lunes, 10 de septiembre de 2012

Capítulo 60:



Después de desayunar, Lali decidió enseñarle a conducir.
— Esto es ridículo —protestó Peter mientras Lali aparcaba en el estacionamiento del instituto.
— ¡Venga ya! —se burló ella—. ¿No sientes curiosidad?
— No.
— ¿Que no?
Peter suspiró.
— Esta bien, un poco.

— Bueno, entonces imagina las historias sobre la gran bestia de acero que condujiste alrededor de un aparcamiento que podrás contarles a tus hombres cuando regreses a Macedonia.
Peter la miró perplejo.
— ¿Eso significa que estás de acuerdo con que me marche?
No, quiso gritarle. Pero en lugar de eso, suspiró. En el fondo, sabía que jamás podría pedirle que abandonara todo lo que había sido para quedarse con ella.
Juan Pedro de Macedonia era un héroe. Una leyenda.
Jamás podría ser un hombre de carácter tranquilo del siglo veintiuno. 
— Sé que no puedo hacer que te quedes conmigo. No eres un cachorrito abandonado que me ha seguido a casa. 
Peter se tensó al escucharla. Tenía razón. Por eso le resultaba tan difícil abandonarla. ¿Cómo podía separarse de la única persona que lo veía como a un hombre?
No sabía por qué quería enseñarle a conducir pero, de todas formas, notaba que se sentía feliz compartiendo su mundo con él. Y, por alguna razón que no quería analizar demasiado a fondo, le gustaba hacerla feliz.
— Muy bien. Enséñame a dominar a esta bestia.
Lali salió del coche para que Peter pudiese sentarse en el asiento del conductor.
Tan pronto como Peter se sentó, ella hizo una mueca al ver a un hombre, de casi un metro noventa, encogido para poder acomodarse en un asiento dispuesto para una mujer de uno cincuenta y cinco. 
— Lo siento, se me ha olvidado mover el asiento.
— No puedo moverme ni respirar, pero no te preocupes, estoy bien.
Ella se rió.
— Hay una palanca bajo el asiento. Tira de ella y podrás moverlo hacia atrás.
Peter lo intentó, pero el espacio era tan estrecho, que no la alcanzaba.
— Espera, yo lo haré.
Echó la cabeza hacia atrás cuando Lali se inclinó por encima de su muslo y apretó los pechos sobre su pierna para pasarle el brazo entre las rodillas. Su cuerpo reaccionó de inmediato, endureciéndose y comenzando a arder.
Cuando ella apoyó la mejilla sobre su entrepierna al tirar de la palanca, Peter pensó que estaba a punto de morir.
— ¿Te has dado cuenta de que estás en la posición perfecta para…?
— ¡Peter! —exclamó ella, retrocediendo para ver el abultamiento de sus vaqueros. Su rostro adquirió un brillante tono rojo—. Lo siento.
— Yo también —contestó él en voz baja.
Desafortunadamente, todavía tenía que mover el asiento, así que Peter se vio forzado a soportar la postura una vez más.
Apretando los dientes, alzó un brazo y se agarró al reposacabezas con fuerza. Era lo único que podía hacer para no ceder a la salvaje lujuria.
— ¿Estás bien? —le preguntó ella, una vez colocó el asiento en su sitio y volvió al suyo.
— ¡Claro! —contestó él con tono sarcástico—. Teniendo en cuenta que he caminado sobre brasas que resultaron menos dolorosas que lo que está soportando en este momento mi entrepierna, estoy fenomenal. 
— Ya te he pedido perdón.
Él la miró fijamente.
Lali  le dio unas palmaditas en el brazo.
— Venga, ¿llegas bien a los pedales? 
— Me encantaría llegar hasta los tuyos… 
— ¡Peter! —exclamó de nuevo Lali. Era un hombre verdaderamente libidinoso—. ¿Quieres concentrarte?
— De acuerdo, ya me estoy concentrando.
— En mis pechos, no.
Peter bajó la mirada hacia el regazo de Lali.
— Ni ahí tampoco.
Para su sorpresa, hizo un puchero semejante al de un niño enfadado. La expresión era tan extraña en él que Lali no tuvo más remedio que reírse de nuevo.
— Vale —le dijo ella—. El pedal que está a tu izquierda, es el embrague; el del medio es el freno y el de la derecha, el acelerador. ¿Te acuerdas de lo que te explicado sobre ellos?
— Sí.
— Bien. Ahora, lo primero que tienes que hacer es apretar el embrague y meter la marcha. —Y diciendo esto, colocó la mano sobre la palanca de cambios, situada entre los dos asientos, y le enseñó cómo debía moverla. 
— En serio, Lali. No deberías acariciar eso de esa forma delante de mí. Es una crueldad por tu parte.
— ¡Peter! ¿Te importaría prestar atención? Estoy intentando enseñarte a cambiar de marcha.
Él resopló.
— Ojalá me cambiaras a mí las marchas del mismo modo. 
Con un brillo malicioso en los ojos, soltó el embrague antes de la cuenta y el coche se caló. 
— Se supone que esto no debería pasar, ¿verdad? —preguntó.
— No, a menos que quieras tener un accidente.
Él suspiró y lo intentó de nuevo.
Una hora más tarde, después que se las hubiera arreglado para dar una vuelta alrededor del estacionamiento sin golpear los postes y sin que el coche se le calara, Lali se dio por vencida. 
— Menos mal que fuiste mejor general que conductor.
— Ja, ja —exclamó él sarcásticamente, pero con un brillo en la mirada que indicó a Lali que no estaba ofendido—. Lo único que alegaré en mi defensa es que el primer vehículo que conduje fue un carro de guerra. 
Lali le sonrió.
— Bueno, en estas calles no estamos en guerra.
Con una mirada escéptica, él le respondió:
— Yo no diría eso después de haber visto las noticias de la noche. —Apagó el motor—. Creo que dejaré que conduzcas un rato.
— Muy inteligente por tu parte. No puedo permitirme comprar un coche nuevo de ninguna forma.
Salió del coche para cambiar de asiento; pero al cruzarse a la altura del maletero, Peter la sostuvo para darle un beso tan tórrido que ella acabó mareada. Él le cogió las manos y las sostuvo sobre sus estrechas caderas mientras mordisqueaba sus labios.
¡Santo Dios! Una mujer podía acostumbrarse a eso con mucha facilidad. Mucha, mucha facilidad.
Peter se separó.
— ¿Quieres llevarme a casa para que te mordisquee otras cosas?
Sí, eso era lo que quería. Y por eso no se atrevía. De hecho, el beso la había dejado tan trastornada que no podía ni hablar.
Peter sonrió ante la mirada extraviada y hambrienta de Lali. Estaba observando sus labios como si aún pudiese saborearlos. En ese momento, la deseó más que nunca. Deseó poder arrancarle la goma del pelo y dejar que su melena se desparramara sobre su pecho, una vez estuviera tendida sobre él.
Cómo deseaba estar de regreso en su casa donde pudiese quitarle los pantalones cortos y escuchar sus dulces murmullos de placer mientras él le…
— El coche —dijo ella, parpadeando como si despertara de un sueño—. Íbamos a entrar en el coche.
Peter le dio un pequeño beso en la mejilla.

Continuara....

Sin tiempo para nada, me voy a gim estoy casi segura que no llegare avisar x twitter igual espero que lean y firmen! 
Besos
@amorxca

13 comentarios:

  1. No te preocupes ya recomende el cap en twitter y puse el nombre para que sepan por lo menos algunas se van a dar cuenta :D JAJAJAJ gracias ppor subir con mi amiga nos re viciamos leyendo esta nove!!! JAJAJAJAJAJAJAJAJA y me mori con Peter JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ te juro que lo AMO JAJAJAJAJAJAJA como me hizo reir con las cosas que decia y hacia xD MASSSSSSSSSSSSS POR FAS!!!! (cuando puedas obvio) ♥ @LuciaVega14

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  2. Admro la volutad de Lali!! JAJAJAJAJAJA ♥

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  3. Es genial peter, parece una adolescente todo el tiempo con lo mismo en la cabeza ja ja más!!

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  4. Jajaja la manera de la q me rei con las insinuaciones de Peter nah no tiene nombre, se zarpa! jajaja me moria con la palanca, cuando tubo q cambiar el asiento de lugar naah jajaa me acuerdo y me rio!
    MAAAS NOVEEE!! Cada vez mejor!
    Beso,Anto :)

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  5. jajajjaj me encanto genia!! mas!

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  6. Jajajajajaja guerra la q tenia peter en el interior jajajajaj hha es una adicción esta nove necesito leer mas mas y mas haha esta genial me encanta ...cuando estos dos concreten no se van a cansar

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  7. Como extraño tu nove me encanto el cap @perla17luna

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  8. Buenisima la clase se manejo!

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  9. me encanto que aunque peter se muera por hacerlo con ella se aguanto y solo la beso cuando salieron por que si no no me imagino que se pusiera como cuando en el bano que hasta le dijo a lali corre, pero que lindos son y no la verdad no creo que lali deberia de decirle que se vaya por que ni ella lo quiere y el pues mucho menos pero por no decir nada se va a terminar llendo y ninguno va a ser feliz

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  10. Menuda forma d aprender a conducir.Peter nop puede evitar sentir deseo x Lali.

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)