Eugenia dejó caer la taza de café tan
fuerte sobre la mesa, que la mitad de los clientes de la cafetería giraron la
cabeza hacia ellas. —Que dijo, ¿qué?
Lali bajó la voz. —Él quiere fijar la
fecha de la boda. Para la próxima semana—. En su mente, la escena en el
probador se repetía. Nunca se había sentido tan caliente en su vida. Tal vez
era la consecuencia de lo que Peter le había hecho la otra noche: besarla hasta
que perdiera el sentido y dejarla insatisfecha. Tal vez ella podría usar eso
como una excusa, por haberse dejado llevar en el lugar menos pensado de todos.
Había sido un golpe de suerte que la
vendedora hubiera interrumpido cuando lo había hecho. Un segundo después, ella
y Peter habrían hecho el amor allí mismo. Maldición, incluso la había hecho
terminar. Ella no había sido capaz de resistirse a su tacto y a sus besos, ni a
las cosas que le había dicho.
Pero su pedido después de que la
vendedora los había interrumpido, había llegado como un shock total.
—¿Bueno, no era eso lo que querías?— Eugenia
levantó las cejas.
—¡No!— Sí. —No de esta manera. Él
piensa que está enamorado de mí.
—Yo lo consideraría una cosa buena.
—Pero todo es una mentira. Piensa que
está enamorado de mí, porque yo se lo dije. Él no me ama. Piensa que me ama
porque piensa que estamos comprometidos. Y ahora quiere casarse. ¿Qué voy a
hacer?— ¿Cómo pudo esta situación haberse deteriorado tan rápido? Ella sólo le
había dicho unas pocas mentirillas. Y se habían convertido en una montaña de
desastre.
—¿Casarte con él?
Lali miró a su amiga. —No puedes
hablar en serio. No puedo casarme con un hombre que no me ama. Además, él ha
perdido la memoria. No puedo tomar ventaja de alguien así.
—¿No crees que tus escrúpulos llegan
un poco tarde? Si mal no recuerdo, te lo advertí al principio, pero no quisiste
escuchar.
Lali dejó caer su cabeza entre las
manos. —Tengo que decirle.
—Se pondrá furioso. Esto es, si te lo
cree.
—¿Por qué no?
Eugenia se inclinó hacia delante.
—Porque aún no se ha recuperado de su amnesia. ¿Qué te hace pensar que te
creerá si dices que no están comprometidos?
Todo lo que sabe es lo que le dijiste
desde el principio. Él se aferrará a eso. ¿Podría su amiga estar en lo
correcto? —Qué eres de repente, ¿una enfermera?
Eugenia golpeó el dedo contra su sien.
—Sentido común. Piensa en esto por un momento: se despertó después de la pelea,
y la primera persona que vio es a ti.
Y le dijiste mentiras.
Lali quería protestar, pero cada
palabra que su amiga decía, era verdad.
—Y luego actuaste de acuerdo a esas
mentiras. Fingiste que él tiene un trabajo conmigo y...
—¡Te estaba haciendo un favor!
Eugenia sonrió. —Gracias, pero ese no
era el punto al que estaba tratando de llegar.
—Entonces, ¿cuál es tu punto?— Lali
sentía a sí misma impacientarse.
—Te aseguraste de que todo lo que le
dijiste fuese respaldado por acciones. Ustedes tienen química juntos, de lo
contrario estoy segura que no te habría prácticamente besado hasta la sumisión,
después de la fabulosa cena que te hizo y...
—Oye, no me besó hasta la sumisión. No
hubo sumisión.
—Lo hubiera habido si no se hubiera
detenido—. Eugenia levantó la mano para evitar una nueva protesta. —Y ni
siquiera lo niegues. Te conozco. Has estado haciendo todo lo posible para
hacerle creer tus mentiras, ¿y ahora decides seguir adelante y decirle la
verdad? ¿Qué se supone que piense?
Lali se enderezó. —Él lo creerá. Tiene
que hacerlo.
Eugenia meneó la cabeza. —Él pensará
que tú te retractaste y que ya no quieres casarte con él—. Ella se echó hacia
atrás, luego un segundo más tarde, salió disparada hacia adelante en su asiento
de nuevo. —O bien, pensará que por haber perdido la memoria, no lo amas más y
quieres deshacerte de él.
—Eso es ridículo. Él no tiene ninguna
razón para creer nada de eso.
—Entonces él no tiene ninguna razón
para creerte tampoco. ¿No ves?
Decirle la verdad ahora, sólo
empeorará las cosas. Si él te importa algo, entonces no se lo digas. Sin su
memoria, no tiene nada más en su vida: ni amigos, ni familia. Él te necesita
ahora.
Lali dejó que las palabras de Eugenia
penetraran en ella. ¿Peter la necesitaba realmente? ¿Las palabras de Eugenia
tenían algún mérito? —No estarás diciendo eso sólo para que continúe trabajando
como tu camarero, ¿verdad?
Eugenia se quedó sin aliento. —¡No
puedo creer que preguntes eso!
—¿No puedes? Así que, dime entonces,
¿has puesto algún anuncio para el trabajo?
La mirada de Eugenia se alejó, una
señal segura de que ella estaba buscando una excusa. —Realmente, he estado
demasiado ocupada, y luego está la inspección por parte de la comisión de
comida y entretenimiento la próxima semana y…
—Ah...ajá. Eres una oportunista, ¿lo
sabes?
Una tímida sonrisa atravesó el rostro
de Eugenia. —Oye, necesitaba un trabajo. ¿Y quién sabe cuánto tiempo irá a
sufrir de amnesia? A los clientes les gusta, digamos, su reconfortante encanto.
Lali estaba de acuerdo: Peter tenía
encanto, a montones, y estaba constantemente utilizándolo para ablandarla. Pero
eso no le ayudaba para encontrar una solución a su situación. —¿Y ahora qué? No
puedo seguir así. No puedo casarme con él bajo falsos pretextos.
—Entonces tendrás que impedirle que
fije una fecha.
***
Al momento en que Peter daba vuelta a
la llave en la cerradura, él sabía que alguien lo esperaba en su apartamento.
También sabía quién… el aura de un dios era inconfundible y la firma de este
dios la conocía mejor que otras. Había momentos en los que realmente odiaba que
los dioses sólo pudieran teletransportarse a cualquier lugar que quisieran.
Este era uno de esos momentos.
Peter ajustó su pene aún duro en los
pantalones y abrió la puerta, esperando que Eros no se diera cuenta de la
protuberancia y mantuviera sus comentarios sarcásticos para sí mismo. Al igual
que esperaba que su amigo no se quedara mucho tiempo, porque lo que Peter necesitaba
era una ducha. Y una masturbada.
—Ya era hora—, Eros lo saludó desde su
posición cómoda en el sofá, con los pies apoyados sobre la mesa de café.
—¿Te importa?— Peter lanzó una mirada
deliberada a los pies de Eros.
—Sí, zapatos nuevos, ¿te gustan?—
Sonrió Eros con descaro sabiendo perfectamente que Peter no había comentado
nada sobre sus zapatos.
Peter se dejó caer junto a él y empujó
sus pies de la mesa de café, luego apoyó sus propios pies arriba de ella.
—¡Eh! Estás poniendo los tuyos allí.
—Trae tu propia mesa, y podrás hacer
lo que quieras.
Eros lo miró. —Bien—. Un segundo más
tarde, una mesa de café más pequeña apareció en la sala de estar. Eros, empujó
la mesa de Peter más lejos y puso la mesa más pequeña justo en frente de él
antes de poner sus pies en alto.
Peter puso los ojos en blanco. —¿Qué quieres?
No tengo mucho tiempo—.
Echó una ojeada a su reloj pulsera.
—Tengo que estar de vuelta en el restaurante en un par de horas.
—Entonces, déjame que sea rápido—,
dijo Eros gratamente. —¡ERES UN IDIOTA!
El tímpano de Peter casi explotó
mientras instintivamente saltaba hacia el borde del sofá.
—¿Qué mierda?
—Estás jugando con sus sentimientos.
Peter no tuvo que preguntar a quién se
refería Eros. —No es tu puto asunto.
Eros se inclinó y llevó su dedo índice
a su pecho. —Es ahí en donde estás equivocado, totalmente equivocado. Soy el
dios del amor, y sería una excusa miserable como dios si no cuidara mis
responsabilidades. Y el amor es mi responsabilidad.
—No interfieras, tengo todo bajo
control—. Él odiaba cuando Eros se volvía todo grande y poderoso sobre el amor,
como si fuera el único que supiera algo al respecto.
—Yo interferiré cuando tenga que
hacerlo. Ella sigue suspirando por ti. Y ¿qué haces? La engañas y la haces
creer que la quieres. Pero no, a todas luces eso no es suficiente para ti,
¿verdad?— Al parecer, el regaño de Eros aún no había terminado. —Tienes que
hacerle creer que deseas casarte con ella—. Eros saltó hacia arriba y se
levantó por encima de él. —¿Estás loco?
Ella sigue suspirando
por ti.
Pero, ¿podría amarlo a pesar de las cosas que le había hecho, a pesar de la
forma cruel en que la había dejado, después de la increíble noche que habían
pasado juntos? ¿Podría su corazón perdonarlo?
—¡Cállate, Eros! Yo sé lo que estoy
haciendo.
—¡Demonios que lo haré!
La mente de Peter volvió al probador,
pero no en el momento en que él la había seducido, sino hasta el momento
después de que los habían interrumpido. Su pedido para fijar una fecha de boda
había sido automático. Después de haber hablado con sus dos atacantes, había empezado
a ver las posibilidades que antes estaban fuera de su alcance. Y luego, cuando
había sentido a Lali en sus brazos en los probadores, se había dado cuenta de
que sólo había una conclusión satisfactoria para la situación en que se
encontraba.
—La quiero—, dijo y miró a Eros.
Eros respondió con una mirada
sorprendida. —¿Y eso te da el derecho de hacerle daño?
—No estoy haciéndole daño—. Ya no era
así. A partir de ese momento haría cualquier cosa para hacerla feliz. Ya había
empezado a hacerlo en los probadores. Nunca había visto a una mujer con tal
éxtasis. Y era un espectáculo que quería contemplar de nuevo.
—Si continúas con esta farsa, te
prometo que iré a Zeus.
La amenaza quedó en el aire como el
olor a humo rancio la mañana siguiente. Si Peter no hubiera hablado con Zeus
hace poco, tal vez hubiera tomado en serio la amenaza, pero su padre estaba de
su lado... para variar.
—Tú no entiendes, Eros. Yo la amo—.
Fue sorprendente la facilidad con que las palabras salieron de su boca. Tan
fácil, que se sintió obligado a repetirlas. — Realmente la amo. Ella es todo lo
que quiero—. Mientras que las palabras eran ajenas a él, la sensación que
creaban en su pecho era la misma que sintió cuando Lali estuvo en sus brazos.
Una sensación de paz se apoderó de él. Se sentía bien, como en un capullo de
calor y olas de afecto que se envolvían a su alrededor al pensar en ella.
—¿Tú la amas?— Eros le lanzó una
mirada extraña. Y por un largo rato no dijo nada.
Pero luego abrió su boca de nuevo.
—Por los dioses, nunca pensé que lo vería, pero debe ser verdad.
Peter asintió con la cabeza, el nudo
en su garganta le impedía hablar.
—Bueno, entonces creo que tendremos
que planear una boda—. Eros le dio una palmada en el hombro y sonrió. —Espera a
que Hermes y Agustín lo sepan.
Continuara...
mas noveee
ResponderEliminar,,,,MMMMQQQQQQQQQWAAAAAAAAAAASSSS ME ENCANTO LA NOVELA
ResponderEliminarMas nove
ResponderEliminarmaas nove!
ResponderEliminarme encanta esta novela :D
Espero q realmente este enamorado y no le este engañando a eros y a lali
ResponderEliminaraaaaaaaaaaay me encantoo... pobre lali.. jajaja cada vez mas enredada!!
ResponderEliminarAaaaaaww mas tierno Peteerr :3
ResponderEliminarEspero que cuando le cuente la verdad Lali no se enoje.
Maaaas me encantóo el capituloo!
Besoos @susonrisa_pl :)
mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas...oseaaa...dijo que está enamorada de ella...me mueroooo!!!habrá boda de verdad??u.u y quiero saber lo q pasará..yayayaya!!!@pl_mialma
ResponderEliminarWow!!! Me encanta!! Más!!
ResponderEliminarWou unaa boda jajajjajajj
ResponderEliminarya se enamoro :3
ResponderEliminarAwwwwww mas tiernoo, se enamoro mi vida @LuciaVega14
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