Capítulo 24:

Peter paseó por la orilla y tiró otra piedra en el agua. Él estaba perdido en cuanto a cómo proceder con Lali. Se sentía como un idiota por cómo se había comportado la otra noche, seduciéndola después de la cena y luego dejándola colgada y seca y a sí mismo… cuando ella estuvo a punto de rendirse, cuando en realidad lo que quería era tenerla en sus brazos y decirle que sabía la verdad.

Pero no podía hacer eso.

Lali lo había engañado, manipulándolo como el mejor, y ahora tenía que desquitarse.

Además, no podía confiar en ella. ¿Qué tipo de mujer enviaría a dos matones a golpear al hombre que amaba? No podía tolerar eso.

—Nunca te había visto tan enfrascado en tus propios pensamientos, que ni siquiera sientes cuando otro dios se acerca.

Peter giró sobre sus talones y se enfrentó a su padre. Ese día, Zeus estaba vestido con pantalones cortos y una simple camisa polo, y hasta hacía lucir el atuendo como si venía directamente de una sesión fotográfica de moda.

—Zeus, qué sorpresa—. Y no era necesariamente una buena. —¿Qué es esta vez? ¿Te has aburrido en el Olimpo, y has venido en busca de un pequeño polvo hasta aquí?— Sería bueno llamarlo por su nombre.

—Mi querido hijo…

—No me gusta el sonido de eso—. Cada vez que su padre empezaba con esa frase, no estaba muy lejos de un sermón. —¿Por qué no te vas a molestar a uno de tus otros hijos?

Peter aumentó la velocidad, con la intención de dejar atrás a Zeus. Zeus, simplemente se rio y con facilidad apuró su paso al de Peter.—Somos tan parecidos y tan diferentes.

¿Diferentes? No, era una copia al carbón de su padre. No era de extrañarse que él mismo se odiara. —¿Y de qué manera somos diferentes, Zeus?— Él odiaba llamarlo padre, siempre lo había hecho. —¿Tal vez en la forma en que tratamos a las mujeres? ¿Tú te las coges primero, y yo las cojo después? ¿Eh? ¡Dime!— Escupió. —¿O tal vez crees que somos diferentes, porque tú llenas este mundo con tu descendencia y yo no?

Peter nunca había dejado a una mujer embarazada. No podía imaginarse tener un niño y luego dejarlo a él y a su madre, para valerse por sí solos, mientras que su padre lo había hecho ya tantas veces.

Zeus asintió con la cabeza. —Veo que estás muy enojado en este momento. ¿Podría tener algo que ver con esa mujer? ¿Cómo se llama? Oh, sí, Lali.

El cuerpo de Peter, se tensó. —¡Déjala fuera de esto y ve al punto!

—Pero ella es el punto.

Peter se detuvo y se volvió hacia él. —¿Qué quieres? ¿Cogértela también? ¿Es por eso que estás aquí? ¿No crees que la he jodido ya por mis propios medios?— Se le hizo un nudo en el estómago.

Cuando Zeus puso su mano sobre el hombro de Peter, casi se muere del susto, sorprendido por el gesto inesperado.

—Hijo, me temo que Hera ha interferido de nuevo.

—¿Recién ahora te estás dando cuenta de eso?— Peter ladró. La sola mención de su nombre le hizo hervir la sangre. —¡Ella me ha robado mi memoria!

—Y yo te ayudé a recuperarla de nuevo—, afirmó Zeus.

Peter sacudió el hombro de su agarre. —No lo hiciste. Lo hice por mí mismo.

Zeus, chasqueó la lengua. —¿Quién crees que envió la invitación para que encontraras a Agustín?

Peter se quedó boquiabierto. Su padre nunca le había ayudado antes. ¿Por qué lo haría ahora?

—Es así. Tuve que sacar la tarjeta del basurero y asegurarme de que la encontraras.

Recuperándose de su sorpresa, Peter enderezó los hombros. —¿Por qué simplemente no bajar y decírmelo?

—No podía ser tan obvio y alertar a Hera. Por suerte, me las arreglé para deshacerme de ella por un corto tiempo para hablar contigo. Tienes suerte de que ella no esté consciente todavía de que has recuperado tu memoria, pero ella lo sabrá tarde o temprano. No estoy seguro de cuánto tiempo podré mantenerla lejos de tus asuntos—. Él hizo una mueca. —No tienes ni idea de los sacrificios que he tenido que hacer para mantenerla ocupada para que no pudiera espiarte a cada minuto del día.

¿Sacrificios? Su padre no podía estar hablando de... —¡Puaj!

—Bueno, bueno. No siempre es tan mala, sólo tienes que encontrar la manera de hacerla ronronear como un gatito.

Peter levantó la mano. Ya había oído hablar más de lo que hubiese querido escuchar. —¡Por favor! No necesito saber los detalles—. Sólo la imagen de Zeus y Hera, sus cuerpos... puaj, ni siquiera podía completar el pensamiento.

—De todos modos—, continuó Zeus. —Hera ha estado usando a tu linda mujercita para vengarse de ti.

Furioso por la idea de que Hera estuviera perjudicando a Lali, fulminó con su mirada a su padre. —¡Le arrancaré la cabeza a Hera!— Él abría y cerraba el puño, apretándolo. —¿Qué le ha hecho a Lali?

—Más bien, cómo ha manipulado a Lali para que tome venganza sobre ti. Realmente no piensas que a tu dulce chica en realidad se le ocurrió la farsa completa por sí misma, ¿verdad?

—¡Sin embargo, ella envió a dos tipos a mis espaldas para darme una paliza!

Zeus, arqueó una ceja. —Pareces muy seguro de eso.

—Bueno, todas las pruebas...

Zeus hizo un movimiento de la mano desdeñosa. —...pueden ser engañosas.

¿Podría haberse equivocado? —Pero esos tipos lo admitieron...— ¿Podrían haberle mentido? Tenía que encontrar a esos tipos y hacerles unas preguntas. — Necesito...

—Todo a su tiempo. Pero nuestra conversación no ha terminado todavía.

—Tú no entiendes. Si ella no está detrás de la golpiza, he sido injusto con ella.

Zeus se rio entre dientes. —Oh, es cierto, has sido injusto con ella. Pero no sólo por eso. Le hiciste daño antes de eso.

Era cierto, pero a Peter no le gustaba escucharlo de su padre. —Tiene gracia que tú lo digas. ¿Cuándo es que nunca has herido a una mujer? Entonces, ¿cómo puedo evitarlo? ¡Yo soy tu hijo!

—Ha sido una excusa muy conveniente en todos estos años, ¿no es así?

Peter entrecerró los ojos, sin gustarle la dirección que la conversación estaba tomando.

—¿Qué estás diciendo? ¿Qué lo hice a propósito, qué por eso actué?

—Estoy diciendo que tienes miedo.

Antes de que él supiera lo que estaba haciendo, Peter se abalanzó sobre Zeus.

Se estrellaron en la arena. —Idiota— Peter sacó su puño hacia atrás, pero su padre tomó su mano y la mantuvo a raya.

—Al igual que tu madre, eres muy exaltado y lleno de pasión.

—¡No me parezco en nada a mi madre!— Sémele había sido débil. Ella había amado a Zeus, y eso la había destruido. No, él no era como su madre. No permitiría que sus emociones acabaran con él.

Zeus miró más allá de él en la distancia. —Su amor era tan rico, abarcando todo, y más de lo que podía tomar. Su corazón era demasiado grande, y ella no sabía cómo protegerlo del dolor—. Entonces su mirada se desvió de nuevo para conectarse con la mirada de Peter.—Sí, eres muy parecido a ella: el mismo gran corazón, la misma pasión.

Sólo que tú has aprendido a esconder esas cosas.

Peter saltó, sin querer escuchar nada más. —¡Eso es una mierda!

Zeus se levantó y se sacudió la arena de su ropa. —¿Lo es? Entonces ¿por qué inventas todas esas reglas para ti mismo?

—¿Qué reglas?

—La famosa regla de una noche. Entiendo por qué tenías que ponerla.

Peter resopló. —Voy a tener que decepcionarte, pero no hay ninguna razón particular detrás de esa regla. Yo la inventé para que los muchachos se rieran.

Zeus, meneó la cabeza. —Deja de mentirte a ti mismo. Inventaste esa regla para nunca experimentar el amor, para que tu corazón nunca sienta afecto por nadie—. Él señaló con el dedo el pecho de Peter.—Porque estás cagado de miedo de que ames de la misma manera que tu madre lo hizo: en cuerpo y alma, sin reservas.

Y te da miedo de que te pudieras enamorar de una mujer que tal vez no sienta lo mismo por ti.

Peter se tambaleó hacia atrás unos pasos, su estómago revuelto, las rodillas casi cedieron. —No... No...— Su aliento lo abandonó. —Te equivocas.

—Te conozco mejor que nadie. Tú eres mi hijo, pero no eres como yo. Sí, tienes tu encanto de mí, pero tu corazón, es el de tu madre. Es hora de que lo aceptes.

—Yo soy un mujeriego. Soy infiel... no soy bueno para ninguna mujer... Lali, estará mejor sin mí—. Es lo que había creído toda su vida. Era lo que era. —Le haré daño, de la misma forma en que has dañado a las mujeres de tu vida.

Zeus sonrió y puso su brazo sobre los hombros de Peter.—Déjame que te cuente algo sobre eso. Todo el mundo cree que me alejé de todas las mujeres después de que me cansaba y hartaba de ellas. La verdad es que hubo unas cuantas que me echaron. Sólo que no voy por ahí comentando eso.

Aturdido, Peter miró boquiabierto a su padre.

—Y si alguna vez dices una palabra de esto a alguien, te mataré.

—Pero tú eres un mujeriego.

—Sí, claro, tengo un problema con la fidelidad, pero eso es simplemente porque Hera no es el amor de mi vida. Nos casamos porque era una importante alianza que debía hacerse, pero si hubiera tenido una elección, me habría casado por amor.

—¿Estás tratando de decirme que piensas que hubieras sido capaz de ser fiel, si te hubieras casado con la mujer adecuada?

Él asintió con la cabeza. —Sé que así sería.

Las palabras sorprendieron a Peter y se quedó callado. Esto lo cambiaba todo.

Él no estaba predestinado a seguir los pasos de su padre. Ser el hijo de Zeus no significaba que las mujeres estaban mejor sin él, no significaba que automáticamente les haría daño.

Peter parpadeó. —Yo puedo amar a Lali—. Y él podría serle fiel. Él era capaz de eso.

Pero, ¿lo amaría él? Había cometido tantos errores. —¿Pero y si ella no me ama?

—Ese es el riesgo que todos pasamos. Pero a menos que abras tu corazón y expongas tus sentimientos, nunca lo sabrás.

A continuación, un pensamiento perturbador surgió de la nada. —¿Lali está todavía bajo la influencia de Hera?

—Por momentos. Trato de mantener a Hera distraída tanto como puedo, pero incluso yo necesito un respiro de vez en cuando.

—Entonces, ¿cómo sabré quién es la verdadera Lali y cuáles de sus acciones son influidas por Hera?

—Apela al verdadero ser de Lali, para reforzar su confianza en ti, de manera que la influencia de Hera desaparezca.

Peter suspiró. —¿Confianza? Si yo le digo que he recuperado mi memoria nuevamente y que sé que ella ha estado mintiéndome, destruiré la confianza que ahora tiene en mí—.

Recordó el momento luego de haber rescatado a ese muchacho en el parque y que Lali lo había mirado con admiración y afecto. Se dio cuenta de que si le hacía frente a su engaño ahora, ella se retiraría. Tenía que hacerla enamorarse de él primero, antes de que pudiera revelarle la verdad.

 —Ella se horrorizaría al ser atrapada mintiéndome, a pesar de que Hera la manipuló.

—Entonces no le digas la verdad todavía. Unos días más no importarán.

Esperaba que Zeus estuviera en lo cierto.

***

Peter finalmente encontró a los dos idiotas en el mismo bar en el que había estado la noche que lo habían golpeado. De una vez por todas, tenía que averiguar lo que había hecho a Lali enviar a esos dos matones detrás de él. Lo había molestado desde que su memoria había regresado. Pero después de su conversación con Zeus, él sabía que no podía retrasar por más tiempo esta reunión.

Inconscientemente se había abstenido de buscarlos por miedo a confirmarlo: que Lali los había enviado tras él. Mientras no lo supiera a ciencia cierta, podría continuar con la esperanza de que todo había sido un malentendido y que ella no era cruel. Pero una vez que sus sospechas se vieran confirmadas... se estremeció ante la idea.

Toda la evidencia apuntaba a que Lali era la instigadora de esa lucha.

Maldición, los dos tipos habían dicho tal cosa esa noche.

Los dos hombres ocupaban una mesa del rincón, y para cuando reconocieron a Peter, él ya había bloqueado su ruta de escape.

Peter se inclinó sobre la mesa. —Hola, muchachos. Vamos a tener una charla civilizada, ¿de acuerdo?

—¿Qué quieres?— El más alto fue lo suficientemente valiente como para no encogerse de miedo, pero el otro no pudo evitar estremecerse.

Peter levantó la mano. —No estoy de humor para luchar, no en este momento de todos modos—. Un signo de alivio se apoderó de los dos hombres, sus hombros visiblemente se relajaron. —Pero tengo unas cuantas preguntas.

El más bajo pareció haber recuperado algo de valor. —¿Sobre qué?

—Lali.

Dos pares de cejas se juntaron. —Déjala en paz. Ella no necesita a alguien como tú.

Peter fulminó con la mirada al que había hablado. —¿Es eso lo que ella te dijo?

El tipo se inclinó a mitad de camino encima de la mesa. —Ella no tiene por qué. Es bastante obvio.

—¿Y lo sabes porque eres su mejor amigo?— Peter trató de engañarlo.

El hombre resopló un poco y se apartó unos centímetros. —Somos sus mejores clientes. Y cuando ella está molesta, nosotros estamos molestos.

—¿Clientes? ¿En su vinería?

Ambos asintieron.

—Entonces, ¿qué les dio para pagarles por ello? ¿Una caja de vino?— ¿Eso era lo poco que valía para ella? ¿Una caja de vino para que le patearan el culo?

—¿Pagarnos? Nosotros le compramos vino a ella—. Hubo confusión en sus rostros.

Era evidente que ambos no eran los más inteligentes. —Para golpearme. ¿Qué es lo que les pagó para hacerlo?

Los dos intercambiaron una mirada, entonces el más alto miró directamente a Peter.—Ella no nos pagó. Nosotros...

—Ah, ya veo, ustedes le debían un favor. Es lo mismo—. La decepción se propagó en su pecho. Si había enviado a ambos por él, entonces Lali no le importaba.

—¿Eres tonto, hombre? ¿Por qué Lali nos pagaría? Ella ni siquiera sabe que te dimos una paliza.

Peter se sacudió hacia atrás. ¿Lali no había contratado a los dos matones?

¿Ella no era la responsable después de todo? Peter no pudo evitar que una sonrisa se

 formara en sus labios. —Lali no les pidió que me golpearan—. No era una pregunta.

—Ella no les dijo que me dieran una paliza—. De repente sintió todo el peso levantándose de sus hombros. —Pero... pero, ¿por qué? Yo no los provoqué esa

noche.

—Escuchamos por casualidad su conversación—. Se rascó la cabeza. — Pero...— Él intercambió una mirada con su compañero. —Demonios, no estamos realmente seguros de por qué lo hicimos.

El segundo tipo asintió con la cabeza. —Simplemente algo se apoderó de nosotros. Tal vez nos pasamos un poco con la bebida.

Peter tenía la sospecha de qué se había apoderado de los dos tipos: Hera. Ella los había manipulado al igual que había manipulado a Lali, su Lali no le haría daño ni a una mosca y, desde luego, no a él. Ella era muy dulce y amable. Y todavía sentía algo por él. Y sólo había una manera de descubrir la profundidad de esos sentimientos.

Porque ahora que sabía que Lali no había tratado de hacerle daño, podía permitir que esos sentimientos que había suprimido, emergieran. Podía permitir que su corazón hablara por él.

Continuara...

No estoy subiendo seguido ni esta ni Ciegamente Enamorados porque como ya casi vienen las vacaciones tengo evaluaciones y trabajos por doquier! 

Firmen y subo otro más tarde!

Besos

@amorxca