viernes, 2 de noviembre de 2012

Capítulo 9:

Lanzani te vas al carajo! 


—Espero que no sea mal momento. Dijiste que me acercara.
Simplemente, no logró responderle. La luz del exterior iluminaba su rojo cabello, haciéndolo brillar como el fuego. Lo llevaba suelto y caía sobre su jersey verde, color que hacía juego con sus ojos.
—Lali?, ¿Lali Esposito? —preguntó Nicolas, boquiabierto.

—Hola, Nico —Lali sonrió—. Me sorprende que te acuerdes de mí.
—Me acuerdo de Lali Esposito —repuso él—. Pero no me acuerdo de ti —matizó Nicolas.
—Gracias, supongo... Este es mi hijo, Drew. Drew, el señor Riera—los presentó a continuación.
—Llámame Nico —le dijo éste al pequeño, tras arrodillarse para ponerse a su altura y estrecharle la mano.
—Peter vino a cenar anoche y mi madre espachurró mi bici y Peter dice que puede arreglarla y que yo puedo ayudarlo.
—En serio? —Nico miró a Peter sonriente—. Pues has venido al lugar apropiado. Peter puede arreglar cualquier cosa. Hasta hará que la bici vaya más rápida.
—De verdad, Peter? —preguntó Drew, ilusionado.
—Seguro, pequeño —repuso Peter sonriente, tras fruncirle el ceño a Nico.
—Quieres ver mi bici? —le preguntó Drew a Nico.
—Por supuesto —Nico agarró la mano del pequeño—. Venga, enséñamela.
Desaparecieron antes de que Lali pudiera protestar y, de pronto, se quedó sin respiración al hallarse a solas frente a Peter.
Se había remangado la camisa hasta los codos, lo que dejaba al descubierto sus potentes antebrazos. Unos vaqueros azules se ajustaban a sus piernas musculadas... De alguna manera, todo él resultaba masculino y sexual.
Sabía que Peter la estaba mirando, sonriente, como si estuviera leyéndole los pensamientos. Entonces, cuando sonó el teléfono móvil, Peter se giró para responder. Lali  exhaló un suspiro y se dio una vuelta por el taller para relajarse.
Estaba limpio, pensó: el suelo de cemento brillaba, las paredes estaban recién pintadas y el sol entraba por las ventanas, inmaculadas. Había varias motos en una pared, pendientes de reparación, así como llantas, tubos de escape y varios sillines. A pesar de su desconocimiento, notó que eran motos potentes, formidables.., al igual que el hombre que las reparaba, se dijo ruborizada.
Se obligó a no abandonarse a las fantasías eróticas que se agolpaban en su cabeza y se dirigió a una esquina en la que había un despacho, repleto de cartas, periódicos y fotografías de Peter.
—Me rompí la pierna cuando caí —la sorprendió él al verla mirar una foto de un accidente en la que aparecía por los aires—. Me tuvo fuera del circuito durante seis meses.
—Lo recuerdo —reconoció Lali—. Fue en Colorado.
—Vaya, vaya —Peter se sentó sobre el escritorio, rozándole la pierna con la rodilla—. No pensé que fueras aficionada a las motos.
—En realidad no lo soy —repuso Lali, arrepentida—. Esa semana tuve que sustituir a un compañero que cubría la columna de deportes.
—Escribiste un artículo sobre mí? —preguntó Peter, con las cejas enarcadas—. ¿Qué pusiste?
—Fue hace mucho tiempo, Peter —contestó Lali, fingiendo que no recordaba cada una de las palabras de aquel artículo.
—Muchas gracias, Lali —dijo Peter con sequedad—. Recuérdame que te llame si alguna vez tengo el ego por las nubes.
—A juzgar por todos tus trofeos, me iba a gastar un dineral en teléfono —replicó ella, sonriente. Luego se fijó en una agenda que había abierta sobre la mesa—. Cuántos teléfonos: ¿son todos de mujeres?
—Amigas nada más —aseguró Peter, cuya pierna ya estaba rozándole uno de los muslos.
Lali sintió un chispazo eléctrico y se bajó de la mesa con disimulo, para mirar los retratos que había colgados en la pared. Y, de todas, hubo una, antigua, en blanco y negro, que llamó su atención por encima de las demás.
Tres jovencitos guapísimos, morenos y con sonrisas cautivadoras. Peter iba de negro, estaba sentado sobre una moto y sujetaba un trofeo de oro mientras sonreía a la cámara. Nico estaba delante, de rodillas, mientras que Agustín  se había retrasado y tenía los brazos cruzados sobre el pecho.
—Fue seis meses después de salir del instituto —la informó Peter—. Mi primera victoria.
Lali se quedó paralizada al advertir la proximidad de Peter. Apenas podía respirar. No la estaba tocando siquiera, pero, aun así, sentía que se estaba consumiendo.
—Dónde está Agus? —acertó a preguntar sin que la voz le temblara.
—Agus da muchas vueltas —Peter se encogió de hombros—. No es fácil seguirle la pista.
—Estuvo en la boda de Nico y Rochi?
—Estaba fuera del país. Por negocios o algo así.
¿Estaba siendo evasivo?, se preguntó Lali. Pero cuando se giró para mirarlo y vio el
brillo intenso que salía de sus ojos, el corazón se le detuvo.
Así, a fin de poner cierta distancia entre ambos, se dirigió hacia otra esquina del despacho, donde había una puerta entornada.
—Qué hay ahí? —preguntó.
—Mi dormitorio.
—Tu dormitorio? —repitió sobresaltada, al tiempo que se echaba para atrás con brusquedad, chocando contra el pecho de Peter.
—Quieres verlo? —murmuró éste.
—No hace falta —rehusó Lali—. Un dormitorio en el lugar de trabajo. Buena idea.
—La verdad es que sí —reforzó él—. No he tenido tiempo de buscar casa, así que he tenido que arreglármelas de alguna manera. Hasta tiene cocina. ¿Seguro que no quieres entrar?
—Intentas seducirme, Lanzani? —se atrevió a preguntar Lali, obligándose a hablar con desenfado.
—Cariño, ya te enterarás cuando quiera seducirte. Y no será un intento, te lo aseguro—Repuso él, rozándole los labios con un dedo—. Además, ¿no te había prometido que no me propasaría?
—Mami, ¿dónde estás? —irrumpió oportunamente la voz de Drew.
—Estamos aquí, mi vida —contestó Lali, alegre de tener una excusa para cambiar de conversación.
—Dónde pongo esta bicicleta tan chula?—intervino Nico entonces, a pocos pasos del pequeño.
Peter salió del despacho y Lali lo siguió tras esperar unos segundos para relajarse.
No debía haber ido allí. Por muchos años que hubieran pasado, por mucho que deseara que las cosas fueran diferentes, no podía permitirse estar cerca de Peter.
Pero, por el momento, no tenía otra opción. Miró a Drew y observó el brillo feliz de sus ojos. El era la única persona a la que no podía renunciar. Haría cualquier cosa por Drew; cualquier cosa, salvo dejar que Peter Lanzani se hiciera un hueco en su corazón de nuevo.
—Sujeta la cadena —le explicó Peter despacio—. Ahora mueve los pedales.
Drew frunció el ceño de pura concentración y, cuando la cadena comenzó a rodar, la cara se le iluminó.
—Lo he hecho —le gritó a Lali—. ¡Mamá, estoy arreglando mi bici!
Lali sonrió desde el despacho de Peter, el cual sabía que los había estado mirando durante la media hora que duraba ya la primera clase de mecánica que estaba recibiendo Drew.
No sabía por qué, pero Peter intuía que Mariana Esposito Dalmau le tenía miedo.
Era una mujer guapa y sexy; inteligente, con un buen trabajo, una madre estupenda. No era el tipo de mujer por el que solía interesarse; pero no podía dejar de pensar en ella.
Pensó que quizá se sentía atraído por Lali por el mero hecho de que ésta lo hubiera rechazado; pero tenía la corazonada de que había algo mucho más profundo que un simple desafío.
Nunca había tenido problemas con el sexo ni con las mujeres, aunque tampoco alcanzaba el éxito que le atribuían los periódicos sensacionalistas. En cualquier caso, había sido muy selectivo con las mujeres con las que se había acostado. De hecho, siempre se había encariñado de las pocas mujeres con las que había llegado a mantener una relación más íntima.
Pero nunca había amado a ninguna. Sólo había una mujer que lo perseguía en sueños desde hacía cinco años. Una mujer de piel suave y fragancia de pétalos de rosa a la que jamás había podido olvidar.
Había sido una noche extrañísima. Creía que había hecho el amor con Cindy, su ex novia, una mujer dulce con la que, en realidad, nunca había tenido muchas cosas en común. Al despertar y hallarse sólo en la cama, la había telefoneado y le había dicho que podían darle otra oportunidad a su relación; que había disfrutado mucho con ella la noche anterior. Cindy le había colgado el teléfono, pero no sin antes informarlo de que, aunque había asistido a la fiesta, no se había acostado con él.
Lo que lo dejó estupefacto. Había bebido algo, pero no como para emborracharse. ¿Cómo no se había dado cuenta?, se preguntó horrorizado mientras pensaba en maridos celosos y terribles enfermedades de transmisión sexual.
Entonces fue cuando miró hacia la cama y vio la mancha roja de la sábana.
¿Una virgen? Se quedó atónito y salió del dormitorio en busca de alguna pista que sirviera para descubrir la identidad de la misteriosa mujer... En vano.
Después de hablar con todos los amigos de la fiesta, Peter se resignó a aceptar que aquella misteriosa mujer había desaparecido igual que había irrumpido en su vida.
Sólo ella había despertado un sentimiento profundo en su corazón. Había soñado con aquella mujer todos esos años y, a pesar del tiempo que había transcurrido, la misma noche pasada se había repetido el sueño: no podía ver su cara, no podía hablar, y luego la mujer se desvanecía como el humo.
Quizá sólo deseaba aquello que no podía tener, pensó mientras miraba a Lali acariciar el cabello de Drew.
Pero, fuera como fuera, estaba convencido de que Lali no le era tan indiferente como ésta pretendía. Quizá se estuviera haciendo ilusiones, pero tenía la sensación de que antes, en el despacho, cuando le había rozado los labios con el pulgar, ella había entreabierto los labios, como incitándolo a que la besara.
Había estado a punto, a puntísimo. Si Drew no hubiese aparecido, seguro que la habría besado.
—Peter dice que puedo inflar las ruedas de la bici —dijo Drew entonces, mientras tiraba de la mano de su madre—. Pero primero hay que cambiarlas, ¿verdad, Peter?
—Exacto, ya verás lo bien que queda cuando terminemos de arreglarla —contestó él.
—Puedo montar en tu moto? —preguntó de pronto el pequeño.
—Quizá otro día —respondió Peter, tras advertir que Lali fruncía el ceño—. Además, después de tanto trabajar, necesitamos reponer fuerzas. Os invito a unas hamburguesas.
—Peter... —Lali hizo ademán de protestar, pero aceptó la propuesta al ver la cara de alegría de Drew—. Peter Lanzani, ¿qué demonios voy a hacer contigo? —añadió después de suspirar.
—Lo que tú quieras, Lali Esposito.
Y, para sorpresa de ambos, Lali rió. Rió y su risa sonó melodiosa, suave como una armonía del pasado...
Peter pestañeó y el momento de embrujo desapareció. Sonrió, agarró a Drew en brazos y llevó al pequeño al lavabo del taller.
Mientras tanto, Lali los miró jugar y sintió que el corazón se le desgarraba.

Continuara....

Me voy a dormir mañana tengo un casamiento y mil cosas por hacer!
Gracias x todo, perdón por no hacer maratón como les dije :/ estoy re cansada!
Besos
Firmen y mañana otro cap larguito :)
Besos
Juli♥
@amorxca

17 comentarios:

  1. No te preocupes Juli yo te entiendo tambien estoy re cansada y no doy mas es mas encima me duele la cabeza y no se porqe sigo en la compu ya me voy jajajaj muchas gracias por subir caps de la nove! me encantaron!! JAJAJAJAJAJA me encanto la respuesta de Peter al final me mori! xD @LuciaVega14

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  2. Mas tierno el momento padre-hijo aunque no lo sepan ninguno de los dos <3

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  3. No pasa nada, espero que la pases re bien en el casamiento!

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  4. Ni bien puedas hace maraton por fasssss!

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  5. MAS TIERNO ME ENCANTA MASSSSSSSSS

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  6. Mas Nove! No Importa, Lo Importante Es Que Posteaste ove, Gracias Por Eso, Massssss...



    @nathies1024

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  7. Es mas tierno!!! Me encanta más!!

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  8. que amoor, mori con el final del cap, me encanta mas :)

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  9. Qe lindoos, espeero mas nove :)))
    Besoo

    Arii - @AriadnaAyelen

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  10. Tranquila ,¡k descanses!,así estarás llena d energía para ese casamiento ,y su posterior fiesta,jajaja¡¡¡k la disfrutes!!!.

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  11. Esa noche fue imborrable para Peter ,y más para Lali.Se lleva d maravilla con Drew,cuando descubra k es su hijo ,estará encantado.

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  12. Lei todo de corrido ME ENCANTO!! Que alegria saber q peter sueña cada dia con lali aunque no lo sepa y q no la pueda olvidar espero q sepa algun dia q fue ella la mujer misteriosa y q drew es su hijo q relacion mas linda d Padre e hijo se llevan muy bien!! AMO ESTA NOVE junli besitos

    @casiamaia

    P.D: Te mando muchas felicidades por tu cumple aunque con retraso q fue el viernes pasado felices 16!!! Disfrutalos

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  13. Hahaha mas lindo :3 me encanta mas mas mas

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  14. ME ENCANTAAA!!! Nunca pense que Drew podia llegar a ser hijo de Pitt, pero así es sakdfhskjg♥ MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!

    @Camhii_Infante

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  15. quiero mas! tan lindo pit! no la pudo olvidar nunca!! y ella ocultando al hijo:(

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Gracias por leer. Espero tu comentario :)