Capítulo 11:

Y eso fue lo que rompió la tensión estremeciéndose entre ellos.

Con una explosión de denso sonido, él se agachó por ella y la empujó arriba en un beso. Se agarró a él con urgencia, arañando en sus hombros mientras los sentimientos y sensaciones que la abrumaban, finalmente se liberaron.

Se las arregló para empujarlo en la cama con ella, y parecían no poder parar de besarse. Él estaba caliente y pesado sobre ella, y tiró de su camisa hasta que se las arregló para quitársela. Deslizó sus manos a lo largo de la piel tensa de su espalda.

Su boca la devoró, pero la suya era tan voraz como necesitada.

—Joder, Lali —murmuró, finalmente rompiendo el beso pero su boca hizo su camino a lo largo de su mandíbula y abajo el palpitante pulso en su cuello—. Eres tan dulce. Tan hermosa.

Gimió de placer, a ambas, a las palabras y las sensaciones, y luego se arqueó sin poder evitarlo cuando él bajó su cabeza aún más y tomó un pezón en su boca a través de la tela de la bata.

Ya dolorida por la excitación, ella trató de envolver una de sus piernas alrededor de su cadera, retorciéndose debajo de él mientras la acariciaba y bromeaba.

Cuando las sensaciones eran casi demasiado, ella tiró de su cabello hasta que levantó su cabeza. Su piel estaba empapada y sus ojos azules intensamente ardientes.

Él sólo la miró fijamente, como si no pudiera apartar la mirada.

Ella utilizó la distracción para agarrar su camisa y comenzar a deshacer los botones. La ayudó con ello hasta que ella pudo caer al lado de la cama, y luego él empujó su camiseta fuera sobre su cabeza, dejándole a ella frotar sus palmas sobre la deliciosa textura de su pecho.

Limpio su rostro con el dorso de su antebrazo.

—Mierda. Voy a ponerte toda sudada y sucia. Debería haber tomado un baño primero.

Una oleada de regocijo se apoderó de ella; una necesidad de aliviar la intensidad, y rió sin poder evitarlo empujándolo en un abrazo.

—Definitivamente no puedo esperar a que tomes una ducha. No puede esperar del todo. Te quiero ahora. —Para probar su punto, frotó su excitación descaradamente contra su cadera.

La besó de nuevo, sosteniendo su cabeza en el lugar con una mano. Cuando sus labios se abrieron, él murmuró:

—Te quiero también. No tienes idea de cuánto.

—Puedo sentir un poco de cuánto. —Se las arregló para poner su mano entre sus cuerpos y presionó contra el bulto de su erección.

—Sólo un poco, ¿eh? —A pesar del tono irónico, su respiración se atascó audiblemente cuando ella lo acarició.

—Tal vez un poco más que poco.

Se rió mientras la besaba, pero su abrazo rápidamente giro fuera de control de nuevo.

Mientras la urgencia tomaba el control, ella se movió con sus pantalones hasta que se deshizo de ellos y luego trató de empujarlos abajo sobre su cadera. Él estaba demasiado distraído tratando de besarla y empujar su bota sobre su cabeza simultáneamente para ayudarla, así que tenía algún problema consiguiendo sacar sus ropas. Eventualmente se las arregló.

Con ambos desnudos al fin, su abrazo creció con hambre, ardor, la sensación de su piel contra la suya era una deliciosa forma de tortura. Cuando bajó su boca a sus pechos de nuevo, ella jadeó.

—Por favor, te necesito ahora, Peter

—Pero tú no estás listas para mí todavía, ¿verdad? —Levantó su cabeza para mirar abajo hacia ella, una ligera preocupación ensombreció el deseo irradiando de él. Alcanzó entre sus piernas y deslizó sus dedos a través de su carne excitada, probando su disposición.

Ella resopló con risas y excitación mientras él la acariciaba. Sentiría cuán mojada estaba, a pesar de su juego previo breve y un poco torpe.

—Te necesito ahora —repitió ella, arañando su trasero en un intento de empujarlo en su lugar.

Comenzó a establecerse entre sus piernas cuando él se retiró sin advertencia.

—Condón.

Ella no podía creer que casi lo había olvidado. Nunca había estado tan completamente abrumada con necesidad y sentimientos antes. Siempre había disfrutado del sexo mucho, pero nunca había tomado todo lo demás.

—En el cajón —dijo, asintiendo hacia la mesita de noche.

Él agarró un condón y lo enrolló rápidamente. Luego se reposicionó y utilizó su mano para alinear su erección a su entrada.

Separó sus muslos haciendo espacio para él, y ahora balanceaba sus caderas para encontrarse, desesperada por sentirlo dentro de ella.

— ¿Estás segura de esto, cariño? —preguntó con voz ronca, sus ojos fijos en los de ella, justo en la cúspide de conexión.

—Sí, si, por favor. Te quiero demasiado.

Se deslizó lentamente, empujando atrás una vez para reacomodar la penetración. Ella se arqueó por el placer y presión cuando su dura longitud se hundió más profundamente en su interior.

Cuando terminó su embestida, Peter se dejó caer sobre ella, respirando pesadamente. Podía decir que estaba tratando de recobrar la compostura, pero no podía esperar por que recuperara el aliento. Comenzó a mover sus caderas ansiosamente, tratando de montarlo desde abajo, ya sintiendo las sensaciones intensificarse.

—Joder, Lali Un momento… —La voz de Peter era espesa y sin aliento, y ladeó su cabeza hacia el lado, tratando de controlarse todavía con demasiado esfuerzo que su cuerpo temblaba visiblemente.

—No puedo —jadeo—. Necesito… necesito… —Su cuerpo se sentía fuera de control, de emociones como de sensación físicas.

Con un bajo gemido, Peter abandonó la lucha por controlarse. Toda la tensión que mantuvo enrollada firmemente dentro de él se soltó en ese momento. Comenzó a empujar duro, rápido, urgente.

Ella gritó cuando sintió que lo dejaba ir, ya que era exactamente lo que quería. Igualó sus movimientos mientras el mundo se quedaba reducido a nada más que ese ritmo, ese hambre, ese calor, los intensos ojos azules de él sosteniendo los suyos sin vacilar.

Esto era lo que ella quería, Peter despojado de su estoica mascara y plenamente con ella, con ella, al menos.

Gruñía mientras se movía sobre y dentro de ella, y ella arañó líneas abajo en su espalda y sobre su trasero cuando sintió un orgasmo improbablemente pronto. Sus movimientos eran carnales, primitivos, una perfecta expresión de sentimientos que finalmente se permitieron canalizar.

Se escuchó haciendo sonidos de sollozos mientras su cuerpo se sacudía con su clímax que se acercaba. Su boca se abrió con un grito silencioso cuando el placer rompió en intensas olas de placer.

Peter se congeló por un momento cuando su canal apretó fuertemente alrededor de él. Luego él lo perdió, sus caderas tiraron contra las suyas empujes un poco más rápido, más ceñidos cuando ahogó una exclamación rota.

Había bajado lo suficiente para ver su rostro retorcerse de placer. Ser testigo de su liberación era sólo tan poderoso como su propio orgasmo.

Siempre estaba tan controlado. Saber que él había perdido el control, con ella, fundió algo justo en su corazón.

Cuando la última oleada de placer se trazó a través, sus codos se doblaron, y apenas se sostuvo antes que su peso terminara sobre ella. Pero ella lo empujo debajo de todos modos, envolviendo sus brazos alrededor de él y queriendo sentirlo ahora tanto como lo había hecho antes.

Jadeó contra su cuello, presionando pequeños besos sobre su piel. Ella lo abrazó, amando cómo su cuerpo se ablandó en sus brazos.

Cuando él levantó su cabeza un poco, vio algo suave e irónico en sus ojos.

Continuará...

Ganas acumuladas se tenían estos dos.

Hoy me toca estudiar y resumir pero cada tanto pasaré a mirar si firmaron mucho o avísenme por twitter y les subo otro ;)

Ya tengo toda la novela editada asique depende solo de ustedes.

Buen domingo!

@amorxca

Juli ♥