domingo, 7 de julio de 2013

Capítulo 27:



Lali jugueteó con el bretel de su vestido de verano. Peter le había dicho que tenía una sorpresa para ella, y últimamente no estaba segura si le gustaban las sorpresas.


Ella le lanzó una mirada de reojo mientras caminaban por la calle Battery, la cual bordeaba con agua por un lado y con grandes casas, por el otro. Peter la tenía de la mano, y para todo el mundo que los miraban, se veían como una pareja joven común que daba un paseo en una tarde de verano. Porque nadie podía ver la confusión en su interior.

Ella había hablado nuevamente con Eugenia, pero todo lo que su amiga había hecho era tratar de convencerla de que Peter había cambiado, que la pérdida de su memoria había hecho un mejor hombre de él. Ella juró que lo había visto en el restaurante: trabajando duro, y siendo bueno con los invitados. Pensaba maravillas de él, poniéndolo por las nubes.

Lali tuvo que admitir que ella había visto cambios similares en él. La cena que había cocinado para ella había estado deliciosa y la presentación francamente exquisita. Debió haber pasado horas preparando todo. Ningún hombre se había molestado tanto por ella.

Y antes de que hubiera perdido el control esa tarde de compras en el probador, había sido el hombre más dulce, paciente y servicial, mientras ella había buscado a través de cada perchero para encontrar la prenda perfecta. Ni siquiera Eugenia habría sido tan paciente, y a su mejor amiga le encantaba ir de compras… pero, evidentemente, sólo de compras para sí misma.

Peter realmente se comportaba como el prometido perfecto. La llamaba por lo menos dos veces al día sólo para preguntarle cómo iba su día y para saludarla. Y cuando no estaba besándola hasta dejarla sin sentido o tocándola con sus manos pecadoras, era incluso un perfecto caballero. No es que ella quisiera que siempre fuera un perfecto caballero. Su tacto y sus besos habían despertado en ella deseos tan feroces y tan imposibles de reprimir, que hacían caso omiso de su cerebro, dejando su sentido común hecho añicos. Esa tenía que ser la razón, si no, ella no seguiría aferrándose a las mentiras que ella había inventado sólo para poder pasar más tiempo con él.

Lo que debía hacer era por fin decirle la verdad y resistir su ira antes de que toda esa farsa explotara en su cara. Incluso ahora las cosas se estaban poniendo inciertas.

Mientras no le había mencionado fijar una fecha para la boda desde el incidente en el probador, ella ya lo conocía demasiado bien, como para creer que se había olvidado de ello.

—Aquí estamos—, dijo en voz baja Peter a su lado, haciéndola mirar la casa donde se habían detenido.

Ella leyó el letrero en el exterior. Hostal Olimpo, Bed & Breakfast.

Confundida, lo miró fijamente. —¿Qué haremos en un Bed & Breakfast?— El pánico la atravesó cuando temió lo peor: que él estaba planeando que pasaran la noche juntos. Su corazón se detuvo al instante con el pensamiento. Si tenía relaciones sexuales con él, nunca sería capaz de dejarlo. ¿Y después? Su corazón quedaría destrozado una vez que él la dejara. Porque ella sabía que lo haría. Lo había hecho la primera vez. ¿Qué pasaría si la historia se repetía?

—Es una sorpresa.

Lali se congeló en su lugar hasta que él tiró de su mano. —No. Peter, tenemos que hablar de algo importante—. Era ahora o nunca.

Su expresión se quedó atónita por un momento, pero luego sus labios se curvaron en una sonrisa. —¿Estás pensando que te llevo a un hostal para una tarde... digamos... de placer?— Entonces él sacudió la cabeza y rozó un ligero beso en la mejilla antes de mover su boca a su oído. —Mi dulce Lali, si hubiera sabido que tenías ideas como esa, hubiera hecho arreglos, pero por desgracia, no estaba pensando en tener sexo esta tarde.

Sintió que su rostro se sonrojaba y que su cuerpo entero se calentaba por su propuesta lujuriosa. ¿Cómo podía haber malinterpretado sus palabras con tanta facilidad?

Cuando se apartó y la miró, se dio cuenta de un brillo en sus ojos, pero ni siquiera su  sonrisa podría poner su ritmo cardíaco a la normalidad. Al igual que un martillo neumático, su corazón latía contra su caja torácica tratando de saltar fuera de su cuerpo y combinarse con el suyo. Oh Dios, estaba en muchos problemas. Peter sólo tenía que mirarla, y sus rodillas se hacían gelatina. Y a juzgar por la sonrisa en su rostro, era plenamente consciente de su efecto en ella.

Sí, estaba jodida.

Peter la llevó dentro de la casa y la guio por la antigua escalera de madera, antes de llegar al segundo piso y seguir un cartel que decía, “Recepción”.

Detrás de un escritorio sencillo, que tenía una computadora y una variedad de folletos y papeles, un hombre alto y rubio se puso de pie. Su piel bronceada estaba en perfecto contraste con sus ojos azul océano y su alegre sonrisa. No podía imaginar que ese hombre se pasara los días encerrado en un hostal, cuando su apariencia entera gritaba “playa”. Incluso sus pantalones cortos kaki y una camiseta informal sugerían que estaba a unos dos minutos de salir al mar.

—Peter Lanzani—, Peter se presentó y extendió su mano al hombre. — Llamé más temprano.

El posadero levantó una ceja y sacudió la mano de Peter.—Agustín Sierra.

Mi esposa Candela y yo somos dueños de este hostal.

Luego miró más atrás de Peter y recorrió con sus ojos a Lali. Su mirada escudriñadora la hizo temblar por un instante. Se sentía como si la inspeccionara para un control de calidad. ¿Era este lugar una especie de casa exclusiva de huéspedes, donde sólo se permitía el ingreso de gente importante? Ella estaba a punto de tirar del brazo de Peter y arrastrarlo fuera de ese lugar, cuando Agustín le dirigió una sonrisa encantadora.

—¿Y asumo que esta bella dama es la prometida que mencionó en el teléfono?—, él preguntó y rodeó el escritorio para estrecharle la mano.

—Sí, ella es Lali Esposito, mi maravillosa prometida. No sabría qué hacer sin ella.

Lali se sentía como un fraude, mientras asimilaba las palabras de Peter. Si supiera cómo lo había estado engañando en las últimas dos semanas. Al mismo tiempo, no podía imaginarse no estar con él.

—Muy complacido de conocerla—, dijo Agustín, mientras le tomaba la mano y la apretaba con firmeza. Entonces él miró más allá de su hombro, y sus ojos de repente brillaban con algo que ella no sabía cómo interpretar. —Y aquí está mi esposa.

Cuando Lali se volvió para mirar a la mujer que había entrado en el área de recepción detrás de ellos, vio la misma mirada en sus ojos y se dio cuenta al instante de qué se trataba: Amor. Mientras la mujer de pelo oscuro apartaba la mirada de su marido, dio un paso hacia Lali y le tendió la mano.

—Soy Candela. ¿Por qué no vamos todos al balcón? Alice está preparando té helado y galletas para nosotros.

Lali quiso protestar, encontrando toda la situación más que extraña. ¿Por qué estas personas querrían sentarse con ella y con Peter para tomar té helado? Cuando sintió la mano de Peter en su brazo, llevándola con él mientras se acercaban a las puertas que daban al balcón, ella no pudo dejar de susurrarle a Peter, —¿Qué está pasando?

Él le dirigió una rápida mirada de reojo. —En un minuto.

Momentos después, ella estaba sentada junto a Peter en un sofá de ratán para dos personas, con un vaso de té helado en la mano. Ella llevó la bebida fría a sus labios, alegrándose de tener algo para quitar la extraña sensación de desastre inminente que se deslizaba en ella.

Candela miró la agenda que llevaba en la mano, girando un bolígrafo entre los dedos. —Ya he apartado la fecha, exactamente una semana a partir de hoy, así que supongo que, debemos discutir qué decoraciones les gustaría para la ceremonia de la boda.

Lali se atragantó con el té helado, escupiendo el líquido sobre el suelo delante de ella, por un estrecho margen pudo evitar salpicar las bonitas sandalias de Candela y los dedos de sus pies con esmalte. ¿Ceremonia de boda? —¿Qué?— Su única palabra de pregunta salió como un graznido, el té que había bloqueado su tráquea, le impidió formar cualquier otra sílaba.

Mientras tosía para expulsar el líquido ingerido a toda prisa, con cuidado Peter le dio unas palmadas en la espalda para ayudarla. Ella sacudió la cabeza para mirarlo, no, ¡para fulminarlo con la mirada! ¿Cómo podría haber hecho eso? Su tímida sonrisa lo decía todo. Sí, él ya se había cansado de esperar, eso sí estaba claro. Quería casarse ahora, en una semana, porque quería tener sexo.

—¿Estás bien, amor?

Dios, ¿Por qué había inventado la estúpida excusa de la abstinencia hasta e matrimonio? Tenía que haber sabido que nunca iba a funcionar. Y ahora Peter la había derrotado en su propio juego: simplemente había puesto una fecha para la boda, para burlarse de su idiota idea. ¿Y ahora qué? ¿Cómo iba a salir de ese lío?

Tardó unos segundos preciosos para recuperar el aliento y, con ello su voz.

—Peter, creo que deberíamos hablar de esto en privado.

—Hemos hablado de esto—. Él le dio una sonrisa cortante, luego se volvió hacia sus anfitriones. —No queremos nada demasiado grande, sólo la familia y nuestros amigos más cercanos. Una reunión íntima.

Con la palabra “íntima”, Peter pasó los ojos por encima de su cuerpo, haciéndola estallar en un bochorno, y tomó del té helado una vez más.

—Todo esto está ocurriendo demasiado rápido—, protestó ella.

—Fue lo mismo para nosotros—, comentó Candela.

Lali la miró a ella y a Agustín, y los vio intercambiar una sonrisa cariñosa. Peter puso su mano sobre la suya y la apretó. —Cuando se trata de amor, no hay ningún horario.

Antes de que Lali pudiera apartar su mirada para mirar a Peter, ella vio cómo las cejas de Agustín se unían como si desaprobara algo. Ella rechazó la idea de inmediato, teniendo en cuenta que la celebración de una boda en su Bed & Breakfast, probablemente les haría ganar a él y a su esposa, una buena cantidad de dinero.

—Peter, no deberíamos apresurar esto—. Ella le dio una mirada suplicante.

—¿Apresurar?—, Peter alzó su mano a la boca y la besó en la palma de la mano. El toque suave de sus labios envió una oleada de calor a través de su cuerpo.

—¿Hemos estado comprometidos por cuánto tiempo? ¿Siete meses?

Quería sacudir la cabeza y gritar “no”, pero dijo: —Sí.

—Ese es un compromiso lo suficientemente largo—. Peter giró la cabeza hacia los hosteleros. —He oído que son recién casados. ¿Cuánto tiempo estuvieron comprometidos?

Agustín les lanzó una mirada de sorpresa. —Eso no es...

—Menos de tres meses—. Intervino la respuesta de Candela ante la evasiva de Agustín.

Lali gimió para sus adentros. Estos dos no eran de ninguna ayuda. En todo caso, le daban a Peter más argumentos para forzar aún más la boda. ¿Quién diablos se casaba después de tres meses de compromiso? Incluso los siete meses que ella y Dios habían estado comprometidos, parecían poco tiempo.

¡Maldición! ¿Qué estaba pensando? Ellos no estaban siquiera comprometidos, no siete meses, no tres meses, ¡ni siquiera un día! Sí, tal vez por eso ella estaba entrando en pánico en ese momento: porque Peter estaba planeando una boda, ¡su boda! y él no tenía idea de que ni siquiera estaban comprometidos.

Esto estaba tan mal en muchos aspectos.

—¿Se vestirá la novia de blanco?— Penetró la voz de Candela en la mente de Lali, en lo que parecieron horas después. Antes de que su aturdido cerebro pudiera formar una respuesta, Candela continuó hablando. —¿Qué estoy diciendo? Por supuesto que te vestirás de blanco. Puedo recomendarte una grandiosa boutique.

Lali se aferró a la esperanza que reconoció en las palabras de Candela. —Creo que vamos a tener que posponerla. Una semana no es tiempo suficiente para conseguir un vestido hecho a medida. Estas cosas toman tiempo—. Ella tiró a Peter una mirada suplicante. —Ninguno de los vestidos de novia en la tienda le queda  bien a nadie en realidad, sin algunas modificaciones importantes—. Esto funcionaría, le permitiría ganar un poco de tiempo.

Pero Candela hizo un gesto desdeñoso con la mano. —No te preocupes por eso. Sé fehacientemente que la modelo de la costurera en esa boutique, es exactamente de tu talla, así que estoy segura que cada uno de sus vestidos te quedará como anillo al dedo.

Lali sintió ganas de gritar, pero en vez de eso forzó una sonrisa en sus labios.

—Eso es... eh, una gran suerte.

—Perfecto. Le diré que se ponga en contacto contigo para concertar una cita—. Candela hizo una nota en su agenda. —Ahora, acerca del servicio de comida.

—Vamos a usar Olimpo—, sugirió Peter.

Lali volvió a mirarlo, algo en sus palabras sonaba raro. ¿Cómo Peter conocía el nombre de una empresa de catering? ¿Estaba empezando a recordar las cosas? ¿Su memoria estaba volviendo? —¿Olimpo?

Una mirada fugaz de pánico cruzó sus hermosas facciones antes de que rápidamente respondiera, —Sí, vi un anuncio a través de una revista de bodas que busqué. Y la comida parecía deliciosa.

—¿Miraste una revista de bodas?— Ella nunca había oído hablar que algún hombre hiciera eso.

—Bueno, uno de nosotros tiene que hacerlo.

Y seguro que no iba a ser ella, tenía razón.

—Olimpo estará bien. Son muy... efectivos —, dijo Agustín. —y rentables.

Lali sentía que estaba siendo arrollada. Se estaba tomando decisión tras decisión, las tareas se eliminaban de una lista que nunca vio, y se hacían planes en los que no tenía ninguna intención de participar. Pero de alguna manera sus labios no parecían ser capaces de expresar una nueva protesta. Y ¿por qué lo haría cuando Peter simplemente ignoraría esas también? Estaba firmemente decidido a organizar esta boda.

—¿Y los invitados?— Escuchó preguntar a Candela.

—La familia de la novia, padres, primos... eh, Lali, lo siento, pero creo que necesito que me ayudes aquí—. Luego Peter ofreció a Candela y a Agustín una mirada de disculpa.

—Yo sufro de amnesia. Un accidente, ya saben.

Al ver otra posibilidad de una protesta, Lali la tomó. —Peter, creo que sería mejor si primero te recuperas de tu accidente antes de seguir con la boda.

—Me siento perfectamente bien.

—Pero ha sido sólo un par de semanas.

Le apretó la mano. —Estoy perfectamente sano.

Claramente, él no daría su brazo a torcer.

—Así que, ¿cuántos son en su familia?

Lali tragó. Ella no podía hacerles esto a sus padres. Habían pasado por esto una vez antes, y había terminado todo en decepción. Lo mismo pasaría esta vez.

—No pueden viajar con tan poca antelación. Papá tendría que encontrar a alguien que se encargara de la tienda, y mamá no puede simplemente levantarse e irse. Tienen responsabilidades. Y luego los vuelos. Todavía es temporada turística, es probable que todo esté reservado de todos modos. Y el viaje en coche sería demasiado largo—. Cada vez más excusas se escapaban con rapidez de sus labios.

—Y conociendo a mamá, ella no tiene nada que ponerse. Le tomará un mes encontrar el atuendo adecuado.

***
Peter reconocía excusas desesperadas cuando las escuchaba. Y Lali estaba divagando, aferrándose al menor problema que veía. No es que fuera a ayudar: él estaba a cargo ahora, y esta boda se haría, sin importar sus débiles excusas.

Ya era hora de que dejara de pensar con la mente y era tiempo de hacerla sentir con su corazón. ¿Qué fue lo que Zeus dijo? Apelar al verdadero ser de Lali, a sus más profundos deseos y esperanzas.

—¿Nos disculpas un momento?— Sonrió Peter a Candela y logró ver un ceño fruncido apenas contenido por Agustín. Su amigo había hecho conocer su opinión sobre el tema cuando Peter había hablado para anunciar su llegada y su plan. Agustín todavía pensaba que estaba jugando con los sentimientos de Lali. Claro, estaba arrasando a Lali con esta boda, pero era para su propio bien. Ella no se daba cuenta de eso todavía. Él no era como su padre después de todo: podía amar, amar de verdad. Sería un marido fiel.

Con un toque suave de su mano contra la parte posterior de Lali, la instó a levantarse, y la llevó adentro, en dirección al cuarto de baño, que sabía que sería la única habitación en esa planta que proporcionaría algún tipo de privacidad.

—Peter, ¿qué estás…

—Sólo un momento, amor—, le interrumpió y la empujó hacia el cuarto de baño, apretándose detrás de ella y cerrando la puerta.

Ella de inmediato se volvió hacia él, fulminándolo con sus ojos. —¿Qué demonios estás haciendo?

—Sólo me estoy asegurando que no seamos molestados. Porque parece que tenemos que discutir algo.

La vio tragar saliva y sabía hacia dónde su mente estaba vagando. Pero él no le permitiría irse al lugar donde de repente, le confesaría sus mentiras. No, él no quería una confesión, no ahora de todos modos. Después de su boda podría ser. Lo que necesitaba ahora era que accediera, y no dejarían ese cuarto de baño hasta que él se hubiera asegurado de ello.

Peter la atrajo hacia él, apoyando la mejilla contra la de ella y acariciando su mano por el pelo mientras la otra mano rodeaba su cintura. —Sé que tienes miedo, amor. Casarse es un gran paso. Entiendo eso, pero no tienes nada de qué preocuparte. Te amo más que a nadie en mi vida.

—Pero no te acuerdas de nada. ¿Cómo lo sabes?

Peter le tomó la mano, presionando su palma de la mano contra su pecho.

 — Puedo sentirlo—. Su corazón latía en su palma, y en ese momento, sintió como si Lali fuera dueña de su corazón, como si él ya no tuviera las riendas. No podía rechazar la sensación.

Sus ojos se encontraron con los ella y la besó.

En un primer momento, su reacción fue dura, y él sabía por qué: ella se dio cuenta de que estaba tratando de seducirla para casarse con él. Mientras que el beso pudo haber comenzado como tal, y mientras él se debería sentir como un canalla por hacer lo que hacía, el momento en que sus labios se separaron y él la tocó con su lengua, todo pensamiento huyó de su mente drogada de lujuria. Sólo le quedó uno: quería a Lali.

Cuando su lengua acarició contra la de él y sus brazos se posaron alrededor de su cuello, él gimió de placer. Plantó las manos en su muy deleitable trasero y la apretó contra su creciente erección. Ella podía hacerle eso con un beso, conseguir que se le pusiera duro en un instante aun cuando él no había tenido ninguna intención de hacer eso hoy, no cuando él sabía que ello sólo serviría para dejarlo con más ganas. Pero ahora que ella se apretaba contra él y le respondía besándolo con un abandono total, no podía dejar de frotar su pene contra su centro blando.

Respirando con dificultad, apartó los labios de ella y la liberó. Luego dio un paso atrás, complacido de ver el suave resplandor en su rostro y el brillo de deseo en sus ojos.

—Lali, sé que no empezamos esto de buena manera, así que quiero por lo menos hacer esta parte bien.

Metió la mano en el bolsillo, cerró los dedos alrededor de una pequeña caja que había puesto allí antes. Mientras la sacaba, se dejó caer sobre una rodilla, abrió la caja y la miró. —¿Quieres casarte conmigo la próxima semana, Lali?

Él le mostró el anillo, pero no miró hacia el diamante brillante. Todo lo que quería ver era la reacción en sus ojos. Su rostro hizo un movimiento brusco y contuvo la respiración, su pecho subía y bajaba sin control. Sus ojos rebotaban del anillo hacia él, una y otra vez, y se quedó boquiabierta.

Peter sonrió. No esperaba esto en absoluto. Él mismo se daría una palmadita  en el hombro si no estuviera tan ansioso de escuchar su respuesta. Su propio latido del corazón le golpeaba en la garganta. ¿Era así como los hombres de todo el mundo se sentían en ese momento? ¿Totalmente vulnerables y a merced de una mujer?

—Lali, necesito tu respuesta.

Ella asintió con la cabeza, los labios apretados, temblando.

—¿Es eso un “sí, voy a contestar” o un “sí, me casaré contigo”?

Cuando ella no respondió, Peter tomó el anillo y lentamente lo deslizó por su dedo, dándole tiempo suficiente para retirarse si no estaba de acuerdo.

—Te amo—, susurró.

Se levantó lentamente, sus palabras fluían a través de él como un torrente inagotable de calor. Sin prisa, tomó su cara con las manos y la acercó más hasta que sus labios se cernieron sobre ella.

—Y yo te amo a ti—. Cómo había sucedido, él no lo sabía, pero sabía con absoluta certeza que estaba diciendo la verdad.



Continuara...

+ 16 y otro! :) 

23 comentarios:

  1. Aaay yy me mueroooo...se amaaaan..en una semana la boda??jaja en que quilombo se metió Lali..jaja..perooo que tiernooos...se casaaan..ya quiero el prox..yayayay!!@pl_mialma

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  2. Otro mas por favorcito

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  3. No, como nos vas a dejar así, Dios. Eres mala ehh, pero igual te queremos. Una pregunta, ¿esta nove es larga o no tanto? Es que tengo esa duda

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  4. Massss plis me encanta :)

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  5. aaaaaaaa!!!! no se como van a salir del lio de mentiras que armaron! aunque por una vez han sido sinceros los dos!
    Quiero mas!!!!

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  6. MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS.MAS MAS.MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS

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  7. Mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas

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  8. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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  9. Por Dios, a Lali le salió el tiro por la culata:D Que pasa ahora? ¡Quiero mas nove!

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  10. Mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas, mas!

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  11. ++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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  12. Ya estan los 16 comentarios, sube mas, please

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  13. Masss masss plis me encanta peter es un amor masss mass plisss me encanta:D

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  14. una propuesta muy diferente jajajajja

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  15. w hhhhhhhhhhhhh awwwwwwwwwwwwJxisncosjfjskjfnxiwnf

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)