La torre se desmoronó, armando un tremendo estrépito y la
mujer se cayó al suelo junto con las latas, que rodaron en todas direcciones.
—Estás bien? —se interesó Peter tras arrodillarse junto a
la mujer.
Esta asintió con la cabeza y bajó la vista. Luego, cuando
él le ofreció la mano para levantarla, se incorporó como si algo la hubiera
quemado.
—Está bien, Lali? —preguntó entonces George Kromby, un
empleado del supermercado que había compartido clase con Peter durante el
instituto.
La mujer lo miró con dureza, ruborizada. Parecía
desesperada, aterrorizada... No podía tener miedo de él, ¿no?, se preguntó Peter.
De pronto reconoció algo familiar en ella, aunque no supo señalar el qué. La
fragancia de su perfume y la suavidad de su piel bajo la blusa le impedían concentrarse.
—¿Se ha hecho daño, Lali? —insistió George, ya
arrodillado junto a los dos.
—Estoy bien —repuso ella con una voz rugosa que hizo
hervir la sangre de Peter. Se dio cuenta de que no quería soltarla, pero la
mujer se apartó y se puso de pie—. Lo siento, George. Me tropecé de repente...
—Le dije a Rickie que esta torre dificultaba el paso
—comentó George, recogiendo el bolso y la cesta de Lali al tiempo que criticaba
a uno de los empleados.
—No, no, ha sido culpa mía. Lo siento —se disculpó Lali—.
Bueno, tengo que irme a casa —añadió tras esbozar una sonrisa que puso a George
colorado.
—Salude a su madre de mi parte, señorita Esposito —dijo
él mientras Lali se alejaba.
¿Señorita Esposito?, ¿Lali Esposito? ¿Esa Lali era la
pequeña y delgaducha Mariana Esposito, la de la coleta roja y las gafas de
pasta?
Hacía doce años que no la veía, justo antes de marcharse
de Wolf River. Estaba de aprendiz en un taller de mecánica y ella había
aparecido con su padre, que necesitaba unos pistones para su motocicleta. Peter
tenía veintiún años entonces, de modo que ella debía de tener dieciséis o
diecisiete. Era la chica más tímida que jamás había conocido. Y era evidente
que seguía siendo tan tímida como de adolescente. Pero, aunque Lali no lo
mirara a la cara, él sí que se había fijado en ella. Todavía no podía creerse
que la pequeña Mariana Esposito fuera esa mujer de cuerpo despampanante y
precioso rostro.
Su perfume flotaba aún en el aire y, de pronto, se dio
cuenta de que tanto él como Peter seguían mirando hacia el pasillo por el que Lali
había desaparecido.
—Tranquilo, yo recojo todo —reaccionó George por fin.
—Te ayudo —repuso Peter mientras alcanzaba una lata de
guisantes—. ¿Qué tal los señores Esposito?, ¿siguen viviendo en la Avenida Belview ?
—añadió con naturalidad.
—El señor Esposito fue operado la semana pasada de la
rodilla — respondió George a medida que apilaba latas de guisantes—. Lali
volvió ayer de Nueva York para echarle una mano a su madre.
Por eso no la había visto antes, comprendió Peter.
—Así que de Nueva York, ¿trabaja allí?
—La señora Esposito dice que colabora con un periódico
muy importante —contestó George con orgullo—. Tiene su propia columna y todo.
Peter vio una tarjeta de crédito que había en el suelo y
la recogió:
—Mariana Dalmau —leyó en voz alta. ¡Maldita fuera!,
¡estaba casada!—. Su marido debe de ser el que estaba esperando fuera. Un tipo
grande de pelo rubio.
—Lali está divorciada —lo informó George—. ¿Estás
interesado en ella? —añadió con el ceño fruncido.
—Yo? Estoy demasiado ocupado para liarme con mujeres
—contestó Peter, ocultando su satisfacción por las buenas noticias—. Ya sabes
—añadió con un guiño de complicidad.
—Sí, claro. Cindy Crawford se ha puesto tan pesada que
anoche mismo accedí a volver con ella —replicó George con sarcasmo.
—No creo que a Iris Sweeney le haga mucha gracia si se
entera — comentó Nick, decidido a hacer un poco de alcahuete, a fin de aumentar
el ego de George y de orientar la atención de éste hacia otras mujeres.
— ¿Iris Sweeney?
—Sí, la semana pasada la oí decir que tenías la mejor
sección de alimentos envasados de toda la ciudad.
— ¿En serio? —preguntó George, sonriente—. Bueno, la
verdad es que estoy bastante orgulloso de ella —añadió, encogiéndose de
hombros.
—Natural —reforzó Peter—. En fin, tengo que irme —agregó,
al tiempo que tomaba dos latas de guisantes.
—Échalos en una lata de sopa de champiñones —le recomendó
George desde la distancia.
Cinco minutos después, finalizada la compra y olvidada la
reparación del carburador, Peter salió pitando del aparcamiento de Bud y Joe en
dirección a la Avenida Belview.
Peter Lanzani había vuelto. Todavía aturdida, Lali había
conducido hasta la casa de su padre y aparcó junto al Buick del 77 de sus
padres. En la radio tronaba una espantosa canción de heavy metal, que jamás
habría oído en circunstancias normales; pero había estado demasiado perturbada
como para reparar siquiera en aquella desagradable sucesión de ruidos
inarmónicos.
Peter Lanzani había vuelto.
No se lo habría creído de no ser porque éste se había
dirigido a ella y la había tocado. Lali cerró
los ojos y suspiró. La había tocado de verdad.
Seguía demasiado atónita como para sentirse avergonzada
por haber tirado la torre de latas de guisantes y haberse caído. Bonita manera
de superar su timidez adolescente, pensó pesarosa. Sí que le habían servido los
últimos cinco años como periodista independiente y agresiva... Había bastado
con mirar a Peter Lanzani y toda su confianza se había ido al traste.
Claro que si había una persona a la que no había esperado
encontrarse, a la que no había querido ver de nuevo, ésa era Peter Lanzani.
¿Qué estaría haciendo allí?, se preguntó mientras
reposaba la cabeza sobre el volante, tratando de serenarse.Peter se había
marchado de Wolfriver hacía doce años, dos antes de que ella ingresara en la
universidad de Boston. Se había hecho famoso con las motocicletas de la noche a
la mañana. Los medios de comunicación lo adoraban, no sólo por su apostura y su
encanto, sino por su compromiso con diversas ONG. En una ocasión, hasta había
donado a un orfanato el dinero que había ganado por un anuncio de pantalones
vaqueros.
Peter Lanzani, con su sonrisa devastadora y sus ojos
hechizantes. Lo había visto en un sinfín de revistas y periódicos
sensacionalistas que habían intentado buscar asuntos turbios en su vida
privada.
Pero había un artículo que no había podido olvidar: una
demanda de paternidad presentada por una bonita rubia...
Peter había terminado ganando el caso. Su abogado había
logrado demostrar que la mujer había mentido para conseguir dinero; pero la
batalla había sido dura, muy seguida por los medios de comunicación, y todos
los detalles de su vida privada habían sido aireados: la madre alcohólica que
lo había abandonado a los diez años, el padrastro que le pegaba, el año que
había pasado en el Reformatorio de Wolf River, así como su estrecha amistad con
Nicolás Riera y Agustín Sierra.
Habían violado su intimidad, pero él había salido airoso
y había esquivado hablar de su pasado con los periodistas, seduciéndolos con su
inteligencia y encanto...
Y había vuelto. Que Dios la ayudara, pero había vuelto.
Continuara...
Holaaa nuevamente :) Acá les dejo el segundo cap! ¿Quieren mas? Entonces firmen ;)
PD: Pasen y lean la nove de Angie :) http://lalitertodollegaenformadeamor.blogspot.com.ar/2012/10/capitulo-1-mi-nove.html#more
Les dejo la intro asi se enganchan :)
Argumento “Refugiada en sus brazos”
Lali destrozada por la muerte de su marido se ve obligada a huir de Argentina,sola y asustada empieza su nueva vida en España donde no solo empezara una nueva vida sino que superara el pasado y volvera a abrir su corazon,sin embargo algo pondra en peligro su felicidad podra Lali luchar contra los fantasmas de su pasado??...
me encantoooo yo si me pasa lo de lali me mueeerooo de la verguenzaaa jajajajajjaaj
ResponderEliminarquierooo maaasss
Me dio miedo lo de los fantasmas! Jajajjajja joda voy a tratar de engancharme...
ResponderEliminarsubi maaaaas!
@Fio_JPL
Hahaha buenísima esta muy muy buena peter no lo cree y lali esta en crisis emocional
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarGRANDE JULI!!!!
ResponderEliminarMe encantaron los caps y el blog quedo increible!!
Espero que hagas muchos maratones porque ya me enganche!
Un beso grande! Avisame por tw!
PD: cuidate! me alegro que estes mejor!!
@ione_es
Muy buena! Q reencuentro!
ResponderEliminarSi Peter Recordaba A Lali Haci, Me Imagino Que Esta En Shok Se Nota Que Cambio Mucho... Quiero Mas Y Vuelvo Y Te Pregunto ¿Tu Subes Las Noves Para Descargar? Y Siguime Avisando Por Favor..
ResponderEliminar@DaniiVasqueez
Aaaa me encanta la novee, qe pasara ahora?
ResponderEliminarEspeero mas, besoteee :)
Arii - @AriadnaAyelen
Me encanta masss
ResponderEliminarme encanta sube maas :)
ResponderEliminarMeeeee gustaronn muchooo estoss caps!! Ahora quiero maas!
ResponderEliminarMaaas juliii!
Me alegra q estes mejor de tu caida u.u, segui vivita vivita!
Beso,Anto
La recuerda d adolescente.Jajaja,como le desvía la conversación a George ,haciéndole creer k hay una mujer interesado en el, para k no se fije en LAli ,y sea el quien se concentre solo en ella ,d hecho ,sale como una bala ,hacía su avenida.
ResponderEliminarOs recomiendo lalitertodollegaenformadeamor.blogspot.com el blogs d Angie,tiene varias novelas ,k rondan d los 10 caps,con un máximo d 13 caps .Están muy bien ,segurísimo k os gustan.
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarAhhhhhhhhhhhhhhhhh ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO te lo juro yo queria la otra nove pero esta esta BUENISIMA tambien :D @LuciaVega14
ResponderEliminarHay no matarse ser Lali! Osea que vergüenza, yo me muero si soy ella en ese momento. Y Peter más tierno que se acuerda de ella adolescente, pero lo malo es que también se acuerda de su aspecto físico. Me atrapó la historia, definitivamente!
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