viernes, 5 de octubre de 2012

Capítulo 81:


La voz de Beth hizo que diera un respingo. Girándose de inmediato, la vio asomándose por la puerta.
— ¿Con quién estás hablando? —le preguntó Beth. 


Lali hizo un gesto abarcando la consulta y después pensó que no sería muy inteligente decirle a su compañera la verdad.
— Conmigo misma.
Beth la miró sin acabar de creérselo.
— ¿Tienes la costumbre de gritarte a ti misma?
— A veces.
Beth alzó una de sus oscuras cejas.
— Me parece que necesitas una sesión —comentó mientras se alejaba.
Haciendo caso omiso de su compañera, Lali no perdió tiempo en recoger sus cosas. Estaba deseando llegar a casa para ver a Peter.

Tan pronto como abrió la puerta supo que algo iba mal. Peter  no salió a recibirla.
— ¿Peter? —lo llamó.
— Arriba.
Lali dejó las llaves y el correo sobre la mesa, y subió los escalones de dos en dos.
— No vas a creerte quién pasó hoy por la… —su voz se desvaneció al llegar a la puerta de su dormitorio y ver a Peter con una mano encadenada a los barrotes de la cama, tendido en el centro del colchón, sin camisa y con la frente cubierta de sudor.
— ¿Qué estás haciendo? —le preguntó muerta de miedo.
— No puedo luchar más, Lali —le contestó respirando entrecortadamente.
— Tienes que intentarlo.
Él meneó la cabeza.
— Necesito que me encadenes la otra mano. No llego.
—Peter…
Él la interrumpió con una amarga y brusca carcajada.
— ¿No es irónico? Tengo que pedirte que me encadenes cuando todas las demás lo hacían libremente a las pocas horas de presentarme ante ellas. —La miró directamente a los ojos—. Hazlo, Lali. No podría seguir viviendo si te hiciese daño.
Con el corazón en un puño, ella cruzó la habitación hasta llegar junto a la cama.
Cuando estuvo bastante cerca, Peter alargó el brazo y acarició su mejilla. La acercó hasta él y la besó, tan profundamente que Lali pensó que iba a desmayarse.
Fue un beso feroz y exigente. Un beso que hablaba de deseo. Y de promesas.
Julián mordisqueó sus labios y la alejó.
— Hazlo.
Lali pasó el grillete de plata por los barrotes del cabecero.
El alivio de Peter fue evidente. Hasta ese momento, Lali no se había dado cuenta de lo tenso que había estado durante la semana anterior. Apoyó la cabeza en la almohada y, con dificultad, respiró hondo.
Lali se acercó y le pasó una mano por la frente.
— ¡Dios santo! —jadeó. Estaba tan caliente que casi le hizo una quemadura—. ¿Qué puedo hacer?
— Nada, pero gracias por preguntar.
Lali fue hacia el vestidor en busca de su ropa. Cuando empezó a desabrocharse la blusa, Peter la detuvo.
— Por favor, no lo hagas delante de mí. Si veo tus pechos… —Echó la cabeza hacia atrás como si alguien le hubiese aplicado un hierro candente.
Lali fue consciente en ese momento de lo acostumbrada que estaba a su presencia; no había pensado en desnudarse en otro lado.
— Lo siento —se disculpó.
Se cambió en el cuarto de baño y mojó unas toallas para colocárselas en la frente.
Volvió a la habitación para refrescarlo.
Le acarició el pelo, empapado de sudor.
— Estás ardiendo.
— Lo sé. Me siento como si estuviese en un lecho de brasas.
Siseó cuando Lali le acercó la toalla fría.
— No me has contado qué tal te ha ido el día —le dijo sin aliento.
Lali jadeó al sentir que el amor y la felicidad la invadían. Todos los días Peter le hacía esa pregunta. Todos los días contaba las horas para regresar a casa junto a él.
No sabía lo que iba a hacer cuando se marchara.
Obligándose a no pensar en eso, se concentró en cuidarlo.
— No hay mucho que contar —susurró. No quería agobiarlo con lo que su madre le había confesado. No mientras estuviese así. Ya lo habían herido bastante, y no sería ella la que aumentara su dolor—. ¿Tienes hambre? —le preguntó.
— No.
Lali se sentó a su lado. Pasó toda la noche leyéndole y refrescándolo.
Peter no durmió. No pudo. Sólo era consciente de la piel de Lali cuando lo tocaba y de su dulce perfume floral. Invadía sus sentidos y hacía que la cabeza le diera vueltas. Todas las fibras de su cuerpo le exigían que la poseyera.
Con los dientes apretados, tiró de las cadenas de plata que apresaban sus muñecas y luchó contra la oscuridad que amenazaba con devorarlo. No quería rendirse.
No quería cerrar los ojos y desaprovechar el poco tiempo que le quedaba para estar junto a Lali mientras aún estuviese cuerdo. Si dejaba que la oscuridad lo consumiera no se despertaría hasta estar de vuelta en el libro. Solo.
— No puedo perderla —murmuró. La simple idea de perderla hacía pedazos lo poco que le quedaba de corazón.
El reloj de pared dio las tres. Lali se había quedado dormida hacía muy poco rato. Tenía la cabeza y la mano apoyadas sobre su abdomen y su aliento le acariciaba el estómago.
Podía sentir su cabello rozándole la piel, la calidez de su cuerpo filtrándose por sus poros hasta llegarle al alma.
Lo que daría por poder tocarla…
Cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás y se permitió soñar por primera vez desde hacía siglos. Soñó con pasar noches enteras junto a Lali.
Soñó que llegaba el día en que podía amarla como se merecía. Un día en que él sería libre para poder entregarse a ella. Soñó en tener un hogar junto a Lali.
Y soñó con niños de alegres ojos grises, y dulces y traviesas sonrisas.
Aún estaba soñando cuando la luz del amanecer comenzó a filtrarse por las ventanas y el reloj dio las seis. Lali se despertó.
Frotó la mejilla sobre su pecho, acariciándolo de tal modo que para Peter supuso una tortura.
— Buenos días —lo saludó sonriente.
— Buenos días.
Lali se mordió el labio al pasear la mirada sobre su cuerpo y arrugó la frente por la preocupación.
— ¿Estás seguro que tenemos que hacer esto? ¿No te puedo liberar un ratito?
— ¡No! —exclamó con énfasis.
Lali cogió el teléfono y marcó el número de la consulta para hablar con Beth.
— No iré en un par de días, ¿puedes hacerte cargo de algunos de mis pacientes?
Peter frunció el ceño al escucharla.
— ¿Es que no vas a ir a trabajar? —le preguntó en cuanto colgó.
Lali no podía creer que le hiciese esa pregunta.
— ¿Y dejarte aquí tal y como estás?
— Estaré bien.
Ella lo miró como si se hubiese vuelto completamente loco.
— ¿Y si pasara algo?
— ¿Cómo qué?
— Puede haber un incendio o alguien puede entrar y hacerte cualquier cosas mientras estás ahí indefenso.
Peter no discutió. Le entusiasmó el hecho de verla tan dispuesta a quedarse junto a él.
A media tarde, Lali fue testigo de que la maldición empeoraba. Cada centímetro del cuerpo de Peter  estaba cubierto de sudor. Los músculos de los brazos estaban totalmente tensos y apenas hablaba; cuando lo hacía, apretaba los dientes.
Pero seguía mirándola con una sonrisa, y sus ojos eran cálidos y alentadores mientras sus músculos se contraían con continuos espasmos y soportaba el sufrimiento que amenazaba con devorarlo.
Lali siguió refrescándolo, pero tan pronto como acercaba la toalla a su piel se calentaba tanto que apenas era capaz de tocarla después.
Para cuando llegó la medianoche Peter deliraba.
Observó impotente cómo se agitaba y maldecía como si un ser invisible estuviese arrancándole la piel a tiras. Lali nunca había visto algo así. Estaba forcejeando tanto que casi temía que echara abajo la cama.
— No puedo soportar esto —susurró. Bajó corriendo las escaleras y llamó a Candela.



Continuara....

Hoy vino una amiga, despues fuimos a itinerario y cuando volvi me colgue viendo videos de German! 
¿Qué creen que pasara? :/

18 comentarios:

  1. masssssssssssssssssssssssssss
    ke hagan algo
    no kiero ke sufra
    mas
    noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
    cdt =)

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  2. COMO LO VAS A DEJAR ASIII eeeeh
    quiero mass

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  3. Vas a subir mas me imagino no? minimo llamaran a alguna diosa o oalgo asi!

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  4. no Peter esta sufriendo mucho! pero no quiere herir a Lali!

    mas!

    @angelaliter

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  5. Masssss quiero saber que va a pasar.

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  6. Pobre Peter, la tortura que está viviendo, más nove x fa

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  7. Más nove! Pobre peter me da mucha pena!

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  8. Que todo lo que sufre peter termine ya!

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  9. Y por favor no acabes con la nove una vez que peter se haya liberado de la maldición!!!!

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  10. Mañana hay maratón?!

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  11. Y si mañana terminamos la nove?? porfavor, no puedo seguir asi, necesito saber lo que pasa!!
    Quiero maraton! un beso enorme!!!

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  12. Aaai no, pobre Peter! Quiero qe la maldicion se termine de una vez por todas
    Espeero mas :),
    Besitoo


    Arii
    @AriadnaAyelen

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  13. Cuanto sufrimiento!Peter seesta consumiendo así,pobre!

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  14. Noooooo pobrecitoooooo :( que hagan lo que puedan por favor!!!!!!! MASSSS NOVEEEE JULIII POR FAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! @LuciaVega14

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  15. Pobre de Peter mas nove subi porfa @perla17luna

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  16. Peter está sufriendo más ,x k la ama ,y nunca sintió nada parecido.

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  17. Ay!!! no pobre peter!! Y la madre un a yegua!! Me encanta lali es una tierna!! más!!

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  18. jajja
    hola soy german jajaj es lo maximo (:

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)