Lali tomó un sorbo de champán para olvidar aquel
pensamiento deprimente. Peter Lanzani estaba enamorado de su trabajo.
Y su vida
personal no era asunto suyo. Sólo su vida profesional, de nueve a cinco. Y, a
veces, algún evento como el de aquella noche. Pero, además de eso, Peter podía
hacer lo que le diera la gana con su vida y a ella no tenía por qué importarle.
—Esto no es un
favor —le aclaró—. Es parte de mi trabajo.
—Sí, pero no
tenías por qué venir. Podrías haber dicho que tenías algo que hacer, que tenías
una cita...
Podría haberlo
hecho si se le hubiera ocurrido. Pero no se le ocurrió.
Fueron en
silencio hasta el hotel Four Seasons y entraron del brazo en el elegante
vestíbulo, donde unos carteles indicaban que la cena benéfica tendría lugar en
el Salón de la cuarta planta.
Una vez en el
ascensor, Peter puso una mano en su espalda. Cuando lo miró, le pareció que
tenía una expresión extraña, pero no quiso preguntar.
Las mesas del
salón donde tendría lugar la cena, para doce comensales cada una, estaban
cubiertas con finos manteles de hilo blanco. La vajilla era elegantísima y las
copas de un cristal muy fino. Al fondo del salón había una tarima con un atril
y un micrófono.
Al ver el
micrófono que tendría que usar para dar su discurso, Peter se pasó un dedo por
el cuello de la camisa, como si la corbata le cortase la entrada de aire.
—Lo harás bien
—dijo Lali —. Y será mejor que vayas a saludar
antes de que la señora Harper-Whitfield empiece a llamarte a gritos.
—No, por favor.
La señora Harper-Whitfleid no.
Riendo, se
abrieron paso saludando a la gente, parándose a charlar sólo cuando no tenían
más remedio. Cuando por fin llegaron a su mesa, la presidenta de la asociación
y los miembros del patronato se acercaron a Peter para darle las gracias por
acudir y por sus generosos donativos.
Lali se sentó a su lado, con una sonrisa en los
labios al ver el desfile de admiradores hasta que, por fin, se sirvió la cena y
los dejaron solos para disfrutar de una deliciosa ternera servida en filetes
muy finos, con guarnición de verduras al vapor y, como postre, tartaletas de
frutas del bosque. Había cientos de invitados, todos hablando a la vez, de modo
que mantener una conversación privada era más bien difícil.
Lali se percató de que Peter parecía extrañamente
nervioso. Aunque no era la primera vez que hablaba en público. Quizá lo que le
asustaba era que hubiese tantas mujeres, pensó.
Por fin, terminaron
de cenar y la presidenta de la asociación subió al estrado para hablar sobre la
asociación y contar algunas emotivas historias.
En cuanto empezó
a hablar de un contribuyente en especial que había ayudado aportando
ordenadores a los albergues, Lali vio que
Peter se ponía tenso y apretaba una pobre servilleta como si quisiera estrangularla.
—Tranquilo
—murmuró, metiendo la mano en el bolsillo del esmoquin para sacar un fajo de
tarjetitas que ella misma había confeccionado.
—Estoy tranquilo.
—Respira
profundamente. Has hecho esto un millón de veces, no pasa nada. Y si todo lo
demás falla, recuerda... debes imaginar a todo el mundo desnudo.
El la miró
entonces con sus intensos ojos verdes. Miró su cara y luego miró su escote.
—A mí no, tonto
—lo regañó Lali.
La presidenta de
la asociación sonrió mientras hacía la presentación oficial y el foco se
dirigió hacia Peter. Lali puso las tarjetas en
su mano y lo empujó para que se levantara.
Su discurso fue
emotivo y divertido a la vez. Encantador. Por supuesto, porque Peter Lanzani era
un hombre que podría convencer a una monja para que dejara los hábitos. Antes
de terminar, Peter prometió seguir ofreciendo ordenadores a la organización y
la presidenta le ofreció una placa conmemorativa como agradecimiento.
A partir de ese
momento, todos los asistentes se dirigieron hacia otro salón en el que había
una orquesta y cuatro barras en las que los invitados pagaban con dinero en
efectivo, ese dinero iría a los albergues, naturalmente.
Después de dar el
discurso, Peter estaba mucho más relajado y deseando mezclarse con la gente. Y Lali sabía que aquélla era la señal para entrar en
acción. Debía acercarse a los ciudadanos más ricos de Georgetown para hablar de
Reyware. Su objetivo: convencerlos de que un hombre que aportaba tanto dinero
para una causa justa era un hombre en el que se podía confiar.
Dos horas
después, Lali había conseguido seis citas para
las próximas semanas y estaba intentando no bostezar para no ofender a la
gente. A la que llevaba toda la noche intentando impresionar.
Peter apareció a
su lado y le pasó un brazo por la cintura.
—¿Podemos irnos
ya?
—Pensé que lo
estabas pasando bien.
—Pues no es
así... ¿Nos vamos?
Ella miró su
reloj. Era casi medianoche.
—Sí, supongo que
ya podemos irnos. Llevamos aquí casi cuatro horas.
—A mí me parece
que llevo ocho. Además, quiero irme a casa para buscar un sitio donde colgar la
placa —sonrió él.
Cuando entraron
en el ascensor, Lali se percató de que, de
nuevo, parecía tenso.
—¿Tienes un
problema con los ascensores?
—¿Yo? No. ¿Por
qué?
—Porque pareces
incómodo. También me di cuenta cuando subíamos. Podríamos haber ido por la
escalera...
—No pasa nada.
Aunque no me gustan mucho los ascensores, la verdad.
Entonces, de
repente, las luces empezaron a fallar y Peter levantó la cabeza, alarmado. Un
segundo después el ascensor quedó completamente a oscuras, deteniéndose entre
dos pisos.
—¿Qué pasa? ¿Por
qué no nos movemos?
—Peter empezó a
golpear los botones como si así pudiera milagrosamente poner el ascensor en
marcha.
—Creo que se ha
ido la luz —dijo Lali.
—¿Qué? ¿Cuánto
tiempo vamos a estar así? Ella se encogió de hombros, pero entonces se percató
de que Peter no podía verla.
—Ya sabes cómo
son estas cosas. A veces se va la luz durante unos segundos... a veces dura
toda la noche.
—¿Toda la noche?
Lo dirás de broma.
Peter parecía muy
nervioso y ella tocó la manga del esmoquin para tranquilizarlo.
—Tranquilo. El
ascensor no se mueve.
—¡Pues ese es el
problema! —Exclamó él, golpeando las puertas—. ¡Que esta cosa no se mueve!
Lali se quedó atónita.
—Pensé que no te
gustaban los ascensores porque te mareabas o algo así...
—¡Ja! ¡No son los
ascensores! No han inventado un ascensor que se mueva suficientemente rápido
para mí. Son los sitios cerrados. ¡No puedo soportar un sitio pequeño y
cerrado!
Continuara....
Mucha suerte Giada con tu examen :)
Se viene el rock Laliter :)
+30 y otro :)
Pro que secre eficiente tiene Peter!!! =P
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarquiero saber que pasaraaaa
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssss nove
ResponderEliminarotroooooooo
ResponderEliminarnove nove mas nove
ResponderEliminarMás me encantó
ResponderEliminarparece muy buena mas
ResponderEliminarJajajajajaja quiero maaaaaas!!
ResponderEliminarholiiis
ResponderEliminarme encanta la nove
Me gusto mucho por favor sube más
ResponderEliminarsubi mas noveeeeeeee
ResponderEliminarAyyy me encanta... Me parece q el primer beso sera en el asensor... Massssss y gracias por avisarme.
ResponderEliminar@nathies1024
mas nove!!!
ResponderEliminarbesos Guada
mas noveeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarAmó tú novela es lo más
ResponderEliminarMás
ResponderEliminarbesoooooooos
ResponderEliminarporque no admiten que se quieren y ya? Porque se les nota muchooooooooooooo
ResponderEliminaresta claro que quiero mas novela no?
ResponderEliminargracias por avisar en tw!! :)
ResponderEliminarmaaaas!!!!!! pot favor!!!!
ResponderEliminarATENCIÓN:Cadena mundial !!! Copien y peguen esto en todas las páginas de Teen Angels o Casi Angeles que puedan: 22 de julio todas usaremos listón/cinta negra o roja en la cabeza o en la mano como pulsera así podremos vernos como las hermanas Teenaticas que somos y si Teen Angels se entera ¡MEJOR GO GO GO Teenaticas! lo puedes publicar en la pagina para que todos lo vean? ..... QUEREMOS QUE Teen Angels SE ENTERE DE QUE LAS tEENATICAS ESTAMOS UNIDAS!
NO IMPORTA QUE LA BANDA AYA Separado
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarotro otro otro otro otro otro
ResponderEliminarcapi capi
ResponderEliminarquiero saber que pasara en ese ascensor!!!! jajaj
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssss!!!!!!!!!!!!!1
ResponderEliminarotroooooooooooooooooo
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas mas mas mmas mas mas mas mas as mas mas mas mas mas mamas mas mmas mas mas mas mas as mas mas s mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas masmas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarmas noveeeeeee
ResponderEliminarrock
noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarNueva lectora! me encanto tu novela es perfecta
ResponderEliminary espero mas, sos excelente escritora.
noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarcolombia
masssss queremos saber que pasara como peter se olvidara de sus temores!!!
ResponderEliminarMaaaaass pliiiiiiiiiiiiiiis!!!!! Otrooo otrooooo :DDDDD
ResponderEliminarmasssssssssfirmenmassssssss
ResponderEliminarSe siente/Se siente!!!!Pero más allá del rock la personalidad de Peter es un caso de diván!JAJA y me mató la escena del escote!En realidad tienen tanta confianza y tantas fantasias mutuas q el rock promete un incendio en el ascensor,JAJA!
ResponderEliminarmaaaaaaass otrooooo porfiii :)
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeee
ResponderEliminarMassssssssssssssssssssssssssssss :DDD
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh se viene se viene rock!!!!!!! @LuciaVega14
ResponderEliminarmaas mas mas
ResponderEliminarahhh esto se pone bueno! :D
ResponderEliminaruhhh claustrofobico ´pero empieza lo bueno
ResponderEliminar