan amplio ni tan opulento a como él estaba
acostumbrado. La casa de sus padres en el océano, en el que normalmente vivía,
tenía muchas más cosas que ofrecer en términos de lujo.

Hasta el momento, no había tenido ningún deseo de mudarse. Su madre,
Anfítrite, era la mujer más dulce en el mar y tenía una capacidad insaciable de
perdón. Ni siquiera cuando él había sido un joven travieso, lo había nalgueado
jamás. Ahora su padre, era una persona totalmente diferente: con tanto mal humor
como Hades y sin ninguna delicadeza. Pero él era siempre justo. Cada vez que
Peter y su medio hermano Orión se metían en una pelea, Poseidón se mantenía
fuera de ella y era imparcial.

— ¿ Peter?, — la llamada de la voz vacilante de Lali, era tan irresistible
como la de una sirena y lo sacó de su profundo pensamiento.

— ¿Sí?, — respondió, dando un paso hacia el pasillo.

Estaba parada en la puerta de su habitación, todavía vestida con su bata de
baño.

— ¿Me ayudarías a encontrar un vestido adecuado? Necesito tener un
aspecto profesional esta mañana.

Dio unos pasos para cruzar la distancia entre ellos, deseoso de estar cerca de
ella. — Por supuesto, para eso estoy aquí, ¿verdad?

Peter no tenía idea de lo que un enfermero hacía, pero seguramente no
significaba que en realidad la ayudaría a vestirse, ¿verdad? Sin embargo, no tendría
objeción a eso, pero nadie era tan afortunado, ni siquiera un dios. Aunque la idea le
hacía agua la boca. Podía imaginarse cómo la ayudaría a sacarse esa horrible bata
de baño, antes de deleitarse la vista con su cuerpo. Luego, de a poco cubriría su
cuerpo con ropa interior sexy, a continuación, un vestido más sexy, algo que
mostrara sus curvas para poder disfrutar el verla todo el día. Peter se tragó la
lujuria que se filtraba desde su ingle.

La siguió hasta su habitación, que era muy similar a la suya. El pequeño
armario frente al cual se detuvo, estaba repleto de ropa. No era de extrañarse que
Lali necesitara ayuda. Incluso una persona que viera, tendría problemas para
encontrar algo allí.

— Estoy buscando mi vestido color azul marino sin mangas.

— Bueno, vamos a ver. — Peter hurgó en la barandilla, buscando todo lo
que fuera un vestido. Sacó un vestido azul oscuro y le dio una mirada crítica. ¿Ella
quería usar ese trapo gris? No si podía evitarlo.

Con un suspiro, lo colgó en el más profundo rincón del armario, con la
esperanza de que nunca lo encontrara de nuevo. — Lo siento, no veo ningún
vestido azul marino. Deja que te busque otra cosa.

— Oh, no, — se quejó desde atrás de él, — tengo que ver al gerente del
banco. Necesito algo conservador. Tengo que pedirle que extienda mi préstamo.

Peter sonrió. Si ella estaba tratando de seducir a un hombre para obtener
un favor, tenía justo la cosa para eso. Sacó un vestido de verano, suave y liviano,
una mezcla de azules suaves y verdes, que le recordaba el océano. El fino material
acariciaría sus curvas y la haría ver como una ninfa. Ningún hombre sería capaz de
resistirse a ella.

¿Ningún hombre?

No, eso no iba a funcionar. ¿Qué pasa si el gerente del banco le extendía más
que sólo el préstamo? De ninguna manera iba a permitir que otro hombre la mirara
de esa manera. Peter hizo caso omiso al nudo en su estómago y se lo atribuyó al
hecho de que se había salteado el desayuno. No había manera de que él estuviese
celoso del gerente del banco, pero por el Olimpo, que no tentaría a la suerte.

La mano de Peter llegó a la parte posterior del armario. El vestido azul
marino sin mangas sería perfecto. Pero tan pronto como estuvieran de regreso en la
casa, haría que se cambiara a algo más halagador. Tal vez no de inmediato, pero sí
tan pronto como todos los trabajadores de la construcción, se hubieran ido de la
casa.

— Oh, mira esto. Encontré el vestido color azul marino después de todo, —
le anunció y salió del closet, la percha con el vestido en la mano.

Lali lo alcanzó. — Muchas gracias. Me salvaste la vida.

Le entregó la prenda. — Voy a dejar que te cambies entonces.

Un ligero rubor se apoderó de sus mejillas. La hizo ver como una jovencita.

***
Lali oyó los pies de Peter en el suelo de madera, mientras salía. En el
hospital, había tenido varios enfermeros que la habían ayudado a vestirse, sobre
todo inmediatamente después de su operación, cuando ella se había sentido
totalmente desorientada. Mientras que ella ahora estaba mucho mejor, todavía
tenía problemas con ciertas prendas de ropa, y ese vestido era uno de esos artículos.

Si ella intentara de ponerse ese vestido por la cabeza por sí sola, las correas
de los hombros que se cruzaban por la espalda se enredarían, y nunca estaría lista a
tiempo. Incluso con la visión clara, siempre había tenido problemas para ajustarse
las correas correctamente.

Sin duda, como un profesional de cuidado de salud, Peter realizaría las
mismas funciones que una enfermera. El hecho de que ella fuera un poco tímida en
torno a él, no le impedía pedir su ayuda.

— Peter. — Ella lo detuvo antes de que él atravesara la puerta. — Lo siento, pero creo que necesito algo de ayuda. El vestido no es fácil de poner, sin que se enrede todo. ¿Te importaría?

Un segundo después, se puso de pie delante de ella y tomó nuevamente el vestido.

Con las manos temblorosas, ella se desabrochó el cinturón de su bata de
baño y se la sacó. Un sonido de sofocamiento provino de Peter antes de tomar la
bata de ella. ¿Le había pedido algo con lo que no se sentía cómodo?

— No te importa, ¿verdad?

— No, no. Por supuesto que no. Es mi trabajo, ¿verdad?

Ella se alegró de haber elegido una camisola esa mañana, en lugar de un
sostén normal. La camisola tenía un sostén cosido, y cubría mucho más de su piel
desnuda de lo que un sujetador normal haría. Incluso le tapaba hasta la mitad de su
tanga. Recordándose que vestía mucho menos en la playa cada verano, ella trató de
quitarse de encima la sensación incómoda de estar expuesta.

Hubo un sonido de movimiento de la tela, antes de que ella sintiera las
manos de Peter en ella. — Extiende tus brazos, — le instruyó y al mismo tiempo
pasó las manos por sus brazos mientras lo hacía.

Un hormigueo eléctrico se disparó a través de ella, haciendo que su piel se
quemara dondequiera que la tocara. Ella lo sintió acercarse mientras levantaba el
vestido por su cabeza y lo deslizaba hacia abajo por su torso. Lo tiró y ajustó. Sus
manos alisaron la tela sobre el vientre y las caderas y tiraron de las costuras para
enderezarlas. Cuando los dedos de Peter por accidente tocaron su muslo mientras
lo hacía, Lali se tragó el aliento. Había pasado mucho tiempo desde que un
hombre la había tocado tan íntimamente. Al parecer, cualquier toque
completamente inocente podía hacerla jadear como una perra en celo. Ella
realmente tenía que reinar en su imaginación.

Él es un enfermero. No significa nada.

Continuara...

+ 15 y otro

22 comentarios:

  1. Jaja se pone interesante subi otro dale!! :)

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  2. ya quiero saber ue pasara con ellos

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  3. Ahhhhhhhhhhhhhh me encantooooooooooooooooo!!!!!!!!!

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  4. Jajajaja le vino k ni pintado k le pidiese ayufa.Nerviosito como un colegiial

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  5. lo ultimo ni ella se lo cree jajaja

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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  6. De dónde sacaste la foto gorda? Me encanto!!!

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  7. jajajajajaj si claro no significana y no hay tal crisis jajajjajaja

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)