viernes, 31 de agosto de 2012

Capítulo 57:



Ella le tocó el brazo. Peter cogió su mano, se la llevó a los labios y depositó un rastro de pequeños besos sobre los nudillos.
El deseo que se reflejaba en su apuesto rostro hacía que a Lali le doliera todo el cuerpo.

martes, 28 de agosto de 2012

Hello :)

 


Holaaaaaa :) ¿Cómo están? ¿que cuentan de nuevo?
Como se darán cuenta no vine a subir novela simplemente a saludar! Las extraño y no me gusta desaparecer tanto tiempo pero no tengo tiempo de editar y cuando lo tengo solo tengo ganas de dormir o descansar un rato! Espero que ustedes estén bien y para las que están llenas de pruebas igual que yo MUCHA SUERTE :D
Saben? estoy anotando en un cuaderno todos los nombres de las novelas que me gustaron que e leído y las que leo la sinopsis y me gustan asi las voy comprando de a poco y voy formando mi tan deseada biblioteca (es un sueño x cumplir :)) asique si quieren y tienen ganas dejenme algun nombre de un libro que les haya gustado o si saben de alguna persona que adapto alguna historia y les gusto, dejenme el link o algun dato asi despues la contacto y se lo pido :)
Anto: si sabes cual es mi face pasame por mensaje privado el link de tu nove asi la leo :) sino en el grupo ;)


Besos

Juli♥

@amorxca

viernes, 24 de agosto de 2012

Capítulo 56:


Candela observaba cómo Peter se paseaba nervioso, por delante de su puesto, mientras hacía una tirada para un turista. ¡Dios santo!, podría pasarse todo el día observándolo caminar. Ese modo de andar hacía saltar los ojos de las órbitas, y a ella le entraban unos deseos terribles de salir corriendo a casa, agarrar a Victorio y hacerle unas cuantas cosas pecaminosas. 

domingo, 19 de agosto de 2012

Capítulo 55:




Lali se limpió las lágrimas de la cara mientras entraba en el camino de acceso al jardín. Apretó los dientes al bajarse del coche, y cerró la puerta con un fuerte golpe.
Al infierno con Peter. Podía quedarse atrapado en el libro para toda la eternidad. Ella no era un trozo de carne a su entera disposición. 

sábado, 18 de agosto de 2012

Capítulo 54:




— Bueno —comenzó a decir Candela una vez que Ben hubo desaparecido entre el gentío—, amigo mío, has logrado lo imposible. Acabas de dejar impresionado a uno de los investigadores de la Antigua Grecia más importantes de este país.
Peter  no pareció impresionarse demasiado, pero Lali  sí lo hizo.

Capítulo 53:



Peter tardó en contestar mientras recordaba el día en que se lo dieron. Kyrian de Tracia y él habían sido ascendidos a la vez, después de salvar, prácticamente los dos solos, la ciudad de Temópolis de las garras de los romanos.
Había sido una bat

Capítulo 52:




Lali se detuvo delante de otra inscripción. Peter  se quedó tras ella y le pasó ambos brazos por los hombros. Ella le acarició distraídamente los antebrazos mientras leía.

Capítulo 51:




Algo iba mal. Lali lo notaba en el ambiente mientras conducía hacia el Barrio Francés. Peter iba sentado junto a ella, mirando por la ventana.
Había intentado varias veces hacerlo hablar, pero no había modo de que despegara los labios. Todo lo que se le ocurría era que estaba deprimido por lo sucedido en el cuarto de baño. Debía ser duro para un hombre habituado a mantener un férreo control de sí mismo perderlo de aquel modo. 

Capítulo 50:


Ella estuvo a punto de ceder.
Pero entonces, algo extraño le sucedió a sus ojos. Un velo oscuro cayó sobre ellos, y las pupilas se le dilataron por completo.

Capítulo 49:




— No lo sabía —dijo ella nerviosa, ofreciéndole el cuenco. Él lo cogió, pero no volvió a hablar del tema. Comenzó a comer en silencio.
Absorbiendo el calor del sol, Peter  escuchaba la suave brisa y se recreaba con la presencia cercana y relajante de Lali.

viernes, 17 de agosto de 2012

Capítulo 48:




Cuando se despertó, la luz del sol entraba a raudales por las ventanas. Tardó todo un minuto en recordar lo acontecido la noche anterior.
Se sentó en la cama e intentó tocar a Peter, pero estaba sola.

jueves, 16 de agosto de 2012

Capítulo 47:



— Una noche, mientras buscaba un lugar para dormir, me tropecé con ellos dos en la calle. Estaban abrazándose como dos enamorados. Me disculpé rápidamente pero, al alejarme, escuché a Jasón hablando con Penélope.
Todo su cuerpo se puso rígido entre los brazos de Lali y el corazón comenzó a latirle con más rapidez.

martes, 14 de agosto de 2012

Capítulo 46:



Lali  se encogió de espanto ante el mundo que Peter describía. Intentaba imaginarse cómo debía haber sido vivir así. Peor aún, recordó el berrinche que pilló a los trece años porque se encaprichó de unos zapatos de ochenta dólares que, según su madre, eran demasiado para ella; y a la misma edad, Peter habría estado buscando harapos. La injusticia de aquello la hacía pedazos.

lunes, 13 de agosto de 2012

Capítulo 45:


Lali permaneció inmóvil durante horas, escuchando la respiración tranquila y acompasada de Peter, mientras dormía a su lado. Había colocado una pierna entre sus muslos y le rodeaba la cintura con un brazo.
La sensación de su cuerpo, envolviéndola, la hacía palpitar de deseo.

domingo, 12 de agosto de 2012

Capítulo 44:



Peter le cogió la mano y se la llevó a los labios para besarle la palma con mucha ternura.
— Tu intención es buena, pero no te molestes.
— Peter —le dijo en tono de reproche—. Sé que es muy doloroso para un hombre si no se…
— No puedo —insistió él, interrumpiéndola de nuevo.
Lali lo miró ceñuda.
— ¿Que no puedes qué?
— Tener un orgasmo.

sábado, 11 de agosto de 2012

Capítulo 43:


— Eso es, Lali —murmuró sobre sus labios, mientras seguía rozando su miembro hinchado contra ella, de un modo tan magistral que Lali supo que ya habría llegado al clímax si estuviese dentro de ella—. Siente mis caricias. Siente mi deseo por ti, sólo por ti. No luches contra él.

Capítulo 42:



Lali  entró en el enorme vestidor que su padre había convertido en biblioteca años atrás, y rebuscó en los estantes hasta encontrar su viejo cuento de Peter Pan.
Peter rebuscó en sus cajones hasta encontrar el deplorable atuendo.

jueves, 9 de agosto de 2012

Capítulo 41:



Pero no se atrevía a pensar en eso.
No se atrevía a tener esperanzas.
Lali  no estaba a su alcance. Su corazón se lo decía, y su alma. Ni todo el anhelo del mundo podría cambiar un hecho esencial: no se merecía una mujer como ella.
Jamás lo había merecido…

martes, 7 de agosto de 2012

Capítulo 40:



Ella se giró y vio que el trapo estaba ardiendo.
— ¡Allí! —exclamó, quitándose de en medio—. Échalo al fregadero.
Él lo hizo, pero al pasar por su lado, le rozó la mano con el trapo y Lali siseó de dolor.
— ¿Te he quemado? —le preguntó.
— Un poco.
Peter  hizo una mueca al cogerle la mano para examinarle la quemadura.
— Lo siento —le dijo, un momento antes de llevarse el dedo de Lali a la boca.

lunes, 6 de agosto de 2012

Capítulo 39:





— Porque somos amigos —le respondió con ternura, mientras le acariciaba la mejilla con el pulgar—. ¿No fue eso lo que le dijiste a Cupido?
— Ya escuchaste su respuesta. No tengo amigos.

Capítulo 38:



— Vale. Un voto a favor de arrojarse al cuello de la doctora, y otro en contra. ¿Alguna otra alternativa?
— ¿Qué tal una noche tranquila en casa, entonces?
— De acuerdo —respondió Lali, mientras se acercaba a la mesita de noche para coger el teléfono—. Déjame que compruebe los mensajes y después prepararemos la cena.

Capítulo 37:




Peter y Lali ayudaron a Candela a desmontar el puestecillo ambulante y a guardarlo todo en el jeep, antes de regresar a casa sorteando el tráfico típico de un viernes por la noche.
— Has estado muy callado —le dijo ella mientras se detenía en un semáforo en rojo.

domingo, 5 de agosto de 2012

Capítulo 36:




— Sólo lo hice una vez —confesó Lali en un murmullo—. Ya sé que la primera vez duele, pero no sabía que fuese así. Y el daño físico no fue el peor; lo más horrible fue el hecho de que no pareció importarle nada mi sufrimiento. Me sentí como si sólo estuviese allí para complacerle, como si ni siquiera fuese una persona.
A Peter se le hizo un nudo en el estómago. Sabía muy bien a lo que Lali se refería.

Capítulo 35:




Peter miró fijamente a Lali; su mente no paraba de darle vueltas a lo que acababa de decir.
¿Sería cierto? ¿Podría atreverse a creerlo? ¿A tener esperanza después de tanto tiempo…?
— ¿Tu segundo nombre es Alexander? —repitió, incrédulo.
— Sí —le respondió ella, con una sonrisa alentadora en el rostro.

Capítulo 34:



Cupido suspiró profundamente.
— ¿Quieres que primero te dé las malas noticias o prefieres las pésimas?
— Veamos… ¿qué tal si hacemos que mi día sea más memorable? Comienza con las pésimas y sigue con las malas para intentar mejorar el ambiente.
Cupido asintió.

Capítulo 33:




— Empiezo a creer que sí —respondió Candela, sentándose en el banco situado cara a la pared.
Lali se sentó enfrente, con el muro a su espalda. Como era de esperar, Peter ocupó un sitio a su lado.
Ella le ofreció el menú.
— No puedo leer esto —le dijo antes de devolvérselo.

Capítulo 32:

Esta buena para imaginárselo con pelo largo jajaja ;) 


De mala gana, Lali asintió.
— Hay un lugar en el Brewery.
— Por favor, llévame.

Capítulo 31:




— Vale, lo admito. Algunos de nosotros podríamos haber sido un poco más condescendientes contigo, pero…
— Nada de peros, Cupido. No hicisteis nada por mí, ni una puñetera vez. Especialmente ella.
— Eso no es cierto. Mamá jamás superó que le dieses la espalda. Eras su favorito.
Peter resopló.

sábado, 4 de agosto de 2012

Capítulo 30:


 



— Es mejor que lo hagas, Psique —le dijo Eros—. Está siendo amable contigo, pero puede librarse de ti mucho más fácilmente que yo, gracias a mamá. Y si lo hace, acabarás herida.
Psique bajó el brazo.
Peter  liberó a su hermano.

viernes, 3 de agosto de 2012

Capítulo 29:



— ¡Ven aquí, pedazo de…! —Peter dejó caer una retahíla de maldiciones que hubiesen avergonzado hasta a un marinero.
Lali abrió unos ojos como platos. No estaba muy segura de qué le sorprendía más: si el ataque de Peter al desconocido motero o el lenguaje que estaba usando.
Como él no dejaba de darle puñetazos, el tipo empezó a defenderse; pero sus habilidades en la lucha no se aproximaban, ni de lejos, a las de Peter.
Olvidando por completo a Candela, Lali echó a correr hacia ellos con el corazón latiendo desbocado mientras intentaba pensar lo que hacer. No había manera de interponerse entre los dos hombres, teniendo en cuenta que intentaban matarse el uno al otro.
— ¡Peter, detente antes de que le hagas daño! —gritó la chica que les acompañaba.
Lali se detuvo al escucharla, incapaz de moverse.
¿Cómo es que conocía a Peter?
La mujer daba vueltas alrededor de ambos, en un intento de ayudar al motero y estorbar a Peter.
— Cielo, ten cuidado, va a… ¡Ay, eso ha debido doler! —la mujer se encogió en un gesto de dolor, cuando Peter golpeó al tipo en la nariz—. ¡Peter, deja de maltratarle de ese modo! Vas a hacer que se le hinche la nariz. ¡Uf, corazón, agáchate!
El motero no se agachó y Peter le asestó un tremendo puñetazo en la barbilla, que lo hizo tambalearse hacia atrás.
La mirada de Lali pasaba de Peter a la mujer con total incredulidad, anonadada.
¿Cómo era posible que se conociesen?
— ¡Eros, corazón! ¡No! —gritó la chica de nuevo, agitando las manos frenéticamente delante de la cara.
Candela se acercó hasta Lali.
— ¿Éste es el Eros que Peter ha invocado? —le preguntó Lali.
Candela se encogió de hombros.
— Puede ser; pero jamás me habría imaginado a Cupido de motero.
— ¿Dónde está Príapo? —preguntó Peter a Eros, mientras le agarraba para empujarle sobre la barandilla de madera, bajo la cual discurría el río.
— No lo sé —le contestó, forcejeando para apartar las manos de Peter de su camiseta.
— No te atrevas a mentirme —gruñó Peter.
— ¡No lo sé!
Peter le sujetó con la fuerza que otorgan dos mil años de dolor y rabia. Las manos le temblaban mientras le tiraba de la camiseta. Pero aún peores que el deseo de matarle allí mismo, eran las implacables preguntas que resonaban en su cabeza.
¿Por qué nadie había acudido antes a sus llamadas?
¿Por qué lo había traicionado Eros?
¿Por qué lo habían dejado solo para que sufriera?
— ¿Dónde está? —preguntó de nuevo Peter.
— Comiendo, eructando; ¡demonios! No lo sé. Hace una eternidad que no lo veo.
Peter  lo apartó de la barandilla de un tirón y lo soltó. Tenía la cara desencajada por la ira.
— Tengo que encontrarlo —dijo entre dientes—. Ahora.
En la mandíbula de Eros comenzó a palpitar un músculo mientras intentaba alisarse las arrugas de la camiseta.
— Bueno, dándome una tunda no vas a llamar su atención.
— Entonces quizás deba matarte —le contestó Peter, acercándose de nuevo a él.
Súbitamente, los otros moteros reaccionaron para detenerlo.
Al acercarse a ellos, Eros se agachó para esquivar el puñetazo de Peter  y se interpuso entre éste y sus amigos.
— Dejadle en paz, chicos —les dijo mientras agarraba al más cercano por el brazo y lo empujaba hacia atrás—. No querréis luchar con él. Hacedme caso. Podría sacaros el corazón y hacer que os lo comierais antes de que cayeseis muertos al suelo.
Peter estudió a los hombres con una furiosa mirada que desafiaba a cualquiera de ellos a acercarse. Lali sintió terror ante la ira reflejada en sus ojos. Una ira letal que parecía confirmar las palabras de Eros.
— ¿Estás loco? —Preguntó el más alto observando incrédulo a Peter—. No creo que sea capaz de tanto.
Eros se limpió la sangre del labio y sonrió débilmente al mirarse el dedo.
— Sí, bueno. Confiad en mí. Sus puños son como almádenas, y tiene la condenada habilidad de moverse tan rápido que no podréis esquivarlo.
A pesar de sus polvorientos pantalones de cuero negro y la desgarrada camiseta, Eros era increíblemente guapo y no parecía estar agotado, como el resto de sus compañeros. Su apuesto rostro podría ser hermoso si no llevase una perilla castaña rodeada de una barba de tres días, y el corte de pelo al estilo militar.
— Además, no es más que una pequeña riña familiar —continuó Eros, con un extraño brillo en los ojos. Dio unas palmaditas a su amigo en el brazo y soltó una carcajada—. Mi hermano pequeño siempre ha tenido un carácter desagradable.
Lali  intercambió una atónita e incrédula mirada con Candela, a la par que ambas se quedaban boquiabiertas por el asombro.
— ¿He escuchado bien? —le preguntó a Candela—. No es posible que sea hermano de Peter. ¿O sí?
— ¿Cómo quieres que lo sepa?
Peter le dijo algo a Eros en griego que hizo que los ojos de Candela se abrieron como platos y que la sonrisa desapareciera del rostro del dios.
— Si no fueses mi hermano, te mataría por eso.
Los ojos de Peter lo fulminaron.
— Si no necesitase tu ayuda, ya estarías muerto.
En lugar de enfadarse, Eros se rió a carcajadas.
— No se te ocurra reírte —le advirtió con enfado la chica—. Es mejor que recuerdes que es de las pocas personas capaz de cumplir esa amenaza.
Eros asintió y se giró para hablar con sus compañeros.
— Marchaos —les dijo—. Nos reuniremos con vosotros más tarde.
— ¿Estás seguro? —Preguntó el más alto de los cuatro, mirando con nerviosismo a Peter- Podemos echarte una mano, si te hace falta.
— No, no pasa nada —dijo moviendo la mano despectivamente—. ¿No recordáis que os dije que tenía que ver a alguien? Mi hermano está un poco cabreado conmigo, pero se le pasará.
Lali  se apartó para dejar pasar a los moteros; todos se marcharon, con la excepción de la imponente mujer, que se quedó allí de pie, observando cautelosamente a los dos hombres con los brazos cruzados sobre el generoso pecho cubierto de cuero.
Totalmente ajeno a ella, a Candela y a la mujer, Eros caminó lentamente alrededor de Peter, dibujando un círculo para poder examinarle atentamente.
— ¿Relacionándote con mortales? —le preguntó Peter, deslizando una mirada igualmente fría y desdeñosa sobre Eros—. Vaya, Cupido… ¿es que se ha congelado el Tártaro desde que me marché?
Eros hizo caso omiso de sus airadas palabras.
— ¡Joder, chico! —Exclamó incrédulo—. No has cambiado un ápice. Creía que eras mortal.
— Se suponía que debía serlo pero… —y de nuevo comenzó a soltar improperios, uno tras otro.
Los ojos de Eros comenzaron a brillar, amenazadores.
— Con una boca como ésa, deberías codearte con Ares. ¡Joder, hermanito!, no sabía que pudieras conocer el significado de todo eso.
Peter  volvió a agarrar a su hermano por la camiseta, pero antes de poder hacer nada más, la mujer alzó el brazo e hizo un extraño movimiento con la mano.
Peter se quedó inmóvil como una estatua. Por la expresión de su rostro, Lali podía afirmar que no estaba muy contento.
— Déjame, Psique —gruñó.
Lali abrió la boca por la sorpresa. ¿Psique? ¿Sería posible?
— Sólo si prometes no volver a golpearlo —contestó ella—. Sé que no tenéis la mejor de las relaciones, pero respeta el hecho de que me guste su cara tal y como está, y que no soporte que le des un solo puñetazo más.
— Li-bé-ra-me —volvió a decir Peter, recalcando cada sílaba.

Continuara...

Hola bueno primero que nada se que dije a la tarde pasa que hoy me volvi a descomponer y fui al médico, posiblemente sea algo psicológico pero igual sigo sintiendome mal asique por eso ni ganas de ponerme a editar...
Se que el cap tal vez no es muy facil de entender y es un poco aburrido pero firmen y subo más asi llegamos a la parte mas interasante :D
Ya nos estamos acercando a los caps en donde dejaron de subirla y muchas quedaron con la novela a la mitad :) 
Firmen y subo otro :) 

Y les recomiendo la novela de Angie http://lalitertodollegaenformadeamor.blogspot.com.ar/  "Atrapada en su chantaje" 

jueves, 2 de agosto de 2012

Capítulo 28:



— ¿Disfrutar con qué? ¿Conociendo a personas cuyos rostros me perseguirán durante toda la eternidad? ¿Crees que me divierte mirar a mi alrededor sabiendo que en unos días me arrojarán de nuevo al agujero vacío y oscuro donde puedo oír, pero no puedo ver, saborear, sentir ni oler, dónde mi estómago se retuerce constantemente de hambre y la garganta me arde por la sed que no puedo satisfacer? Tú eres lo único que me está permitido disfrutar. ¿Y me negarías ese placer?

miércoles, 1 de agosto de 2012

Capítulo 27:



Cuando llegaron a la Praline Factory, en el último piso, Lali compró dos Pralines de azúcar y nueces y una Coca Cola. Sin pensarlo dos veces, le ofreció un praline a Peter. Pero en lugar de cogerlo, él se inclinó y le dio un bocado mientras ella lo sostenía.

Capítulo 26:





Incómodo ante el rumbo que estaban tomando sus pensamientos, echó un vistazo a la multitud. Nadie parecía molesto con el opresivo calor reinante en aquella extraña ciudad.