Capítulo 16:

Él agarró sus muñecas y las tiró hacia abajo mientras intentaba sacudirlo un poco más.

—Lali, ¿qué te pasa? —Era más fuerte que ella, así que se las arregló para dejar de agitarla—. Lo creas o no, no estoy dispuesto a compartir mis sentimientos personales y no era precisamente fácil para mí decirlo. ¿Realmente me estás llamando idiota?

—Porque eres un idiota. ¿Qué si quiero más de ti también?

Él tomó su cara entre las manos.

—Sé que somos realmente muy buenos juntos. Y, después de anoche, tú también lo sabes. ¿Pero no entendiste lo mucho más que hay en juego para mí?

—Sí, te oí. Tú no me estás escuchando. Estás tan atrapado en tu saga maldita que nunca siquiera se te ocurrió que quizá podría adorarte también.

— ¿Qué dijiste? —Se congeló, toda la tensión dentro de él estremeciéndose en su postura firme, en sus ojos azules.

Ella sacó las muñecas de su agarre y tomó sus manos en su lugar, por lo que sus manos estaban apretadas entre sus cuerpos.

—Me oíste. También te adoro. Hablando de cosas que son difíciles para uno hacer, ¿tienes alguna idea de lo difícil que fue para mí venir aquí para hablar contigo, después de que me rechazaste? Yo... casi no podía hacerlo. No hay otro hombre en el mundo, por quien habría ido en contra de mi naturaleza, ninguno, excepto mi padre. Pero pensé... sabía... que lo mereces. A pesar de que eres un idiota.

—Entonces, ¿qué estás diciendo? —Siempre fue tan rápido que ella sabía lo difícil que lo había golpeado, ya que él no era capaz de seguir el ritmo de la conversación.

—Estoy diciendo que esto no sería casual para mí. Sería tan serio como lo es para ti. También estoy en esto todo el camino.

— ¿En serio?

Lali lo miró, tratando de leer el aturdido temor en su rostro.

— ¿Por qué es tan difícil de creer?

—Porque eres... eres tú. Y podrías tener a cualquier hombre que quisieras.

Su boca se torció al darse cuenta de que él realmente creía que tal cosa era cierta.

—Incluso si esa tontería es cierta, lo cual no es, todavía no importaría. Debido a que el hombre que quiero eres tú.

— ¿Está segura? No soy romántico, encantador, o particularmente explícito sobre mis sentimientos. —Algo había cambiado en su comportamiento, sin embargo. No estaba haciendo tan buen trabajo conteniéndose de nuevo. Había deslizado un brazo alrededor de su cintura y se peinaba el otro lado a través de su pelo—. Además, soy demasiado viejo para ti.

—No quiero un conversador encantador y romántico. Hablar demasiado me vuelve loca. Lo sabes. —Sintiendo que su batalla ya había sido ganada, se permitió darle una sonrisa dulce—. Y no creo que seas demasiado viejo. No puedes tener más de cuarenta.

Él hizo un sonido ahogado.

— ¿Cuarenta? Ni siquiera tengo treinta y cin… —De pronto, debió haberse dado cuenta que le estaba tomando el pelo. No había sido capaz de mantener su sonrisa inocente—. Maldita sea, Lali

Ella se echó a reír sin poder hacer nada, y la tomó en un abrazo apretado.

—Por favor, deja de inventar excusas ridículas —dijo ella, ahogada por la camisa—. Si no me quieres, lo aceptaría. Pero no voy a aceptar ninguna otra cosa. Así que sólo dime la verdad. ¿Me quieres?

—Más que nada.

—Entonces estamos bien. Porque también te quiero.

Peter inclinó la cabeza hacia atrás para poder mirarla a la cara, y vio todo lo que necesitaba en sus ojos. Sin máscara estoica. Sin resistencia. Sin ocultarse más.

Ella levantó la mano y tiró de su cabeza hacia abajo en un beso.

Él respondió de inmediato, tomando la iniciativa con manos fuertes y la boca hambrienta. Ella se quedó sin aliento cuando finalmente se echó hacia atrás y la tomó en otro abrazo.

— ¿Así está bien? —le preguntó al fin, aferrándose a él porque se sentía demasiado débil como para permanecer aún en pie—. Sé que es mucho pedir para ti, así que si realmente no quieres…

—Por supuesto que quiero. Es lo que he deseado durante tanto tiempo. Simplemente no creí que alguna vez fuera a suceder.

—Bueno, eso es porque eres un idiota.

Él se rió, y sus brazos se apretaron aún más alrededor de ella.

—No voy a discutir contigo acerca de eso.

Ella se enderezó, aunque seguía sosteniendo su camisa. La tela estaba húmeda y arrugada irremediablemente.

— ¿Crees que tal vez podríamos salir del baño ahora? Me gustaría algo así como sentarme.

Estaban sonriendo cuando salieron del baño, ambos luciendo un poco desgastados. Una enfermera que pasaba enarcó las cejas por las nubes cuando los vio.

Volvieron a la habitación de su madre y se sentaron. Lali estaba tan agotada por la intensidad de las últimas veinticuatro horas que era casi incapaz de hablar. Peter parecía comprender que necesitaba silencio para restablecer su equilibrio, y no intentó comprometerla por un largo tiempo.

Ella pensó que probablemente él también agradeció el silencio.

Después de aproximadamente media hora, su madre comenzó a despertar. Estaba desorientada al principio, pero aceptó la taza de té caliente que le preparó y pareció muy complacida por el placer inesperado de su visita en la mitad del día.

Ella parecía más lúcida que cuando Lali la había visto la noche anterior, y con el tiempo sus ojos se posaron en Lali

Continuará...