Epílogo:

Un año después

Peter abrió la puerta de la habitación del hospital. Junto a su madre y a Candela, entró sin hacer ruido, ya que no quería molestar a Lali si estaba descansando.
El miedo lo atenazó al verla tumbada en la cama. Su aspecto lo aterrorizaba, estaba muy pálida y parecía indefensa. No podía soportar verla a sí.

Ella era su fuerza. Su corazón. Su alma. Todo lo que era bueno en la vida.
La idea de perderla le resultaba insoportable.
Hola abrió los ojos y les sonrió.
— Hola —dijo en un susurro.
— ¡Hola guapa! —le contestó Candela—. ¿Qué tal estás?
— Exhausta, pero muy bien.
Peter se inclinó y la besó.
— ¿Necesitas algo?
— Tengo todo lo que siempre he deseado —le contestó ella con el rostro radiante.
Él le sonrió.
— Bueno, ¿dónde están mis nietos? —preguntó Afrodita.
— Se los han llevado para pesarlos —contestó Lali.
Y, como si las hubiesen llamado, las enfermeras entraron en ese instante empujando las cunas. Comprobaron los brazaletes de Lali y los de los bebés y salieron en silencio.
Peter se apartó del lado de Lali lo justo para coger en brazos a su hijo con mucho cuidado. La alegría lo inundó al acunar al diminuto bebé.Lali le había dado mucho más de lo que jamás imaginó que tendría. Y mucho más de lo que se merecía.
— Éste es Niklos James  Lanzani Esposito —dijo mientras lo depositaba en brazos de Afrodita para coger a su hija—. Y ésta es Vanessa Anne Lanzani Esposito —y la colocó sobre el otro brazo de su madre.
Los labios de Afrodita comenzaron a temblar cuando miró a su nieta.
— ¿Le has puesto mi nombre?
— Los dos quisimos hacerlo —le dijo Lali
Las lágrimas brotaron de los ojos de la diosa mientras contemplaba a sus dos nietos.
— ¡La de regalos que tengo para vosotros!
— ¡Mamá! —la interrumpió Peter con brusquedad—. Por favor, nada de regalos. Tu amor será suficiente.
La diosa se limpió las lágrimas y soltó una carcajada.
— De acuerdo. Pero si cambiáis de opinión, decídmelo.
Lali  observó a Peter mientras éste acariciaba la cabeza pelona de Niklos. No lo habría creído posible pero, en ese momento, lo amaba aún más que antes.
Cada día pasado junto a él había sido una bendición.
— ¡Ah, por cierto! —Exclamó Candela mientras cogía a Vanessa de los brazos de Afrodita—. Fui ayer a la librería y Príapo no estaba. Hace unos días que hubo luna llena. ¿Alguien quiere apostar a que en estos momentos está practicando sexo salvaje y desenfrenado con alguien?
Todos se rieron.
Excepto Peter.
— ¿Te pasa algo? —le preguntó Lali.
— Supongo que me siento un poco culpable.
— ¡¿Culpable?! —Exclamó Candela con incredulidad—. ¿Por Príapo?
Peter señaló con un gesto a Lali y a los niños.
— ¿Cómo podría guardarle rencor? Sin su maldición jamás os tendría a ninguno de vosotros. Fue una pesadez pero debo admitir que mereció la pena.
Todas las miradas se clavaron, expectantes, en Afrodita.
— ¿Qué? —Preguntó ella con fingida inocencia—. ¡No me digas que quieres que lo libere! Ya te lo dije, lo haré cuando aprenda la lección…
Candela  meneó la cabeza.
— Pobre tío Príapo —dijo dirigiéndose a Vanessa—. Pero fue un chico muy, muy malo.
La puerta se abrió en ese instante y una enfermera se asomó, indecisa.
— ¿Doctor Lanzani? —se dirigió a Peter—, hay una pareja aquí fuera que dicen ser familiares suyos. Ellos… mmm… —bajó la voz hasta hablar en un murmullo— son moteros.
— ¡Eh, Peter! —lo llamó Eros desde detrás de la enfermera—. Dile a Atila el Huno que somos de fiar para que podamos entrar a babear sobre los bebés.
Peter soltó una carcajada.
— Está bien, Trish —le dijo a la enfermera—. Es mi hermano.
Eros le hizo una mueca burlona a Trish mientras entraba a la habitación junto a Psique.
— Que alguien me recuerde que tengo que dispararle una flecha de la mala suerte al salir —comentó mientras la enfermera cerraba la puerta.
Peter lo miró con una ceja arqueada.
— ¿Tengo que confiscarte de nuevo el arco?
Eros le contestó con un gesto grosero y se acercó a Candela para tomar en brazos a Vanessa.
— ¡Ooooh! Menuda rompecorazones que vas a ser. Apuesto a que vas a tener a montones de niños corriendo detrás de ti.
Peter  perdió el color del rostro y miró a su madre.
— Mamá, hay un regalo que me gustaría pedirte.
Afrodita lo observó, esperanzada.
— ¿Te importaría hablar con Hefesto para que hiciera un cinturón de castidad apropiado para Vanessa?
— ¡Peter! —balbució Lali con una carcajada.
— No tendría que llevarlo durante mucho tiempo; sólo treinta o cuarenta años.
Lali  puso los ojos en blanco.
— Menos mal que tienes a tu mamá —le dijo al bebé que Eros sostenía—, porque tu papi no es nada divertido.
Peter alzó una ceja con un gesto arrogante.
— ¿Que no soy divertido? —repitió—. Divertido… eso no es lo que dijiste el día que concebiste a estos dos…
— ¡Peter! —exclamó Lali con el rostro arrebolado. Pero ya hacía tiempo que sabía que era incorregible.
Y lo amaba tal y como era.

Fin

Holaaaaaaa! Porque soy buenita, y porque para Chari ya son las 3.30 am, Anto Y Eli estan firmando mucho les subo cap! Asique agradézcanles a ellas y para ellas va este cap :) 

MIL GRACIAS a todos los que leyeron esta nove, comentaron, me pidieron mas, me sofocaron jajaaja na mentira! 

Me encanta que les haya gustado tanto la historia, firmen mucho y mañana subo las introducciones para que elijan! 

Buenas noches y ojala que empiecen bien la semana!

Lone_es  ojala que todo se solucione, sabes que contas conmigo! Cap dedicado para vos también :) 

Igual toda la nove fue dedicada a cada una de ustedes que estuvo detras de la pantalla leyendo, comentando e imaginando cosas sobre esta hermosa historia :D

Juli♥

   

@amorxca