martes, 2 de abril de 2013

Capítulo 11:




A Lali nunca le habían gustado los hospitales. Después de que había
estado encerrada en uno durante cuatro semanas, le gustaban mucho menos. Había
tenido suerte: la caída podría haberle roto el cuello. En su lugar, ella había salido
con varios huesos rotos, una conmoción cerebral, y dos desprendimientos de retina.


El trauma de la caída y su cabeza golpeándose contra el suelo de mármol en
la base de la escalera, había causado que las retinas se desprendieran de sus ojos, lo
que la llevó a una virtual ceguera. El oftalmólogo volvió a unir ambas retinas en
dos operaciones, y ahora comenzaba el juego de la espera.

— Tu ojo izquierdo se está recuperando bien, — dijo el Dr. Zimmerman al
lado de su cama en el hospital.

Ella movió la cabeza, pero su visión era tan borrosa como lo había sido hace
una semana atrás después de la segunda operación. Con su ojo izquierdo, podía
distinguir formas y colores, pero no podía reconocer rostros. Todo estaba
distorsionado, como si estuviera mirando a través de un ladrillo de vidrio de siete
centímetros de espesor.

Su ojo derecho no presentaba ningún signo de que la operación hubiera
funcionado. Ella entrecerró los ojos, pero su visión no mejoró. Todo lo que podía
ver era una persona de baja estatura con una bata blanca. Sólo su voz dejaba
adivinar su identidad y edad, en algún lugar arriba de cuarenta años.

— Dr. Zimmerman, todavía no puedo ver nada con el otro ojo, — se quejó,
su voz se mezclaba con preocupación. Todas las noches desde que había
recuperado la conciencia, el temor de no volver a ver se apoderaba de ella,
enviándola a una recaída tras otra.

Lali envolvió el cordón de sus pantalones de pijama alrededor de su dedo,
haciéndolo un nudo, y luego liberándolo con el próximo movimiento. Cuántos
nudos había hecho en las últimas semanas, no lo sabía, pero tenía que ser más de
los que cualquier marinero hubiera hecho alguna vez. Mantener las manos
ocupadas con algo… cualquier cosa… le ayudaba a mantener la cordura.

— Señorita Baker, sé que está impaciente. — Sintió la suave palma de la
mano del médico en su brazo, apretándola para tranquilizarla. — Pero estas cosas
llevan su tiempo. He tenido casos como el suyo antes, y con mi experiencia lo
mejor que puede hacer es seguir adelante con el tratamiento, evitar cualquier
tensión, y ser paciente. Esto no puede ser apresurado. Si no hay mejora en los
próximos dos meses, le inyectaré en los ojos aceite de silicona. Va a ayudar a
estabilizar sus lentes y asegurar que las retinas permanezcan unidas.

— ¿Y si no funciona? — Lali se tragó las crecientes lágrimas y trató de
deshacer mentalmente el nudo en su estómago… sin tener éxito.

— Entonces trataremos con eso. Usted sólo ha tenido dos operaciones hasta
el momento. Hay mucho más que podemos hacer. Una cosa a la vez. Prométame
que será paciente.

Al pedido insistente del Dr. Zimmerman, ella asintió con la cabeza
lentamente.

— Y debería conseguir a alguien que le ayude en casa.

— Es más fácil decirlo que hacerlo. — Vivía sola en una casa enorme que
estaba siendo objeto de una renovación importante. Tomarlo con calma y buscar
ayuda, sería prácticamente imposible.

— ¿Por qué no decirle a un amigo que se mude con usted por un tiempo?

— Ya se me ocurrirá algo, — respondió Lali. Pedir ayuda no era algo que
le gustara hacer, ni siquiera si se trataba de la ayuda de sus amigos. Pero ese no era
problema del médico, era de ella.

Se oyó un ruido en la puerta.

— Ah, ya veo que tienes un amigo aquí de visita. Iré a preparar tus
documentos para el alta y te daré una cita de seguimiento. Saldrás de aquí antes de
esta noche. — Le tomó la mano y la apretó para tranquilizarla.

— Gracias, Dr. Zimmerman.

Tan pronto como el médico salió de la habitación, otra figura apareció a la
vista. La forma era borrosa y muy lejana para identificarla. — ¿Candela?

— Hola, Mariana, — una voz de hombre la saludó.

El corazón de Lali se hundió. — Michael.

Ella no tenía la fuerza para tratar con él ahora. Después de que no había
llegado de inmediato a verla cuando fue admitida por primera vez, ella pensó que
estaba fuera de la ciudad nuevamente haciendo otro acto de desaparición. Por
desgracia, no era tan afortunada. Si él estaba ahí ahora, sólo podía significar una
cosa: necesitaba dinero.

— Vine tan pronto como me enteré. — La voz de Michael se acercó a
medida que hablaba, y ella vio su movimiento en el cuarto hasta que se detuvo
junto a su cama.

— No tenías que molestarte, — ella presionó. La hacía sentirse vulnerable e
indefensa, el hecho de que ella no podía leer la expresión de su rostro.

El colchón se hundió al lado de ella, mientras él se sentaba. A Lali no le
gustaba su cercanía. Michael estaba tramando algo, podía sentirlo. El aire picaba
bastante con la tensión.

— No voy a quedarme al margen y pretender que no somos familia cuando
me necesitas. Puedes contar conmigo, debes saberlo.

Las palabras sonaron sinceras, pero sin ver sus ojos, ella no podía estar
segura. Michael siempre había tenido una manera de sonar genuino cuando era
todo lo contrario. La única cosa que nunca había sido capaz de ocultar era la
frialdad de sus ojos. — Gracias, Michael, pero no necesito ninguna ayuda.

— Mariana, no seas tonta, no puedes hacerte cargo de todo por ti misma. Me
mudaré y te ayudaré.

De repente una puerta se cerró.

— No lo creo. — La voz de Candela provenía de la puerta, antes de que
ella se acercara. Su pelo rojo la hacía fácil de reconocer. Lali suspiro de alivio: la
caballería había llegado.

— Esta es una conversación privada entre familia y la última vez que me
fijé, no eras de la familia, — replicó Michael en un tono sarcástico. La suavidad de
la conversación anterior había dejado su voz, y el verdadero Michael salió a relucir.

Tal como lo recordaba.

— Y la última vez que yo me fijé, todavía eras un ladrón. — Su querida
amiga siempre podía sostener su posición, y Candela y Michael no se podían ver.

Él se levantó, y Lali reconoció ambas figuras enfrentándose entre sí. Pero
Lali no quería que empezaran una pelea en el hospital. Alguien probablemente
podría salir lastimado.

— Basta, a ambos. No quiero ninguna pelea aquí.

— ¿Qué, crees que tu amiga te ayudará? Te lo dije, yo me encargaré de las
cosas. Fue una estupidez de Eleni que cargaras con toda la responsabilidad de la
casa.

Lali suspiró. — Puedo manejarlo.

— No, no puedes, — protestó Michael.

— Ella puede, y ella lo hará, — interrumpió Candela.

— Mantente fuera de esto, Candela. Lali, éste es el trato. Te ayudaré a
construir el Bed and Breakfast a cambio de un interés en la propiedad.

Ella lo sabía. No acababa de ofrecer su ayuda por la bondad de su corazón.

Por supuesto que quería algo a cambio. Él siempre lo hacía. Incluso cuando era un
niño había sido así.

¿Cuánto querría su querido primo, por su ayuda en esta ocasión? Tal vez
sería más razonable ahora, que había tenido tiempo para calmarse después de la
lectura del testamento de Eleni. Tal vez estaba dispuesto a aceptar lo que ella le
había ofrecido entonces, una pequeña parte de las ganancias por alguna ayuda
ocasional con el Bed and Breakfast, cuando quisiera tomar tiempo libre. La
curiosidad le hizo preguntar. — ¿Cuánto?

— No…. — Candela se quedó boquiabierta.

— Cállate, — la detuvo Michael, con voz aguda. Un segundo más tarde, se
dirigió a Lali otra vez. — Te ayudaré, pero tengo que vivir también. Tomaré un
cincuenta por ciento de la propiedad.

El corazón de Lali se hundió. — No.

— No seas estúpida. Estás prácticamente ciega. Tienes una hipoteca del
tamaño del Monte Hood y un contratista que te engaña a cada paso. Eso no va a
pasar si yo estoy a cargo.

Lali sintió que su presión arterial aumentaba. No sólo quería la mitad de
lo que era suyo, también quería controlarlo todo. Y prefería que el contratista la
engañara, antes que Michael. — Mi respuesta es no. Eleni me dio la casa por una
razón: para conservarla. Ella no confiaba en ti, y, francamente, yo tampoco ¿Crees
que no sé qué harás tan pronto como estés en la escritura?

— He cambiado. Las cosas son diferentes ahora, — afirmó Michael. El tono
suave en su voz había vuelto.

Lali respiró hondo. ¿Y si había cambiado? Tal vez él no jugaba más. Ella
no lo había visto desde el funeral. La gente podía cambiar, pero lo dudaba. ¿Y si
todo era una mentira, al igual que le había mentido a ella y a Eleni antes? Siempre
había sido capaz de decir cuando él estaba mintiendo al mirarlo a los ojos.

Desafortunadamente, ella no podía confiar en esa habilidad ahora.

Como si supiera lo que estaba pensando, continuó. — No he hecho una
simple apuesta desde hace seis meses. Incluso estoy asistiendo a Jugadores
Anónimos. Puedes comprobarlo. Por favor, Lali. Yo soy de la familia. Te puedo
ayudar.

Lali apretó sus manos en las sienes, tratando de evitar el dolor de cabeza
que se acercaba. Ella no quería tomar ninguna decisión en ese momento. — No
puedo. No ahora. Tengo que pensar.

— Está bien, piénsalo. Pero te lo digo, me necesitas.

Michael giró y salió de la habitación, sus pesados pasos resonaban en la
cabeza.

— No estarás hablando en serio, para dejarlo que se meta en esto,
¿verdad?— Las palabras de Candela, le recordaron que su amiga todavía estaba
ahí.

— No lo sé. No sé nada en este momento. — Las lágrimas que no pudo
contener, comenzaron a rodar por sus mejillas. — ¿Qué voy a hacer? No puedo
vivir por mi cuenta ahora. Apenas puedo ver algo. ¿Cómo podré asegurarme de que
los contratistas estén haciendo lo que deben hacer, cuando no puedo ni siquiera
hacer mi propio desayuno?

Con un par de pasos, Candela estuvo a su lado y puso sus brazos alrededor
de ella, abrazándola con fuerza. Se sentía bien saber que había alguien a quien le
importaba.

— No te preocupes, cariño, te voy a ayudar. Me iré a vivir contigo hasta que
estés mejor.

— ¿Lo harás? — La esperanza se elevó del estómago de Lali y viajó hasta
su pecho. Nunca le habría pedido ayuda, pero ella podía escuchar la sinceridad de
Candela en su voz.

— Por supuesto que lo haré. Por lo tanto, no te preocupes de eso ahora.

Una nueva ola de lágrimas apareció, esta vez señalaban alivio. — Muchas
gracias. Tú no tienes…

— Shh. Tú harías lo mismo por mí. — Candela la liberó de su abrazo.

— Voy a empacar algunas de mis cosas. Me comunicaré con mi oficina para
asegurarme de que Leo sepa dónde encontrarme y lo que se necesita hacer en los
próximos días… tal vez incluso pueda trabajar desde tu casa por un tiempo. Te
recogeré cuando estén listos para darte el alta.

Cuando Candela mencionó a su jefe, Lali recordó algo importante.

— ¿Y la feria en la Costa Oeste?

Candela trabajaba para una pequeña industria que fabricaba
semiconductores mayormente para la industria de consolas de juegos.

— No es problema. Leo irá. No necesitan a ambos. Mientras uno de
nosotros represente a la empresa, estará bien. Alguien tiene que defender el fuerte
aquí de todos modos. Estoy segura de que las órdenes empezarán a llegar desde el
primer día en la feria de Los Ángeles, y voy a tener que asegurarme de que sean
atendidas rápidamente.

— Eres fantástica. No sé qué haría sin ti.

Lali  vio el movimiento de los rizos rojos de Candela. — Ya se te
ocurrirá algo, y saldrás adelante. Como siempre lo haces.


Continuara...


Capítulo dedicado a Florr Ferreyra, estas loquita eh ;) ¿te molesta la letra grande? lo achico si queres, y comenta cuando puedas no te preocupes :) 


+ 20 y subo otro! (Pido mas firmas porque ya subi varios hoy asique si quieren seguir leyendo se van a tener que poner las pilas ;) )

41 comentarios:

  1. Mas mas mas mas mas!!

    ResponderEliminar
  2. Masssssss!


    @nathies1024

    ResponderEliminar
  3. Mas ! spi xapas de hacerte la tarea con tald q subas mas

    ResponderEliminar
  4. vamos q peter se ofrese de enfermero

    ResponderEliminar
  5. otro otro @theyareperfect

    ResponderEliminar
  6. JAAJ ME ESTABA POR IR A DORMIR CUANDO ME LLEGA UNA NOTIFICACION jajajaja me desperte de golpe jajajajaa me encanto el cap ojala q lali no caiga en la trmpa del primo jjajaj quiero q aparezca peter por faa otroooooo. :D

    ResponderEliminar
  7. MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS

    ResponderEliminar
  8. NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

    ResponderEliminar
  9. michel es re xhanta :l

    ResponderEliminar
  10. me encanto el capitulo maas

    ResponderEliminar
  11. me carga el primo de lali que hdp

    ResponderEliminar
  12. y pobre lali debe ser terrible ver todo borroso

    ResponderEliminar
  13. que llegue luego peter para ayudar :)

    ResponderEliminar
  14. please subi un cap +

    ResponderEliminar
  15. y peter esta hasta las manos por lali :D

    ResponderEliminar
  16. me encanta! pobre lali. MAS NOVE!

    ResponderEliminar
  17. me encantoooo maas ojala q aparezcaa peter

    ResponderEliminar
  18. pobre lali :(
    massssssss

    ResponderEliminar
  19. hola soy el comentario 23 (creo)

    ResponderEliminar
  20. ME ENCANTA......QUIERO MAAAAAAAAAS!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  21. mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas

    ResponderEliminar
  22. nove nve nove nove nove nove nove nove nove nove

    ResponderEliminar
  23. que pasara ahora?? pobre lali :( cande es una amiga de fierro :)
    xfas mas....

    ResponderEliminar
  24. si ese primo se ve que la va a estar molestando mass porfas!!!

    ResponderEliminar
  25. me qedo despierta solo x el cap jajaja

    ResponderEliminar
  26. quiero ver rock laliter ah re satira

    ResponderEliminar
  27. 2 caps mas 1 x el q dijiste y otro de yapa x las 16 firmas mas

    ResponderEliminar
  28. Me copaa, me copaa! ! Maaaas

    ResponderEliminar
  29. Michael vino a aprovecharse

    ResponderEliminar
  30. que gran amiga

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

    ResponderEliminar
  31. Me faltan poquitititos para ponerme al dia :') que orgullo sabes que cada vez que me atraso te lo cuento pero seguro estas en el cole y yo estoy en casa por fuerzas mayores... jajajaja @LuciaVega14

    ResponderEliminar

Gracias por leer. Espero tu comentario :)