Lanzani te vas al carajo! |
—Espero que no sea mal momento. Dijiste que me acercara.
Simplemente, no logró responderle. La luz del exterior
iluminaba su rojo cabello, haciéndolo brillar como el fuego. Lo llevaba suelto
y caía sobre su jersey verde, color que hacía juego con sus ojos.
—Lali?, ¿Lali Esposito? —preguntó Nicolas, boquiabierto.
—Hola, Nico —Lali sonrió—. Me sorprende que te acuerdes
de mí.
—Me acuerdo de Lali Esposito —repuso él—. Pero no me
acuerdo de ti —matizó Nicolas.
—Gracias, supongo... Este es mi hijo, Drew. Drew, el
señor Riera—los presentó a continuación.
—Llámame Nico —le dijo éste al pequeño, tras arrodillarse
para ponerse a su altura y estrecharle la mano.
—Peter vino a cenar anoche y mi madre espachurró mi bici
y Peter dice que puede arreglarla y que yo puedo ayudarlo.
—En serio? —Nico miró a Peter sonriente—. Pues has venido
al lugar apropiado. Peter puede arreglar cualquier cosa. Hasta hará que la bici
vaya más rápida.
—De verdad, Peter? —preguntó Drew, ilusionado.
—Seguro, pequeño —repuso Peter sonriente, tras fruncirle
el ceño a Nico.
—Quieres ver mi bici? —le preguntó Drew a Nico.
—Por supuesto —Nico agarró la mano del pequeño—. Venga,
enséñamela.
Desaparecieron antes de que Lali pudiera protestar y, de
pronto, se quedó sin respiración al hallarse a solas frente a Peter.
Se había remangado la camisa hasta los codos, lo que
dejaba al descubierto sus potentes antebrazos. Unos vaqueros azules se
ajustaban a sus piernas musculadas... De alguna manera, todo él resultaba
masculino y sexual.
Sabía que Peter la estaba mirando, sonriente, como si
estuviera leyéndole los pensamientos. Entonces, cuando sonó el teléfono móvil, Peter
se giró para responder. Lali exhaló un
suspiro y se dio una vuelta por el taller para relajarse.
Estaba limpio, pensó: el suelo de cemento brillaba, las
paredes estaban recién pintadas y el sol entraba por las ventanas, inmaculadas.
Había varias motos en una pared, pendientes de reparación, así como llantas,
tubos de escape y varios sillines. A pesar de su desconocimiento, notó que eran
motos potentes, formidables.., al igual que el hombre que las reparaba, se dijo
ruborizada.
Se obligó a no abandonarse a las fantasías eróticas que
se agolpaban en su cabeza y se dirigió a una esquina en la que había un
despacho, repleto de cartas, periódicos y fotografías de Peter.
—Me rompí la pierna cuando caí —la sorprendió él al verla
mirar una foto de un accidente en la que aparecía por los aires—. Me tuvo fuera
del circuito durante seis meses.
—Lo recuerdo —reconoció Lali—. Fue en Colorado.
—Vaya, vaya —Peter se sentó sobre el escritorio,
rozándole la pierna con la rodilla—. No pensé que fueras aficionada a las
motos.
—En realidad no lo soy —repuso Lali, arrepentida—. Esa
semana tuve que sustituir a un compañero que cubría la columna de deportes.
—Escribiste un artículo sobre mí? —preguntó Peter, con
las cejas enarcadas—. ¿Qué pusiste?
—Fue hace mucho tiempo, Peter —contestó Lali, fingiendo
que no recordaba cada una de las palabras de aquel artículo.
—Muchas gracias, Lali —dijo Peter con sequedad—.
Recuérdame que te llame si alguna vez tengo el ego por las nubes.
—A juzgar por todos tus trofeos, me iba a gastar un
dineral en teléfono —replicó ella, sonriente. Luego se fijó en una agenda que
había abierta sobre la mesa—. Cuántos teléfonos: ¿son todos de mujeres?
—Amigas nada más —aseguró Peter, cuya pierna ya estaba
rozándole uno de los muslos.
Lali sintió un chispazo eléctrico y se bajó de la mesa con
disimulo, para mirar los retratos que había colgados en la pared. Y, de todas,
hubo una, antigua, en blanco y negro, que llamó su atención por encima de las
demás.
Tres jovencitos guapísimos, morenos y con sonrisas cautivadoras.
Peter iba de negro, estaba sentado sobre una moto y sujetaba un trofeo de oro
mientras sonreía a la cámara. Nico estaba delante, de rodillas, mientras que Agustín
se había retrasado y tenía los brazos
cruzados sobre el pecho.
—Fue seis meses después de salir del instituto —la
informó Peter—. Mi primera victoria.
Lali se quedó paralizada al advertir la proximidad de Peter.
Apenas podía respirar. No la estaba tocando siquiera, pero, aun así, sentía que
se estaba consumiendo.
—Dónde está Agus? —acertó a preguntar sin que la voz le
temblara.
—Agus da muchas vueltas —Peter se encogió de hombros—. No
es fácil seguirle la pista.
—Estuvo en la boda de Nico y Rochi?
—Estaba fuera del país. Por negocios o algo así.
¿Estaba siendo evasivo?, se preguntó Lali. Pero cuando se
giró para mirarlo y vio el
brillo intenso que salía de sus ojos, el corazón se le
detuvo.
Así, a fin de poner cierta distancia entre ambos, se
dirigió hacia otra esquina del despacho, donde había una puerta entornada.
—Qué hay ahí? —preguntó.
—Mi dormitorio.
—Tu dormitorio? —repitió sobresaltada, al tiempo que se
echaba para atrás con brusquedad, chocando contra el pecho de Peter.
—Quieres verlo? —murmuró éste.
—No hace falta —rehusó Lali—. Un dormitorio en el lugar
de trabajo. Buena idea.
—La verdad es que sí —reforzó él—. No he tenido tiempo de
buscar casa, así que he tenido que arreglármelas de alguna manera. Hasta tiene
cocina. ¿Seguro que no quieres entrar?
—Intentas seducirme, Lanzani? —se atrevió a preguntar
Lali, obligándose a hablar con desenfado.
—Cariño, ya te enterarás cuando quiera seducirte. Y no
será un intento, te lo aseguro—Repuso él, rozándole los labios con un dedo—.
Además, ¿no te había prometido que no me propasaría?
—Mami, ¿dónde estás? —irrumpió oportunamente la voz de
Drew.
—Estamos aquí, mi vida —contestó Lali, alegre de tener
una excusa para cambiar de conversación.
—Dónde pongo esta bicicleta tan chula?—intervino Nico
entonces, a pocos pasos del pequeño.
Peter salió del despacho y Lali lo siguió tras esperar
unos segundos para relajarse.
No debía haber ido allí. Por muchos años que hubieran
pasado, por mucho que deseara que las cosas fueran diferentes, no podía
permitirse estar cerca de Peter.
Pero, por el momento, no tenía otra opción. Miró a Drew y
observó el brillo feliz de sus ojos. El era la única persona a la que no podía
renunciar. Haría cualquier cosa por Drew; cualquier cosa, salvo dejar que Peter
Lanzani se hiciera un hueco en su corazón de nuevo.
—Sujeta la cadena —le explicó Peter despacio—. Ahora
mueve los pedales.
Drew frunció el ceño de pura concentración y, cuando la
cadena comenzó a rodar, la cara se le iluminó.
—Lo he hecho —le gritó a Lali—. ¡Mamá, estoy arreglando
mi bici!
Lali sonrió desde el despacho de Peter, el cual sabía que
los había estado mirando durante la media hora que duraba ya la primera clase
de mecánica que estaba recibiendo Drew.
No sabía por qué, pero Peter intuía que Mariana Esposito
Dalmau le tenía miedo.
Era una mujer guapa y sexy; inteligente, con un buen
trabajo, una madre estupenda. No era el tipo de mujer por el que solía
interesarse; pero no podía dejar de pensar en ella.
Pensó que quizá se sentía atraído por Lali por el mero
hecho de que ésta lo hubiera rechazado; pero tenía la corazonada de que había
algo mucho más profundo que un simple desafío.
Nunca había tenido problemas con el sexo ni con las
mujeres, aunque tampoco alcanzaba el éxito que le atribuían los periódicos
sensacionalistas. En cualquier caso, había sido muy selectivo con las mujeres
con las que se había acostado. De hecho, siempre se había encariñado de las
pocas mujeres con las que había llegado a mantener una relación más íntima.
Pero nunca había amado a ninguna. Sólo había una mujer
que lo perseguía en sueños desde hacía cinco años. Una mujer de piel suave y
fragancia de pétalos de rosa a la que jamás había podido olvidar.
Había sido una noche extrañísima. Creía que había hecho
el amor con Cindy, su ex novia, una mujer dulce con la que, en realidad, nunca
había tenido muchas cosas en común. Al despertar y hallarse sólo en la cama, la
había telefoneado y le había dicho que podían darle otra oportunidad a su
relación; que había disfrutado mucho con ella la noche anterior. Cindy le había
colgado el teléfono, pero no sin antes informarlo de que, aunque había asistido
a la fiesta, no se había acostado con él.
Lo que lo dejó estupefacto. Había bebido algo, pero no
como para emborracharse. ¿Cómo no se había dado cuenta?, se preguntó
horrorizado mientras pensaba en maridos celosos y terribles enfermedades de
transmisión sexual.
Entonces fue cuando miró hacia la cama y vio la mancha
roja de la sábana.
¿Una virgen? Se quedó atónito y salió del dormitorio en
busca de alguna pista que sirviera para descubrir la identidad de la misteriosa
mujer... En vano.
Después de hablar con todos los amigos de la fiesta, Peter
se resignó a aceptar que aquella misteriosa mujer había desaparecido igual que
había irrumpido en su vida.
Sólo ella había despertado un sentimiento profundo en su
corazón. Había soñado con aquella mujer todos esos años y, a pesar del tiempo
que había transcurrido, la misma noche pasada se había repetido el sueño: no
podía ver su cara, no podía hablar, y luego la mujer se desvanecía como el
humo.
Quizá sólo deseaba aquello que no podía tener, pensó
mientras miraba a Lali acariciar el cabello de Drew.
Pero, fuera como fuera, estaba convencido de que Lali no
le era tan indiferente como ésta pretendía. Quizá se estuviera haciendo
ilusiones, pero tenía la sensación de que antes, en el despacho, cuando le
había rozado los labios con el pulgar, ella había entreabierto los labios, como
incitándolo a que la besara.
Había estado a punto, a puntísimo. Si Drew no hubiese
aparecido, seguro que la habría besado.
—Peter dice que puedo inflar las ruedas de la bici —dijo
Drew entonces, mientras tiraba de la mano de su madre—. Pero primero hay que
cambiarlas, ¿verdad, Peter?
—Exacto, ya verás lo bien que queda cuando terminemos de
arreglarla —contestó él.
—Puedo montar en tu moto? —preguntó de pronto el pequeño.
—Quizá otro día —respondió Peter, tras advertir que Lali
fruncía el ceño—. Además, después de tanto trabajar, necesitamos reponer
fuerzas. Os invito a unas hamburguesas.
—Peter... —Lali hizo ademán de protestar, pero aceptó la
propuesta al ver la cara de alegría de Drew—. Peter Lanzani, ¿qué demonios voy
a hacer contigo? —añadió después de suspirar.
—Lo que tú quieras, Lali Esposito.
Y, para sorpresa de ambos, Lali rió. Rió y su risa sonó
melodiosa, suave como una armonía del pasado...
Peter pestañeó y el momento de embrujo desapareció.
Sonrió, agarró a Drew en brazos y llevó al pequeño al lavabo del taller.
Mientras tanto, Lali los miró jugar y sintió que el
corazón se le desgarraba.
Continuara....
Me voy a dormir mañana tengo un casamiento y mil cosas por hacer!
Gracias x todo, perdón por no hacer maratón como les dije :/ estoy re cansada!
Besos
Firmen y mañana otro cap larguito :)
Besos
Juli♥
@amorxca
No te preocupes Juli yo te entiendo tambien estoy re cansada y no doy mas es mas encima me duele la cabeza y no se porqe sigo en la compu ya me voy jajajaj muchas gracias por subir caps de la nove! me encantaron!! JAJAJAJAJAJA me encanto la respuesta de Peter al final me mori! xD @LuciaVega14
ResponderEliminarMas tierno el momento padre-hijo aunque no lo sepan ninguno de los dos <3
ResponderEliminarMe encanta!
ResponderEliminarNo pasa nada, espero que la pases re bien en el casamiento!
ResponderEliminarNi bien puedas hace maraton por fasssss!
ResponderEliminarbuenisiimaaaaa!
ResponderEliminarMAS TIERNO ME ENCANTA MASSSSSSSSS
ResponderEliminarMas Nove! No Importa, Lo Importante Es Que Posteaste ove, Gracias Por Eso, Massssss...
ResponderEliminar@nathies1024
Es mas tierno!!! Me encanta más!!
ResponderEliminarque amoor, mori con el final del cap, me encanta mas :)
ResponderEliminarQe lindoos, espeero mas nove :)))
ResponderEliminarBesoo
Arii - @AriadnaAyelen
Tranquila ,¡k descanses!,así estarás llena d energía para ese casamiento ,y su posterior fiesta,jajaja¡¡¡k la disfrutes!!!.
ResponderEliminarEsa noche fue imborrable para Peter ,y más para Lali.Se lleva d maravilla con Drew,cuando descubra k es su hijo ,estará encantado.
ResponderEliminarLei todo de corrido ME ENCANTO!! Que alegria saber q peter sueña cada dia con lali aunque no lo sepa y q no la pueda olvidar espero q sepa algun dia q fue ella la mujer misteriosa y q drew es su hijo q relacion mas linda d Padre e hijo se llevan muy bien!! AMO ESTA NOVE junli besitos
ResponderEliminar@casiamaia
P.D: Te mando muchas felicidades por tu cumple aunque con retraso q fue el viernes pasado felices 16!!! Disfrutalos
Hahaha mas lindo :3 me encanta mas mas mas
ResponderEliminarME ENCANTAAA!!! Nunca pense que Drew podia llegar a ser hijo de Pitt, pero así es sakdfhskjg♥ MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!
ResponderEliminar@Camhii_Infante
quiero mas! tan lindo pit! no la pudo olvidar nunca!! y ella ocultando al hijo:(
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