Capítulo 12:

Sonrió en respuesta a la expresión y al desbordamiento de afecto en su pecho.

—Bueno, eso tardó dos minutos completos —murmuró, inclinándose para besar la esquina de su boca—. El desempeño más patético, de verdad.

Ella sonrió contra sus labios.

—No, no lo fue. Me encantó.

—A mí también. Pero dame un minuto o dos, y te prometo que puedo hacerlo mejor.

Rió y lo abrazó de nuevo, un cálido deleite se apoderó de ella cuando lo escuchó reír también.

Antes de que quisiera dejarlo ir, se empujó arriba y lejos hasta que ella lo soltó.

—Necesito hacerme cargo del condón —explicó.

Observó mientras se levantaba para disponer de él, admirando las fuertes líneas masculinas de su cuerpo desnudo. Debió haberla visto mirándolo porque arqueó sus cejas cuando regresó de nuevo a la cama.

—Tienes un muy bonito trasero —le dijo cuando se tendió a su lado y apoyó su cabeza en sus manos para mirar abajo a ella.

La esquina de su boca se torció.

—Gracias. Por el momento tiene unos pocos rasguños.

Sintió sus mejillas calentarse, dado que sabía que estaba diciendo la verdad. Había estado muy entusiasta antes.

—No puedes culpar a nadie más que a ti mismo. Estabas moviéndote demasiado lento.

—Nunca había sido acusado de eso antes, pero trabajaré en ello. —Suavemente empujó la sábana con la que ella se había cubierto, sus ojos demorándose en su pecho desnudo, el vientre y la ingle—. Tienes todo muy bonito —murmuró.

La ardiente mirada en sus ojos hizo que sus mejillas se calentaran incluso más. Se habría sentido autoconsciente si no fuera por la obvia apreciación en su expresión. Antes de que pudiera pensar en cualquier cosa ingeniosa para decir en respuesta, él se inclinó abajo para rozar sus labios contra los suyos.

El beso era suave, casi dulce, y se sintió un poco derretida cuando levantó su cabeza unos centímetros para mirar abajo de ella. Cuando bajó su rostro por otro beso, ella se acercó y pasó sus dedos por su ondulado y oscuro cabello.

Acarició el interior de sus labios con su lengua. Ella abrió su boca instintivamente y suspiró de placer cuando él profundizó el beso. Duró bastante tiempo, sin una necesidad creciente esta vez, pero eventualmente él se alejó de su boca así podría besar su camino abajo por su cuerpo.

Se tomó su tiempo, acariciando y burlándose de ella con sus hábiles labios y sus fuertes manos. Para el momento en que alcanzó su vientre, Lali estaba pulsando con excitación de nuevo y sacudiendo su cabeza sin cesar en la almohada.

Separó sus muslos y la acarició íntimamente con sus dedos. Ella jadeó cuando deslizó sus dedos dentro de su húmedo canal. Luego bajó su boca a su clítoris, burlándose con su lengua. Dio un pequeño jadeo a cada sacudida de placer.

Pronto las sensaciones habían fundido en un clímax cada vez mayor. No podía quedarse quieta y no podía estar tranquila, ya que se intensificó, por lo que se agarró a la ropa de cama con una mano y con la otra sostuvo la cabeza de Peter en su lugar entre sus muslos.

Estaba acariciándola con dos dedos y succionando su clítoris, y pronto se vino tan fuerte que tuvo que sofocar un grito mordiendo su labio.

Su cuerpo se relajó deliciosamente mientras las olas de placer finalmente cesaron, y Peter levanto su cabeza, limpiando su boca con el dorso de su mano.

—Oh Dios, gracias —suspiro, revelando la satisfacción física y la emoción de lo que Peter había hecho por ella—. Eso fue increíble.

—Te dije que podía hacerlo mejor. —Estaba sonriendo mientras beso su camino de regreso a su boca. Ella todavía pudo saborearse en sus labios, e incluso no le importó.

Él estaba duro de nuevo. Coló una mano entre sus cuerpos así podría masajear su erección mientras se besaban. Su cuerpo se fue tensando, aunque no tan intensamente como antes. No iba a perder el control todavía.

Después de unos pocos minutos de besarse, ella alcanzó un condón y lo hizo rodar así él podría ponérselo. Luego se empujó encima de él hasta que estaba a horcajadas sobre sus caderas, y sostuvo su erección en su lugar y la ayudó a bajar sobre él, envainando su dura longitud en su cuerpo.

Se movió sobre él lentamente, tratando de encontrar un ángulo placentero y ritmo. Era normalmente consciente de sí misma encima, pero adoraba la manera en que él la miraba, sus ojos acariciando su cara caliente, sus pechos desnudos, y el lugar más abajo donde estaban unidos.

Él levantó una mano para acunar su rostro, y su expresión tenía tanta ternura que le quitó el aliento.

Nunca conoció, simplemente nunca conoció, a este hombre apasionado que existe debajo del estoico Peter que siempre había sido antes.

— ¿Puedes venirte, cariño? —preguntó, cuando ella fue más despacio porque sus muslos estaban cansados.

—No aún. —Acarició su pecho, los firmes músculos, las ondulaciones de sus costillas, el grueso pelo oscuro que le encantaba sentir debajo de sus palmas—. Pero estoy bien. Puedes venirte si lo necesitas.

Sacudió su cabeza.

—Te dije que podía hacerlo mejor esta vez. —Levantó sus caderas hasta que se deslizó fuera, y luego los giró a ambos, así ella estaba de espaldas y él estaba sobre ella. Extendió sus piernas un poco más abiertas e inclinó una arriba, hacia el pecho de ella. Entonces la penetró de nuevo.

Se movió con él cuándo comenzó los empujes, y pronto la tierna mirada en sus ojos cambió a hambrienta y urgente. Eso pareció estimularla porque la fricción causó que sus nervios se dispararan en rápida sucesión.

Había estado sosteniéndose de sus hombros, pero ahora comenzó a arañarlos de nuevo. Envolvió sus piernas alrededor de su cintura, enganchándolas en el segundo intento. Se deslizó un poco más profundo, y ella soltó un grito en respuesta.

—Bien —gruñó—. Bien, cariño. Acaba para mí. —Sus caderas estaba trabajando duro y rápido, y la tensión estaba sólo al borde de la liberación.

Se vino, temblando y gritando mientras el clímax barrió sobre ella. Él se mantuvo embistiendo contra las contracciones, extendiendo la duración mientras cabalgaba fuera de su orgasmo.

Entonces, finalmente se dejó llegar también, dejando ir cualquier exclamación rota que sonó casi como su nombre.

De nuevo, fue capaz de observar el clímax de él. De nuevo, se deleitó en la vista de su familiar rostro tan completamente abrumado con lo que estaba sintiendo.

Envolvió sus brazos alrededor cuándo terminó, y esta vez ninguno de ellos necesitó hablar.

Estaba exhausta y completamente saciada cuando se hizo cargo del condón y regresó a la cama con ella. La tomó en sus brazos y la sostuvo cerca.

Se acurrucó contra él, sintiéndose como que debería decir algo pero sin encontrar la energía. Estaba aniquilada del día y la noche muy larga, pero no quería estar sola. No quería dejar sus brazos.

Después de un tiempo, Peter se movió contra ella y le acarició el cabello.

— ¿Estás bien?

—Sí. Estoy bien. Demasiado bien. —Acarició su vientre plano y escuchó su corazón latir debajo de su oído—. ¿Qué sobre ti?

Levantó su cabeza lo suficiente para besar su cabello.

—También estoy bien.

No pasó mucho tiempo hasta que cayó dormida.

Cuando Lali se despertó una hora después, todavía estaba presionada contra el costado de Peter. Podía sentirlo tratando de moverse lejos, incluso en su estado semiconsciente, así que lo agarró y trató de sostenerlo en su lugar.

—No te vayas —murmuró—. Te quiero aquí. —Se acurrucó contra su fuerza y calor.

Su brazo, el único que todavía estaba alrededor de ella, se apretó palpablemente.

—Estoy aquí, Lali Estoy aquí.

Suspiró de alivio cuando sintió su cuerpo relajarse, y cayó en el sueño de nuevo.

La siguiente vez que Lali despertó, Peter se había ido para siempre.

Continuará...

Y si, ya la tenía que cagar. 

Que lindo es leerlas ♥