Capítulo 13:

Eran más de las nueve cuando Lali se despertó.

Ella nunca dormía hasta tan tarde, pero no se había ido a dormir hasta casi las cuatro, así que todavía estaba mareada, desorientada, y con un poco de dolor cuando por fin salió de la cama.

Su primer pensamiento fue buscar a Peter, pero, obviamente, él no estaba en el dormitorio. Su ropa, que había cubierto el suelo la noche anterior, también había desaparecido.

Probablemente se había levantado y vestido temprano. Se puso su pijama y luego encontró una bata para ponerse encima, ya que Peter podría no ser el único en la cabaña esta mañana. Se dirigió con los pies descalzos a la sala de estar para ver a Pete en el sillón, leyendo un periódico.

—Buenos días —dijo con una sonrisa, dejando el periódico.

—Buen día. —Le devolvió la sonrisa, pero sus ojos recorrieron la cocina y la sala de estar, con la esperanza de ver a Peter. Él no estaba allí—. ¿Cómo va todo?

—Muy bien. Tu padre pidió que lo llames cuando despiertes.

Ella asintió al escuchar ese dato y se fue a la cocina para servirse una taza de café. Mientras lo bebía, caminaba de una ventana a otra, comprobando si Peter estaba afuera en alguna parte, pero sin querer que su búsqueda fuera demasiado obvia.

No lo vio, pero la propiedad era grande. Tal vez él estaba haciendo algo fuera de su vista.

Tomó su taza de café en su habitación para ducharse y vestirse. Media hora más tarde, reapareció y salió a buscar una segunda taza de café. Pete seguía allí, y Peter todavía no aparecía a la vista.

Incapaz de contener la pregunta, le preguntó casualmente:

— ¿Está Peter haciendo guardia en alguna parte?

Pete miró vagamente sorprendido, como si ella debería haberlo sabido.

—Oh, no. Se fue a la comisaría temprano.

—Oh. —Dejó escapar un suspiro de alivio. Tal vez pensó que estaría de vuelta antes de que ella despertara—. ¿Así que volverá pronto?

Pete se movió, un poco incómodo. Todavía parecía un poco sorprendido, como si hubiera asumido que ella conocía toda esta información.

—No lo creo. Decidió tomarse un par de semanas de descanso, ya que por fin atrapamos a este tipo. No ha tenido vacaciones en años. —Ofreció ese último comentario casi con suavidad, como una ofrenda de paz.

—Oh. —El pecho de Lali comenzó a doler—. Está bien.

Se fue al dormitorio y corroboró la cama, la mesita de noche y el armario, buscando una nota que pudiese haber perdido. Tomó el teléfono y comprobó los mensajes, pero no había nada.

El dolor en su pecho estaba cayendo a su estómago, pero fue a ver si la nota estaba en la cocina o sala de estar, aunque no podía imaginar que la hubiese dejado allí.

Pero tampoco podía imaginar que la hubiese dejado sin decir palabra. Después de lo que habían compartido la noche anterior.

Incluso revisó su correo electrónico, en caso de que él hubiese querido dejar un mensaje más largo. Pero no había ninguna palabra de ningún tipo de Peter

Se sentó en la cama, tratando de pensar, tratando de no reaccionar de forma exagerada.

Pero no había forma de que esto pudiera ser bueno.

Incapaz de procesarlo, sin embargo, llamó a su papá. Él le dijo que había ordenado a su abogado personal que se encontrara con ella en la estación de policía esa mañana para que pudiera explicar lo poco que sabía acerca de los incidentes de la noche anterior. Dijo que Roger y Pete la llevarían, ya que Peter estaba de vacaciones.

No parecía sorprendido ni parecía pensar que la ausencia de Peter era extraña.

Le preguntó si le importaría venir a su casa para pasar un par de días con él. Había estado preocupado por ella. No lo dijo, pero se notaba.

Le dijo a su padre que estaría feliz de quedarse en la casa por un tiempo, y luego colgó.

Miró su teléfono de nuevo, pero todavía no aparecía ningún mensaje de Peter

Tal vez estaba pensando en encontrarla en la estación de policía.

Ella no se compartía con ligereza ni saltaba hacia cualquier cosa sin sentirse segura. Había estado segura de Peter. Había confiado completamente en él.

No podía creer que la había dejado así.

Aún con la esperanza de que las cosas no eran como parecían, se fue a la comisaría. Tomando el informe se movió lentamente, de modo que estuvo allí por un par de horas.

Peter nunca hizo acto de presencia.

Finalmente, estaba en su camino de regreso a Los Ángeles, Roger conducía el auto y Pete estaba en el asiento delantero.

Lali estaba sola en la parte de atrás, y no había oído una palabra de Peter

No era un desconsiderado o un hombre insensible. Él no le habría hecho esto sin darse cuenta de cómo se sentiría. Sabría que estaría esperando oír de él, escuchar algo después de la noche pasada. Lo que significaba que le estaba dando un mensaje silencioso.

Se había tomado un par de semanas de descanso para no tener que verla ni hablar con ella. Para darle tiempo a superar las cosas.

Él estaba tratando de hacerle caer fácilmente, de evitar a los dos una conversación dolorosa.

Dolía tanto que no podía respirar. No podía llorar.

Se sentía mal. Sólo se sentía mal. No podía haber estado tan equivocada. No sabía exactamente lo que había entre ellos, pero era tan real que habían hecho el amor la noche anterior. Ambos habían sido reales, sin ocultarse nunca más.

No podía creer que no había significado nada para él.

En ese pensamiento, marcó su número en su teléfono, que había estado sosteniendo en una mano. Temblaba al oírlo sonar, y también sentía un poco de náuseas. Odiaba hacer llamadas, sobre todo si no estaba segura de sí la otra persona quería saber de ella.

No tenía idea de lo que iba a decir cuando Peter respondiera, pero sabía que tenía que intentarlo.

Sonó hasta que fue al correo de voz, y entonces colgó.

Una hora más tarde, trató de llamarlo de nuevo. Esta vez, se dirigió inmediatamente al correo de voz.

No más dudas o preguntas. Peter no quería saber nada de ella. Incluso si hubiera habido una emergencia con su madre, le hubiese enviado un texto rápido.

Su silencio era claramente el mensaje.

Sentía los sollozos dolorosos que subían por la garganta. Por un momento, le dolía tanto que no podía tomar una respiración completa.

Había intentado tan duro. Se había resistido a la tentación de ocultarse. Le había mostrado su verdadero yo, no importó cuán vulnerable eso la hizo.

Y él sólo no la había querido.

Era demasiado para controlar por su cuenta, no importaba lo mucho que era su instinto. Dado que no podía hablar con Peter, llamó a su papá.

—Hola, calabaza.

—Hola. —Fue sólo la palabra, y ella pensó que sonaba bastante normal.

— ¿Qué hay de malo?

—Nada —mintió.

— ¿Qué pasa? ¿Pasó algo en la comisaría? Oscar dijo que todo salió bien.

—Estuvo bien. Nada salió mal. —Tuvo que tragar con las palabras con el fin de contener la emoción en aumento.

No pudo contenerse. Sus hombros se estremecían y su rostro se torció cuando lanzó unos pocos sollozos mudos.

Su padre se quedó callado por un momento. Luego dijo suavemente:

—Por favor, dime lo que pasó.

Trató desesperadamente de recobrar la compostura. Cuando pensó que se tenía bajo control, empezó a decir:

—No es la gran cosa. Es sólo que... Peter...

Decir su nombre era demasiado terrible, admitiendo lo tonta que había sido era demasiado terrible. No podía continuar. Se ahogó en unos pocos sollozos más.

Su padre no la presionó. Él sólo esperó en silencio hasta que ella dejó de llorar.

Pero aún no podía decir nada. Hablar era demasiado duro. Las palabras no podían expresar sus sentimientos, y no querían ser pronunciadas.

—Nunca me esperé que me dieras detalles sobre tu vida personal —dijo al fin—, y sé que es difícil para que ti poder compartir las cosas que son profundas. Sé que pudo haber sido más fácil si hubieras tenido una madre con quien hablar. Pero, si algo te ha hecho daño, no deberías tratar de llevarlo sola. —Se aclaró la garganta—. Soy tu familia, calabaza. Puedes hablar conmigo.

Se vino abajo por completo, sollozando en voz alta, sin poder hacer nada.

Todavía era tan difícil para ella hablar de ello, pero este era su padre. La amaba invariablemente. Nunca la había dejado. Nunca la había defraudado. Nunca había dejado de contestar cuando llamó.

— ¿Qué pasó con Peter? —preguntó su padre. Debió saber que estaba tratando de decirle.

Seguía llorando, pero se las arregló para desahogarse.

—Él no... No me quiere.

No respondió inmediatamente. Simplemente la dejó llorar hasta que logró recomponerse.

Luego le preguntó, casi con suavidad:

—Está bien, voy a hacerte una pregunta, y te prometo que es sólo porque quiero ayudar.

—Lo sé —le dijo ella, secándose los ojos.

—Porque eres tan tranquila, a veces la gente no sabe lo que estás pensando y sintiendo. Ellos no entienden que simplemente no te expresas con palabras. —Hizo una pausa por un momento—. ¿Estás segura de que él sabe cómo te sientes?

Se disolvió de nuevo, pero no se perdió totalmente.

—Él lo sabe. Yo fui buena. Yo... yo fui valiente. Realmente traté. Fui valiente.

—Oh, Lali, lo siento mucho.

Se enjuagó las lágrimas que corrían por sus mejillas. Su padre no dijo nada durante un minuto o dos. Sabía lo que estaba pensando, tratando de resolver las cosas en su mente, tratando de encontrar la manera de arreglar lo que era absolutamente irreparable.

Finalmente, dijo:

—No estoy seguro de que tienes la verdadera historia.

Continuará...

Ustedes son lo más! :)

Les dejo el cap y me voy a estudiar y hacer tarea, deseenme suerte! (altas ganas de dormir tengo) 

Buena semana! 

Juli ♥

@amorxca