Lali se metió en una pequeña antesala del área de
entretenimiento de la mansión de su padre y tomó unas pocas respiraciones
irregulares.
Su corazón corría brutalmente y sentía momentáneamente
náuseas mientras luchaba contra una nueva ola de ansiedad.
Se acercó a un decorado espejo de pared y pretendió estar
arreglándose, sólo en el caso de que uno de los invitados deambulara por allí y
quisiera saber qué estaba haciendo.
Por el momento, sin embargo, la habitación estaba
afortunadamente vacía.
Ella había hecho una cita de último minuto en su salón esa
tarde para así poder estar presentable para la fiesta. Le habían hecho algunos
rayos de rubio más claro en el cabello, y lo habían puesto en una suave y
brillante caída sobre sus hombros. Le habían dado una manicura y pedicura e
incluso la habían maquillado. Vestía un elegante vestido marrón chocolate
forrándola y sus zapatillas doradas favoritas.
Ella pensó que lucía tan bonita como era posible que
luciera.
Pero sus mejillas no eran de su rosado actual y sus ojos
lucían inusualmente grandes. Sentía como si estuviera mirando a una sexy y
sofisticada extraña.
Tomó unos pocos minutos para recuperar el aliento. Luego
supo que tenía que volver.
Había estado de pie junto a su padre por la última media
hora, tratando de responder sensiblemente a la multitud de invitados que
vinieron a hablar con ella. Cada vez tenía la lengua más trabada y más insegura
a medida que los minutos pasaban hasta que finalmente había tenido que escapar.
Si no regresaba pronto, su padre se preocuparía.
Y la gente se preguntaría porque apenas había hecho acto de
presencia en la fiesta antes de desaparecer. Tomó un profundo respiro y trató
de prepararse para la batalla.
Tendría que volver ahora. Tendría que sonreír y ser
encantadora. Hablar casualmente acerca de las últimas películas, debates
políticos locales, y quejarse de los impuestos.
No se podría congelar o quedarse callada en medio de una
conversación.
Debía pretender ser alguien más, alguien que fuera capaz de
moverse cómodamente por la habitación y ser el centro de atención.
Se agarró al respaldo de una silla y no se movió.
La puerta de la antesala se abrió y se quedó sin aliento
antes de darse cuenta de que sólo era Peter. Había estado esperando fuera de la
puerta por ella, pero quizás estaba preocupado de porque estaba tardando tanto.
Vestía un traje de noche oscuro, y lo vestía tan bien que
había hecho que ella perdiera el aliento más temprano la primera vez que lo
vio. Su traje lucia costoso, incluso se preguntó si había sido hecho a medida
para adaptarse a sus anchos hombros y largas extremidades con tanta facilidad.
Sus ojos lucían asombrosamente azules.
Lo había visto en traje de noche antes, pero desde que ella
había sentido esa bizarra atracción temprano hoy, no podía mirarlo sin sentirla
de nuevo.
— ¿Lista? —preguntó con su expresión normal de investigación
insípida. Asintió con la cabeza hacia la fiesta, el ruido de las voces que se
escuchaba incluso con la puerta cerrada.
Ella asintió, tratando, y fallando, de sonreír mientras la
instintiva atracción fue ahogada en una nueva ola de miedo acerca de volver a
entrar en un salón lleno de extraños.
Se las arregló para dar dos pasos hacia Peter pero luego se
detuvo de nuevo.
— Podemos irnos en otra media hora
Lo miró inexpresiva por unos segundos hasta que se dio
cuenta de que él estaba tratando de ser alentador. Ella apreció el gesto raro y
volvió a asentir. Esta vez, cuando trató de sonreír, tomó una inhalación fuerte
y áspera en su lugar.
Avergonzada, miró hacia el suelo. Sus lindas uñas del pie
estaban asomándose fuera de sus brillantes zapatos.
Ella solía hacerlo mejor que esto, incluso en las fiestas de
cóctel, que eran lo peor de los horrores sociales. Podía usualmente ponerse una
máscara que ocultara sus sentimientos reales.
El estrés de ese día y de los últimos dos meses estando
rodeada por guardaespaldas debían haber intensificado sus respuestas normales,
y no podía mantener su máscara esta noche.
— ¿Necesita que hable con su padre?
No estaba mirándolo, pero reconoció su voz más gentil de lo
normal. Sentía lástima por ella.
Creía que se iba a derrumbar.
Ella no se iba a derrumbar. Sacudió su cabeza
insistentemente y puso rígidos sus hombros mientras encontraba sus ojos
—Está bien. Salgamos de aquí. —Él se acercó por un lado y
puso su mano familiar en su espalda, alentándola a salir de la habitación.
Ella lo dejó guiarla a la puerta pero, justo antes de que
llegaran, se resistió a la fuerza de su mano.
Ella bajó los ojos y los cerró por un segundo.
Cuando volvió a mirar arriba, Peter esperaba pacientemente.
—¿A quiénes conoce ahí afuera? —preguntó, inusualmente
tranquilo.
Ella tragó saliva.
—A nadie.
—Eso no es cierto. No piense en ello como una habitación
llena de gente. Piense en las personas. Dígame a quienes conoce. ¿Con quiénes
le ha gustado hablar en el pasado?
Ella frunció el ceño, pues él se estaba volviendo mandón,
pero la miraba como si estuviera esperando una respuesta.
Porque ella no estaba en estado para discutir, pensó en la
pregunta.
—Parker Bowles está ahí. Tiene once nietos de los que le
gusta hablar. Una de las niñas es realmente tímida y nunca quiere hacer nada
más que no sea leer.
Peter asintió.
— ¿Quien más?
Ella trató de recordar, pero la habitación afuera era sólo
un borrón.
Él abrió la puerta a medio camino para que así pudiera
mirar.
— ¿A quién conoce?
Dio una rápida mirada por la habitación antes de retirarse.
—Rosemary Turner tiene dos enormes Neapolitan Mastiff. Ellos
son como grandes ositos de peluche. Fui a una fiesta en su casa con mi padre el
año pasado y pasé todo el tiempo jugando con los perros.
—Bien. ¿Quién más?
—Gino Martin y su esposa tienen un estudio de arte. Tienen
un muy buen ojo para el arte contemporáneo.
—De acuerdo —dijo Peter—. Va a hablar con Bowles sobre sus
nietos. Luego va a hablar con Rosemary de sus perros. Luego hablará con los Martins
sobre cualquier nuevo arte que hayan adquirido. Para entonces será el momento
de que salga.
Sonaba fácil, sonaba simple, como algo que ella podía hacer.
Le gustaba hablar con la gente cuando estaban solos y no todos reunidos en una
multitud dentro del mismo espacio.
—No es un salón lleno de gente —murmuró Peter, colocando su
mano sobre sus omoplatos de nuevo. Su vestido era escotado en la espalda y ella
se dio cuenta repentinamente de su palma contra su piel desnuda—. Son tres
conversaciones privadas con personas que conoce y le gustan. Bowles, Rosemary,
los Martins. Y luego ya está.
Ella se enderezó, tomando una respiración más.
— ¿Qué pasa si ellos no quieren hablar conmigo?
—Por supuesto que quieren hablar con usted. —La voz de Peter
sonó inexplicablemente más gruesa así que ella miro a su cara, no muy lejos de
la suya.
—Lo creas o no, nunca he sido la persona más popular en
ninguna fiesta. —Ella trató de hacer una sonrisa irónica y casi lo logra.
El sacudió su cabeza.
—Eso es sólo porque se esconde de la gente. No los deja
conocerle. Mariana, si los dejase ver quién es en realidad, cada persona en ese
salón la adoraría.
Tragó saliva y lo miró fijamente con los ojos bien abiertos,
su corazón acelerado de nuevo, pero por una razón completamente distinta.
Ella vio algo en sus ojos, algo real, profundo,
irresistible.
— ¿De veras? —susurró estúpidamente.
—Te adorarían. Juro que es verdad.
Lali se tambaleó hacia él, queriendo besarlo tanto que casi
empuja su cara sobre la de ella. Su sangre corría por sus venas y una oleada de
placer barrió sobre ella. Sólo una carcajada de no muy lejos fuera de la puerta
la detuvo, distrayéndola.
Peter sacudió un poco su cabeza de forma extraña, y esa
mirada particular desapareció de sus ojos.
— ¿Lista?
Estaba un poco desorientaba por la ola de sentimientos que
acababa de experimentar pero al menos no estaba aterrada.
—Lista.
Luego caminó fuera hacia el salón.
Ella lo hizo por cuarenta y siete minutos en vez de sólo
media hora. Podría haberlo hecho incluso por más tiempo porque Parker Bowles no
hubiera parado de hablar de sus nietos. Había hablado con Rosemary y los
Martins primero porque Parker estaba ocupado cuando salió.
Lali estaba en medio de una conversación con él,
increíblemente no estimulada por el anciano de buen corazón pero al menos
cómoda en una conversación segura, lo cual era raro para ella en tal reunión,
cuando Peter se acercó a su lado inesperadamente.
—Es tiempo de irnos, Srita. Esposito —murmuró en voz baja,
la que siempre usaba en público—. Si nos disculpa, Sr. Bowles.
Parker le dio una despedida amistosa y dijo que esperaba
verla de nuevo, incluso sonaba como si lo dijera de verdad.
Lali se fue con Peter sin argumentar. Él nunca la había
alejado así antes, así que debía tener una buena razón para eso ahora.
Peter tenía la mano en su espalda mientras caminaban hacia
la puerta frontal de la casa, empujando más que apoyando. Cuando llegaron al
auto estacionado frente a la entrada, ella sonrió a Pete, uno de los
guardaespaldas, que estaba entrando en el asiento de pasajero de adelante.
—Hey —dijo ella—. ¿Te atascaste en el turno de noche hoy?
—Algo así.
Lali no tuvo oportunidad de seguir con el saludo porque Peter
puso sus manos en su cintura y levantó su cuerpo hacia el asiento trasero del
auto.
Ella resopló sorprendida mientras se enderezaba, pues casi
había sido plantada de cara en el cómodo asiento.
No tuvo oportunidad de acomodarse, sin embargo, Peter se
metió en el auto justo después de ella, forzándola a deslizarse para hacerle
lugar a él.
Ella trató de bajar la ventanilla entre los asientos
delanteros y traseros para saludar a Roger, pero Peter la detuvo poniendo sus
grandes manos sobre las suyas.
— ¿Qué demonios? —replicó ella con el ceño fruncido.
Peter levantó su mano en un gesto silencioso que decía que
tendría que esperar.
Ella apretó los labios pero no protestó. Esperó hasta que
Roger encendiera el auto y manejó fuera de las puertas frontales de la mansión
de su padre.
El celular de Peter debió haber estado vibrando porque lo
saco y miró pero inmediatamente lo deslizó de nuevo en su bolsillo.
— ¿Podemos hablar ahora? —preguntó ella, sonando un poco
irritable.
—Sí.
Ella bajó la ventanilla y saludo a Roger, preguntando si su
esposa se sentía mejor.
Cuando se había asegurado de haber mejorado, Lali subió la
ventana y le dio a Peter una mirada desafiante.
Él le devolvió la mirada con suavidad.
—No hay manera de que consigas sacarme sin darme una
explicación —dejó escapar ella.
—Había un peligro potencial, así que necesitábamos sacarte
rápidamente.
—Gracias por esa útil pieza de información. Obviamente,
sabía eso. Quiero saber qué era este supuesto peligro.
—Es.
Ella lo miró fijamente. Su pulso se aceleró un poco, pero no
era realmente por miedo. Realmente no podía imaginar que una amenaza aleatoria
hace dos meses pudiera realmente ser peligrosa.
Pero estar con Peter la excitó de una manera que no debería.
—Fue, es. Como sea. Dime qué pasó. —Ella levantó sus caderas
para enderezar su elegante falda que se había agrupado en torno a sus músculos.
Cuando Peter no respondió, ella gruñó frustrada—. Demonios, Peter ¿Qué pasa?
¿Mi papá fue amenazado de nuevo? ¿Está bien?
—Sí, y sí. —Se detuvo un momento—. La amenaza no estaba
dirigida a él.
Ella hizo una mueca.
—Supongo que eso significa que estaba dirigida a mí de
nuevo. Todo esto suena muy superficial. Hay alguna evidencia de que estoy en
peligro real. Él recibe cartas locas todo el tiempo. Un chico le escribió y
exigió que hiciera una película sobre el Titanic pero que Leo jugara con el
iceberg esta vez, y si no lo hacía empezaría a asesinar todos los Bichon Frises
en L.A. Realmente no creo que necesites estar desperdiciando tu tiempo
respondiendo a cada loco que le envía una carta a mi padre.
—No es un desperdicio de tiempo. Es mi trabajo. Su padre me
ordenó que la proteja, así que eso es lo que hago. No importa si él piensa que
la amenaza proviene de una ardilla rabiosa, mi trabajo es asegurarme de que
está a salvo de esta.
No había nada de luz o calor en la ilegible expresión de Peter,
pero la elección de sus palabras hizo que ella soltara una risa de sorpresa.
El teléfono de Peter debió haber estado vibrando de nuevo
por que lo sacó y comprobó de nuevo.
Mientras lo hacía, Lali miró por la ventanilla del auto.
—Espera un minuto. ¿A dónde vamos? Necesito ir a casa.
—No puede ir a casa.
— ¿Qué? ¿Por qué no? —Estaba empezando a ponerse nerviosa
por primera vez
—Su apartamento es muy difícil de asegurar, pues demasiadas
personas viven en el edificio.
— ¿Dónde vamos? —Su idea principal no era el miedo de que
pudiera ser asesinada pero si de que tendría que ir a un lugar extraño con
gente que no conocía, después de haber tenido un duro día. Quería la comodidad
familiar de su hogar.
—A la cabaña. Esta persona no nos está siguiendo en este
momento entonces no va a tener idea de dónde vamos.
Ella soltó un suspiro.
—Oh. Bien.
Su padre tenía una cabaña en el desierto, estaba en medio de
la nada y ella amaba el sentimiento de privacidad y paz que ofrecía. Cuando la
vida la agobiaba mucho, siempre iba a la cabaña para recuperarse.
Peter puede que no la hubiera elegido porque la hacía sentir
segura, pero apreciaba la decisión de todas formas.
— ¿Es suficientemente segura? —añadió ella.
—Mejoré el sistema de seguridad el mes pasado. Es tan segura
como la casa de su padre.
—Está bien, entonces. Estoy bien con lo de ir a la cabaña,
pero voy a salir del auto en la próxima luz roja si no me dices qué demonios
está pasando.
Por primera vez, la boca de Peter se torció en lo que
pareció desgana. Sintiendo que estaba cediendo, ella persistió.
—No soy una niña Peter y a pesar de lo puedas pensar basado
en mi comportamiento en la sociedad, no estoy psicológicamente afectada.
Él se sacudió un poco como si lo hubieran abofeteado.
—Nunca he pensado eso —rechinó—. Y no aprecio que tú digas
lo contrario.
—Entonces dime qué clase de amenaza recibió mi padre. Tiene
que ser mala para causar este tipo de sobrerreacción, y puedo ayudar, no puedo
hacer nada, si no se dé que se trata. —El apartó la mirada brevemente.
—Peter —dijo ella, poniendo una mano sobre su brazo—.
Necesito saber.
—Sé que es así. Le dije a tu padre que necesitábamos
decírtelo, pero es malo, y él no quería involucrarte de ninguna manera.
Lali dejó escapar un largo suspiro, su pecho dolía un poco
mientras pensaba en lo duro que esto debe haber sido para su padre.
—Así que es malo. Puedo manejarlo. Soy tímida, no débil Peter
—Sé que no lo eres. —Parecía como si estuviera hablándose a
sí mismo, todavía mirando la ventana.
Entonces debió haber decidido su curso de acción porque giró
su cara hacia ella.
—No ha sido sólo una amenaza hace dos meses y otra hoy. Han
sido una serie de ellas.
— ¿Qué son?
—Al principio, eran una serie de regalos enviados a la casa
pero dirigidos a ti. Lucían como regalos románticos pero con algo mal en cada
uno, como dos docenas de rosas con una muerta en el ramo o una caja de
chocolates con un ratón muerto en el contenedor.
Ella se estremeció ligeramente ante la imagen pero fue
rápido,
— ¿Qué más?
—Después de eso, hubo una serie de fotografías enviadas a tu
padre. De ti. Fotografías que esta persona no debía ser capaz de tomar.
— ¿De mi haciendo qué?
—Comprando en la tienda de arte, enseñando en el Centro,
caminando hacia el edificio de Maria.
Ella tragó saliva.
— ¿Así que alguien estaba acechándome?
—Está acechándote. Sí.
— ¿Qué es lo que quiere?
— ¿Qué es lo que un acosador siempre quiere?
Continuará...
mas nove ;)
ResponderEliminarholiiiiis
ResponderEliminarme encanta la nove
que lindo que peter la apoye a lali :D
aaah quien sera ese que la persigue a lali ?
subi maas novee
besos
:0 se pono cada vez mas interesante .mmmmmmmqssss
ResponderEliminarMás!!
ResponderEliminar+++++++++++++
ResponderEliminarMaraton? :) porfa
ResponderEliminarOtro ya ya ya ya!! :))
ResponderEliminarArii
a me encantoo
ResponderEliminarpara mi Peter no lo hace porque el papá de Lali le ordena protegerla lo hace porque el quiere :P
masssssssssss
@x_ferreyra07
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarOMG!! mássss
ResponderEliminarnah, Peter esta enamorado de ella!!! (soy re intuitiva) o solo le recuerda a alguien!!
@rochi16ta
ahhhh me encantaaa subiii mas porfaaaa!
ResponderEliminarQue bueno que volviste, me encanta, para mi que Peter la quiereee. Estoy apunto de subir una adaptación; soy nueva en esto por si quieres leer. Gracia y me encanta la novee.
ResponderEliminarMass!!
ResponderEliminarAwww no sabia q estabas subiendo otra noveee... me encantaaa!! Para mi que peter ya esta enamorado de ella.
ResponderEliminar. Y que feo eso de las rosas y el raton.
. MIEDOOO!
Me avisas x twitter xfa? @Valladares_Gabi
Maaaaaaaaaaaaas...
ResponderEliminarAngy.. =D
La quiere a ella!!!!
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